Desde niña creía que mis padres debían facilitarme todo, pero solían manipularme ha su antojo con la excusa "Nosotros te hicimos el favor, te toca pagar."
Cuando entre a la adolescencia empezaron los insultos de mis padres y otras personas diciendo: "Eres una privilegiada", "nunca serás suficiente".
Me hacían sentir insuficiente. Por lo que empecé a ser una mejor persona, fue un proceso duro al ser una persona independiente, no usar mi apellido o ayuda de mis padres ante mis problemas.
Existió un tiempo donde odie mi apellido, quería demostrarles a todos lo suficiente que puedo ser. Lo humana y buena persona que soy, aunque no tenía nada de malo mis privilegios las personas y padres me hicieron creer que sí.
Alessandro fue el primero que me apoyó, me dio ideas y jamás me trató mal.
Él se encuentra de nuevo en Roma, volvió y no encuentro una explicación para su regreso. Solamente ocasionó su desastre y huyó como todo Ricci sabe hacer.
Extraño al viejo Alessandro, miento al decir que no quisiera escucharlo y que me explicara su propia versión de los hechos.
Jullie sufrió, me tocó ayudarla de esa depresión y sufrir con ella. Ella tiene muy en claro que siempre la apoyaré hasta el final, pero él es mi hermano...
Estos años alejada de él, obviamente me hicieron extrañarlo. Miles de preguntas invaden mi mente cuando pienso en él, ¿cómo estará?, que realmente sucedió con aquel contrato pero sobre todo... ¿Él sabía de Addriano?
Tomo aire y observo al pelirrojo que se mantuvo en silencio las 2 horas y media de vuelo, en este momento estamos aterrizando y Addriano no fue ningún problema.
En el trayecto hacia Paris, pude avanzar una parte del trabajo y hacer una nota mental de enviárselos a mi asistente, por otro lado, él estuvo dibujando en silencio mientras veía una película de Marvel.
No cabe duda que Jullise le brindó una excelente educación, es un niño respetuoso y tenerlo aquí conmigo en este viaje no es molestia, pero me causa pánico que algo malo le suceda bajo mi responsabilidad.
Al estar en el aeropuerto recogemos ambas maletas medianas y abordamos el taxi que nos espera en la salida.
El taxista sube las maletas que están pesadas, sin embargo al tener 2 maletas para ambos tuve que ser muy precavida. Addriano sube con su mochila mientras acomodó mi bolso de mano y me adentro al vehículo.
La ciudad de París es una de mis favoritas, su clima es agradable y el día de hoy es soleado sin ser molesto. Mi cabello se mueve sintiendo el aire fresco mientras Addriano no deja de admirar las calles por la ventana.
— ¿Te gusta? — le hablo al ver que no aparta la mirada.
Asiente sonriendo.
— Te prometo que más tarde te llevaré a conocer la Torre Eiffel.
En camino hacia el motel, le doy opciones de lugares que podemos visitar y sin atractivos de la ciudad. Pasamos junto al arco de triunfo y él estuvo fascinado detallando todo sin borrar su sonrisa.
Una sonrisa repleta de vida, alegría y sin tristeza de pensar en su mamá.
— Gracias.
Le doy unos cuantos billetes y el personal del hotel no tarda en ayudarme. Tomo la mano del pequeño he ingresado al lujoso sitio, las personas se mantienen enfocadas en sus teléfonos que mis tacones hacen ruido mientras mantengo una postura elegante.
El hotel 5 estrellas "Eiffel 15", recomendación de Leonel quien estuvo de acuerdo con este viaje. Tiene la mejor vista hacia la torre y está considerado uno de los mejores y lujosos de la ciudad.
Las paredes del sitio son doradas, todas mantienen esos pequeños detalles con oro, el piso de la recepción y demás es tan blanco que llega ha impresionar. Es muy tranquilo y no hay nada de ruido más que la música relajante que ponen.
Al llegar hacia la recepción doy mi nombre para registrarme, ellos me dan una tarjeta para la habitación y hacen válida la reservación que hizo Leonel un día antes.
Son las 5 de la tarde y observo que Addriano está bien vestido, con su pantalón azul y blusa blanca. Mientras que yo luzco un vestido pegado negro con tacones rosas.
Si todo sale bien, solamente dejaremos las maletas en la habitación y saldremos ha visitar algunos sitios que le prometí de Paris.
Al ingresar al elevador y pedir que suban las maletas hacia la habitación, pulso el botón 3 para el piso 5.
— ¿Cuántos pisos son?
— El hotel tiene 30 pisos, cariño.
— Le diré ha mami que las próximas vacaciones sean aquí.
Sonrió y la mencion de Jullie me tensa, no he tenido noticias sobre ella así como tampoco sus padres.
Al salir del ascensor nuestra suite es de las primeras, lo cual agradezco. Paso la tarjeta y mi sobrino es el primero en entrar corriendo, doy una vista rápida y para pasar solamente 2 noches es agradable.
La suite contiene: una cama amplia para 2 personas, una mesa con 2 sillas para desayunar, un baño espacioso además de un balcón con una iluminación de la torre Eiffel.
Las maletas llegan 10 minutos después, y empiezo ha sacar la ropa para mañana. El evento es al medio día, pongo en el armario el traje de Addriano y mi vestido.
Mientras acomodó las cosas para mañana, una punzada en mi espalda me hace cerrar los ojos
— Estoy muy cansada...
No he tenido un solo día de descanso, los problemas ya son parte de mi día a día y aunque a veces quisiera renunciar a todo... no puedo.
La Torre Eiffel ilumina mi mirada y suspiro al saber que tendré que dejar mi cansancio para otro día, le prometí visitar algunos lugares y talvez podamos cenar en algún restaurante.
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A la mañana siguiente unos brincos en la cama son mi despertador, acompañado de una vocecita lo que provoca que lentamente abra los ojos.
— ¡Buenos días!
Sonrió mientras frotó mis ojos y me encuentro al pequeño de pie riendo.
Me recuesto en la cama y desconecto el cargador tomando mi teléfono de la mesita de noche. Mi mensajería como siempre se encuentra estancada de mensajes sobre trabajo y me concentro en los importantes.
"Ansío verte de nuevo, espero tu viaje de 2 días sea divertida y cualquier problema no dudes en llamarme."
— Leonel.
"Creí que ya eras una persona madura, Amelia. ¿Estas molesta por el proyecto Davilson? Porque de ser así, me estarías decepcionando. Tuve que enterarme por tu asistente y madre que estás en París, ¿no merecía saberlo?."
— Frank Ricci.
"Es totalmente cierto que tienes más poder que yo en la empresa, pero de esta manera como te lo di, te lo puedo quitar. Deja de estar huyendo cada vez que algo está mal, porque con esto demuestras que no tomas buenas decisiones para tu vida."
— Frank Ricci.
Maldita sea.
Mi madre conocía perfectamente la situación de como se dio este viaje, no era nada planeado y mucho menos para huir. Ni siquiera tenía tiempo para nada y ella me había prometido explicarle a papá sobre esto...
Ya nada me sorprende, cuando ella me queda mal.
"Es un viaje de trabajo, conozco perfectamente los detalles del proyecto Davilson y mi asistente me informó que ante la ausencia de Jullie está muy lento el proceso. No me necesitas para nada ahí, por ello los asuntos los trato en línea hasta nuevo aviso."
— Amelia.
Exhalo dejando el teléfono en mis piernas y mi sobrino corre hacia el balcón para observar nuevamente la torre Eiffel, desde que llegamos no deja de hacerlo,
Faltan 3 horas para el evento, la mañana de este día es muy fresca y mi buen humor aumenta cuando empiezo a pedir el desayuno.
Del evento no tengo mucha información, Gerardo no me dio detalles y según él tiene todo bajo control.
— Me iré a bañar, ¿sí? No hagas nada malo.
Me pongo de pie y enciendo la televisión escogiendo alguna película de niños que sea de su agrado.
— Sí. ¿Podemos ir otra vez al restaurante Ratatouille?
El día de ayer al ser un poco tarde decidí llevarlo ha conocer la torre, ahí mismo un fotógrafo nos insistió en una foto instantánea y aceptamos para terminar cenando en un restaurante muy típico de Paris.
Addriano quedó encantado con la fotografía que menciona en todo momento que es su foto favorita.
Mientras tardó 20 minutos en la ducha, salgo poniéndome la bata y me encuentro al pequeño acostado viendo la película.
De mi maleta saco algunas lociones para cuerpo y cabello, empiezo a ponerme la ropa interior negra de encaje en el cuarto de baño y ahí mismo seco mi cabello.
Al estar alistándome, decido maquillarme en lo que llega el desayuno. La habitación cuenta con una mesa redonda y 2 sillas en la cual tomo asiento sacando el maquillaje.
— ¿Te quieres bañar tú solo? — le pregunto mientras pongo corrector en zona baja de los ojos.
— Si, yo ya soy grande porque mami me enseñó.
Sonrió ante sus palabras y me empieza a preguntar de la fotografía donde ambos salimos abrazados y sonriendo.
— ¿Se la podemos enseñar? Quisiera hablar con ella y decirle que debemos venir aquí de vacaciones.
Mis excusas cada día son más nulas, soy excelente mintiendo pero con las personas mayores no con niños.
— Si, cariño.
Termino de ponerme sombra dorada en los párpados y el timbre suena, por lo que me pongo de pie y una mucama entra dejando un carrito con el desayuno y se retira.
Hago aún mis cosas y pongo los platos de frutas y crepas en la mesa, mientras desayunamos observando la película en silencio.
Después de 30 minutos soy la primera en terminar y le recuerdo ha Addriano que terminando debe bañarse. Continuo con mi maquillaje aplicando máscara de pestañas y labial rojo.
Addriano se retira para bañarse, y empiezo a recoger los platos dejándolo en el carrito en el pasillo de las demás habitaciones.
Constantemente reviso el reloj, el lugar del evento se encuentra a 50 minutos del hotel y no quisiera llegar tarde.
El pelirrojo sale del baño y río cuando lo veo temblando, cierro el ventanal y mientas se alista empiezo ha ondular mi cabello dándole brillo y forma.
— ¡Qué guapo! — exclamo ante el niño con pantalón negro de vestir y camiseta de manga corta blanca.
— ¡Foto, foto! Quiero que mami la vea.
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El evento se enfocó en conocer a las personas asociadas, creí que personas de la fundación estarían, pero no fue así.
Las personas demostraron estar muy agradecidas conmigo, el señor Gerardo en ningún momento me dejándola al igual que Addriano. Lo único que me sorprendió fue lo jóvenes que son los asociados.
No pasan de 24 y 20 años, son personas con propósitos de ayudar a las personas que sufren de violencia. Los trabajadores de la fundación me apodaron como "el Ángel de Paris."
Me encanto poder conocer un poco más a Gerardo, el cual tiene 35 años y es una persona con grandes metas en la vida. Construirla, le costó lágrimas, sudor y burlas de las personas que no pensaban en él.
Un fotógrafo me llama provocando que Addriano no me suelte y me extraña verlo tan pegado a mí. Él me pide varias fotografías y acepto.
El vestido negro de cuello cuadrado, tiene una abertura en el muslo derecho lo cual me hace ver sofisticado y dejo que la luz de la cámara ilumine mi rostro sin borrar mi sonrisa de boca cerrada.
Él me pide varias poses y las tomas de diferentes ángulos.
— ¿Podría algunas con el niño? — le pregunto y asiente fascinado.
Addriano deja que lo alce y no tardan en tomar las fotografías hasta que un asistente del evento me recuerda de mi discurso.
Gerardo no tarda en aparecer por lo que Addriano se queda con él mientras camino hacia el área de sonido he iluminación.
El micrófono lo ajustan a mi altura y los invitados posan sus ojos en mí, son alrededor de 50 personas las que están reunidas y la mayoría son asociados y trabajadores de dicha fundación.
— Desde niña fui una persona privilegiada, alejada de los problemas de la vida real viviendo en una burbuja feliz. — hablo — En la adolescencia me di cuenta de la violencia hacia las mujeres, lo cual me motivó ha querer ayudarlas y no solamente a ellas, a todo aquel que sufriera de violencia porque no solamente son las mujeres y niñas, también son los hombres. — aplauden — Yo solamente estoy dando una pequeña parte de mí, lo que se merecen, pero ustedes son los verdaderos héroes.
Las personas aplauden cuando termino el discurso y al final agradezco por la invitación, para ya terminar de irme trato de despedirme de todos aunque es imposible.
El señor Gerardo se encarga de conseguirme un taxi, y me promete que después tendremos una plática de como funciona la fundación y conocer a las personas junto a su historia.
Me he despedido prometiéndole que estaremos en contacto para un recorrido por las instalaciones.
El transcurso hacia el hotel es tranquilo, Addriano no habla y se acomoda en mi regazo apoyando su cabeza en mi pecho, pongo mis manos en su espalda disfrutando de la tranquilidad y felicidad.
Estas pequeñas acciones en mi vida, hacen que olvide mis problemas y agradezca la persona que soy. Ser amigable y humanista con las personas alegran mis días, me hacen darme cuenta de que mi apoyo es suficiente.
Al bajar del vehículo agotado empezamos a caminar hacia el vestíbulo.
— ¿Tienes sueño, cariño? Has estado muy callado.
Le pregunto mientras no dejo de sujetar su mano.
— Extraño a mami.
No le presto atención cuando mi cuerpo se paraliza al ver al hombre que se encuentra aún lado del elevador.
Él me mira de arriba haabajo para después posar su mirada en el pequeño que tengo aún lado.
— No me causa nada de gracia esto, Brian.
— Necesitamos hablar. — dispone tensando su mandíbula cuando ruedo los ojos.
— Pero, ¿Quién te crees tú? No puedes aparecer siempre de sorpresa en cada viaje o lugar, así como tampoco es normal que me vigiles. — le reclamo — Acepto mi error al no avisarte de mi viaje con Leonel, sin embargo ni una sola disculpa he recibido.
Mi enojo es notorio por el apretón que me da Addriano en la mano, trato de esquivarlo para tomar el ascensor, pero el agarre en mi brazo libre me detiene.
— Deja ha ese niño en tu habitación y hablemos.
Niego y más cuando Addriano me aprieta la mano sin quitarle ambos la vista al hombre que luce traje negro y esa mirada tan...
— Lo que sea que tenemos, debe terminar. — admito — Te mereces algo mejor que solamente ser el papel de amante y yo no merezco tus insultos. — continuó — Por qué seamos sinceros, después de la boda tú y yo tendremos que olvidarnos.
Sus ojos llenos de rabia me hacen desviar la mirada hacia mi sobrino.
— No diré nada, te veo en 30 minutos en el vestíbulo.
De camino hacia la habitación me mantengo en silencio, Addriano no dice nada y mis nervios me traicionan que ni siquiera puedo pensar con claridad.
Me causa terror que algún empleado conozca a Leonel o alguien pueda estar vigilando y le mencione la llegada de Brian.
Al ingresar ha la habitación Addriano corre hacia la cama después de quitarse los zapatos, no pasan ni 20 minutos cuando sus pequeños ronquidos se escuchan.
Antes de salir, aseguró las puertas del ventanal, verificó que no corra ningún peligro mientras me mentalizo que solamente serán 20 minutos los que estaré ausente.
Cierro todo muy bien y camino hacia el ascensor donde presiono el botón 1, sintiendo las emociones de cuando lo vi la primera vez, pero con la excepción de que esta vez estoy molesta.
Me dirigí hacia vestíbulo donde él lo había pedido, los nervios aumentan cuando lo veo sentado en uno de los sillones sin corbata y con la blusa blanca arrugada.
Luce desesperado y cuando nuestras miradas se cruzan me hacen temblar de miedo, Brian tiene un efecto en mí y es que es tan atractivo que tan solo con verlo olvidas todo.
Él se pone de pie en cuanto me acerco y no nos saludamos ni decimos nada, solamente nos observamos hasta que tomo asiento aún lado de donde estaba sentado.
— Quiero una disculpa, no merecía esos insultos.
Me mira arrepentido y la esquivó mirando hacia el piso.
— Tienes razón, fue tanto el enojo que dejé llevarme.. — habla — Perdón, no justificaré nada porque estuvo mal, no eres ninguna puta para mí y si alguna vez lo pensaste déjame decirte que no es así.
— No quiero pretextos y acepto tu disculpa.
— Para mi no eres una puta, ni una aventura. Si tan solo aceptaras que tu compromiso es una farsa y quisieras estar conmigo, ya serías mi mujer...
— Brian... — intento detenerlo.
— ¿Por qué estas con él? Déjalo, conmigo tendrías el triple de lo que tienes ahora.
Aquellas palabras nuevamente forman un nudo en mi estómago, tan solo quisiera decir un sí...
— No están sencillo, Brian. — paso saliva — Lo hago para proteger la imagen de mi familia y mía.
— La familia no vale nada, sé egoísta por una vez en tu vida y cree en ti.
Me levanto dispuesta a irme.
— Lo siento, pero no puedo escapar y dejar de ser una Ricci... — su mano me detiene y ambos quedamos a centímetros de nuestros labios..
— Eres consciente que acabas de confirmar que tu compromiso es falso. ¿Cierto? — asiento — No me dejes, continuemos siendo amantes y dejemos que fluya hasta que sea tu boda y ahí lo dejaremos...
Doy la vuelta sin decir nada.
Si tan solo acepto me haré más daño, es mejor dejarlo así y esperar que algún día pueda enamorarme de la misma intensidad de la que estoy por Brian.
Los capítulos son borradores, los escribo durante los días que tengo libres y si encuentran algún error les pido una disculpa.
¿Qué les pareció el capítulo?
Los siguientes capítulos empezarán a tener sentido con la trama, Amelia descubrirá una traición....