(Inserten la canción que se encuentra en multimedia)
La noche anterior tuve que fingir estar bien, Leonel solamente acudió al Penthouse para hacerme sentir una mierda y cumplió su objetivo.
En estos momentos mi labio inferior está perfectamente maquillado y el labial rojo cubre el moretón.
De tan solo recordar que anoche lloré hasta quedarme dormida, me hace lagrimear y por ello parpadeo.
La entrevista comienza dentro de 4 horas y la mansión se encuentra bajo mucha tensión. Mi madre se encuentra dándole órdenes a los empleados mientras papá habla sobre los temas que se hablaran en la entrevista.
Según mis padres todo debe salir perfecto.
Aunque las gemelas aún no terminan de arreglarse me encuentro con Alessandro, el comedor familiar es el único sitio de la mansión que se encuentra en paz y silencio.
Admiro el vestido de satén que hace conjunto con toda la familia que viste de color negro. Según mi padre debemos demostrar la elegancia que desprende el apellido Ricci.
Este incómodo silencio me está hartando y observo a mi hermano, el cual luce muy mal y hasta diría que me preocupa...
— ¿Estás durmiendo? Esas ojeras lucen fatales.
— Desde que llegué aquí no logro descansar.
Una empleada termina de servir el café y mi hermano empieza a jugar con sus dedos nerviosos.
— Si tienes que decir algo, solamente dilo... — lo animo y él toma aire.
— Antes que nada, mereces una enorme disculpa y explicación de cómo sucedió todo. — asiento — Tú más que nada, sabías que mi cartera como modelo estaba en su mejor momento y... Louisse intento sacar provecho insistiendo que en otro país lograría más cosas que aquí en Roma.
"Era una idea genial y cuando acepté me di cuenta de que había cometido un error grandísimo."
— Darle ese poder a nuestra madre de decidir en tu vida. — termino por él.
— A partir de ahí insistía en buscar pareja, que eso sería lo mejor para mi imagen a pesar de que ella sabía de mi relación no formal con Jullise.
Mi hermano y ella nunca tuvieron algo oficial y eso siempre odio mi madre.
— La carrera como modelo era algo pasajero, pero Louisse tenía otros objetivos y por ello, quise renunciar a esta familia. — habla — Frank y ella siempre querían moldear todo lo mío, cuando decía alguna opinión de mi vida... no era válida y eso me hastío.
"Tú y yo sabemos lo poderoso que es Frank con la ley, no tienes ni la menor idea de los contratos tan inhumanos que hace firmar a todo aquel que trabaje para él y... yo fui uno de ellos."
Escucho atentamente sus palabras sin interrumpir, mi padre me platico de ello cuando entre a trabajar en la empresa.
Frank los llama como "Contrato de confidencialidad."
— Mentiría al decirte que fui obligado, pero estaba cansando de no tener una vida libre y eso era una oportunidad. — cierro los ojos. — Renuncie al apellido, pero nunca me dijeron que también renunciaría a Jullise y a ti...
"Ellos se encargaron de hacer un infierno con mi vida, tuve que iniciar desde 0 limpiando casas y tiempo después papá me buscó para darme dinero lo cual no acepte. Quise saber de ti y Jullie, pero él no quiso hablar de ustedes, decía que esto era el castigo de haber escogido una vida feliz y libre."
Las últimas palabras arrugan mi corazón, Frank puede ser un padre amoroso, pero es todo un hijo de puta.
— Antes de firmar aquello, ¿Sabías de la existencia de Adriano? Jullise tuvo un embarazo donde luchaba con la depresión.
Ojalá y no...
Ojalá y no...
Ojalá y...
— Siempre fui y seré un cobarde y ese fue el motivo por el cual no me despedí de ti y ella. La última vez que hablé con Jullie discutimos porque me había dicho que la prueba de embarazo resultó positiva... — confiesa — Ella quería abortar y nunca me dio el derecho a opinar sobre eso, cuando comenzó la presión de firmar aquel contrato Louisse me mintió al decir que ella había abortado.
La mierda que es mi familia cada día me sorprende más.
— Inicie mi vida con un rencor hacia todos, incluso a ti y no fue fácil, créeme que cuando me entere de la existencia de aquel niño tengo ese sentimiento de culpa al creerle a Louisse y no haber buscado a Jullise. — su voz se quiebra — el remordimiento nunca me dejará en paz.
Suelto un suspiro al escuchar el dolor en aquellas palabras, su voz se intentó quebrar, pero Alessandro se mostró fuerte y en ningún momento soltó una lágrima.
— Me sorprende la escoria de familia, es irónico que nuestra madre nos hable de lo importante que debe ser la familia y apoyarnos... — exhalo — Jamás podre perdonar que me hayas dejado sola con Jullie, pero eres mi hermano y siempre te necesitaré además de que todos merecemos una 2 oportunidad.
— Lo de ella y Addriano son un asunto del cual no buscaré un perdón, lo único que quiero recuperar es a ti.
Doy una media sonrisa.
— ¿Sabes?, siempre admiré esa valentía al renunciar a esta familia lo único malo fue el daño psicológico hacia Jullie. — confieso — Todas las noches pensé en ti y quería obtener esa fuerza cuando mi madre me comprometió, pensaba una y otra vez... ¿Seré capaz de hacerlo?.
"En las noches dormía imaginando escenarios falsos donde nos reencontramos y seguíamos en busca de nuestra felicidad lejos de toda la farsa."
No borro mi sonrisa y algunas lagrimas caen al recodar aquellos momentos.
— Eso es sorprendente... no quisiera hablar de tu compromiso porque no tengo derecho, pero te entiendo al dejarte llevar por la influencia de Louisse.
Todos la culpan... pero, ¿Realmente ella es la causante?
Yo misma arruine mi reputación, acepte trabajar en la empresa sabiendo que tendría muchas críticas.
— Acepto mis errores y la que más culpa tiene soy yo, porque estoy enamorada de otro hombre y probablemente eso sea mi destrucción.
Alessandro se queda callado y me pongo de pie dispuesta a salir, han pasado varias horas rapidísimo y el repentino abrazo de mi hermano me sorprende.
— Disfrútalo, lo mereces más que yo.
El olor de su perfume y su cercanía empiezan a hacerme lagrimear y lo abrazo con más fuerza. Ese abrazo que tanto necesite desde que se fue...
— Eres mi hermano mayor y créeme que no te guardo odio... — murmuró — Un poquito talvez.
Ambos soltamos una risita y nos separamos.
— Prometo no volverte a decepcionar, seré una mejor persona por todos los que lastime.
En especial por Addriano, quien la pasé muy mal con su madre ausente.
Terminamos hablando sobre el estado psicológico de Jullie, aunque no es mi obligación decirle mi hermano estaba preocupado y le pedí que no le hablara hasta que ella esté lista.
Una de las empleadas nos avisa que mi madre nos busca, las fotografías toman por inicio y nos acomodan en una zona blanca donde reflectores de luz iluminan mi mirada.
Me duele tener que fingir ser la familia perfecta, tener que hacer este tipo de fotografías para callar la verdad de nuestra familia.
Los Ricci somos unos falsos, y no he aprendido a lidiar con eso.
— Listo, pueden iniciar. — nos avisa el fotógrafo.
Nos dirigimos hacia la sala donde mis padres saludan al entrevistador, una de las revistas más famosas quiere tener la exclusiva y por supuesto mis padres se la dieron.
La entrevista son especialmente hacia mis padres, mientras que mis hermanas y Alessandro nos encargamos de sonreír y hablar cuando nos den permiso.
El tema principal somos nosotros y como día con día quieren destruirnos, agradezco que no hablen del tema de Jullie y Addriano.
— Dicen que los Ricci son poderosos, pero ¿Eso involucra tener obscuros secretos?
Frank ríe con cinismo.
— Todas las familias tienen secretos, ¿Quién no los tiene?
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Al terminar la entrevista tuve que acudir a la empresa junto con mi padre, quien de último momento nos tenían notificación del proyecto Davilson.
Al llegar me sorprendió saber que Brian tiene una oficina la cual se encuentra en el mismo despacho de mi padre.
Tal parece papá le tiene mucha confianza.
Hace unos momentos acabo de llegar al hotel D'Ángelo, desde ayer no tengo contacto con Leonel y agradezco que sea así.
Aquel golpe en la mejilla me hizo darme cuenta de que no quiero tener una vida de este modo... y menos si ayudo a mujeres que sufren de violencia.
— Señorita Amelia. — el llamado de un señor de la 3 edad me hace mirarlo.
Nunca lo había visto y luce un traje negro formal, su cabello café obscuro hace conjunto con sus ojos y extendiendo su mano la cual acepto.
— Soy el chófer de Leonel, ¿Qué se le ofrece? Porque le informo que no se encuentra...
Son las 8 de la noche, a lo mejor debió salir.
— Necesito hablar urgentemente con él y quisiera esperarlo en su habitación. — le digo amablemente, pero él hace un gesto de negación.
— El señor Leonel odia que invadan su espacio personal sin su permiso, ¿Él está informado de esto?
Mierda, este señor es un dolor de cabeza.
— Sí. — miento sin borrar mi sonrisa y termina dándome la llave de la habitación.
Al menos fue útil al darme la llave, tenía pensando en pedirla en recepción haciéndome pasar por su amada prometida la cual dejaré de ser en unas horas...
Si todo resulta bien.
Cruzo el vestíbulo y las personas me sonríen y saludan al reconocerme, realmente el hotel es un inmenso lugar y si no tendría esos pequeños letreros me perdería.
Al entrar al ascensor exhalo y tomo aire al sentir los nervios, no quiero ser una cobarde y dejar que él me maltrate siempre porque ya demostró que no cambiara...
Esos ataques de celos demuestran su verdadera personalidad, me asusta que sepa de mi romance con Brian y las consecuencias que contengan...
Las puertas se abren y me dan acceso para seguir mi camino, la habitación es de las últimas y el pasillo es largo y sin decoraciones lo que hace verlo tedioso y eterno.
Desde que me encontraba en la empresa quería planear el discurso para dar mis razones, pero no tenía cabeza al tener bastante trabajo.
Esta mañana fue horrosa al saber que tengo mi periodo, los cólicos me hacen vivir un infierno y más si me encuentro hormonal.
Dejo soltar un gran suspiro cuando me siento en el único sillón de la habitación.
"Oye Leonel, por el bien de nosotros debemos terminar con esto... aceptaré las consecuencias y no me importa el daño hacia mi reputación."
No, eso es muy patético.
"¿No crees que esto es dañino? Tú sabes que soy infiel y no por eso dejaré que me maltrates..."
Un cólico me hace soltar un quejido y mierda, no tengo idea de que diré. Tengo que hablar de mis razones para dejarlo, decirle que Brian no tiene nada que ver en esto...
Que renunció por mi bienestar y porque le tengo miedo.
Observo mi reloj y me sorprende saber que llevo 15 minutos esperando, quisiera informarle que estoy aquí, pero me pongo de pie para ir al baño.
Hago mis necesidades y pongo ambas manos en el lavabo observando mi aspecto, de mi bolso saco mi labial y doy unos retoques a mi maquillaje.
Al querer salir y caminar hacia unas voces me detienen.
— Leonel, que alegría verte de nuevo.
¿Qué hace ella aquí?
Santísima mierda, si ella llega a saber que quiero anular el compromiso... me mataría.
— Hablemos.
Ambas voces de Leonel y mi madre, me obligan a esconderme y pegarme detrás de la pared. Tengo la ligera sensación de que esto no es bueno...
— La razón por la cual estoy aquí es por preocupación. — habla mi madre — Amelia enojada puede ser muy impulsiva y me preocupa..
Leonel la interrumpe y la intriga empieza a ponerme ansiosa.
¿De qué mierda hablan? No estoy entiendo nada...
— Déjate de ridiculeces y dame un precio por tu silencio.
Mi madre ríe cínicamente y aunque no pueda verlos, estoy segura de que ella tiene esa mirada de superioridad.
— No nos conviene decir nada, mientras ambas infidelidades queden en el olvido. — confiesa mamá — Amelia puede destruirnos...
La confesión hace quedarme en shock, los latidos de mi corazón empiezan a ser más fuertes y rápidos que con las siguientes palabras de Leonel forman un nudo en mi garganta.
— ¿Ella destruirme?, ambos somos unos infieles que cuando ella se follaba a ese imbécil yo...
Mi corazón empieza a latir con desesperación y trato de regularizar mi respiración sintiendo como el coraje inunda cada célula de mi cuerpo.
— Que mier... — mis palabras quedan en el aire cuando observo la asquerosa escena de ellos besándose.
Un jadeo sale de mi boca sintiendo la falta de aire y las lágrimas salir, ellos se separan ante mi voz y sus ojos recaen sobre mí.
— Amelia...
— Hija...
Niego mirando hacia mi madre, la cual en sus ojos no refleja remordimiento y no puedo ni siquiera creerlo.
Mi propia madre me traicionó de la peor manera.
Soy tan ingenua al suponer que no me decepcionaría nuevamente.
Al imaginar una relación envidiable de madre he hija...
— ¿Por qué me haces esto?.. — pregunto sin quitar la mirada sintiendo el corazón hecho pedazos.
Los sollozos no dejan de salir y empiezo a tomar aire por la nariz.
— Eres mi mamá, ¿Qué carajo pasa por tu mente al estar con él?
Ahora todo tiene su sentido.
Al yo ocasionar los problemas que arruinaron mi reputación, me puse en bandeja de plata para que ella llevara al cabo sus planes de convertirlo en su amante.
Esa maldita insistencia de conocerlo, de aceptar un estúpido compromiso falso....
Todo fue planeado por ella.
— Las cosas no son como tú piensas... — la molesta voz de Leonel me hace dirigirme hacia él furiosa.
— ¡Dios! Ella es mi madre... — la observo — ¿cómo pudiste?
Cuando estamos cerca no pierdo tiempo en darle un bofetón, mi mano derecha arde ante el fuerte golpe y mirarlo con rabia.
— De ti no me sorprende, pero quiero que sepas que te destruiré la vida. — mi voz sale cargada de ira — Ambos conocerán a la verdadera Amelia Ricci.
Salgo de la habitación del hotel escuchan los llamados de mi madre y los grifos de Leonel, corro por el pasillo en busca del ascensor.
Es impresionante como nuevamente la tristeza y decepción me abarca, dejándome en un sentimiento que no podré salir de ahí...
Más allá de la traición del italiano, lástima más que fuera mi propia madre. La cual siempre me inculcó ser una mujer respetable.
Las personas que pasan por el vestíbulo me observan, y con mis manos limpio las lágrimas. Mi vehículo se encuentra a las afueras del sitio y entro corriendo.
Con las manos temblorosas empiezo a buscar mi teléfono en el bolso y llamar rápidamente a esa persona, la que debe hacerse responsable de mi madre.
— ¿Hija?. — la voz de mi padre me hace sollozar.
— Papi... necesito que vengas al hotel de Leonel.
Narrador omnisciente.
Mientras el caos empezaba a iniciar, la italiana tenía una responsabilidad muy dura y es revelar la infidelidad de su madre con su supuesto prometido.
Mientras tanto en aquella habitación del italiano...
— ¡Eres una estúpida!
Leonel no se detiene al momento de darle una bofetada a Louisse.
— Acabas de destruir todo. — le reprocha y la rubia solamente sonríe.
Louisse sabía que su hija se encontraba en esa habitación, ella tenía planeado ese beso con Leonel con el objetivo de proteger a su hija y que aquella infidelidad jamás se revelará.
— Por mi hija soy capaz de destruirme, Hope es lo más importante en mi vida y no voy a permitir que Amelia destruya su futuro. — confiesa — Podré manejar a Frank y ese beso quedará en el olvido.
Leonel niega incrédulo ante aquellas palabras.
— Tu vida perfecta seguirá intacta, pero mi relación con tu hija se destruyó por... — lo interrumpe.
— Fue tú culpa. — le dice — Nunca debiste acostarte con Hope, Leonel.
— Te acabas de meter con el líder de la mafia italiana, créeme que esto te saldrá muy caro Louisse.
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La mansión Ricci se encontraba con todas las luces apagadas, un ambiente muy tenso junto con un viento muy fresco era lo que ponía la piel de gallina.
Frank Ricci escuchaba con atención las palabras de su hija, a la cual tuvo que recoger preocupado por sus sollozos y como las palabras se ahogaban con el llanto.
Amelia no podía dejar de llorar, ella no esperaba eso y la reacción de Frank dejaba mucho a la imaginación.
Frank sabía que hija de puta puede ser Louisse, él sabe la clase de persona con la que está casado y desde hace tiempo busca la manera de deshacerse de ella sin alertar a los medios de comunicación.
— Papi, dime algo.
Frank agradece que sus otras hijas e hijo, se encuentren con su abuela materna y no puedan presenciar esto.
— Louisse siempre fue la decepción de esta familia, ella es mi error del cual arreglaré.
Mientras Frank se retiraba a su despacho para realizar una llamada y una de las empleadas le entregaba un té caliente a la italiana. A las afueras de la mansión se estacionaba el coche de Louisse.
Ella camina sin preocupación y una sonrisa se forma en sus labios al ver el vehículo de su hija Amelia.
— Es sorpresa que todavía tengas el descaro de venir aquí. — le dice Amelia a su madre quien se detiene en el lumbral del living.
— Tanto decías que odiabas ese compromiso y te di una razón para anular el contrato. — habla — Mañana haces público tu rompimiento y Leonel quedará como el malo mientras tu reputación sube.
Amelia contiene su odio apartando la mirada, la raza que tenía en sus manos se resbala ocasionando un estruendo del cual Frank sale de su despacho.
Amelia se compara con la hermosa rubia, que viste un precioso vestido que marca muy bien su silueta sin olvidar ese costoso abrigo de piel y su cabello muy bien peinado.
Ella es lo contrario a Louisse.
— Te esperaba con ansias, esposa.
Ambas mujeres se sorprenden por el término y voz de Frank, su esposa camina para besarlo, pero él la detiene.
— Siempre fuiste una perra o como muchos lo llamarían una oportunista. Te di todo lo que me pedías: Joyas, vestidos de diseñador, zapatos, bolsos, viajes y hasta estatus... — le encara — Aunque no lo creas, siempre te fui fiel.
Louisse ríe ante lo último.
— Te di 3 hijas y merecía todo eso y más, aunque supongo que estás olvidando que perdoné tu amorío con Edén Davis.
El corazón de Amelia empieza a latir fuertemente y más cuando su padre reconoce aquel amorío.
— ¿De qué está hablando?...
— Esto no tiene importancia ahora, Amelia. — aclara Frank.
Todo sucede muy rápido cuando el timbre de la mansión suena y una de las empleadas le da acceso a los 2 sujetos vestidos de enfermeros.
— ¿Ellos quienes son?
La pregunta de Amelia queda en el aire cuando se empiezan a dirigir hacia Louisse.
— La familia está enfrentando situaciones críticas, cariño y la solución es internarse en un psiquiátrico. — le avisa Frank con tono burlón.
Louisse tiene un déjà vu cuando puso a su hija en la misma situación con la diferencia de un matrimonio forzado.
— Púdrete, Frank... no puedes hacer esto.
— En estos momentos, la ley te calificó como incapaz civil y, por lo tanto, no puedes opinar de tus derechos y obligaciones.
Un juez fue sobornado para calificar de esa manera a Louisse.
— Recuerda nuestra frase cariño, "La familia es primordial y por ellos se da todo"... incluso si eso significa destruirnos.
Frank sonríe cuando ella intenta correr y los enfermos la sujetan de una manera brusca poniéndole la camiseta de fuerza.
Amelia con lágrimas en los ojos observa la escena con terror, ella sabe lo poderoso que es su padre y esto es una prueba más.
— Esto debe ser demasiado difícil para ti, pero ven que tu papá necesita un abrazo.
Y por primera vez, Amelia ve a su padre vulnerable dándole ese abrazo que tanto necesita pero nunca pide.
¡holiii! Espero tengan un excelente año nuevo y les deseo que se la pasen muy bien.
Le damos la despedida al personaje de Louisse, una villana que tendrá mucha importancia en la próxima historia 👀.
¿Que opinan del capítulo?
Estamos a la mitad de la historia, falta poco para el final.🔥