Pagaran por lo que hicieron

By E_Rodriguez

4.2K 196 25

"Bienvenidos a mi tonta vida, maltratada, fuera de lugar, incomprendida, equivocada, siempre menospreciada, s... More

Pagaran por lo que hicieron
Capítulo1: Una infancia difícil
Capítulo 2: Bienvenidos a mi... vida
Capítulo 3: Macbeth primera parte.
Capítulo 4: Macbeth, segunda parte.
Capítulo 5: Bienvenida a la realidad
Capítulo 6: Empire State of Mind
Capítulo 7: Comenzar de nuevo
Capitulo 8: Pedido de ayuda
Capítulo 9: Acercamiento
Capítulo 10: Entrenador personal
Capítulo 11: Secretos
Capítulo 12: Mentiroso
Capítulo 13: ¿Cómplice?
Capítulo 14: Ya no más
Capítulo 15: Viejo Harvey
Capítulo 17: Fiesta y copas de más, primera parte
Capítulo 18: Fiesta y copas de más, segunda parte
Anuncio
Capítulo 19: Citas
Capítulo 20: Sociedad y viajes
Capítulo 21: La presa y el predador
Capítulo 22: Juegos de seducción
Capítulo 23: Demons
Capítulo 24: Un viaje al pasado.
Capítulo 25: Problemas; Primera parte
Capítulo 26: Problemas; Segunda parte
Capítulo 27: Nuevas sensaciones
Capítulo 28: El día después; Primera parte
Capítulo 29: El día después; Segunda parte
Capítulo 30: Volver a casa
Capítulo 31: Rostros conocidos y otros no tanto
Capítulo 32: Rumores de Instituto
Capítulo 33: Alianza
Capítulo 34: Estrategia
Capítulo 35: El otro lado
Capítulo 36: La broma
Capítulo 37: Infiltrada
Capítulo 38: Hamptons; Primera parte
Capítulo 39: Hamptons; Segunda parte
Capítulo 40: Hamptons; Tercera parte
Capítulo 41: La feria
Capítulo 42: "Dime con quien andas..."
Capítulo 43: La confesión de la reina
Capítulo 44: Recuperación y reencuentro

Capítulo 16: Laila

123 3 0
By E_Rodriguez

DOS AÑOS DESPUES…

 

Doy un respingo y caigo de la cama cuando mi sueño se ve interrumpido por la fuerte música que se oye.

Acaricio mi cabeza  y me siento en el borde de la cama, luego de un par de minutos salgo de mi habitación y me meto en el baño, lavo mis dientes, mi cara y luego me hago una coleta alta.

Vuelvo a entrar a mi cuarto y me pongo un pantalón de chándal negro junto con mi vieja camiseta de Deep Purple. Salgo al pasillo y entro en la habitación que se encuentra frente al baño. La música ahí adentro está dos veces más alta de lo que se oye en el resto de la casa.

—¡Ryder!—le grito desde la entrada pero la música está tan fuerte que es imposible que logre escucharme.

Le grito su nombre un par de veces más pero él sigue muy concentrado en el saco de boxeo, camino a sus espaldas hacia el reproductor de música mientras él sigue lanzando golpes.

—¿Qué haces?—pregunta girándose inmediatamente una vez que hago que la casa quede en completo silencio nuevamente.

—Intento no quedar sorda antes de los veinte.—le muestro una sonrisa falsa.

Se acerca amenazante hacia mí hasta quedar a tan solo un par de centímetros de distancia. Me observa fijamente, desafiándome y comienza a acercar su rostro lentamente al mío al ver que yo lo miro de igual forma.

La intensidad con la que me observa es tal, que no soy capaz de mantener mi mirada y finalmente desvío mi vista hacia un lado, mientras, puedo sentir sus ojos fijos aún en mí, inspeccionando mi rostro mientras siento como la sangre sube hasta mis pómulos. Soy conciente de la sonrisa de satisfacción que hay en su rostro por haber ganado esta “batalla”.

—¿Vamos a entrenar o qué?—digo mientras me acerco al saco de boxeo.

Se me queda mirando un par de segundos con esa estúpida sonrisa aún en su rostro y antes de hablar humedece sus labios—Hagámoslo aquí.

Comienzo a dirigirme hasta una de las caminadoras pero él me detiene antes de que pueda subirme a ésta, indicándome que comience haciendo sentadillas. Obedezco su orden y él vuelve a encender el reproductor pero esta vez baja el volumen y toma asiento en la banca ubicada junto a las pesas.

Cuando estoy a la mitad de mi rutina, gracias al enorme espejo que abarca completamente una de las paredes, puedo notar sus ojos puestos en mí pero no le doy importancia y sigo con lo que estoy haciendo.

—¿Ocurre algo?—pregunto luego de haberlo atrapado mirándome más de tres veces.

Ryder simplemente se limita a negar en silencio y vuelve su atención a la pesa que levanta con su brazo derecho. De un momento a otro la puerta se abre y Maddison asoma su cabeza.

—Por favor díganme que no han estado todo el día aquí dentro.—dice acercándose a nosotros.

—¿Todo el día? ¿Qué hora es?—pregunto poniéndome de pie.

—Las dos de la tarde.—responde y hace una mueca al comprobar que, realmente, hemos pasado el día entero ahí dentro—Ven, vamos a almorzar.

—Está bien.—respondo tomando una toalla de las estanterías—¿Vienes con nosotras?—le pregunto a Ryder mientras me acerco a Mad.

—No. Tengo cosas que hacer.—responde y se pone de pie para apagar el reproductor.

En ese momento Mad y yo cruzamos miradas y ambas sabemos lo que la otra está pensando. Irá a encontrarse con esos dos chicos.

—Vámonos, estoy muriendo de hambre.—me dice Mad tirando de uno de mis brazos hacia la salida.

Me detengo en la puerta y giro sobre mi misma para observar a la persona detrás de mí.

—Feliz cumpleaños Ryder.—digo con una pequeña sonrisa.

Él gira su cabeza en  mi dirección, hace una mueca y asiente en forma de agradecimiento. Tengo la intención de acercarme a él, darle un abrazo o al menos un apretón en el hombro pero antes de que pueda siquiera considerar una de todas las opciones en mi cabeza, Mad me empuja fuera de la habitación.

—Vamos, ve a ducharte. Tengo grandes planes para hoy.—dice metiéndome al baño.

Luego de unos segundos Mad vuelve a abrir la puerta y me lanza algo de ropa a la cara, ordenándome que me de prisa.

Luego de bañarme en tiempo record, ya que  Mad no paró de gritarme desde fuera del baño, me metí en mis viejos jeans desgastados y pasé mi sudadera de Mike Wazowski por mi cabeza. Al salir del baño me encuentro a Maddison saliendo de mi habitación con un par de bolsas de basura.

—Uhm… ¿Qué estás haciendo?—digo acercándome a ella.

—Tirando… algunas cosas, ya sabes, es bueno hacer un poco de Reiki… para cambiar las energías… y… todo ese asunto…

—¿Te refieres al Feng shui?

—¡Sí! Eso, eso es a lo que me refería…—me responde algo nerviosa, es muy obvio que está tramando algo.

—Oh… me parece bien, gracias…—digo sonriendo.

Al ver que está distraída, de golpe le arrebato una de las bolsas y me alejo mientras ella me sigue desde atrás, intentando detenerme. Al abrir la bolsa siento mi mentón rozar el suelo, ésta está llena con mi ropa. Miro a Maddison con los ojos como platos, sin poder articular palabra.

—Por favor, no me mires así.

—¿Estabas a punto de tirar mi ropa?—digo sin salir de mi asombro.

—Creí que querías cambiar…

—Claro que sí. Pero no puedes tirar toda mi ropa sin decírmelo, Maddison.

—Okay, estás molesta…

—¿Eso crees?—tomo ambas bolsas y entro a mi habitación dando un portazo.

Me arrodillo en medio de las dos bolsas y comienzo a sacar mi ropa y a doblarla haciendo pequeñas pilas en el suelo.

—Julie…—me llama Maddison entrando en la habitación.

—Ya sabes que no quiero que me llamen así.—le interrumpo sin quitar mis ojos de lo que estoy haciendo.

Le escucho soltar un suspiro y luego se arrodilla frente a mi.—Lo siento. Tienes razón, no debí hacer lo que hice sin preguntártelo primero. Es solo que… tenía un gran día pensado para nosotras y… supongo que me dejé llevar por todo eso. Lo siento.

—Lo sé, solo querías ayudar. Es solo… creo que…—suspiro—Creo que no estoy lista para dejar todo esto atrás, para tirarlo todo a la basura…

—Creo que sería bueno, para tu “cambio”, el deshacerte de estas cosas. Pero no tienes porque deshacerte de todo. ¿Qué dices si eliges que cosas quieres conservar?—sugiere metiendo una mano en una de las bolsas.

—Me parece bien…—asiento.

Los siguientes minutos los pasamos decidiendo qué es lo que realmente quiero conservar y qué no. Finalmente decido quedarme con algunas de las camisetas de mis bandas favoritas y una de las que me regaló Ulises, por supuesto también conservé la sudadera que Roxie me regaló hace tanto tiempo. Para cuando terminamos de poner toda mi ropa en las bolsas, el ambiente se ha vuelto a alivianar.

Maddison literalmente me arrastra escaleras abajo y una vez que nos hemos deshecho de las bolsas con mi vieja ropa corre como niña pequeña hasta su coche. Durante el camino no quita la sonrisa de su rostro y sinceramente ha comenzado a asustarme esa mirada que tiene, justo en estos momentos temo por mi integridad física al haber dejado mi cambio de imagen en manos de Mad.

—¿Lista para el gran cambio?—me pregunta mientras estaciona el coche fuera del centro comercial.

—Eso creo… creí que iríamos a comer primero.—respondo tratando de demorar lo más posible lo que sea que Maddison tenga pensado hacerme.

—Y eso haremos. Será mejor que recobres las fuerzas para el gran día de hoy.—me dice sonriente.

—Okay…

(…)

Les confieso que mis intentos de demorar los planes de Mad fueron completamente inútiles. En menos de veinte minutos ya nos encontramos pagando por la comida y ni siquiera espera a que el empleado tome el dinero, simplemente se levanta y me arrastra fuera del local.

—Muy bien, comencemos.—dice frotando sus manos.

—Realmente no estoy muy segura de querer hacer esto…

—¿Qué? ¿Por qué?—me pregunta mientras lentamente la desilusión se adueña de su mirada.

—Es que…—no consigo terminar la frase, las palabras se quedan en mi garganta y dirijo mi atención a mis manos mientras juego con mis dedos.

—Escúchame.—me dice tomando mis hombros—Sé que esto puede resultar… aterrador, pero debes confiar en mí. Te prometo que haré que todos vean lo hermosa que eres y que siempre fuiste.—finaliza tratando de darme ánimo.

Suelto un suspiro cediendo a sus palabras.—¿No será nada demasiado llamativo, cierto?

—Lo prometo.—responde alzando su mano derecha.

—Bien ¿por dónde comenzamos?

—Primero al salón de belleza.—me dice enlazando su brazo con el mío.

Una vez que llegamos al salón un hombre usando una camisa y pantalón de vestir negro nos recibe con una perfecta sonrisa.

—Maddison muñeca, pasa.—habla el tipo ignorándome completamente.

—Hola Paolo.—responde Mad y ambos se saludan dando dos besos al aire.

—Ay por Dios preciosa, te ves perfecta.—comienza a alabarla el tal Paolo—Cariño, tengo la revista con tu última sesión de fotos y solo puedo decir una cosa, estás in-cre-i-ble.—finaliza chasqueando en cada una de las silabas.

Mad le sonríe cordial y luego se acerca un poco a mi—Muchas gracias, pero hoy no estoy aquí por mi.—el tipo la observa atento. No puedo creer que esté ignorándome de tal forma—Hoy es tu día de suerte. Vas a hacerle un cambio radical a mi amiga.

Paolo me escanea completamente sin decir una sola palabra y luego vuelve su atención a Mad—¿Por dónde quieres comenzar?

—Depilación.—giro mi cabeza de golpe al oír a Mad pero antes de que pueda decir nada Paolo aplaude un par de veces y una chica se acerca a mi.

Me lleva hasta una habitación en la cual hay una silla similar a las de los consultorios de dentistas y junto a ésta puedo notar una especie de olla humeante con algo color beige dentro. Inmediatamente trato de escapar de esa habitación pero la chica que viene detrás de mi me impide el paso.

—¿Depilación con cera?—pregunto aterrada. Según sé eso duele como los mil demonios.

—Tranquila, todos aquí nos depilamos con cera. No es tan malo como parece.—trata de tranquilizarme la rubia mientras se sienta en el banquillo junto a la extraña silla.

La chica me indica que me quite los pantalones y luego da un par de palmadas en la silla frente a ella para que tome asiento.

—¿Es tu primera vez?—pregunta mientras veo como toma un palito y revuelve un poco el contenido del recipiente.

Siento como pasa la sustancia pegajosa por mi piel mientras asiento en respuesta a su pregunta.

—Muy bien, verás soy una persona muy charlatana, así que… háblame de ti ¿Cómo te llamas?

—Lai…

No consigo terminar de responder al sentir el maldito tirón.

(…)

No puedo explicar con palabras lo mucho que estoy odiando a Maddison en estos momentos. Me coloco la bata que me entrega la chica que acaba de depilarme y fulmino con la mirada a Mad mientras ella me muestra una sonrisa de disculpas. Cojeo hasta una de las sillas que están fuera de la habitación y me siento con sumo cuidado en ésta. Separo mis piernas sin importarme el verme completamente masculina. En estos momentos hasta el ogro Shrek se vería más femenino que yo pero me importa un pepino, por culpa de Maddison ahora no puedo cerrar las piernas. ¿La razón? Tres malditas palabras.

Depilación. De. Bikini.

Luego de que terminan de depilar mis cejas y de hacerme las manos y pies, es turno de Paolo. Me acerco hasta la silla que está ubicada junto a él y tomo asiento, Paolo toma una gran capa de peluquería y la prende detrás de mi cuello.

—¿Siempre usas una coleta?—me pregunta mientras quita lentamente la banda elástica de mi cabello.

—Si.—respondo mientras él me despeina un poco.

—¿Y que hizo tu cabello para merecer eso?—hago una mueca al ver la gran marca que ha dejado la banda.—Descuida, cuando termine contigo quedarás irreconocible.

La siguiente hora Paolo dedica cada minuto a tratar mi cabello mientras me da algunas indicaciones de qué hacer para cuidarlo. Antes de cortar mi cabello él decide oscurecerlo unos cuantos tonos, en un principio me niego rotundamente pero me es imposible el mantener mi postura cuando Maddison y él comienzan a decirme un montón de razones por las cual debería teñir mi cabello, consiguiendo finalmente, que me rinda ante ellos. Ahora básicamente soy morocha, según Mad y Paolo ese color hace resaltar mis ojos, lo cual es bastante cierto.

—¿Puedo hacerte una pregunta?—digo cuando salimos del salón de belleza. Mad asiente incitándome a seguir hablando—¿No elegiste precisamente este día para hacer mi cambio de imagen por la razón que estoy pensando, cierto?

—No sé en que razón estás pensando pero voy a decir que… ¿No?—alzo una ceja en respuesta—Vamos, tenemos que ir a comprar la ropa.

Mientras recorremos el centro comercial mirando las tiendas puedo notar que la gente me mira de forma extraña, lo cual es bastante comprensible ya que parezco un pato caminando.

Nos metemos a una tienda con Mad y ella inmediatamente se pone a rebuscar entre todas las prendas combinando conjuntos para que luego me pruebe.

—¡Mira eso! Sí tienes un par de piernas.—bromea conmigo cuando me pruebo una falda floreada que eligió para mi. Le saco la lengua divertida mientras le sigo el juego.—Estaba comenzando a pensar que las habías dejado en esos feos pantalones de chándal.

—¡Oye! No estaban tan mal…—respondo haciendo un puchero con los labios.

Como deben imaginar nos pasamos el resto de la tarde recorriendo tiendas para mi “nueva yo”. Antes de terminar de comprar prendas a Mad se le ocurre hacer mi cambio de ropa en ese momento, es decir, llevándome las prendas puestas.

Ambas estamos repletas de bolsas y en lo único en que puedo pensar es en sentarme en el auto de Mad y encender el aire acondicionado. Apenas acaba de comenzar el verano y el calor ya puede sentirse con facilidad.

—Antes de ir al coche debemos hacer una parada mas…

—Mad…—digo con una mirada de advertencia, ella me responde haciendo un gesto hacia una tienda que está frente a donde nos encontramos. Abro los ojos como platos al ver lo que vende la tienda.—No. De ninguna manera, no. Me niego a usar lencería de zorra.

—Jul… Laila—se corrigió a si misma—No será lencería de zorra. Además necesitas dejar de usar esa ropa interior de… ¿Batman? ¿O era el Capitán América?

—¡Shh!—la callo inmediatamente, no puedo creer que haya dicho eso en medio del centro comercial, el cual, está atestado de personas.

Esta vez yo tomo su brazo y la llevo a la tienda antes de que siga hablando, la vergüenza que siento de estar siquiera entrando a una de estas tiendas me supera, siento como mi cara arde y probablemente estoy más roja que Clifford el perro gigante.

Comienzo a tomar prendas al azar para poder finalmente salir de la tienda, después de todo no tengo por que usarlas realmente ¿cierto?. Maddison me detiene cuando me dirigía hacia el pequeño mostrador a pagar lo que acababa de tomar.

—Esto…—dice quitándome lo que tenía en las manos y poniéndolo frente a mis ojos—sí es lencería de zorra.

Hago una mueca al ver la tanga color rosa flúo que tome sin darme cuenta y Maddison se encarga de dejarla junto con las otras.

—Buenas tardes ¿buscas algo en especial?—se me acerca una vendedora justo cuando me encuentro sola en medio de la tienda.

—Uhm… yo…

—En realidad estamos buscando algo que sea discreto pero también atrevido.—interviene Maddison apareciendo junto a mi.

La vendedora asiente en silencio y nos hace un gesto para que la sigamos.—Aquí encontrarán lo que están buscando.—nos informa con una sonrisa.

—Muchas gracias. También estoy buscando algo…—no logro oír lo que dice Mad ya que se aleja con la vendedora y luego desaparecen en otro sector de la tienda.

Me quedo mirando la infinidad de conjuntos y puedo decir que estos son muy bonitos, no son tan “atrevidos” como las tangas flúo, por cierto ¿Qué con las tangas flúo? Da igual. Los colores pastel son los predominantes y todos los conjuntos tienen un toque atrevido con un poco de encaje aquí y allá. Creo que podría usar algo como esto.

Finalmente decido comprar tres conjuntos y agradezco a todos los santos cuando Maddison finalmente saca las llaves del coche, sinceramente esto puede calificar como deporte, creo que acabo de quemar más calorías de las que quemo en los entrenamientos con Ryder.

Ryder…

¿Que pensarán él y George cuando me vean? Inmediatamente comienzo a contemplar mi reflejo en el espejo retrovisor, aún no puedo creer que esa persona sea yo, me es imposible reconocerme en el espejo.

—¿Te encuentras bien?—pregunta Maddison mientras toma un atajo a casa.

—Sí, es solo que… no puedo creer que la del espejo sea yo.—respondo con una sonrisa.

—¿Preparada para que todo el mundo te conozca? Laila—dice enfatizando el Laila y no puedo contener mi sonrisa.

Esperamos unos segundos mientras vemos como la cerca metálica se abre automáticamente permitiéndonos el paso a la mansión. Luego de bajarnos del auto Mad me pide que aguarde unos segundos mientras reúne a los demás, antes de eso me cuenta que va a ser toda una sorpresa el cambio ya que nadie sabía qué tenía pensado y también quiere darme una “digna presentación”. A veces creo que exagera demasiado las cosas.

Espero detrás de la puerta de entrada mientras escucho como habla con las personas dentro de la casa. Finalmente escucho la frase “Quiero que conozcan a Laila”.

Los nervios se apoderan de mi estomago pero los ignoro y tomo el picaporte de la puerta, siento como los segundos corren más lentamente de lo normal mientras abro la puerta. Del otro lado de ésta me encuentro inmediatamente con Mad y frente a la gran escalera se encuentran George, Penélope y Ryder. Todos se ven bastante sorprendidos.

Penélope inmediatamente saca un pañuelo del delantal que lleva puesto y se lo lleva al rostro secando la pequeña lágrima que baja de sus ojos. Inmediatamente abre los brazos y se acerca a mí envolviéndome entre ellos fuertemente, le correspondo el abrazo mientras carcajeo un poco por su reacción. Luego de soltarme se acerca a Mad, la abraza de igual forma y le da un pequeño beso en la superficie de su mano para finalmente dirigirse hacia la cocina con una gran sonrisa.

Observo las reacciones de las dos personas restantes, George me mira sonriente.

—Te ves hermosa.—me dice dándome, también, un abrazo. Lo noto algo pensativo pero tal vez son solo es mi imaginación.

Por último Ryder. Él simplemente me escanea el cuerpo una y otra vez desde su lugar sin decir ni una palabra. No logro descifrar su mirada.

—Estás casi lista para la fiesta de esta noche.—habla Maddison tratando de terminar con el silencio que se acaba de formar de pronto.

—No habrá fiesta esta noche.—responde Ryder serio.

—¿Qué quieres decir con que no habrá fiesta?

—He decidido cancelarla.—le responde de igual forma que antes.

Bien, la fiesta de la que tanto hablan es la que organizó Ryder por su cumpleaños numero veinte y lleva planeándola por al menos, un mes, así que no sé porque de pronto se le ocurrió cancelarla pero ya que.

—Podemos ir a otro lugar.—sugiero mirando a Mad.

—Tienes razón. Después de todo esta ciudad está llena de discotecas.—respondió dedicándole una mirada desafiante a Ryder.

¿De que me estoy perdiendo?

Ryder cierra los puños a sus costados y déjenme decirles que si las miradas mataran, Mad ya estaría unos cuantos metros bajo tierra.

—Está bien…

******************

WAAAAAAAAAAYYYYYYYYY ¡No puedo creerlo! pasamos las 1700 visitas!!!!!! muchisimas graciaaaaas. No saben cuanto significa eso para mi, no tengo palabras para agradecerles lo suficiente :)

Bueno me calmo :D

En multimedia les dejo una foto de la nueva Julie (Laila)

Cancion del capítulo: On Top Of The World-Imagine Dragons

Voten y comenten si les gustó el cap.

De nuevo muchisimas gracias por leer bellezas :)

*Emy*

Continue Reading

You'll Also Like

4.7M 421K 79
Nunca debí caer por él. Sin embargo, tampoco detuve mi descenso. Nada logró apaciguar las maliciosas llamas de deseo que se prendieron dentro de mí. ...
731K 50.9K 40
Harriet Campbell, famosa cantante y compositora, toda una super estrella. Harriet tiene todo en la vida, fama, éxito, el mundo a sus pies. Tiene abs...
541K 35.1K 101
Becky armstrong es una chica de 15 años que queda embarazada de su novia Freen. Será que Freen Sarocha se arrepiente por no haber usado protección...
229K 12.9K 39
Ayla Walker pasó de ser una simple fan de la formula 1, que sólo fue a una carrera gracias a un concurso, a ser la nueva novia de Charles Leclerc, pi...