Alexia:
Estuvimos bailando por un largo rato, divirtiéndonos a lo grande con las miradas de todas las personas y de la tal Paola encima, a kilómetros se notaba que no me tragaba, a pesar de su apariencia sofisticada, su cabello bien arreglado y cara de que no rompe ningún plato se ve que es de las personas que arrojan la piedra y esconden la mano.
La velada seguía, mis padres normalmente llegan muy tarde de estas fiestas así que no creo que nos fuéramos a ir temprano...
—Hija es hora de irnos, mañana tienes clases así que despídete de tu galán— retiro lo dicho, primera vez que vengo a una fiesta de estas y nos vamos cuando mejor lo estoy pasando.
—Papá...— lo regañe y Nicolás contuvo la risa.
—¿Nos vemos mañana?— asentí y le sonreí desanimada, no me quería ir.
—Hasta mañana— suspire lo mire un momento con su carita sonriente y di un par de pasos hacia la salida pero regrese frente a él — este...Yo ya me iba, solo... Gracias por hoy, me divertí mucho en verdad.
—Yo también me la pase muy bien contigo— nos quedamos en silencio solo mirándonos y sonriendo como dos idiotas.
—¡Alexia, vámonos! — grito mi padre ya afuera.
—Me voy...— Nicolás me hizo cara de tristeza y yo reí un poco.
—No te vayas...— susurro y me miro con su cara roja de la vergüenza y tomó mi mano ¡Pum! Un panal de mariposas exploto dentro de mi estómago, mis mejillas estaban completamente rojas lo podía sentir .
—¡Muchachos!— mi padre apareció junto a nosotros y soltamos nuestras manos inmediatamente, no se ni a qué hora ni cuando entro de nuevo a la casa — parecen adolescentes de secundaria, mañana se van a ver no sean ridiculos, Nicolás gracias por cuidar de mi hija, ya me la llevaré— soltamos una pequeña carcajada — espero y cuando se casen y tengan mi edad sigan igual de tórtolos.
Subí al auto de mis padres y nos fuimos a casa, tenía que llegar a hacer tarea pero no sin antes responder una serie de cuestionamientos de mi padre durante el trayecto a casa ¿Por que conoces a Nicolás? ¿Es tu novio? ¿Desde cuando se conocen? ¿Por que no me lo habías dicho? ¿Cuantas cartas de amor te a dado? ¿Ya pensaron en el futuro? Y el gran final de la charla con el ¡USA PROTECCIÓN!
Mi papá es lo mejor del mundo pero algunas veces esta chapado a la antigua, si por él fuera quisiera que me relacionara con las personas como él lo hacía en su época, que utilizaran cartas de amor, Ramos de flores, platicar afuera de la puerta de tu casa y esas cosas que ya casi no se acostumbran.
Llegamos a casa y me fui directo a mi habitación para hacer tarea, me quité zapatos y el vestido que traía puesto y me puse mi pijama para estar cómoda, saqué mi computadora para hacer una investigación de matemáticas y terminé durmiéndome antes de terminarla.
El despertador comenzó a sonar y me levante igual que siempre, como un zombie, me di un baño y me vestí para ir a la universidad, salí de casa con un paraguas por que para mi mala suerte llovía a cántaros. Después de un largo y mojado camino llegue a la universidad, pasaron las clases como de costumbre y Nicolás no se presentó a ninguna clase de las que teníamos juntos.
—Alexia espera— apareció Melissa corriendo— ¿Tienes algún plan ahorita?
—Ninguno, ¿Por que?— respondí
— Ven conmigo entonces, luego te explico — tomó mi mano y me llevo con ella, en el portón de la universidad ya se encontraba el padre de Melissa esperándola, vestido con un traje y corbata negro.
—Hola Alexia, qué gusto verte — dijo el señor Cesar.
—Hola, que tal...
—¿Listas?— Miro a Melissa sonriente y ella asintió un poco molesta y yo estaba con cara de ¿Que diablos hago aquí?— Aquí están las cosas que me pediste hija— le paso una pequeña maleta desde el asiento delantero.
—¿A donde vamos? —le susurre.
— Toma— me arrojó un vestido rojo ignorando completamente mi pregunta — somos la misma talla, así que si te queda, también usa estos — me arrojo unos zapatos
—Mel, me estás asustando— la mire confundida — a donde vamos, tengo que avisarle a mis padres que llegaré tarde.
—Ya les avise, no te preocupes, les dije que te quedarías a dormir en mi casa y dijeron que estaba bien.— me sonrió.
—¿A donde vamos?— volví a preguntar y ella me miro fijamente.
—Solo es un cena, mi padre se va a comprometer con su nueva novia y no quería ir sola, si fuera por mi no iría — suspiro enfadada, los padres de Melissa llevan muchos años divorciados y cada uno a vuelto a hacer sus vidas, la novia del padre de Mel es una persona súper amable, solo que Melissa no la quiere por que tiene una hija que le cae muy mal, "lo bueno que ella vive casi siempre con su padre" dice Melissa.
Llegamos al estacionamiento del restaurante y el papá de Melissa se adelantó para nosotras podernos cambiar en el coche, parecíamos caricatura, haciendo circo maroma y teatro dentro del vehículo. Después de unos minutos bajamos del auto como todas unas divas y nos dirigimos hasta la entrada del restaurante, era un lugar muy lujoso, con grandes ventanales en la entrada y candiles por todos lados, se podría decir que era de la alta alcurnia, las mesas con cristalería fina y con flores como centros de mesas, había un montón de cubiertos, que creo que la mayoría de personas no sabemos para que se utilizan. Aún no llegaba la señora Isabel, al llegar el papá de Melissa seguía solo en la mesa.
Le contaba a Melissa lo que pase ayer durante la fiesta del trabajo de mi papá, lo mucho que me divertí con Nicolás cuando de pronto al señor Cesar se le iluminó el rostro con una gran sonrisa, había llegado la señora Isabel, el papá de Melissa rápidamente se puso de pie para recibirla.
—Cariño— se vieron con emoción y se dieron un pequeño beso en los labios— Siento haber tardado a mi hija le salió un contratiempo... —dijo apenada—Viene con su novio ¿Espero no causar molestias?
—Nada de eso, todo está bien mi amor— se volvieron a dar un pequeño beso, y llego el mesero con la carta para tomar la orden — Esperaremos unos minutos joven.
—No sabía que traería a la odiosa de su hija— Melissa me susurró antes de que llegaran a la mesa.
—Yo estoy aquí contigo para apoyarte moralmente — le susurre y comenzamos a reír.
—Allá vienen — dijo la señora Isabel con una gran sonrisa, voltee hacia atrás y no podía creer lo que mis ojos veían.
—Wey...¿Que hace aquí Nicolás? Creí... que tu y él tenían algo...— susurro.
—Yo también lo creí...— sentí como dentro de mi algo se rompía, estaba decepcionada de mi y sentía pena por haberme ilusionado con el, tal vez yo lo mal interpreté y el solo era amistoso conmigo, aun que su comportamiento de ayer no tenía como explicarlo, un nudo se formo en mi garganta al verlo de la mano de Paola, el me miro un momento con una gran sonrisa pero lo ignore.
—Paola hija, ya conoces a Melissa la hija de Cesar— sonrió hipócritamente— ella es Alexia, mejor amiga de Melissa.
—Si, ya tenía el gusto de conocerla mami, espero que también podamos ser amigas— me sonrió y yo fruncí el ceño, de que diablos habla si ayer me trato como basura, con ganas de darle un par de cachetadas.
—Nicolás ella es...
—Ya las conozco, vamos a la misma Universidad— me sonrió de nuevo, pero yo baje la mirada.
Llego el mesero nos tomó la orden y después de unos largos e incómodos minutos comenzamos a cenar, sentía la mirada de Nicolás a cada minuto que pasaba, Melissa lo mataba con la mirada cada que podía. Terminamos la cena y fue el brindis con un poco de música de un violinista que ya estaba planeado por el restaurante, después le entregó un hermoso anillo de oro blanco. Yo ya quería salir de ahí, solo quería llegar a casa y llorar mientras escuchaba música sad, ese sentimiento de traición me invadía a cada momento y me daban unas ganas inmensas de gritarle y decirle de cosas, pero lo resolví cada que esas ganas de gritarle volvían me servía una copa de vino blanco y me la bebía como si fuera agua, aun que solo llevaba un par ya estaban haciendo efecto y me sentía un poco mareada.
Pasaron algunas horas y yo seguía ahí, llorando en silencio, me daba lástima a mi misma, nunca en la vida creí que estaría llorando por un chico en una fiesta de compromiso, ya se había hecho medianoche y el padre de Melissa dijo que ya era hora de irse, aun que nos dejaron ahí abandonadas, pagaron la cuenta y el señor Cesar y la señora Isabel se desaparecieron del lugar, creo que adelantaron la luna de miel.
—Melissa... nos vamos, no me siento bien— le hice cara de tristeza.
— Vamos amiga, en mi casa te espera un gigante helado de chocolate— Nos dirigimos a la salida y Nicolás esperaba fuera.
—¿Las llevó a casa?— dijo sonriente
—Estamos bien traidor,caminaremos— dijo Melissa enojada y Nicolás solo frunció el ceño confundido.
—¿Traidor? ¿De que hablas?— caminamos un poco— no las dejare ir y menos caminando a esta hora — se puso frente a nosotras.—Vamos mi auto está en el estacionamiento...—Fuimos con él por que si tenía razón, era demasiado peligroso ir solas a casa a esta hora de la noche, subimos a su auto y estuvimos en silencio —¿Que les pasa? ¿Por que están tan molestas conmigo? No sabía que tu padre se casaría con la señora Isabel— miro a Melissa esperando respuesta alguna, pero nosotras le hacíamos la ley del hielo. después de unos minutos llegamos a la casa de Melissa y bajamos rápidamente del auto.— Espera...— me tomó del brazo y me hizo detenerme antes de entrar a la casa.
—Alexia vamos entra...
—Solo déjame unos minutos con ella— Melissa rodó los ojos y entro a la casa sola.
—¿Estas bien?— buscaba mi mirada con sus ojos, los cuales yo evadía.— ¿Por que te has comportado así de cortante toda la noche? Por más que lo pienso, no entiendo...
—Solo...— respire profundamente para controlarme si no comenzaría a llorar, soy demasiado débil en este tipo de cosas— solo me hubiese gustado que me dijeras que Paola es tu novia.— lo dije y sentí un poco de liberación en mi interior.
—¿Novia? ¿De que hablas?...— tenía el ceño fruncido y estaba realmente sorprendido con lo que le acababa de decir.
—Isabel, lo dijo cuando llegaron...
—Alexia...— se rascó la frente y caminó de un lado a otro y se detuvo frente a mi — quiero dejar en claro algo aquí y ahora... — suspiro dudando si podía seguir hablando o no— la única persona que quiero que sea mi novia, mi mejor amiga, mi confidente, mi pareja, como lo quieras llamar la tengo frente a mi en este momento— lo mire fijamente—Paola no es nada más que una amiga de años, hoy me invito a esta cena y no me quedo de otra más que decirle que si por que llevo a su madre a "convencerme"
—Pero Nico...— en un milisegundo sus labios ya estaban pegados a los míos, me congelé unos segundos, creo que mi cerebro no proseaba lo que sucedía en estos momentos, se separó de mis labios rápidamente apenado por lo sucedido me miro unos segundos y si pensarlo me abalancé hacia él tomándolo de sus hombros para robarle el aliento, en un beso tierno que solo roza la piel de sus labios, un dulce beso que se deja caer poco a poco, tomando todo el tiempo del mundo para recorrer cada milímetro de su boca, mi corazón latía a mil por hora, me separé de lentamente y lo mire a los ojos, todos los malos sentimientos que tuve durante la cena desaparecieron, mi estomago revoloteaba con miles de mariposas, y mis mejillas estaban rojas, no creí que yo me pudiera atrever a hacer algo así— Tengo... que entrar— susurre y el asintió con una gran sonrisa mientras tomaba mi mano.
—¿Nos vemos mañana?— asentí y abrí la puerta — buenas noches...— decía aun sin soltar mi mano.
—Buenas noches— le sonreí, me solté de su mano y entre a casa de Melissa con una gran sonrisa
—¡Ahhhh! ¡Que emoción!— Bajo Melissa de el segundo piso corriendo— te dije que Nico era buen partido y no es traicionero— ¡Tengo todo gravado en video!
—¡Estas loca! Borra eso— subimos riendo a su habitación, esta había sido la mejor noche de mi vida.