La oficina se queda en silenció en cuanto le pido a todos que abandonen la sala, Taehyung me observa con una sonrisa ladina parado frente a mi escritorio con sus brazos cruzados y los ojos fijos en los míos.
—¿Y bien?
Le pregunto dándole a entender que mi poca paciencia acaba de llegar a su límite y estoy harto de su silencio.
—Los empleados que vigilan a Park Jimin me hicieron una pregunta que no supe contestarles.
Mientras esas palabras salen de sus labios yo me dedico a pararme y rodear mi escritorio para finalmente caminar hasta los elegantes sillones colocados en medio de mi oficina, donde tomo asiento y señalo el lugar vació frente a mi indicándole a mi mejor amigo que quiero que tome asiento.
—Debe ser una pregunta muy complicada como para que no puedas responderla por vos mismo.
Una risa filosa se escapa de sus labios, sabe muy bien que estoy siendo sarcástico, de la misma forma que yo se que el esta haciendo todo esto por un simple motivo.
—¿Qué deberían hacer si bajo su vigilancia Park Jimin se encuentra en peligro?
Esa pregunta causa que la seriedad invada mi rostro, mi cuerpo se inclina hacía delante y mis manos se juntan en un puño unido entre mis piernas.
—¿Acaso no es obvio?
Él imita mis acciones, se inclina en mi dirección tomando la misma postura que yo, la única diferencia es que él esta sonriendo y yo no soy capaz de hacerlo.
—No lo es, señor Jeon...usted dio la orden de vigilar cada uno de sus movimientos, nunca dijo nada sobre protegerlo.
Debo admitir que en eso tiene toda la razón, y a regañadientes le doy la orden que tanto esta esperando que diga.
—Que no permitan que le falte un solo pelo a Park Jimin si es que quieren seguir con vida.
Su risa escandalosa retumbando en cada rincón de mi oficina logra hacer mi sangre hervir, mi expresión no cambia, mis ojos se quedan fijos en él hasta que finalmente parece aburrido de reír de una forma tan falsa.
—Realmente te estas esforzando demasiado para ser un simple capricho, señor Jeon.
Sus palabras salen cargadas de burla de sus labios, "capricho"... no se si lo siga siendo y la verdad no me interesa ni siquiera un poco, solo se un cosa con certeza, y esa es la respuesta que decido darle a mi mejor amigo colocando la misma sonrisa de burla que él tiene en sus labios justo ahora.
—Tal vez sea solo un capricho más, pero ese chico va a ser mió hasta que me aburra de él...después de todo incluso las personas pueden ser compradas.
—¿Y si nunca te aburrís?
—Entonces nunca va a dejar de ser mío.
Lo se, él me conoce demasiado bien, por ese motivo es que se burla de mi, incluso yo fui capaz de notarlo, hasta ahora nunca me importo lo que pudiera pasarle a cualquiera de mis "caprichos" pero en cuanto menciono la palabra peligro y el nombre Park Jimin en la misma oración todas las alarmas en mi cabeza empezaron a sonar como si se tratase de una bomba de tiempo a punto de estallar.
Taehyung lo sabe, Park Jimin dejo de ser solo un "capricho" del montón y se convirtió en algo que quiero monopolizar a cualquier costo, sin importar cuan alto sea, porque lo descubrí, finalmente lo encontré, algo que mis millones de dolares no pueden darme, un lujo que no soy capaz de adquirir con facilidad.
Encontré a Park Jimin y no pienso perderlo de vista.
—Señor Jeon, disculpe que interrumpa pero-
Una agitada Yongsun entra en mi oficina sin siquiera tocar la puerta, y en cuanto observo a Hoseok empujarla sin un poco de delicadeza, con la vena en su frente a punto de reventar y su rostro rojo de la furia, se exactamente lo que la muchacha me vino a decir.
—¡HIJO DE PUTA, JUNGKOOK HIJO DE PUTA! YA LLEGO ESTA ACÁ, EL DIABLO ESTA EN NUESTRO EDIFICIO AHORA BAJA Y HACETE CARGO DE LO QUE VOS CAUSASTE PORQUE YO ESTABA DORMIDO Y NO TENGO NADA QUE VER Y-
—¡Namjoon!
En cuanto su nombre sale de mis labios el hombre aparece de inmediato al lado de Hoseok, después de todo ese es su trabajo, no alejarse de él ni si quiera por un segundo, y de ser necesario incluso convertirse en su chaleco antibalas.
—Si, señor Jeon.
—Saca a Hoseok por la parte trasera del edificio y llevalo a...no se...yoga, psicologa, psiquiatra, a que se drogue, lo que sea pero que se calme.
—Entendido, señor Jeon.
Sin decir una sola palabra más, Namjoon carga a Hoseok sobre su hombro como si se tratara de una bolsa de papas y empieza a caminar lejos de mi oficina pero aún así soy capaz de escuchar los gritos del vicepresidente diciendo cosas como "Voy a renunciar" o "Me las vas a pagar Jeon"
—¿Vamos, señor Jeon?
Me pregunta Taehyung parándose con tranquilidad mientras pone una de sus manos en mi hombro.
—Claro, es de mala educación hacer esperar a un invitado que se invita solo.
Ambos estallamos en carcajadas, salimos de mi oficina seguidos de Yongsun quien tiene una mueca de molestia pura por haber sido empujada por Hoseok y que nadie haga o diga algo al respecto, los tres entramos en el ascensor, Taehyung presiona el piso número diez, que es donde se encuentra la sala de reuniones privadas y el lugar donde se perfectamente que me esta esperando ese maldito.
En cuanto el elevador llega a su destino, las puertas se abren dejándome ver a Seokjin esperando por mi fuera de la sala de reuniones con una carpeta en sus manos que es nuestro mágico as bajo la manga.
—¿Señor Jeon?
Me pregunta Taehyung en cuanto nota que mis pasos se frenan justo frente a la puerta de la sala de reuniones, lo que no puede ver es mi sonrisa llena de expectativas, finalmente lo hice salir de su escondite ya va siendo hora de que me demuestre lo que tiene.
—Que empiece la fiesta.
Susurro causando que mis tres acompañantes rían levemente.
Finalmente abro las puertas frente a mi caminando con tranquilidad, se perfectamente que nadie puede ver u oír lo que sucede acá dentro.
Mis zapatos negros y perfectamente pulidos resuenan con cada paso que doy hasta sentarme en la punta de la gran mesa ovalada, y en el otro extremo se encuentra él, mirándome con los mismos ojos desafiantes de siempre, Choi San, hijo único del vicepresidente de Samsung y actual CEO de la misma empresa.
—Es sabido que los empresarios somos capaces de cualquier cosa con tal de cumplir nuestros objetivos, pero debo admitir que me asombro el hecho de que vos cayeras tan bajo.
Sus palabras son tan venenosas como siempre, lo se, en el arte de manipular él es un genio al igual que yo, conocemos nuestro potencial y sabemos como y donde usarlo, por ese motivo ambos escogimos el mundo empresarial, porque es donde esas habilidades funcionan de maravilla.
—¿Qué puedo decir? Comenzaba a aburrirme así que tenía que obligarte a salir de las sombras, llego la hora de que me diviertas un poco...entonces ¿Qué tenes para mi, mocoso?
Observo su ceño fruncirse por una milésima de segundo, es divertido el como ese apodo sigue afectándolo a pesar de los años, la única diferencia es que ahora sabe disimularlo casi a la perfección.
—Vas a volver a firmar un contrato con Samsung, pero esta vez va a ser bajo nuestras condiciones, los que vamos a ganar somos nosotros, Hyundai va a obtener un veinte por ciento de las ganancias tal y como habían acordado, Jeon Enterprice va a obtener un treinta por ciento, nosotros el cincuenta restante.
Sus palabras me hacen carcajear con burla, tal y como predije, quiere hacer el mismo contrato que el imbecil de su tío y ex CEO, pero quiere hacerlo mucho mejor que ese viejo mediocre, el trato original era veinte para Hyundai, veinte para Samsung, y sesenta para JE, se perfectamente que no voy a obtener ese contrato nuevamente, después de todo Choi San no me tiene el miedo que me tenía el inútil de su predecesor.
—Si tan solo estuviese de buen humor no habría tenido ningún tipo de problema con aceptar, pero que mala suerte, gracias al imbecil de tu tío estoy acá y no disfrutando de un rico cafe amargo, no estoy de humor para aceptar tus ridiculeces.
Mi respuesta no lo sorprende ni un poco, sabía perfectamente que yo no iba a aceptar el primer número que me diera, pero se muy bien que aún así va a insistir, después de todo la empresa que pone casi todos los recursos para este acuerdo es Samsung, pedir el cincuenta por ciento de las ganancias totales no es ni un poco descabellado, pero en el mundo de los negocios las cosas no son tan sencillas, no cuando me hacen enojar.
—No digo ninguna ridiculez y lo sabes muy bien, no me voy a ir con menos que ese número, y se muy bien que a vos te conviene aceptar porque ya invertiste varios de tus millones en este proyecto, millones que vas a perder si salgo por esta puerta con este papel sin firmar.
Exacto, ese era el trato, Hyundai y Samsung se encargaban de proveer los recursos y mano de obra de sus mejores ingenieros, Jeon Enterpice se encargaría de invertir la cantidad de dinero que fuese necesario para llevarlo a cabo a la perfección, todo con un solo objetivo, crear una nueva forma de tecnología que revolucionaría el mundo, se trata de unos pequeños sensores con forma de auricular, el modelo original estaba diseñado para ir en las orejas, pero el diseño final esta creado para que los sensores se coloquen en la cabeza y puedan mandar señales directas a las neuronas, si, vamos a crear magia con forma de tecnología, las personas no videntes van a poder ver, los hipoacusticos van a poder hablar y escuchar, todo gracias a las señales directas que el cerebro va a recibir de una maquina.
—Tenes razón, y por eso lo digo, si tan solo estuviese de buen humor...honestamente justo ahora me da lo mismo tener algunos millones más o menos.
Observo con diversión el como la vena en su frente comienza a marcarse demostrando la irritación que recorre todo su cuerpo, Seokjin quien esta sentado a mi lado desde el inicio de la reunión con la carpeta entre sus manos observa con atención cada movimiento del abogado de Choi San, quien parece comenzar a agitarse debido a mi comportamiento, realmente creyeron que iba a aceptar sin poner un solo pero, no se esperaban mi negativa y mucho menos se esperan mi maravilloso as bajo la manga.
Observo como el abogado parece hacerle algún tipo de seña a San, como si estuviese pidiendo permiso para hablar, y en cuanto veo su asentimiento se que la persona que se va a dirigir hacía mi justo ahora es otra con un estilo de pelea completamente diferente, es un abogado y me va a bombardear amablemente con un montón de hechos respaldados con pruebas, razones por las cuales debería aceptar, o mejor dicho, razones por las cuales estoy obligado a aceptar.
—Señor Jeon con todo respeto, dudo mucho que justo ahora importe mucho su estado de animo, los número de este último mes demostraron un incremento del precio de los materiales que necesitamos para este proyecto, si sigue invirtiendo y decide solo trabajar con Hyundai, que si me permite decirlo, no cuenta con la tecnología con la que contamos nosotros, entonces no solo va a perder unos cuantos millones, va a perder miles y miles de millones, por ese motivo-
—Por ese motivo nuestra respuesta sigue siendo un gigantesco "NO", señor abogado, de por sí Jeon Enterprice ya invirtió varios millones en este proyecto, Samsung prometió cosas que no cumplió y según el acuerdo a esta altura ya deberíamos tener aunque los prototipos de los sensores neuronales, y ni siquiera son capaces de ponerse de acuerdo en si quieren que el primer prototipo sea blanco o negro.
Una carcajada se escapa de mis labios al escuchar la gran interrupción de mi abogado Seokjin, sabe que no tiene que pedir mi permiso para hablar, porque sabe de antemano que cuando se trata de cerrar contratos el tiene toda la libertad del mundo siempre y cuando obtenga los resultados que yo le pedí, o incluso mejores.
—Pero los hechos-
—Los hechos indican que si Jeon Enterprice sigue invirtiendo de la forma en la que lo hizo hasta ahora y nuestra ganancia acaba siendo solo del treinta por ciento apenas y vamos a ganar unos cuantos millones, si de todas formas vamos a perder, ustedes van a perder con nosotros, ustedes pierden sus recursos y su tiempo, nosotros el dinero.
Observo como San mira con puro odio a mi abogado, nombro eso que no quería que sea nombrado, esa es la realidad, si yo no firmo, no soy el único que sale perdiendo de todo esto, Samsung sería afectado también, y con la reciente baja de sus acciones y escándalos ese es un lujo que no pueden darse.
—De hecho, me parece perfecto que haya nombrado el estado de animo de mi cliente ¿El motivo? Ahí lo tienen.
Finalmente saca el as bajo la manga, desliza la carpeta por la gran mesa que es atrapada por las manos de San, saca las fotos de lo sucedido la noche anterior, el estúpido ataque en mi casa y las pruebas que vinculan a Samsung con el incidente.
—Esto es...
—Esto es algo que no quieren que salga a luz ¿Verdad, caballeros?
El silencio se apodera de la sala de reuniones, y en el momento en el que hago contacto visual con Choi San es que se que dio cuenta de que acaba de perder por completo, la primera batalla y la primera derrota de muchas.
Sonrió con sarcasmo puro, junto mis manos sobre la mesa y observo a ese pequeño niño que ahora se encuentra convertido en todo un adulto frente a mi, fue divertido pero es hora de que la fiesta llegue a su final.
—Entonces ¿Empezamos a negociar?
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En unos minutos subo el siguiente de hoy💛