- ¿Qué haremos ahora?
- Apenas hemos terminado de almorzar Emi. - Responde Ethan dejándose caer en el sillón.
Estuvimos toda la mañana fuera, caminamos por una montaña, luego intentamos pescar, nos lanzamos por una tiroleza que pasaba por encima del rio y llegamos a comer. Thomas contrató una cocinera, aunque la cena ayer con los niños no salió tan mal como esperaba, sorprendentemente si sabían lo que hacían.
- Yo digo que descansemos, me duele la cabeza. - Me siento junto a Ethan y después de dejar caer mi cabeza hacia atrás cierro los ojos.
Desperté con algo de dolor pero se ha intensificado, mi teoría es que se debe al cansancio extremo de estas semanas.
- Esta bien, pensaba que esta tarde estuviésemos aquí jugando juegos de mesa o pueden salir a jugar al bosque, los cuidarán los guardaespaldas. - Propone Thomas.
- ¡Yo quiero ir afuera! - Dice Katie con emoción, aunque no le veo la gracia, está helando afuera.
- ¡Yo voy con Katie! - Agrega Amelia.
- Vale, pero, en un rato, los guardaespaldas están cambiado de turno. Por ahora estén adentro. - Les indica su padre.
Tomo postura y abro los ojos de nuevo, me marea un poco el movimiento. Thomas se ha sentado en otro sillón mientras las niñas tiran sus juguetes en la alfombra.
- Estoy de acuerdo. - Musito en un suspiro.
Los niños se entretienen rápidamente, así que me dedico a revisar mi celular. La señal no es muy buena, aún así, tengo un mensaje de Mike.
M: "Perdona por desaparecer, he ido al hospital hoy y no estabas, espero que estés bien"
Oh vaya. Después de 2 semanas sin saber de su existencia, aparece.
E: "Eres un idiota"
No tarda mucho en responder de regreso.
M: "Me alegra que estés bien, me gustaría verte, ¿puedes?"
E: "Estoy por fuera hasta el viernes, luego te explico. Y en serio, eres un idiota"
Después de TGB Mike no fue a trabajar. Literalmente desapareció. Lo busqué en todas partes y no dio señales, solo dejó un mensaje diciendo: "Estoy bien, vuelvo pronto".
Le dijo lo mismo a su madre, así que tuve que reasignarme a su ausencia qué, para ser sincera, no fue nada fácil, solo habían pasado dos dias y ya lo extrañaba. Extraño tan solo desahogarme con él y sus consejos, o qué me haga reír.
Después de estar un par de horas haciendo literalmente nada y sintiéndome cada vez peor. Thomas le da luz ver a los niños qué se van a jugar afuera. Cuando quisimos acompañarlos insistieron terriblemente en qué debíamos quedarnos.
Últimamente actúan extraño, y la gran "coincidencia" es qué esas situaciones que ellos crean, terminan con Thomas y yo a solas.
- ¡Eleanor!
- ¿Qué? - Respondo desde la habitación principal.
Aquí dormí con Katie y Amelia. La verdad, entramos las tres perfectamente en la gran cama.
- ¿Puedo? - Lo escucho tras la puerta que apenas está ajustada.
- ¿Qué quieres?
- Voy a entrar.
- Tú no... - Se cortan mis palabras cuando entra a la habitación con un plato en la mano - ¿Qué haces? ¿Te vas a dormir? - Pregunta confundido, tal vez porque estoy bajo él cubrecamas.
- No me siento bien. - Explico sin querer moverme.
Él acerca más y me extiende el plato.
- Tengo galletas de chocolate, ¿quieres?
- Quisiera pero, siento que vomitaré en cualquier momento. - Me siento en mi lugar sin quitar la cobija de mis piernas, él deja el plato en la mesa de noche y se sienta en el borde de la cama.
- Te ves mal.
- Gracias. - Respondo con sarcasmo, me siento así.
- Solo venia a decirte que venderé mi casa.
- ¿Cuál?
- En donde vivo ahora mismo, la venderé. - Se ve un poco afectado por el tema así que decido darle mi atención.
- ¿Por qué?
- Quiero cerrar una etapa, no la necesitaré estando en Nueva York. Y cuando vuelva, conseguiré otra.
- Tus razones son válidas. Pero, ¿por qué me lo dices?
Se me hace raro que me cuente algo de su vida sin que yo esté involucrada, ya nuestra relación no es así, así que espero esa parte de la historia donde soy mencionada, pero, él frunce los hombros como respuesta.
- Quería contártelo. Cuando me pasan cosas en la vida o quiero tomar decisiones, eres la primera persona a la que quiero contárselo.
- Incluso me cuesta creerte eso.
- Si, olvidaba que tu ya no confías en mi. - Frunce los labios y se hace un extraño silencio. - Esto es raro - Se pone de pie. - Mejor me voy, perdón por molestarte.
Se da la vuelta y esta vez lo detengo.
- ¡Espera! - Se voltea de nuevo sin expresión.
- ¿Qué?
- Quiero preguntarte algo que no me ha dejado dormir.
- Si, pregunta. - Se da la vuelta hacia mi acercándose de nuevo.
- ¿Puedes prometer que me responderás con la verdad?
- Ya veremos. - Se cruza de brazos expectante.
- No, tienes que prometerlo.
- Eleanor, no puedo. - Se ve ahora serio.
- No me importa. Promételo, será la única vez que te pida algo así.
Pasa una mano por su rostro pensativo y después de unos segundos, asiente levemente.
- Bien, lo prometo. - Se sienta de nuevo en el borde de la cama.
- ¿Qué pasó con Monica?. - Suelto sin más, él me mira con molestia.
Aquella pregunta no ha salido de mi cabeza desde mi conversación con Monica en TGB.
- De todas las cosas que pudiste preguntar, solo por este tipo de preguntas no quería prometértelo. - Admite ciertamente irritado mientras se pone de pie de nuevo.
- Ya lo haz hecho, respóndeme.
Desvía la mirada y se mueve dudoso y estresado.
No lo sabe pero, me está respondiendo con su comportamiento.
- Pensé que sería más fácil para mí ocultarte esto pero, eres demasiado lista. Y aún sabiendo que no te conviene saber la verdad, insistes en querer escucharla. Así qué te jodiste Eleanor porque te diré toda la maldita verdad.
Me quedo estupefacta por el tono que utiliza, una rara inseguridad en mi se dispara y mis náuseas solo aumentan.
- Adelante, te escucho. - Apenas puedo pronunciar esas palabras pretendiendo seguridad en ellas, él traga saliva y fija sus ojos en los míos.
- No me acosté con Monica, jamás lo haría. - Admite con tranquilidad.
No dudo un momento en qué este mintiendo, lo veo en su mirada, dice la verdad.
Algo en mi interior se vuelca.
- ¿Por qué me hiciste creer qué así fue? - Pregunto pretendiendo estar aún más tranquila de lo que él aparenta.
- Primero pensé que lo hacía por evitar qué decidieras renunciar a lo tuyo por mi. Luego me di cuenta que la verdadera razón eran mis miedos e inseguridades. - Lo miro confundida, él empieza a explicar - Amarte ha sido de las cosas más increíbles de mi vida, y siento que no te merezco, tú eres increíble, y no puedo ni empezar a describir lo mucho que significas para mi. Por ti daría mi vida Elle. Pero, siempre pensé qué en cualquier momento la cargaría y me dejarías. Pensé qué te haría demasiado daño, qué sería para ti, una condena amarme. Por eso hice todo lo que hice, para alejarte de mi.
- ¿Por eso me alejaste de los niños? - Le cuestiono con lágrimas en los ojos. La verdad no sé ni cómo sentirme.
- No quería que fuesen una distracción en tus planes, vi toda la influencia que tenían en ti. Luego contacté a Amy, porque no quería que estuvieras sola. Y no fue complicado convencerla, es una buena amiga.
- ¿Y lo dices así? ¿Cómo si nada? - Ahora sé que me siento realmente engañada. Mucho más de lo que me sentí cuando lo vi con esa mujer.
- Tú querías la verdad. - Se expresa con tanta tranquilidad qué solo alimenta mi enojo.
No sé si quería saber la verdad realmente. Ya había superado su supuesto engaño, esto es empezar de cero.
- ¿Qué hay de Oliver? - Pregunto sorbiendo mi nariz.
- De eso solo necesitas saber qué él no te volverá a molestar.
- A este punto puedo pensar qué le hiciste algo.
- ¿Te preocupa?
- Claro que no. Me preocupa que te metas en problemas por esa basura y qué luego quiera vengarse con los niños.
- Está todo bien, nadie está en problemas. - Suspira - Oliver está vivo, y no te diré más al respecto, eso no tiene nada que ver con nosotros.
- Claro que tiene mucho que ver porque ahora siento qué tengo frente a mi a alguien completamente diferente y no se siente bien. Nada bien.
Mi cara está húmeda por las lágrimas, estoy confundida... Muy confundida. Además, mi estomago duele al igual que mi cabeza, y tengo muchas náuseas.
- Debes saber que no me arrepiento de nada de lo que hice, lo haría de nuevo, aún pienso que eres demasiado para mi.
Odio sus palabras, su tono, sus mentiras.
- ¡Te odio! - Le grito con la rabia invadiéndome. Mis palabras hacen que sus ojos se humedezcan.
Me mira incrédulo mientras yo bajo de la cama rápidamente y corro al baño, donde vomito todo lo que he comido en los últimos días.
- ¿Estas bien? - Thomas se acerca, yo extiendo la mano abierta hacia él indicándole que se detenga y al parecer hace caso.
Me lavo la cara y la boca para regresar a la cama. Él espera de pie junto a esta con los brazos cruzados, puedo ver lágrimas en sus mejillas.
- Déjame sola por favor. - Musito dejándome caer sobre la cama, evitando su mirada.
- Elle... ¿Hay alguna posibilidad de que estés embarazada? - Pregunta en un hilo de voz.
Yo me quedo en silencio con el corazón palpitándome en la garganta y una corriente extraña recorre mi cuerpo, eso no lo había pensado.
- Tú silencio dice mucho. - Agrega minutos después. Limpia sus mejillas con velocidad y me mira con real tristeza.
Mi corazón se estremece.
- No es posible. - Digo finalmente.
Si, tengo una vida sexual activa pero, tomo anticonceptivos. Además, al estar embarazada me sentiría diferente ¿no?
La verdad ni siquiera sé cuando menstrúe por última vez.
- Mandaré a alguien por una prueba. - Saca su celular del bolsillo y empieza a escribir.
- Thomas, no. Déjalo.
- Ya está hecho. - Guarda de nuevo el celular.
La verdad, no tengo ánimos ni fuerza para detenerlo.
Ambos nos quedamos en silencio unos minutos, apenas se escucha como sorbemos la nariz.
Tengo demasiadas cosas en la cabeza, cosas que no sé como empezar a procesar. Por ahora solo intento tranquilizarme y no actuar a través de la rabia que siento, todo lo contrario, estoy buscando poder terminar esta conversación en paz.
- Siempre haz dicho qué no te merezco; - Rompo el silencio con la vista perdida en la pared frente a mi. - Yo pienso que el hecho de que lo pienses hace qué tal vez sea cierto. Y que hayas dudado de mi, refuerza aquello. - Fijo mis ojos en los suyos - Por si aún lo dudas, mi amor por ti siempre ha sido puro y sincero, nunca te mentí sobre lo que sentí y no lo haré ahora.
- Lo siento... - Apenas musita antes de cubrís sus ojos, pues llora en silencio con arrepentimiento.
- Este es tú problema, no debes perdonarme, debes perdonarte a ti mismo.
- No me odies... - Me mira de nuevo, sus ojos están rojos y sus mejillas húmedas.
- La única razón por la que podría odiarte es porque no me dejas amarte. - Le confieso en un hilo de voz, él asiente repetidas veces.
- Lo entiendo.
- Y no se que pensar de ti ahora mismo Thomas, sobrepasaste el límite. - Esta vez soy yo quien se ve más tranquila.
- No merezco nada de ti, y creo que es tiempo de que empiece a olvidarte Eleanor, a convencerme de que jamás estaremos juntos de nuevo. Necesito dejar de amarte, lo sé, pero, ¿cómo se hace eso?. - Me mira suplicante y simplemente no puedo más.
Me pongo de pie y me acerco a él.
En su mirada puedo ver lo afectado que está, sus mejillas están empapadas, su nariz roja y sus ojos hinchados, de repente, ya no se ven tan azules.
- No hagas eso. - Le digo con suavidad, él me mira confundido.
- ¿Qué quieres que haga entonces? No te entiendo, si tú me lo pides todo el tiempo.
- Thomas, fuiste un idiota. Me causaste muchísimo daño, por ti derramé demasiadas lágrimas. Y aún así, yo te veo, y mi corazón entero se estremece... - Ake mira en silencio - No puedo ofrecértelo de nuevo, no ahora. Aunque esté en contra de mi voluntad pero, debo cuidarme. - Tomo sus manos y entrelazo mis dedos con los suyos - Para amar a alguien debes aprender a amarte a ti primero. Así entenderás que nos merecemos el uno al otro, qué merecemos ser felices, amarnos sin preocupaciones, merecemos darle a nuestros hijos un hogar lleno de amor. - Sonrío ligeramente. - Merecemos envejecer de la mano, yo quiero hacerlo... Y aunque sé que tú quieres, no podrás hacerlo si no entiendes eso. Solo sabotearas nuestra felicidad una y otra vez.
- ¿Cómo lo hago entonces?
- Necesitas voluntad y ayuda; ayuda de un profesional, y yo estaré contigo también, los niños... - Suelto una de sus manos para limpiar sus mejillas, luego dejo mi mano reposar en una de estas y lo miro fijamente. - Déjame amarte Thomas, por favor.
Y decir aquellas palabras en voz alta hace que se me revuelva de nuevo es estomago. No solo sé lo estoy pidiendo, me lo estoy afirmando a mi misma, a mi absoluta negación.
Cada parte de Thomas me encanta, cada cosa que dice, o hace para hacerme feliz. Cada centímetro de su cuerpo, cada mirada.
Esto me asusta.
Si, mucho.
No quiero que vuelva a hacerme lo que me hizo pero, no podré estar tranquila sin saber que no lo intentamos una vez más.
- ¿Es cierto lo que dices?. - Me mira algo incrédulo.
- Mis manos tiemblan por lo real qué es y lo mucho que me asusta.
Sonríe y toma con más firmeza mis manos.
- Yo quiero amarte también. - Dice un poco más tranquilo.
- Demuéstralo entonces, haz un cambio en ti.
- ¿Y luego?
- Luego hablamos tú y yo. - Le muestro una pequeña sonrisa qué él regresa.
- ¿En la bañera? - Levanta una ceja divertido cambiando su semblante.
- Donde tú quieras. - Le sigo el juego y ambos sonreímos, es inevitable hacerlo.
- ¿Y si estás embarazada? - Pregunta con preocupación.
Yo siento un escalofrío y luego frunzo los hombros.
- Aún querría estar contigo.
¿A qué no se lo esperaban?
Esto lo escribí el mismo día que se estrenó "Hold Me", estaba muy feliz y así salió...
¿Qué pasará ahora? ¿Ellie está embarazada? ¿Cambiará Thomas para estar con Ellie? ¿Aceptaría un bebé de otro hombre? ¿Habrán cambios?
Yo los leo y me retiro a dejar el adelanto.
Y taaaaaaaaaaaan esperado por ustedes: Próximo capítulo, narra Thomas.
¡Besos!
Sophie Lenom