Lluvia de Besos

By Karensushi

791 375 4

Abigail de veintidós años lleva diez meses desde que se graduó en una universidad de Colombia y tras su gradu... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítula 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo 43
Capítulo 44
Capítulo 45
Capítulo 46
Capítulo 47
Capítulo 48
Capítulo 49
Capítulo 50
Capítulo 51
Capítulo 52
Capítulo 53
Capítulo 54
Capítulo 55
Capítulo 56
Capítulo 57
Capítulo 58
Capítulo 59
Capítulo 60
Capítulo 61
Epílogo
Agradecimientos

Capítulo 39

12 6 0
By Karensushi

Bajo del taxi que me deja frente al hotel The Westin Palace y por un momento me quedo mirándolo desde afuera la gran arquitectura y lo imponente que se ve, siento el frío que me abraza y me aferro a mi abrigo, estoy tan nerviosa que agradezco no haber comido nada en casa porque estoy segura que lo expulsaría en este mismo momento lo cual sería vergonzoso y desagradable.

Decido que lo mejor es entrar de una buena vez porque si no lo haré nunca, así que ha pasó firme y seguro avanzo hasta la entrada y uno de los porteros me da la bienvenida, al momento el calor me abraza y quedo maravillada por lo hermoso que es el salón el techo es completamente de cristal de color blanco, azul y amarillo, todo está colocado de tal manera que se aprecia la forma de un círculo y a pesar de estar completamente lleno no pierde ni una gota de belleza. Me dirijo hacia la recepción, pero a medio camino un hermoso hombre vestido de negro me detiene.

—Señorita Abigail —asiento un poco confusa —La esperaba, soy el encargado de llevarlo a su cita —Mis alarmas suenan ante este desconocido así que no me limito a la hora de preguntar

—¿Disculpe, me puede decir quién usted?

—Soy Alan mi lady —me toma la mano y por un momento pienso que me la besará pero para mi sorpresa hace todo lo contrario la engancha a su brazo en una clara invitación de empezar a caminar —Mi trabajo es encargarme de que llegue sana y salva a la habitación

—Me puede decir el nombre de su jefe

—Trabajo en una compañía privada de seguridad, ese dato es confidencial —me sonríe y juro que si no estaría loca por Kenneth mis bragas caerían ante él.

—Bueno pero tampoco sabes quién me espera en la habitación

—La persona que me contrató

—Genial, esto no sirve para nada —Llegamos frente al elevador y nos detenemos, este es el momento correcto para echarme correr o decidir si no deseo hacer esto, pero cuando las puertas se abren y pienso en u futuro junto al hombre de mi vida, tomo mi temor desaparece y soy la primera en entrar al elevador. Alan marca el número del piso y en un minuto estamos en él y me guía el camino.

—La habitación es está —se detiene frente a una puerta y me entrega una llave electrónica —Tengo que informarle que la noche está pagada y puede pasarla aquí si lo desea —abro mi boca para preguntar pero él me detiene —Como le explique antes, solo sigo órdenes y no tengo idea a que viene usted, linda noche —Sin más me deja mirando su espalda mientras regresa al ascensor y se pierde de mi vista cuando las puertas se cierran.

Dejo ir un suspiro antes de abrir la puerta de la habitación y encontrarme con un espléndido lugar, pero era de esperar teniendo en cuenta la calidad y precios del hotel. La llave electrónica dice que está es una Suite Junior. Lo primero que veo es una habitación decorada de color marrón pero a pesar de eso se ve muy elegante, las ventas de cristal te ofrecen una hermosa vista de la ciudad, a un lado hay un bello sofá que tiene una pequeña mesa color de color hueso en frene, en una pared hay un arreglo de flores hermoso y del otro lado hay una mesa de cristal con cuatro sillas, hay algunos adornos esparcidos por el lugar pero son sencillos, veo una puerta doble de corredera y me dirijo a abrirla al ver que no hay nadie, esta me lleva a la habitación donde justo en frente hay una enorme cama con dos grandes almohadones, a cada lado tiene una mesta con una lámpara y al entrar veo que a mi izquierda hay una puerta que imagino me lleve al baño y del otro un enorme televisor sobre una mesita en la que también hay una hielera con una botella dentro y una nota a un lado. Confundida, dejo sobre la cama mi diminuto bolso y tomo la nota para leerla.

Acomódate, bebe y disfruta del show

Un escalofrío nada agradable recorre mi cuerpo al leer la nota, me doy cuenta de que existe demasiado misterio alrededor de todo esto como para estar organizado por Kenneth y quizás no fue buena idea venir a este encuentro a ciegas. Dejo la nota en su sitio, recojo mi bolso y me doy la vuelta para marcharme de allí.

—Hola Abigail —dice la voz de una mujer, me volteo y en el televisor está la misma chica de la foto sonriéndome de una forma bastante molesta —Seguramente me reconocerás, ya sé que soy bastante famosa —Me acerco a la pantalla y busco en mi mente algún recuerdo que me dé una pista sobre la desconocida pero por más que lo intento nada llega a mí —. Mi nombre es Rebecca Allan y sí soy exactamente quien estás pensando.

Siento un ligero mareo y decido sentarme en el borde de la cama, la es mujer extremadamente guapa que tengo en frente, su cabello es oscuro y largo, sus ojos son de un verde intenso, su piel es blanca y tiene un rostro de simetría perfecta, no es una mujer linda es hermosa en todo el sentido de la palabra, sin duda cualquier hombre caería rendido a sus pies, en el video se encuentra sentada y no se ve el cuerpo pero puedo imaginar que su figura luce igual de bien.

—Debes saber que esto es una simple grabación por lo que no estaré escuchando ninguna obscenidad que digas en mi nombre, en fin a lo que vinimos y realmente importante. ¿Qué haces aquí? Soy mujer por lo que imagino lo que debes sentir al perder a tu querido Kenn o como era que le decías... —se queda pensando y luego sonríe —biscocho —dice usando un acento horrible al hablar el español, abro los ojos por la sorpresa —así que pensé que sería buena idea mostrarte la realidad de nuestra relación y puedes avanzar, como te dije antes quiero apoyarte a superarlo así que puedes llorar, emborracharte y pedir lo que quieras esta noche que todo corre por mi cuenta pero solo recuerda algo querida —su rostro se acerca a la cámara y cambia a un gesto serio —Kenneth es solo mío —dice y la pantalla cambia a la imagen de otra habitación.

Mi corazón late a toda velocidad como si quisiera salirse de mi pecho, una opresión me invade y mis emociones son un nudo porque no consigo creer lo que veo, agradezco estar sentada porque sin duda caería muerta por ver a Kenneth, mi novio en alguna habitación aún más lujosa de este mismo hotel, en una esquina veo el cartel de envivo en rojo y siento deseos de salir gritando y buscando ese lugar, porque aunque estemos separados no entiendo que hace el con ella, quien le arruino la vida, este hombre que veo cenando muy tranquilamente y bebiendo vino con un rostro frio e inexpresivo no es el Kenneth del que yo me enamoré.

Durante minutos solo conversan, ríen y comen se ven a gusto y el lleva puesto uno de esos trajes hechos a la medida que lo hacen lucir sacado de una revista. Desconozco los motivos de la cena pero en mi mente trato de buscar una explicación lógica a lo que veo y no creo. Como es posible que me cambie a mí por ella que no solo está loca, es malvada y debajo de esa extraordinaria belleza vive una bruja de corazón de hielo.

Lloro en silencio cada sonrisa que le regala, porque se supone que esa debería ser yo, creí que finalmente podríamos arreglar nuestras diferencias y regresar a la vida que teníamos juntos, cuando estoy pensando en marcharme y dejar de torturarme con esto, Rebecca se levanta y aplaude, al momento el servicio aparece retirando la mesa y ella toma a Kenneth de la mano guiándolo hasta un asiento individual, la cámara cambia de ángulo y pudo ver todo como si estuviera frente a Kenneth puedo detallar cada gesto de su rostro y al igual que yo él se encuentra confundido como si no supiera que va a pasar.

El servicio regresa y trae una plataforma en la que hay una barra vertical que se usa para bailar pole dance, mi mente me dice que me largue en ese preciso instante porque quedarme solo me lastimaría aún más, pero a pesar de eso me quedo estática cuando imagino que comienza la música porque ella lentamente se empieza a quitar la ropa y a bailar para él. Veo la cara de Kenneth y permanece estático, frio y como si no le importara nada, mueve sus labios para decir algo pero el video no tiene audio por lo que me es imposible saber que le dice a Rebecca que baila de una forma experta y sensual en el tubo.

Me levanto para irme porque ya he sido suficientemente malvada conmigo misma al obligarme ver estas imágenes, Rebecca detiene su baile y se acerca lentamente a él, la cara de Kenneth va al otro lado pero ella aprovecha la oportunidad para besarle el lóbulo de la oreja, solo eso hace falta para hacerme perder el control y hecha una furia tomo la hielera y la tiro contra la pantalla del televisor lanzando un grito de dolor que durante bastante tiempo he retenido en mi interior.

Trato de calmarme y no lo consigo por lo que tomo cada objeto que encuentro y lo tiro contra el piso para dejar ir la rabia de haber sido tan iluso como para creer sus mentiras, es imposible que el odie a una mujer y le permita hacerle todo eso, no vi en su rostro disfrute o deleite pero tampoco vi desprecio.

Cuando mi respiración agitada consigue calmarse salgo de la habitación y voy directo al elevador, necesito salir del hotel que tanto asco me da todo a mi alrededor lo hace, siento una fuera inexplicable porque me han visto la cara de estúpida interminable veces y me pregunto hasta cuando sucederá esto, acaso la vida no tiene planes de hacerme feliz un día.

Cuando llego a recepción, salgo directo a la salida y en las afuera del hotel veo a dos niños callejeros que seguramente no tienen donde dormir, camino hacia ellos tratando de retener las lágrimas en los ojos.

—Hola —les digo tratando de sonreír pero me miran asustados, la chica que debe tener alrededor de quince años es la que habla

—¿Qué quieres? —me dice en tono arisco

—Qué número calzas —pregunto mirando sus tenis blancos

—Treinta y ocho —responde confundida

—Te propongo un trato. Te doy mis zapatos —le muestro levantando el vestido que los cubría —son de marca, mañana podrías venderlos comprarte unos nuevos y te sobraría dinero para comer —La chica mira a su hermano menor y este le asiente con la cabeza, abro mi bolso y saco un billete de veinte dólares, veo la llave de la habitación y también la tomo —Toma, si logras entrar allí —digo señalando el hotel —pueden pasar la noche y pedir lo que quieran de comida, el perro de mi ex novio lo pagará así que no tengan en cuenta los precios y pidan lo que quieran —La chica se quita sus zapatos y hacemos el intercambio, a pesar de ser niños e la calle, se ven limpios por lo que con un poco de ingenio podrían arreglárselas para entrar al hotel.,

Finalmente con unos tenis puesto, y sin importarme lo rara que debo lucir con tanto maquillaje y a la vez con unos ojos hinchados me despido de ellos y camino rumbo a lo desconocido porque lo único que sé es que deseo estar sola, lejos de todos y de mi realidad y si es posible perderme entre la multitud hasta desaparecerme completamente de este mundo porque ahora si no se si pueda sobrevivir con este dolor que me quema por dentro.

Continue Reading

You'll Also Like

210K 14.8K 59
La señorita Adele Relish, una mujer coqueta y extrovertida, tras aceptar acompañar a su madrastra una semana al Castillo en donde vive su prima Mary...
44.8K 1K 7
Saga: Temporada en Londres, libro #4 Anthony Johnson poco sabe de responsabilidades, a sus treinta años sigue sin contraer matrimonio, aunque al volv...
5.7K 472 41
No se permite ningún tipo de adaptación o copia. Código de registro: 2011075823904.
76.7K 3.5K 64
Cuando te enamoras del hombre equivocado, pueden haber muchos inconvenientes... empezando por que el te traera una serie de problemas los cuales jamá...