— No lo creo, es importante y te interesa. — dijo Namjoon ingresando al departamento y cerrando la puerta detrás de él — Se trata de Taehyung.
¿Qué tenía que ver el pelivioleta con Taehyung? ¿Cómo siquiera sabía su nombre?
— ¿Taehyung? — el rubio trató de corroborar lo que había escuchado.
— Agust, por dios, no soy tonto. — el menor se sentó en uno de los sofás del pálido, no sin antes saludar a Soyeon con la una mano, ésta le respondió con una sonrisa y un "hola" en un pequeño susurro — Mi novio es su amigo casi de infancia, es obvio que voy a saber su nombre verdadero... es más, hasta creo que aquí ya todos sabemos los apellidos de todos.
— Tú no sabes ni siquiera mi nombre, no me jodas, Namjoon. — replicó el rubio mientras tomaba asiento justo frente de él.
— Bueno, solo era un decir... — rodó los ojos.
— ¡Hombres! — casi gritó Soyeon viendo la escena desde la cocina — ¿Se pueden poner serios por cinco segundos? ¿Nam, cariño, a qué viniste?
El cuerpo del nombrado se puso rígido, y su rostro cambió en un segundo a uno serio.
— Agust, esto no te va a gustar... no se lo dije a Jimin aún porque sé que adora a sus amigos y se metería en problemas, espero que tu al menos pienses las cosas con cabeza fría antes de hacerlas...
— Déjate de tonterías y habla de una vez, te dije que iba de salida.
No podemos culpar a Yoongi, él solo quería ir a... lo que sea que tenga que hacer con tal de quitar ese dolor que antes vio en los ojos de Taehyung, no se sintió bien ni correcto cuando aquella mirada cayó sobre él. Su pecho dolía, su cabeza no dejaba de reproducir la escena una y otra vez, sentía algo raro en el estómago, como si quisiera vomitar, y bueno, su pierna derecha no podía estar quieta desde que se sentó, subía y bajaba.
— ¿Te suena un tal Park Bogum? — cuestionó Namjoon.
Y automáticamente en el rostro del rubio se reflejó el enojo.
🌪️
Taehyung ya se encontraba saliendo de la bañera con una bata encima tapando su cuerpo desnudo, caminó vagamente hasta su cama, no sin antes dejar la botella media vacía sobre el estante donde se posaba su televisor justo frente a su cama.
Se dejó caer de espaldas en el colchón, su mirada automáticamente se encontró perdida en el blanquecino techo.
Por su delicada mente empezaron a aparecer todos los acontecimientos que pasaron en su vida desde el primer segundo después de descubrir el engaño de su esposo con su hermana.
El día en que conoció a Jungkook, el novio de su amigo, el instante donde rellenó ese papel con sus datos para conectar a alguien que se deshiciera de su esposo, el reencuentro inesperado que tuvo con su viejo amigo, Jimin, la noche en que estuvo en peligro en manos del padre de este, luego la participación que tuvo en la muerte de ese patético viejo verde, y sobretodo... su mente se vio invadida con el recuerdo de la primera vez que vio aquellos ojos felinos, los momentos en que se perdía en ellos, la sensación que sentía de libertad, protección, seguridad y felicidad al estar al lado del rubio.
Pronto su mente evocó aquella noche en la casa del rubio, sus pálidas manos paseándose por su cuerpo, su voz profunda por la lujuria, aquellos finos labios besando su cuello, se sentía tan bien y tan real... era como si lo tuviera ahí, como si esos labios realmente estuvieran recorriendo una de las zonas más sensibles de cuerpo, sacándole suspiros.
El moreno estaba tan metido en su dolor al ingresar a su departamento que no se percató de la presencia de alguien más en ese lugar, Bogum, él cuál lo veía desde la cocina, con la mirada seguía los movimientos del menor, vio el momento en que Taehyung tomaba aquella botella de licor y subía las escaleras hacia su habitación, tan pasivamente que parecía que se trataba de un robot.
Park no sabía lo que había ocasionado que su aún esposo actuara de esa manera, pero por su mente si se cruzó una idea al ver en las manos contrarias la bebida alcohólica, conocía cómo se ponía Taehyung al estar ebrio...
Un nuevo plan se trazó en su malévola mente en cuestión de segundos, y si funcionaba pues podría dejar de lado el otro que ya estaba en curso; si tan solo pudiera poner un hijo suyo en aquel vientre del menor, todo su plan no se vendría a abajo, igual ya no tenía sentido el fingir ser estéril, solo debía recuperarlo y qué mejor que darle lo que más quería el moreno, una familia.
Un pequeño pinchazo de dolor proveniente de su cuello hizo que Kim despertará de su ensueño, y lo vio.
Tenía a su marido sobre él, besando su cuello, no era el rubio que tenía en su mente, no.
Taehyung quiso quitar aquel cuerpo de su encima pero se dio cuenta que sus manos estaban siendo sujetadas por las del contrario.
— Bogum, sueltame y salte de mi encima, joder. — pidió amargamente.
Como si aquellas palabras no hubieran salido nunca de la boca del moreno, el mayor lo ignoró, y pronto se sintió otro pinchazo de dolor en su cuello.
Estaba dejando marcas en esa zona.
El menor alzó su rodilla con fuerza y al estar el otro en su encima aquel golpe cayó en su entrepierna, su manos viajaron automáticamente a cubrirse su adolorido miembro, y Kim tomó esa oportunidad para empujar su cuerpo hacia un costado de la cama y pararse rápidamente.
Al estar de pie, se sintió un poco mareado, efectos del alcohol bebido, también se percató que el nudo de la bata que traía había sido deshecho, así que se podía ver su desnudez y se enfureció más.
— ¿Qué mierda crees que hacías? — escupió enojado.
— No sé, Tae, cuando subí te encontré gimiendo en la cama, así que pensé... que también querías... al principio no te negaste y yo pensé...
— Piensas una mierda, cabrón, ¿crees que voy a querer acostarme contigo después de haberte visto revolcándote con mi hermana?, serás muy hijo de pu...
Las palabras de odio del moreno se vieron interrumpidas por el sonido del timbre en la zona baja de su departamento.
Había visitas.
Miró el reloj que tenía en su mesa de noche, eran pasadas las nueve de la noche, suspiró aún enojado y salió de la habitación, cualquier cosa o persona era mejor que verle la cara a ese malnacido.
Taehyung había amarrado la bata que llevaba puesta mientras bajaba por las escaleras. Antes de abrir la puerta acomodó su cabello aún mojado hacia atrás.
Había esperado ver a cualquier persona, menos a la que tenía enfrente, pestañeó varias veces para ver si aquel cuerpo desaparecía en una ellas y todo era parte de su inestable mente, pero por más que lo hiciera, cada que a abría los ojos él seguía ahí.
— Agu... ¿Qué haces aquí? — preguntó el moreno, aún sujetándose de la puerta.
El rubio no respondió, sus ojos viajaron desde la cabeza de Kim hasta sus pies, procesando que se encontraba con una bata, el cabello mojado... hasta que los encontró.
Taehyung al ver que el rubio no tenía intenciones de responder y por el contrario su rostro cambió en segundos, de uno neutral a uno... ¿enojado? ¿herido?... el moreno siguió la dirección que tenían aquellos ojos felinos y cayó en cuenta.
Las marcas.
Aquellos ojos del moreno se abrieron en demasía, y pronto nació la necesidad de explicarle todo al mayor.
— Esto... eh... no es lo que...
— Amor, ¿quién es? — la voz irritable de Bogum se hizo presente en el piso, y cuando estuvo a lado del moreno pasó un brazo por el cuello de Kim, apagando su cuerpo hacia él.
Los ojos del pálido recorrieron el acto lentamente y en cuestión de segundos cualquier rastro de sorpresa, o lo que sea que Kim haya visto, fue eliminado, y en aquel rostro con finos razgos se plasmó una risa irónica de costado.
Taehyung juró escuchar salir una pequeña risita de burla de los labios del rubio.
Desde la perspectiva de Yoongi, pues se sentía como un imbécil, quería confiar en que el chico de piel canela, que se había metido en sus pensamientos... y corazón, ya no tenía ningún contacto con el imbécil que actualmente se encontraba abrazándolo, pero como negarles tanto a su mente y corazón crean lo contrario, cuando lo estaba viendo frente a él en ese estado.
Podía observar aquella piel morena debajo de esa bata, esas finas clavículas, también sabía que si tiraba de aquel nudo iba a encontrarse con la desnudez de Taehyung, ver esas marcas rojizas en aquel hermoso cuello, marcas que además no fueran hechas por él, le causó una presión en el pecho, sentía que quería vomitar, esa sensación de dolor se instaló en su corazón y que por unos segundos le quitó el aire, luego, al escuchar ese >amor< salir por los labios del idiota ese hizo que aquella sensación se tornara en enojo, ira, quería bajarle los dientes de un solo puñetazo, eran dos emociones juntas que estaban haciendo un caos en el interior del pálido, y nunca le había sucedido algo así antes.
Pero el rubio no era tonto, sabía que todo lo que estaba sintiendo solo confirmaba lo que tanto quería negar desde que habló con Seokjin...
Se enamoró de quién no debía y menos esperaba... y todo indicaba de que él estaba celoso.
Así que al darse cuenta de sus sentimientos en aquellos pocos segundos que parecían eternos, solo sonrió, porque en el mismo momento que se dio cuenta de ellos, también le habían roto el corazón.
Sin embargo, aún debía salvarlo, por dos razones. La primera, cuando lo aceptó como aprendiz también aceptó la responsabilidad de protegerlo y darle seguridad. La segunda, aunque su corazón se sienta lastimado, ahora es consciente de que aquel moreno se metió dentro de él, y debía proteger aquel amor que tanto su madre le habló cuando era pequeño.
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Flashback
Una pequeña familia se encontraba alrededor de una mesa, con un pastel en medio donde sobre él se posaba una velita azul en forma de número seis, el más pequeño de aquella familia se encontraba en medio, parado sobre una silla, aplaudiendo y riendo, miraba con sus ojitos llenos de brillo y felicidad como sus dos padres y su hermano mayor cantaban para él.
Pronto sus voces se apagaron y le dijeron que pida un deseo mientras apagaba la vela, así lo hizo, cerró sus ojitos y en su mente proyectó lo que quería, y sopló la velita.
— Bueno, amor, nuestro pequeño ratoncito acaba de cumplir un añito más... — la mamá expresó mientras sonreía y limpiaba una lágrima traviesa que se había escapado por sus mejillas.
— Mami, tú dijiste que yo era tu amor, ¿por qué se lo dices a papi también? — el pequeño cruzó sus bracitos en su pecho y todos rieron al ver el ceño fruncido del menor.
— Ven aquí, mi gatito gruñón, acompáñame a traer los cubiertos de la cocina mientras tu padre y tu hermano cortan el pastel y sirven el refresco. — su madre tendió su mano hacia él y él la tomó, por más 'enojado' que estaba, el pequeño adoraba a su madre y cualquier contacto que tenía con ella lo ponía muy feliz.
Cuando estuvieron en la cocina su madre se giró para poder verlo.
— ¿Aún estás enojado, gatito? — el menor solo asintió, pero ya no tenía ninguna señal de enojo en su rostro — ven aquí — la mujer lo cargó y lo sentó encima de la encimera — te voy a explicar algunas cositas, que no creo que entiendas muy bien ahorita, pero cuando crezcas espero lo recuerdes y lleves siempre presente... ¿harás eso por mami?
El niño no muy convencido de haber entendido solo asintió.
— Cuando seas grande Yoongi, vas a conocer a alguien, tal vez sea una hermosa chica o un apuesto jovencito, no te vas a dar cuenta, pero poco a poco esa persona se va a meterse en tus pensamientos, cuando veas a esa persona vas a sonreír, sentirás algo cálido aquí — su mamá posó su mano en el lugar donde se encontraba su corazón — y tu también vas a querer que lo único que haya en su rostro sea una sonrisa, la vas a querer cuidar y proteger siempre, ¿viste cómo tu papi siempre me cuida? — el menor asintió sonriendo, pues su mami era un poquito descuidada y casi siempre su papi la salvaba, su mami siempre le decía que era 'su héroe' — bueno, así también serás tu con esa persona, no vas a querer que nada malo le pase, y eso, pequeño mío, se llama amor, tu eres mi amor y tu papi junto con tu hermano también lo son, yo te amo muchísimo y siempre te voy a proteger, y cuando encuentres a esa persona, tú la vas a cuidar y proteger, nunca vas a lastimarla ni hacerla llorar por algo malo, ¿está bien? ¿le prometes eso a mami? — su mamá puso su meñique frente a él y el niño sonrió.
— ¡Sí! ¡Yoonie también será el héroe de alguien! ¡Yoonie feliz, muy feliz! — el niño emocionado juntó su meñique con el de su madre, mientras ella le llenaba la cara de besitos.
Ese pequeño estaba muy feliz... sin embargo, ese fue el último cumpleaños que pasó junto a su familia.
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Fin del Flashback
— Ustedes deben ser los señores Kim, ¿verdad?... ¿o me confundí de departamento? — el pálido fingió comprobar el número ubicado en la parte superior de la puerta y el papel que tenía en su mano.
Cuando levantó la mirada aún con una confusión fingida vio como el moreno fulminaba con la mirada a su esposo mientras que de mala gana tiraba el brazo ajeno fuera de su hombro... y algo dentro del rubio se alegró.
— Sí, pero si bien estamos casados, decidimos conservar nuestros apellidos, él es el señor Kim, y yo el Señor Park... — explicó el tercero — ¿Usted es...?
— Qué tonto soy, mucho gusto. — tendió su mano como saludo, la cual fue tomada por Park — Soy Agust...
— ¿Quién? — cuestionó Bogum.
El moreno solo se limitó a observar y escuchar la conversación de ambos hombres, aún estaba procesando el acontecimiento. Agust se encontraba en su casa, frente a su aún esposo. ¿Qué hacía ahí?
— Otra vez me disculpo... — el rubio sonrió y fingiendo incomodidad y retiró su mano que no fue estrechada por el contrario y acarició su nuca, ok, un motivo más para odiarlo — Seguramente esperaba a mi compañero, pero él no pudo venir hoy, así que me mandó a mi en su lugar... vengo de parte del señor Hwang, escuché que quería contratar mis servicios para un trabajo.
Y ahí fue que el menor sintió como si le hubiera caído una cubeta de agua fría.
El rubio no estaba ahí por él, no se arriesgaría así... pero también sí se encontraba ahí era para él. Era contradictorio, pero Taehyung lo entendía.
Agust nunca hubiera ido a la casa de alguien que lo quiere contratar para hablar sobre ello, tenía sus reglas, y era que cualquier trato lo hacían en un lugar que el mayor conociera a perfección, por sí era alguna trampa. Agust se encontraba ahí para que indirectamente el chico supiera que su esposo quería contratar a alguien para matar.
La pregunta es... ¿A quién?
Buscó respuestas en los ojos del mayor, pero éste solo lo miró por un segundo y volvió a posar la mirada en su esposo... Taehyung también lo observó, y vio a Bogum tenso, nervioso.
No contestó por unos segundos.
— ¿Hwang?... ¡oh cierto! — su voz de asombro fingida no pasó por desapercibida por el moreno — pero el servicio y todo ello lo íbamos a ver mañana en mi oficina, ¿no le dijo eso?
— Sí, el señor Hwang lo mencionó, pero debe saber Señor Park, que soy el mejor en mi trabajo, y por ello es que no tengo mucho tiempo libre — soltó con una sonrisa arrogante — y como le mencioné el que iba a venir por el trabajo que solicitó era un amigo mío, el cual tuvo que viajar, así que solo lo estoy sustituyendo como un favor que le debo... pero si no puede ahora, no hay problema, puede esperar a que él vuel...
— No no, pasé... puede sentarse unos minutos mientras me cambio por algo más abrigado y vamos al bar de este hotel... — se puso a un lado arrastrando a Taehyung consigo para dejar que el rubio pase al departamento — Amor, puedes ir a ponerte algo, tenemos visitas y no creo...
— ¡No soy tu amor, Bogum! — el menor se giró enojado y se fue hacia el cuarto de invitados.
Otra sensación de calidez invadió el pecho del pálido.
— Disculpas por eso, está algo enojado porque discutimos justo antes de que llegara... — se excusó Park y el rubio solo asintió — Bueno, bajo en cinco minutos, iré a cambiarme.
Pronto Agust vio que el cuerpo del joven se desaparecía por las escaleras y empezó a inspeccionar con la mirada todo el lugar, era de esperarse que el lugar sea grande y lujoso, cuando su mirada se dirigió hacia la cocina pudo observar a Taehyung acercarse sigilosamente hacia él.
— ¿Quién es el objetivo? — preguntó sin rodeos, pero despacio para que el departamento no hiciera eco y se escuchara hasta el segundo piso.
— Es peligroso que me hables aquí, tu esposo puede bajar en cualquier momento...
— Solo responde. — se apoyó contra el respaldar de uno de los sofás que estaban enfrente del rubio.
— No lo sé aún... bueno, creo que sí, pero tengo que confirmarlo y lo haré después de hablar con él. — el rubio no despegó la mirada del moreno.
— ¿Soy yo? — si bien quiso decirlo despacio no salió tan bien, así que automáticamente miró hacia el segundo piso para corroborar que su esposo no estuviera ahí.
— Te lo diré después de hablar con él, ahora anda a cambiarte, por favor. — demandó Agust.
Tras un intercambio de miradas más, el menor suspiró y se marchó, no iba a lograr sacarle algo al mayor en esos escasos segundos que tenía antes de que bajara Bogum y los viera juntos.
Luego le escribiría o se escaparía de aquel departamento para ir a hablar con el rubio.
ᝰ.ᐟ