Ada's Choice

AndreaKim1305 tarafından

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Cuando de recordar su infancia se trataba, Kim Seokjin siempre estaba en todos los recuerdos de Ada Luz Buend... Daha Fazla

1. La Casa en el Aire
3. El Ángel y El Aviador
4. La ultima generación que conoció a MTV cuando aún era un canal de música.
5. Expectativa Vs Realidad
6. ¿A eso le llamas éxito?
7. ¿Sólo Amigos?

2. Almas Gemelas

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AndreaKim1305 tarafından

Durante toda su vida, o por lo menos hasta donde su memoria le alcanzaba, Ada Luz siempre soñó con tener la boda perfecta. A menudo se imaginaba a sí misma en un altar lleno de flores junto a su príncipe azul. Con los años y la experiencia la visión fue cambiando, en lugar de un príncipe azul, Ada veía a un elegante y guapo joven asiático (a decir verdad, Taeyang fue parte de su visión por varios años)

Los príncipes azules no existen, eso lo aprendió cuando sus competidores e incluso colegas (muchos de los cuales lucían como príncipes azules) trataron de aplastarla anteponiendo su posición como hombres para desmerecer su trabajo y sus proyectos. Afortunadamente nada de esto logró afectarla, muy por el contrario, Ada se sentía orgullosa de decir que todas aquellas desagradables experiencias la fortalecieron y le permitieron trazar su camino como diseñadora y empresaria.

Para lo que nunca nadie la preparo y lo que nunca nadie le dijo es que lidiar con la familia de su futuro esposo (una familia que en su momento le mostró su rechazo) fuera una de las experiencias más retadoras e incómodas de toda su vida, pero ese era el precio que debía pagar por el bien de su matrimonio e incluso por el bien de la familia que quería conformar con Minho.

-¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda? - preguntó Minho sentándose en el piso junto a ella, con delicadeza pasaba un pañuelo por su frente.

-Estoy perfectamente - le aseguró ella con una sonrisa fingida. No, no estaba bien, le dolían los brazos, la espalda y el cuello, además de que sudaba a mares, su maquillaje Dior se había arruinado por completo.

-Siento mucho todo esto...

-Está bien, enserio está bien... sabes que me encanta hacer Kimchi - odiaba hacer maldito Kimchi de repollo.

Sobre el piso, en la mitad de sus piernas abiertas reposaba un gran recipiente de plástico lleno hasta el tope con Kimchi de repollo, apoyada con unos guantes plásticos Ada usaba todas sus fuerzas para revolver el Kimchi que después pasaría a su debido proceso de fermentación.

Omo Minho! Si sigues distrayéndola estará aquí toda la noche, suficiente tiempo le ha tomado algo tan sencillo como revolver el Kimchi - en frente de la joven pareja estaba la tía Jeong Ja, que siempre aprovechaba cada oportunidad que tenía para hacer comentarios inapropiados hacía Ada y recordarle su origen extranjero.

-De hecho Ada ya terminó... ese Kimchi tiene buen color - dijo Minho llevándose un poco del Kimchi a la boca. No, no tenía buen color, Ada no era experta en Kimchi, pero ESE se veía demasiado pálido para estar bien - te ayudó a poner la tapa - concluyó ignorando la mirada de su tía.

Después de retirarse los guantes, Ada fue directo al baño, para el día siguiente tenía la prueba de vestuario para la presentación de la siguiente colección, además de una aburrida reunión donde se daría a conocer el informe trimestral de los puntos de venta y como si eso no fuera suficiente también debía reunirse con unos proveedores, a todo eso debía sumarle que amanecería adolorida. Maldito Kimchi de repollo.

Se lavó las manos, la cara, se maquilló nuevamente y se arregló el cabello, cuando estaba a punto de salir se tomó cinco minutos para revisar sus notificaciones, encontró varios mensajes de Myeong, su madre quien estaba preocupada por la dichosa reunión familiar, los correos con las estrategias de venta del departamento de publicidad y mercadeo, además de la lista con las piezas que se exhibirían en la pasarela de apertura para la siguiente colección, cuando estaba a punto de salir, un correo llamó su atención, en este se leía el asunto "Reunión de ex alumnos Instituto Técnico Yongsan" con dedos frenéticos abrió el mensaje y empezó a buscar en la lista de destinatarios un nombre en específico, por supuesto no estaba, debía saberlo, pero aún tenía esperanzas de qué tal vez, solo tal vez él estuviese ahí.

Con más detenimiento revisó la lista nuevamente y se encontró con otros destinatarios:

-Jin Mo Joo
-Park Hyo Yu
-Kim Do Geon
-Yoo Hyun Soo

Hacía tanto que no pensaba en esos nombres que ya hasta había olvidado cómo se pronunciaban, perezosamente se detuvo en el mensaje que resultaba inusualmente breve para tratarse de un encuentro de ex alumnos:

Estimados ex alumnos:

Reciban un cordial saludo.

El motivo de este mensaje es para extenderles la invitación al encuentro de egresados que tendrá lugar el próximo 6 de noviembre en las instalaciones de la institución con motivo de la celebración de nuestro aniversario número 50.

En esta ocasión contaremos con la presencia de nuestra ex alumna destacada Woo Soo Ji, actual miembro de la junta directiva de Samsung Electronics y Kim Min Suk, CEO del grupo Round Rock, quienes compartirán sus experiencias y las claves para alcanzar el éxito.

De antemano contamos con su presencia.

Atentamente:
Lee Eun Sol
Directora académica.

-Bruja... no me incluyes en tu lista de ex alumnos destacados sólo porque soy extranjera.

Indignada revisó sus mensajes anteriores y notó que el mismo correo le había sido enviado en repetidas ocasiones, es solo que sus demás mensajes (aquellos que eran realmente importantes) hicieron que estos quedarán desechados en su carpeta de mensajes "no destacados" en todos, notó ella, resaltaba el escudo azul y amarillo que tan bien conocía y que tuvo que ver durante todos los años que estudió en el instituto técnico Yongsan.
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-¿Estás feliz por empezar la escuela mañana?

-No, no quiero... tengo miedo que los otros niños se burlen de mi por cómo me veo.

-Si eso llega a pasar ¡Yo te voy a defender! - respondió Jin echándose parte del helado del chocolate que comía sobre su camiseta de Pokémon - oops, mi mamá me va a regañar por esto.

-Saliste a correr el día que esa araña salió del jardín, eres un miedoso Jin y eso - dijo Ada señalando la camiseta ahora manchada - mi mamá lo lavará.

-Mi mamá dice que soy valiente, pero que mi corazón es delicado...

-Eres un miedoso... hasta las moscas te asustan - respondió ella moviendo las piernas que colgaban desde el borde de una gran plataforma de madera que comunicaba la casa con el patio trasero. Llevaba un vestido rosa manchado también con helado de fresa.

-No, no lo soy... soy muy valiente, es solo que mi corazón...

-Ajá, tú corazón... está bien... digamos que eres el más valiente de todos - repuso ella pasando su mano llena de helado por el hombro del niño y dejando, dicho sea de paso, otra mancha en la camiseta - ¿Pero que pasaría si no puedo entender nada de lo que dice la maestra? ¿Y si los demás se burlan de mi por no entender?

-La señora Park te ha enseñado bien, le entenderás a la maestra y si no, yo prestaré mucha atención y luego te enseñaré para que nadie se burle de ti.

-¿Lo prometes? - preguntó Ada extendiendo su meñique.

-Lo prometo - le aseguró él respondiendo a su gesto.

Ese día como todos los días de ese verano que parecía eterno, ambos niños pasaron la tarde entera jugando en el patio trasero de la residencia de los Kim, de vez en cuando Gabriela salía y les ponía algo de bloqueador para evitar rostros quemados en el tan esperado primer día de clase.

Al día siguiente se levantaron con la salida del alba, Seokjung al estudiar en un colegio a las afueras de Seúl, debía salir cuarenta minutos antes que Jin y Ada.

Desde su llegada al país extranjero, ambas, madre e hija, habían estado asistiendo a unas lecciones intensivas de coreano impartidas por una maestra particular, por supuesto el enfoque era diferente, pero de alguna manera la señora Park logró complementar ambas metodologías y crear una estrategia donde el aprendizaje de la una, dependía del avance de la otra, así mismo a Ada se le dedicaban un par de horas más al día. Si a todo ello le sumaban lo poco que habían aprendido con el señor Kim antes de viajar, las dos podían sostener conversaciones básicas y su nivel de comprensión mejoraba con cada día que pasaba.

Por su parte Jin se había propuesto enseñarle una palabra diferente a Ada todos los días e incluso llegó al punto de hacerle escribir su nombre en Hangul, a menudo sus padres e incluso hermano bromeaban diciendo que el más interesado por la educación de la niña era nadie más ni nada menos que el mismísimo Jin.

Pues bien, dicha afirmación quedó de manifiesto desde el primer día de clase. Aún Ada recordaba lo aterrada que estaba al ver a sus compañeros lanzarle miradas llenas de curiosidad e incluso secretarse entre sí, no dejaba de pensar en el hecho de que había entrado a mitad de año y que además (y esto era lo que más pesaba) era ahora oficialmente la extranjera de la escuela.

Le hicieron presentarse frente a la clase entera y tal como le indicó la señora Park, recitó al pie de la letra las palabras que había aprendido de memoria para tal ocasión, mientras lo hacía miraba directamente hacía la pared posterior donde se encontraba pintado el escudo azul y amarillo de la escuela.

La ubicaron en un asiento junto a Jin, pero ni eso pudo evitar que no despegase la vista del suelo, al notarlo el niño le ayudó a sacar sus libros y demás útiles, a la vez que la maestra iniciaba la lección del día, tal como lo había predicho, la niña no lograba entender ni una sola palabra de lo que decía, estaba aterrada, sostenía el lápiz sobre la hoja blanca del cuaderno, pero no escribía nada.

En ese momento Ada descubrió que había olvidado todo lo que la señora Park le había enseñado, cuando las lágrimas ya empezaban a asomar por sus ojos, sintió la mano de Jin cerrarse sobre la suya, de repente y como si de un hechizo se tratase, su llanto se detuvo y las palabras de la maestra fueron completamente entendibles a sus oídos, llenándose de todo el valor que pudo, atendió la lección de ese día. Se sentía feliz de decir que Jin jamás soltó su mano.

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Después del ritual familiar del Kimchi, en el que Ada había fracasado en grande, la familia se reunía en la mesa, a su lado Minho sostenía una conversación con su padre, mientras Hyejin la esposa de Minjae, hermano de Minho, hablaba con la señora Choi para ultimar todos los detalles del baby shower que se llevaría a cabo en cuánto Hyejin estuviese pisando su octavo mes de embarazo.

Ante esto, Ada se sentía como un perfecto mosco en leche, había sido así desde el primer día en que Minho la presentó ante su familia como su novia, hacía algo más de dos años. De nada les importó su éxito como diseñadora y empresaria, para ellos Ada seguía siendo la extranjera que irrumpió en el futuro próspero de su perfecto hijo. Irritada como estaba, sacó su teléfono del bolsillo interno de su abrigo, al notar que este estaba vibrando, en la pantalla encontró varios mensajes de Myeong.

-¿No te enseñaron en tu casa que es de mala educación usar el teléfono en la mesa? - comentó la señora Choi a tal volumen que las ocho personas presentes en la mesa dirigieron miradas llenas de asombro a Ada, avergonzada cómo estaba guardó el teléfono en dónde estaba y les ofreció sus disculpas inclinando levemente su cabeza.

-Mamá por favor, Ada dirige una empresa con cerca de setecientos empleados, claro que debe estar pendiente de su teléfono.

-No cuando estamos en la mesa...

-Eso es lo más anticuado que he escuchado mamá...

-Pues entonces perdonarás a tu madre por ser una mujer anticuada.

-Mamá...

-¡Está bien cariño! - lo interrumpió Ada tomando su mano - me disculpó con usted señora Choi, no volverá a suceder - continuó la chica inclinando nuevamente la cabeza - por dentro le hervía la sangre de la rabia que tenía, pero debía permanecer serena, lo hacía por el bien de su matrimonio.

-Es bueno saber que puedes hablar por ti misma...

Cerca de las 10:00 p.m. Ada y Minho viajaban en carretera rumbo al apartamento de Ada ubicado en Gangnam, mientras él conducía ella revisaba los pendientes del día siguiente y respondía los mensajes de Myeong quien le contaba todos los pormenores de la cita a ciegas que había tenido aquella noche.

-Siento mucho todo lo que pasó hoy cariño, sé que mi familia es complicada y en verdad apreció tu paciencia y entrega para con ellos - comentó Minho rompiendo el silencio, en la distancia ya se alcanzaba a divisar el edificio de Ada.

-Está bien, no es ninguna molestia - le aseguró ella como si no le diera importancia al asunto (que gran mentira) - hagamos honor a nuestros futuros votos "en las buenas y en las malas"

-¿Sabes que en verdad te amo? - le preguntó él acercándose a su rostro para robarle un beso en la mejilla.

-Eso lo sé muy bien - le respondió ella robándole otro beso, esta vez en los labios.

-Deberías subir, mañana te espera un día largo - dijo él tomando un mechón de su cabello para ponerlo detrás de su oreja.

-¿Pensé que venías? - repuso ella extrañada.

-Tengo el vuelo a Japón mañana a las 4:00 a.m. - respondió él sonriendo levemente - debo ir a casa a preparar todo.

-Claro... el vuelo, no recordaba eso.

-Eres mi olvidadiza favorita.

Después de un leve intercambio de palabras, unos cuantos besos y muchos otros cumplidos, Ada subió a su apartamento, se deshizo de toda su ropa apestosa a Kimchi y carne asada y fue directamente a la ducha, mientras el agua caía a cascadas sobre su cuerpo, se encontró a si misma pensando en Jin nuevamente, no podía negar que el mensaje con la tal de reunión de ex alumnos había hecho eco en su cabeza, estaba ante la posibilidad de verlo nuevamente, aunque sabía perfectamente que ese mensaje no había llegado a él y que además era imposible que sacase tiempo de su apretada agenda para ir a una insignificante reunión de ex alumnos.

Busco su pijama favorita, de la colección de otoño de Victoria's Secrets que compró en Nueva York, removió su maquillaje con todos los artilugios y productos de belleza destinados para aquello y finalmente se puso una mascarilla de colágeno que la hacía relajar después de un largo y estresante día. Cuando estaba a punto de quedarse dormida, el teléfono empezó a sonar en su mesa de noche, con pereza lo tomó de allí y leyó "🌹 Mami 🌹" en la pantalla.

-Hola ma - respondió la chica en un perfecto español. A pesar de que hablaba cuatro idiomas, su madre jamás permitió que se olvidase de su idioma materno.

-¿Cómo estuvo la reunión?

-Tan horrible cómo cabía esperar - respondió ella torciendo los ojos.

-Mi pobre niña... un día de estos tengo que poner en su lugar a esa gente, con mi niña nadie se mete - respondió Gabriela indignada desde el otro lado de la línea.

-Está bien mamá, estoy segura que algún día me tomarán cariño, no importa si la tarea les lleve diez años.

-En verdad debes estar muy enamorada...

-Lo estoy mamá, estoy muy enamorada... supongo.

-Sabes que siempre pensé que mi yerno sería Jin - comentó Gabriela con un tono pensativo.

-¡Ay mamá! Jin es historia del pasado.

-Eso no es cierto, puede que ya no hablen, pero él fue parte de tu vida por años, ustedes dos compartieron muchas cosas juntos - repuso Gabriela con un leve tono de regaño.

-Tienes razón mamá, pero hace más de nueve años que no lo veo, no creo que se acuerde de mi.

-Tonterías, estoy segura que te recuerda muy bien.

-¿Mamá? ¿Cómo está Víctor? - preguntó Ada en un intento por cambiar de tema. Víctor era el esposo de su madre y llevaban casados más de doce años.

-Está bien, él te envía muchos saludos.

-También me lo saludas, tengo que irme a dormir ya, mañana tengo un día largo.

-Bien, tal vez pasé a tu oficina esta semana para ir a almorzar, podríamos ir de compras... ya sabes, tarde de chicas.

-Me encanta esa idea mamá, me avisas cuando vayas a ir.

-Bueno mi niña, te quiero mucho. Descansa.

-Yo también te quiero mucho. Descansa mamá.

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Cuando de recordar su infancia se trataba, Jin siempre estaba en todos los recuerdos de Ada, se conocieron cuando ambos apenas cumplían cinco años y a partir de entonces fueron inseparables.

En invierno pasaban el día entero haciendo muñecos de nieve, aún sabiendo que siempre se resfriaban justo antes de navidad; en verano jugaban con agua y perseguían por toda la calle al ajhussi de los helados que siempre pasaba a las 4:00 p.m.; en las noches y mientras todos los adultos dormían, se reunían a escondidas bajo el comedor de la sala con una linterna que Jin había recibido en su primera semana como niño explorador, estando allí conversaban, leían libros, escuchaban música y a veces jugaban con la consola de videojuego portátil de Jin.

En diciembre celebraban sus cumpleaños juntos, teniendo en cuenta que sólo habían tres días de diferencia entre ambos, cuando aquello sucedía el señor y la señora Kim procuraban darle regalos del mismo valor. Entre ellos jamás hubo secretos, reían juntos, se divertían, bromeaban, jugaban y cuando la ocasión lo ameritaba también lloraban juntos, en la escuela sus compañeros les decían los "siameses" y en secreto sus profesores esperaban que algún día se casaran.

Hoy, a sus casi treinta años, Ada Luz Buendía podía decir que tuvo la niñez más feliz de todas. Cuando alguien le preguntaba acerca de sus amigos de infancia, la chica aseguraba que no los tuvo, que en realidad se la llevaba bien con todos y sus amistades fueron siempre variadas. No mentía, Ada siempre fue una mariposa social, a excepción de algunos episodios de bullying de los que fue victima cuando estaba en quinto grado, la niña siempre obtenía las calificaciones más altas en convivencia y era relativamente popular entre sus compañeros.

Jin nunca fue lo que se dijera un amigo de infancia como los que se describen en los libros de adolescentes y películas románticas, en su lugar Jin fue su compañero de vida, una parte de ella, casi como su alma gemela. No podía negar que no extrañaba a su alma gemela, ni que no había pasado un solo día en que no pensara en él desde que la vida los separó, ni tampoco que no había comprado todos sus discos ni seguido su carrera.

Nueve años no fueron suficientes para que Ada olvidase a su alma gemela, una vida entera jamás sería suficiente para olvidarlo.

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2/2

Les dejo a un Jinnie de la suerte para que alegre sus vidas en esta tarde de sábado 🥺

Okumaya devam et

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