Cap 2.-

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Alexia:

—¡¿Qué rayos haces aquí?! –le grité eufórica.

—Yo... estudio aquí –respondió algo confundido.

—¿Desde cuándo? –le espeté mirándolo muy mal, esto no podía ser coincidencia.

—Desde siempre... Oye –rascó un poco su frente–, siento todo lo que pasó, anoche...

—¡Anoche, anoche casi me da un infarto y...! –inhalé para comenzar a decir hasta de lo que moriría.

—Solo... te estoy pidiendo disculpas –me interrumpe–, no creí que te fueras a asustar, sólo era una broma. –volteó a ver a sus amigos y ellos reían.

—Eres un idiota, ¿lo sabías?, ¿a qué persona cuerda se le ocurre hacer ese tipo de bromas a una completa extraña, y peor aún, cuando va sola en la madrugada? Por como están las cosas hoy en día, te debería denunciar por acoso.

Me di media vuelta y comencé a caminar junto a Melissa.

—¿De qué me perdí? –Melissa me miraba un poco confundida.

—De nada interesante... –di un gran suspiro y caminamos hasta el salón de clases. Acomodé mi bolso, y me senté en mi mesa. El profesor de matemáticas entro casi inmediatamente. —¿Tu lo habías visto en la universidad alguna vez?

—Creo que sí... ¿Recuerdas a ese Nick que se fue hace un año por "problemas personales"? –cuestionó haciendo las comillas con sus dedos.

—No, la verdad no recuerdo...

El profesor golpeó su escritorio con un bolígrafo para que guardáramos silencio y le viéramos.

—Chicos, atención. Él es Nicolás, espero lo recuerden, ha vuelto... –el profesor hizo pasar al chico al salón– bueno Nicolás, toma asiento, y todos ustedes, trátenlo bien, sean amigos, envíenle un instawhats o lo que sea que hagan con sus aparatos esos, socialicen –dijo agitando su mano con desdén, se acomodó sus anteojos y se puso a escribir en el pizarrón.

—¿Está ocupado? –lo miré mal y negué con la cabeza sin dirigirle la palabra, él acomodó la mochila en la silla y se sentó junto a mí. Enfoqué mi vista en el pizarrón e ignoré totalmente su presencia, el profesor había escrito varias ecuaciones para resolver así que empecé a apuntarlas en mi cuaderno– Pss, Alexia –me susurraba–, ¿me pasas la segunda? No puedo resolverla

Volví a ignorarlo mientras me concentraba en escribir. A los pocos minutos una bolita de papel cayó junto a mí, volteé a ver a Nicolás quien me miraba fijamente, desenvolví la bola de papel y tenía una nota.

"Por favor, por favor perdóname y pásame la segunda, si me la pasas te comprare un helado"

Después de la nota había el dibujo de un perrito con lágrimas.

—¿Cartas de amor en mi clase? –el profesor me arrebató el papel de las manos y antes de poder explicar algo él se puso a leerla en voz alta– Al parecer ya tiene una nueva amiga –dijo mirando a Nicolás. Luego arrugó el papel mientras todos nos observaban–. Señor Nicolás, no puedo creer que en su primer día de regreso ya me esté dando dolor de cabeza... estos problemas serán tomados como un examen así que... –miró el reloj que lleva en su muñeca– se terminó el tiempo, entreguen sus cuadernos y agradezcan a la señorita Alexia y a Nicolás –sentí la mirada de todos mis compañeros–. Algo más, Nicolás y Alexia, se pueden ir por su helado, sus ejercicios no tendrán validez en el exámen.

......

Quería matar al profesor, exageró las cosas... ¿qué rayos fue eso de "una nueva amiga"? Por eso está calvo, por tanta amargura.

—Alexia, espera –Melissa venía corriendo–. Nena, tienes que explicarme muchas cosas, has estado muy rara desde la mañana que te encontraste con Nick... –sonrió un poco y golpeó mi hombro, juguetona– creo que se puso más guapo que antes, un año sin verlo y cambio mucho. Él ya es un 10.

—¿Enserio? –la miré fijamente.

—¿Enserio qué? –me devolvió la mirada confundida.

—No todos los chicos tienen que tener apodo, has apodado a todos de la universidad que si José "el musculoso" 9, Manuel "buena pompi" 5, Jack "saca el pack"

—¿El pack de quién? Espero que no sea el mío –dice Nicolás apareciendo frente a nosotras.

¿Otra vez?

—Nicolás, te lo pediré amablemente ¿sí? Aléjate de mí, por favor, no te conozco y no me conoces y solo me causas problemas, estas como embrujado –traté de expresarlo de otra forma–, eres como mi amuleto...

—¿Amuleto? De buena suerte...

—Más bien de mala suerte –iba a volver a caminar y me detuvo.

—Te traje esto –me acercó un cono de helado de vainilla con chocolate– es... una ofrenda de paz.

Dudé un poco, pero lo tomé... ¿y si era una mala idea aceptarlo? Pero, es de mala educación rechazar comida, ¿no?

—¿Empezamos de nuevo? –asentí con la cabeza– Soy Nicolás, mucho gusto –estiró para que la estrechara.

—Alexia –tomé su mano, no estaba segura si hacía bien en aceptar este nuevo comienzo.

—Mm, y yo soy Melissa.

Ambos volteamos a verla, ella tenía cara de estar sorprendida y quizá un poco ofendida. Había olvidado que ella estaba ahí.

—Solo hay un problema... –miré el helado.

—¿Cuál? –frunció la ceja

—La vainilla me da alergia. –le devolví el helado.

No problem –lo recibió tranquilo y se lo tendió a Melissa–... Tú no eres alérgica, ¿o sí?

—Claro que no. –lo agarró satisfecha y comenzó a comerlo– Bueno chicos, me voy, tengo gimnasia y un helado... ¡Chaito!

Nos despedimos de ella y yo suspiré un poco cansada, estaba un poco cargada de emociones.

—¿Qué clase tienes ahorita? –me preguntó Nicolás metiendo sus manos en sus bolsillos.

—Ingles, creo... déjame revisar mi horario. –iba a empezar a revisar mi bolso cuando me detuvo extendiendo su mano hacia mí.

—Ven conmigo.

—¿A dónde?...











Capitulo 2, revisado, editado y mejorado

El último besoWhere stories live. Discover now