Cap 23.-

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Nicolas

No podía creer que la tenía frente a mi de nuevo, tome su rostro tratando de verla mejor pero estábamos en completa oscuridad, seque con mis dedos lágrimas que rodaban por sus mejillas.

—¿Como puede ser posible? — susurre, la luz se encendió de golpe y pude confirmar que la tenía frente a mi, le di un pequeño beso en los labios, me levante del suelo, Iván se había ido hasta la cocina ya que unas sillas se habían caído, tome a Cris del brazo y traté de levantarlo pero estaba inconsciente y su peso era demasiado.

—Necesitas una mano... — levante la mirada y mi hermano estaba justo frente a mi.

—Hugo...— fruncí el ceño, no entendía que rayos pasaba, ¿Acaso estoy muriendo y por eso puedo verlos?. Hugo tomó el otro brazo de Cris y lo sacamos al pasillo.

—¿Donde está Alexia?— la busque con la mirada en el corredor— Hermano... lleva a Cris al auto— el asintió y se fue con Cris sobre el hombro,volví a entrar al departamento en silencio y me encontré con Iván.

—¿Quien viene contigo?— me apuntaba con un arma, voltee al suelo en busca de la que yo llevaba pero no podía encontrarla.— ¡Dije que quien más viene contigo! — cargo la bala dispuesto a oprimir el gatillo.

— Yo vengo con el— Alexia salió de una de las habitaciones, Iván la vio y su cara se volvió pálida, acababa de ver un fantasma literalmente.

—¿Que?— frotó sus ojos para tratar de saber si estaba alucinado.

—Que gusto volver a verte — los estallidos que salieron de la pistola se confundieron con los truenos de la tormenta, cerré los ojos al escuchar de nuevo ese sonido hueco que al final hacía que los oídos zumbaran, Iván callo de rodillas para después dejar caer todo su cuerpo al suelo, un enorme charco de sangre comenzó a formarse, levante la mirada y vi mi arma en las manos de Alexia, camine hasta ella, le quite la pistola de las manos y la abracé fuerte.— No podía permitir que te ensuciaras las manos de sangre — comenzó a llorar.

— Todo estará bien... — le susurre al oído y los truenos de la lluvia se comenzaron a escuchar más fuertes como si se tratara de una tormenta eléctrica.

— Ya vienen por mi— dijo asustada, las ventanas del departamento se abrieron y las corrientes de aire comenzaron a entrar fuertemente.

—¿Quienes? — la tome de sus mejillas haciendo que me mirara a los ojos — ¿Quienes vienen?— comenzó a llorar y vi como poco a poco se desvanecía con cada rayo de la tormenta que caía.

—¡Alexia! — entró Hugo preocupado ya que de igual manera estaba desapareciendo— las parcas.... nos encontraron.

—Nicolás...— acarició mi rostro y seco mis lágrimas — te amo— rompí en llanto al escucharla, era indescriptible lo que sentía estaba perdiendo al amor de mi vida por segunda vez.

—No te despidas — susurre con la voz entrecortada, tratando de aferrarme a ella — llévame contigo por favor... llévame.

—Me lo prometiste recuerdas... en aquel sueño, sigue tu vida mi amor — pegó sus labios a los míos,  se separó de mi y pegó su frente con la mía — Nicolás...fue un placer... coincidir en esta vida contigo — me sonrió y así como llego a mi esta noche, desapareció como si nunca hubiera estado aquí, fue la ultima vez que vi su hermosa sonrisa y sus bella mirada.

Abrí los ojos, la luz fluorescente del techo me encandilaba, mi cabeza se sentía como si alguien me hubiese dado con un tubo o como si un camión de basura me hubiese pasado por encima, traté de moverme y mi brazo comenzó a doler, baje la mirada y vi que me tenían canalizado.

El último besoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora