TENTADA
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Durante los siguientes días, Liv siguió curando mi brazo y cuando el sábado llegó, dos días antes del partido contra los Ballycastle Bats, casi se había curado por completo.
— Entonces — George cuestionó inclinando su silla hacia atrás y sentándose a horcajadas en esta. — ¿Qué era lo que nos querías contar, Lupin?
Liv, Fred y Pauline dieron un sorbo a su cerveza de mantequilla al mismo tiempo mientras miraban con curiosidad al hombre que dejó que una pequeña sonrisa apareciera en su rostro.
El Caldero Chorreante, como todos los fines de semana, estaba casi lleno pero habíamos logrado conseguir una de las mesas más aisladas para tener así un poco más de privacidad.
— Tomar, comer esto — Remus buscó en el bolsillo de su chaqueta y sacó unas barritas de chocolate, dándonos a cada una.
— Remus... — Lo miré, tratando de que fuera al grano.
El hombre tomó una respiración profunda.
— Ha habido algunas noticias. Aparentemente, los Mortífagos que escaparon de Azkaban están tratando de recuperar el poder que una vez perdieron y aunque Grimmauld es oficialmente solo propiedad de Harry, no podemos estar completamente seguros de que no intenten llegar a otras cosas — me miró fijamente — que consideren valiosas y preciosas.
— ¿Y qué has pensado? — Pauline preguntó, un poco confundida, agarrando la mano de Liv debajo de la mesa.
— No podemos hacer mucho contra Dolohov y Rockwood, y... — Remus tragó saliva — Sirius ya jodió lo suficiente a Bellatrix al arrebatarle toda la fortuna Black y dársela a Harry. Pero hay alguien a quien podemos joder de verdad con solo un simple movimiento...
— Circe. — Completé, con escalofríos recorriendo mi espalda debido a su simple nombre. Remus asintió.
— Tu tío siempre ha dicho que tuyeres lo más preciado para ella y con todos los registros sobre ti que hay en el Mundo Mágico... no debería ser difícil para ella encontrarte, de hecho, me sorprende que no lo haya hecho a estas alturas.
— Pero no vamos a dejar que esa perra se acerque a Lilith, ¿verdad? — George dijo bastante confiado.
— Definitivamente no — confirmó Fred, luciendo más serio que de costumbre.
— Es por eso que os he reunido, pues tengo una idea. Puede sonar descabellada y tal vez no estés de acuerdo con eso, pero, Lilith... — Remus tomó mi mano — Si cambiamos secretamente tu apellido en los registros del Ministerio, podríamos obtener alguna ventaja, ya que en esas listas solo aparecen tus iniciales y tu apellido y eres la única Arambella en el Mundo Mágico.
— ¿Quieres decir que debería cambiar el Arambella?
Deja de llevar el apellido de Ares... Dejar de mostrar en todas partes que soy la hija que dejó atrás...
— Sí, eso es exactamente lo que quiero decir.
— ¡Lilith, en realidad es una gran idea! Papá me dijo que no suelen llevar un recuento profundo de todos los magos registrados, al menos no cuando Fudge era el Ministro, así que si alguien de la Orden logra obtener el registro y cambiar tu apellido, nadie se daría cuenta! — Liv sonrió emocionada con la idea.
— ¿Y qué apellido me pongo? No puedo coger ninguno de los sangre pura, eso es obvio, y no puedo ir sin un apellido.
— Bueno, si quieres, por supuesto, solo si quieres...— respondió Remus rápidamente — podrías quedarte con el mío. Sé que no es un apellido muy respetado y no recibirás ningún favor especial por llevarlo, pero... puede mantenerte protegida de Circe siempre y cuando no os enfrentéis cara a cara.
Contuve la respiración. Lupin. Lilith Medea Lupin.
— Por supuesto que quiero, Remus — mi voz tembló y en mi rostro se dibujó una pequeña sonrisa. El hecho de que Remus se preocupara tanto por mí como para ofrecerme su apellido y así poder escapar de mi madre significaba muchísimo para mí. — Sería un gran honor.
Su sonrisa se ensanchó. — Entonces, bienvenida a la pequeña y un poco rota familia Lupin, hija.
Tuve que llevar mi mano a mi boca para contener mis lágrimas, mientras los demás aplaudían alegremente.
Ahora, el único rastro de Ares sobre mí eran mis propios recuerdos.
— Tendremos que esperar hasta Navidad para cambiarlo, ya que es cuando el Ministerio está menos concurrido. Oh, y por supuesto, esto no significa que no tengáis que mantener algunas medidas de seguridad y cuidaros, ¿entendido? — Remus nos señaló a todos, con una mirada severa, haciéndonos asentir rápidamente. — Ya tuvimos bastante suerte con que El Profeta no publicara nada sobre Lilith como Arpía, de lo contrario estaríamos jodidos...
Seguimos disfrutando de nuestras cervezas de mantequillas y charlando entre nosotros hasta que llegó Tonks y se nos unió, dándome un gran abrazo cuando le di la noticia.
— Entonces, Lilith — me llamó Fred, captando rápidamente la atención de todos y dándome una sonrisa traviesa. — ¿Significa esto que ahora llevarás el apellido de un Gryffindor?
— ¡Oh, vete a la mierda, Freddie!
✵ ✵ ✵
— ¿Lista para perder, Lilith? — Devyan me sonrió, dándome una mirada cómplice, vestido con su ropa de competir y luciendo feroz. Sin duda, era uno de los mejores Buscadores que había visto, así que mentiría si dijera que no estaba un poco preocupada, pero moriría antes de admitirlo en voz alta.
— ¿Y tú, Devyan? — Imité su expresión, parada frente a él con los brazos cruzados.
Se rió, sacudiendo la cabeza y mordiéndose levemente el labio inferior.
— Lo veremos en el aire — sus ojos se dirigieron discretamente a las terrazas donde los rostros de George y Liv estaban casi cubiertos de pintura dorada y verde oscuro - los colores de las Arpías - mientras Fred y Pauline tenían dos rayas pintadas en las mejillas y Remus ondeaba una banderita con el logo y una enorme sonrisa en su rostro. — ¿Tu pelirrojo vino a animarte?
— Él no es "mi" pelirrojo, Devyan. Es solo un amigo.
— ¡Mira lo rápido que supiste de quién estaba hablando! — se burló y yo resoplé, un poco divertida. — ¿Sabes? Yo también solía decir que Rei era solo mi amigo y ahora, resulta que es mi novio — Devyan susurró, todavía con esa gran sonrisa en su rostro.
— Entonces Rei, ¿eh? — Me burlé de él, levantando las cejas.
— Rei Arai, sí — respondió bastante orgulloso y cruzando los brazos frente a su pecho. — Pero eso no es de lo que estamos hablando, pequeña entrometida. Tu pelirrojo probablemente nos esté mirando ahora mismo.
— Oh, en serio, ¿y cómo lo sabes, sabelotodo?
— Fácil, desde la primera vez que hablamos, él siempre te está mirando — dijo Devyan, bastante obvio. — Y como adoro meterme con Weasley, déjame fingir que quito una pestaña de tu bonita mejilla — me guiñó un ojo mientras pasaba lentamente su pulgar por debajo de mi ojo derecho, asegurándose de que Fred pudiera ver en la distancia lo que estaba sucediendo.
Lo miré discreta y brevemente y, como decía Devyan, tenía los ojos fijos en nosotros, con la mandíbula ligeramente apretada y jugando con los anillos de los dedos. Tragué saliva ante la dureza de sus ojos y volví a mirar a Khan.
— Tendré que lidiar con su mal humor más tarde por tu "diversión"— me quejé y Devyan se rió.
— No te preocupes, pequeña entrometida, estará completamente bien, listo para consolarte después de que mi equipo machaque al tuyo — comenzó a caminar hacia atrás, en dirección a donde su equipo estaba mientras me guiñaba un ojo.
— ¡En tus sueños, Devyan!
✵ ✵ ✵
Devyan casi se estrella contra mi brazo herido al volar a mi lado, yendo a la velocidad exacta para que pareciera no intencionado y para que no se considerase falta. El maldito hijo de puta era astuto... La parte de la multitud que apoyaba a las Arpias vitoreó cuando logré evitarlo y escuché a Fred y George gritar, especialmente Fred;
— ¡TODOS VEMOS LO QUE ESTÁS INTENTANDO HACER, HIJO DE PUTA! ¡JUEGA LIMPIO!
Devyan tenía razón al decir que su equipo nos había estudiado profundamente y, aparentemente, la última información que habían recibido sobre mí era mi herida reciente. Desde que comenzó el juego, habían mostrado como conocían casi todas nuestras técnicas y estrategias. Pero como decía, casi, no todas.
Durante un momento del partido, silbé volando junto Khaleelah y todo el equipo cambió el plan de defensa, haciendo que los Bats parecieran un poco desorientados. Yo también tenía razón cuando dije que les diría a las chicas de cambiar nuestra forma de jugar, y si había alguien que usara su creatividad y trabajo duro en el Quidditch, esa era Zahir.
Gwenog y yo golpeamos las Bludgers al mismo tiempo y las lanzamos a los dos Cazadores que se acercaban peligrosamente al área de nuestro Guardián. Impidimos que anotaran, haciendo que uno de ellos casi se cayera de su escoba.
Los resultados habían sido durante toda la partida bastante empatados y solo rogaba que Aileen atrapara la Snitch pronto. Uno de los otros Cazadores de nuestro equipo volvió a silbar y cambiamos el plan de ataque.
Diez minutos después, Aileen hizo tres vueltas en el aire gritando de pura alegría y mostrando la bola dorada en su mano. Todos estallaron en gritos y vítores, aplaudiendo. Los resultados habían sido muy igualados y solo les habíamos ganado por 151 puntos, pero habíamos ganado y eso era lo que importaba.
Llegamos al suelo y nos unimos en un enorme y entusiasmado abrazo de equipo saltando y escuchando a la multitud casi gritando de alegría.
— ¡JODER LO HICIMOS!
— CUATRO VICTORIAS SEGUIDAS, ARPÍAS, ESTE ES NUESTRO PUTO AÑO.
— ¡Bien hecho chicas! — Khaleelah se separó un poco, sin dejar de sonreír, para tomar aire con una mano en el pecho.
— Felicitaciones, Lilith — escuché una voz familiar detrás de mí. Me di la vuelta con una sonrisa arrogante en mi rostro.
— Gracias, Devyan. Me alegra saber que sabes perder, aunque hayas intentado romperme el brazo de nuevo.
Él se rió disimuladamente.
— No te lo tomes demasiado personal, cara bonita. Fue la única debilidad que pude ver en ti...— río encogiéndose de hombros. — Pero estamos bien ¿no?
— ¡Claro! Ahora que te he ganado obviamente estamos bien — le sonreí y abrió los brazos listo para darme un abrazo. Le correspondí amablemente sintiéndome un poco abrumada por su fragancia y su altura.
— Si te hubiese ganado te habría invitado a tomar una pinta pero como ha sido tú quien ha ganado creo que deberías invitarme tú uno de estos días, ¿no es así, Lilith?
— ¿Si, Por qué no? — Me encogí de hombros, sonriendo.
— Bueno pues ya nos veremos, ahora tengo que consolar a Rei. Es un poco mal perdedor.
— ¡Salúdalo de mi parte y pídele perdón por la Bludger!
— ¡LILITH! — Liv gritó desde el otro lado del campo, corriendo hacia mí, seguida por Pauline, los gemelos y Remus. La rubia se abalanzó sobre mí haciendo que ambas acabáramos en el suelo en un gran abrazo. — ¡HA SIDO INCREÍBLE! ¡HAS ESTADO INCREÍBLE!
— ¡PUTAIN! ¡HA SIDO GENIAL! ¡ME HA ENCANTADO LA FORMA EN LA OS COMPENETRABAIS! — Pauline sonrió emocionada. Últimamente, se estaba interesando mucho en el Quidditch.
— ¡Gracias chicas! — Las abracé a ambos y después de abrazar también a Remus y George - quienes me dieron un discurso sobre el juego, que escuché con gusto - mis ojos se enfocaron en Fred. Este, tenía una pequeña sonrisa en su rostro y sus ojos me cubrían de arriba a abajo. Cuando noto que lo miraba, abrió sus brazos ampliamente y fui a abrazarlo también, un poco confundida y con todas mis emociones por él divagando en mi mente. La única sensación de su calor corporal y su cuerpo contra el mío me hacía sentir tan bien que no quería moverme de entre sus brazos.
— Bien hecho, cariño — susurró en mi oído, haciendo que los temblores recorrieran mi columna y bajaran hasta entre mis piernas. — Jugaste increíblemente bien y... me cabreaste de nuevo.
Me congelé en mi lugar. Oh, Merlín, ¿pero qué he hecho ahora?
— ¿Perdona? — Yo también susurré.
— Coqueteando con Khan frente a mí¿eh? Apuesto a que te divertiste mucho, ¿no? — Fred hizo una mueca mientras su pulgar se movía levemente, acariciando mi espalda. — Realmente espero que si porque voy a tener mi pequeña venganza, cariño.
Me separé un poco de él y vi que aún tenía su sonrisa en su rostro pero el fuego en sus ojos casi me quemaba. Traté de ocultar lo nerviosa e impaciente que estaba dándole otra sonrisa arrogante.
— ¿Vas a castigarme, Freddie? — me burlé en un murmullo para que solo Fred me pudiera escuchar.
Su sonrisa se transformó en una mueca de satisfacción y llevó la mano a mi mejilla.
— Oh, puedes estar seguro de eso, cariño. Sin embargo, no voy a hacerte sufrir como lo hiciste conmigo. Voy a mostrarte que nadie puede complacerte como yo. Te voy a follar tan bien que te vas a olvidar de todos con los que hayas follado antes.
La hoguera creció dentro de mis entrañas y tuve que aclararme la garganta para mantener la calma. Crucé mis brazos frente a mi pecho, bajo la mirada divertida de Fred.
— Suenas demasiado seguro de ello.
— Verás lo seguro que estoy una vez que estés en mi cama...— murmuró, mirando mis labios. — Ahora, vamos a celebrar con estos y con Remus tu partido con un par de cervezas, pero luego, te quiero en mi habitación, ¿queda claro?
Le di una sonrisa felina.
— Clarísimo.
✵ ✵ ✵
Cuando finalmente llegué a mi habitación, fue como tomar aire fresco puesto que Fred había estado torturándome lentamente durante todo el tiempo que habíamos estado juntos en el Caldero Chorreante ante nuestros amigos, quienes parecían no darse cuenta de la increíble tensión que nos rodeaba. Me miraba fijamente, se humedecía los labios, estiraba su cuerpo para así poderme dar una mirada completa, se reía con esa voz profunda que tanto me enciende...
Pero sobretodo, me hacía desearlo y me estaba haciendo arder por su toque.
Después de haberme despedido de Remus, básicamente corrí a mi apartamento, seguida de Liv y Pauline que iban hablando entre ellas. Una vez en mi dormitorio, traté de calmarme antes de saltar al balcón de Fred, pero fue inútil. Lo necesitaba. Lo necesitaba con lo más profundo de mi ser.
Sin pensarlo, abrí la puerta de mi balcón y logré pasar al de Fred sin caerme por el pequeño espacio que los separaba. Golpeé suavemente la ventana y después de esperar un par de segundos, un chico pelirrojo la abrió, recibiéndome con una enorme sonrisa cómplice. Era Weasley, pero no el Weasley que esperaba.
— George — abrí los ojos ampliamente, tratando de encontrar alguna excusa para explicar porqué estaba tratando de entrar en su apartamento prácticamente a medianoche.
— Oh, Lilith, ¿ya estás aquí? — me interrumpió, con su habitual tono tranquilo y despreocupado. — Pasa, pasa. Fred llegará en un segundo, se estaba duchando para quitarse la pintura de la cara.
El gemelo menor me hizo entrar al dormitorio de su hermano para después volver a buscar algo en el armario y yo me senté en la cama.
— Estoy tratando de encontrar una de las sudaderas con capucha que me ha robado este imbécil — dijo antes de que pudiera preguntar, todavía buscándola.
— ¿Vas a alguna parte?
— Sí, voy con Liv y Lin. Me van a enseñar cómo hacer esas pulseras hechas a mano, ¿sabes? Son geniales y, si aprendo a hacerlas decentemente, quiero darle una a Angie y luego, tal vez incorporarlos de alguna manera a la tienda.
— Eso estaría genial — le sonreí. — ¿Cómo van las cosas con ella?
— Realmente bien, la verdad. Aun no queremos hacer las cosas oficiales debido a todo lo que está pasando, pero va bien y eso es lo que importa.
— Sí, tenéis tiempo suficiente para eso. Ella estaba trabajando para el Quisquilloso con Lee, ¿no?
—Sí, está un poco ocupada pero le encanta- ¡Oh, aquí está! Joder, por fin — George se puso la prenda, orgulloso de sí mismo. — Bueno, me voy. ¿Te importa si uso tu balcón?
Riendo, señalé la ventana.
— Adelante, por favor.
Su sonrisa se ensanchó y, dejando un pequeño y rápido beso en mi mejilla, fue directo al balcón.
— Gracias, Lilith. Divertidos y tener cuidado, aún soy demasiado joven para ser el tío sexy y caliente — me guiñó un ojo, ya pasando a mi piso.
Todo mi cuerpo tembló ante sus palabras.
— Oh, cállate, Georgie. Y preocúpate primero por no caerte o no serás tío en absoluto.
Se despidió con la mano una vez que estuvo en mi habitación y luego desapareció rápidamente de mi vista para encontrarse con mis dos amigas.
Poco después, la puerta de la habitación se abrió y Fred entró lenta y pacíficamente con la toalla corta colgando descaradamente de sus caderas y con una sonrisa traviesa en su rostro. Inmediatamente, mis ojos cubrieron su cuerpo de arriba a abajo; su piel parecía tersa y suave bajo la tenue luz de la luna, su cabello todavía estaba un poco húmedo y sus ojos brillaban negros, parecidos a los de un animal salvaje. Sin embargo, estaba tranquilo y relajado, como si tuviera todo el tiempo del mundo. Oh, Merlín, mentiría si dijera que no me ensimismé en la obra maestra que tenía por cuerpo.
— ¿Disfrutando de la vista, cariño?
Le sonreí, cruzándome de piernas.
— Es una buena bienvenida.
— Sabes que me has molestado mucho hoy, ¿verdad? — cruzó sus fuertes brazos frente a su pecho. A pesar de que había pasado tiempo desde que justa al Quidditch, todavía podía percibirse el rastro que había dejado en su cuerpo de dios.
— ¿Enserio? Es bueno saberlo, entonces — bromeé fingiendo que no me importaba cuando en realidad, estaba deseando que me tocara.
— Lo hiciste, si. Estaba tan feliz de verte destruir a Khan en el campo, especialmente después de nuestro pequeño encuentro...— se acercó a mí, bajando la voz y haciéndola más profunda. — ¿Y qué me encuentro a cambio? A él coqueteando descaradamente contigo. Delante de mí. Y lo peor, a ti sonriéndole — dijo Fred. — No me ha gustado, Lilth. Ni un poquito.
— ¿Estás celoso, Freddie? — Murmuré y él se arrodilló frente a mí.
— Jodidamente celoso, cariño — confesó, mirándome directamente a los ojos y sonriendo. La parte diabólica y más primaria de mi mente saltó y rugió de alegría. — Y, como te dije, voy a tener mi pequeña y preciosa venganza...
Estaba jodida.