Its Just A Game

By arieeel74

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Mason Collins, un chico problemático, mujeriego, popular y guapo de 19 años de edad. Lo suspendieron de su úl... More

| Prólogo |
#1 Mason.
#2 -Lo ves, te dije que nos volveríamos a encontrar.
#3. ¿Como carajo pudo saber donde es mi casa?
#4. -¿Qué tal si jugamos a algo?
¡Nota! lean.
#5. -¿Por qué tenías tus... bueno, problemas de hombre?
#6. -Me llamo Ryan, Ryan Norbey.
#7. Flash back.
#8. ¿Nerviosa?
#9. Rascacielos.
#10. -Esto no pasó, nunca.
#11. -Mason, ¿Qué es esto?
#13. -¿Beso sexy?
#14. Talvez...
#15. El video.
#16. -¿Por qué llevas un lanza papas?
#17. Duchas de la mala suerte.
#18. Mason y Ryan.
#19. Cita doble.
#20. Miradas.
#21. Viernes 13 (Parte 1/2)
#22. Viernes 13 (Parte 2/2)
#23. Visita
#24. No puedo.
#25. Me dejé llevar.
#26. Pelea.
27. Planeando Viaje.
#28. Bar.
#29. Mi madre.
#30. Habla.
#31. Reconciliación y 'Beth'.
#34. Canción y Piano.
#33. Llegamos.
Nueva Novela
#34. Buen baile.
#35. Acepto.
#36. Pensamientos y "la noche anterior".
#37. ¿Confesión?
#39. "No sé por qué preguntas".
#40. "¿Qué siento?".
#41. Me voy.
#42. Me importas a mí.
#43. ¿Tu apartamento?
#44. ¿Dónde está Mason?

#12. Rudo.

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By arieeel74

VOTEN PLZZ!!

#12. Rudo.

| Taylor |

Hoy no fuimos al instituto porque tres profesores estaban enfermos, y no es por ser mala, pero estoy feliz de ello, sinceramente nos tienen con mucha carga.

Esa mini-obra que hicimos, nos salió bien, si por bien significa que Jack y Zoe no se paraban de besar en la parte que les tocaba, pero bueno, aunque fue una situación un poco incómoda para mí y para todos en la clase. Luego todo salió como esperábamos y nos dieron una calificación de 9, perfecto para mí.

Así que estoy duchándome para ir con Mason a no sé dónde, creo, talvez a los bolos, ya que son las dos y media de la tarde para cuando me termine de alistar y le avise por mensaje que lo veo en el Central Park, se hará un poco tarde. Ahora que lo pienso no sé por qué Jackson le dio mi número y como él obtuvo el de Jack, pero, bueno, no importa.

Salí de la tina y enrollé mi cuerpo con una toalla verde claro y mi cabello con una blanca. Fui directo a mi amplio armario y opté por un short de mezclilla cortos, una musculosa blanca y una camisa de cuadros –que iba a usarla abierta- con los colores blanco gris y celeste. También una vans verde-agua y una gorra con el frente plano, negra que dice “Fuck Street Wear”.

Sequé mi cabello y puse maquillaje en una maldita espinilla que salió ayer, y encrespador transparente en mis pestañas. Aunque pareciera que me arreglé demasiado, no es cierto, solo me puse un conjunto y quité una imperfección de mi rostro. Ya lista salí de mi habitación a ver televisión en la sala de estar. Agarré mi móvil y le mandé un mensaje.

TaylorJ a las 3:27pm:

Hola, ¿habíamos quedado para hoy, cierto?

A los minutos me envió de vuelta:

Mason a las 3:31pm:

Pensé que nunca lo dirías. Ok, yo ya estoy en el Central Park, tienes suerte de que vine en motocicleta.

Tay:) a las 3:31pm:

Sí, sí, como digas. Nos vemos.

Y no recibí uno de vuelta. Me levanté y para mi suerte Matt estaba bajando las escaleras –nótese el sarcasmo-.

-No irás –dijo poniéndose en frente de mí-.

-Claro que iré –lo evadí y fui a un mueble que había en un pequeño pasillo que llevaba al baño-.

Metí unas cosas en mi bolsa como dinero, algo de maquillaje, el libro que no he terminado aún, otras cosas inservibles. Ignorándolo fui a ese baño y abrí un cajón de arriba y saqué una toalla femenina, de seguro hoy o mañana me viene el periodo pero eso no les debe de importar. Salí de ahí y aún estaba Matt, suspiré con cansancio y lo miré.

-Permiso –dije para que se quitara de mi camino-.

-No. Ya te dije que no irás ¿No te das cuenta de lo que haces? Estás intentando salir con un probable asesino. Taylor date cuenta de una vez, ese chico, no hace más que problemas –hizo una pausa-. A ver, dime ¿Qué sabes de él que sea bueno?

Y entonces me puse a pensar en cosas buenas de él, pero realmente no se me ocurría más que su físico y como Matt se dio cuenta de que estaba tardando entonces añadió:

-Lo ves, te lo dije. Realmente a este punto me da igual si vas o no, pero como ya te dije, cuando salgas lastimada no ocupes mi ayuda –entonces abrió paso para que pudiera salir de aquel pasillo y lo hice-.

Agarré la gorra para irme y abrí la puerta.

-Dile a los chicos que cuando vuela traeré un paquete de ositos de goma –cerré la puerta y caminé 300 metros hacia, bueno, el metro-.

Utilicé mi móvil en los 6 minutos de viaje y luego me bajé y fui al Skate Park. Ahí estaba Mason, caminé hacia él y me sonrió. Por un momento me sentí incómoda, no olvidemos que el sábado me besó muy salvajemente y que yo… se lo concedí por una extraña razón, pero sabía cuál era: Aquí empieza mi juego. O el de ambos….

-Hola linda –me dijo por fin y sentí una mirada en mí, entonces vi a su lado y había una chica de unos 15 años o algo así, por un momento no entendí pero luego él lo aclaró-. Es mi hermana, Julie, saluda –le dijo, pero esta estaba muy ocupada quitándome la cabeza con la mirada-.

-No saludaré a una de tus perras –soltó con asco-.

Me sorprendí demasiado a ser verdad y hasta levanté las cejas un poco ofendida mirándola.

-¡Julie! –La regañó Mason-.

-Lo siento chica –dije con educación-. No soy ninguna puta.

-Por ahora –rodó los ojos-.

-¡Julie! –La volvió a regañar esta vez más alto-. No es ninguna perra –la miró-.

-Entonces cuídate chica –me dijo-. Él les enseña condones a niñas de seis –ok, eso no me lo esperaba-.

-Julie olvida eso, yo no se los mostré, ella los agarró –murmuró-.

-Teniendo aproximadamente 100 en un cajón de tu baño con la puerta abierta, es un camino fácil para poder verlos ¿No crees? –Dijo con una sonrisa sarcástica-.

-Julie, podrías volver con tus amigas ¿Por favor? –Ella rodó los ojos y se alejó-.

-Eso no me lo esperaba –le dije-.

-¿Qué? Que ¿tengo dos hermanas?

-No, que le hayas mostrados condones a una niña.

-¡Yo no se los mostré! –Se defendió-.

-Bien, ya vamos –sacudí mi cabeza un poco asqueada-.

Caminamos hasta su moto y él puso un brazo sobre mis hombros pero de inmediato lo quité. Me subí a la moto ya sin ayuda y él se subió, de nuevo, muy pegado para mi gusto.

-¿A dónde vamos?

-A los bolos más cercanos.

-¿Los bolos? Como digas… -me dio el casco a mí-.

Esta vez en lugar de abrazarlo lo tomé por los hombros y arrancó, comenzando el camino soltó una mano del manubrio y la puso en mi pierna -que rozaba la suya-, esta de inmediato se tensó y mi cuerpo completo también, él lo notó y rió un poco, dimos una vuelta muy brusca ya que seguía pasando su asquerosa mano por mi pierna desnuda. Luego de pocos segundos después de esa vuelta la soltó poniéndola de vuelta en el manubrio.

Llegamos tiempo después al estacionamiento del largo lugar, antes de bajarme de la moto noté que el lugar estaba decorado con los 60’s y 70’s, con un gran rotulo en el segundo piso que decía “BOWLING” y luces algo así como amarradas a él y rodeándolo. Me bajé de la motocicleta y él igual.

-¿Cuál será mi prueba? –Preguntó-.

-Depende de la pregunta –saqué dos tarjetas en blanco y le di una-. Escríbela –también le entregué un lapicero-.

Terminó de garabatear algo rápido, apoyado en el asiento de la moto y me la dio. Tu familia, decía.

-Ok… -me quedé pensando pero no supe que prueba darle-. Mejor entremos –le dije-. Por cierto, no vuelvas a tocarme la pierna –lo miré-.

-No te prometo nada –sonrió con arrogancia levantando la barbilla al aire-.

Rodé los ojos y seguimos caminando hasta llagar a las puertas. Entramos y analicé el lugar, había aproximadamente 12 zonas donde se realiza el juego, a nuestra izquierda un lugar en donde alquilar los zapatos y fue a donde nos dirigimos de primero, al lado había un puesto de HotDogs, hamburguesas, y otras comidas rápidas y por lo visto, el segundo piso era como una discoteca y bar.

-Unos zapatos de mujer talla… -dijo Mason pero yo tenía que decir mi talla-.

-8.

-Y de hombre unos de talla 11.5 –completó-.

El chico se fue y regresó con dos pares de zapatos.

-En cada zona de juego hay sillas, se los pueden poner en las suyas –nos indicó-.

-Por cierto, cuando está una libre –pregunté-.

-Creo que la 9 se desocupa en menos de 10 minutos, si desean esperar o consulten en aquella ventanilla –señaló un lugar entre la mucha gente que había ahí-.

-Gracias.

-Oh, y claro, aquí al lado, en el lugar de comidas, hay mesas y sillas. Que disfruten su juego.

Le dimos las gracias de nuevo y fuimos al lugar de comidas -aunque no íbamos a comer nada aún- y nos sentamos.

-Entonces cuál es la prueba –dijo Mason acomodándose en la silla-.

-Bueno… esto sonará divertido –saqué la tarjeta de mi bolso y el bolígrafo, lo escribí y se lo entregué. Comencé a ponerme los zapatos-.

-¿Quieres que consiga 6 chicas? ¿A qué te refieres a que consiga? –Ahora él comenzó a colocarse sus zapatos alquilados-.

-Ya sabes, a… no sé, besarlas, su número o lo que sea que les pertenezca, eso es conseguir ¿No? –Estaba intentando no sonreír pero me era imposible por la vergüenza, no siempre se habla de este tema, por lo menos yo no lo hablo-.

-Eso será pan comido, ¿Segura que esa es tu prueba?

-Sí, y no creo que sea tan fácil, me imagino, que en una fiesta alguien como tú, conseguiría tres chicas, pero para esto solo tienes una hora y son seis chicas.

-Buen punto, pero de igual forma podré, es más, ahí va una con buen trasero, ¿me das un minuto? –Pero era una pregunta que no necesitaba respuesta porque igual iría y eso hizo, no me dejó hablar y se fue-.

Lo vi hablar con la chica y ella hacía círculos en su cabello, él se acercó y tomó su mejilla actuando como un caballero y le dio un beso en la mejilla, ella sacó una hoja grande de su bolso donde se podía ver a la distancia que tenía cosas apuntadas, arrancó un pedacito de ese papel y escribió lo que yo suponía era su número. Mason se alejó de ella, pero no vino hacia mí, ella se alejó y ahora sí, Mason se acercó.

-Lo ves, fue fácil –guardó el pequeño papel en su bolsillo y se encogió de hombros-.

-Bien, pero te faltan cinco y no todos pueden ser números.

-Tengo una pregunta.

-Claro…

-¿De qué sirven la tarjetas?

-No lo sé, es solo para hacerlo más emocionante –rodé los ojos y él se rió-. Mira, los de la número nueve ya se están hiendo.

-Sí, vamos –dijo poniéndose de pie-.

Llegamos allí y todo estaba listo, las bolas al lado derecho, los bolos acomodados al final de la pista y cuatro sillas muy cómodas por si vienes en grupos de amigos o algo así. Me senté y le dije a Mason que fuera a alquilar esta pista por una hora y se fue. Saqué mi móvil y tenía una llamada perdida de Zoe, así que la llamé aunque casi no se escuchara nada.

-Hola Zoe, ¿Me llamaste?

-Hola, sí, te llamé, ¿Dónde estás? Casi no se te escucha.

-Estoy en los bolos.

-¿¡Estás con Mason!? –Exclamó con emoción-.

-Sí, y no es para tanto, tranquilízate…

-¡Estás en los bolos con Mason y dices que no es para tanto! –Siguió exclamando-.

-Deja de gritar, me vas a dejar sorda –le dije-.

-¿Estás a su lado?

-No, espera… ahí viene.

-Pásamelo.

-No, ¿Para qué?

-¡Solo hazlo!

-¡Qué no!

-Que no ¿Qué? –Preguntó Mason llegando a mi lado-.

-Cállate.

-No le digas que se calle, quiero hablar con él –dijo ella desde el otro lado de la línea-.

-¿Qué dijo? ¿Quién es? –Preguntó Mason con una sonrisa divertida-.

-Es Zoe y no te importa lo que dijo –esto me estaba fastidiando-.

-Claro que sí le importa, quiero hablar con él –dijo exasperada-.

-Ugh –me quejé y le pasé el teléfono a Mason viendo hacia otro lado, como vi que no lo tomaba removí mi mano desesperada y lo tomó-.

-¿Hola?... Zoe… claro que sí… no… Sí… -Mason separó el teléfono de su oreja y hasta yo escuché el grito de Zoe, luego de volver a poner el teléfono en su oreja lanzó una larga y fuerte carcajada-. Esto también es un sí… -Zoe volvió a gritar-. Era broma… claro que pasará… ok ya te la paso –tendió su mano pasándome el móvil-.

-¿Qué te pasa, por qué gritaste? Estás loca –le dije-.

-¡No me dijiste que tú y Mason se besaron! ¡Cómo no me lo dijiste! Soy tu mejor amiga -se sintió un poco decepcionada-.

-Para que enloquezcas como estás ahora –expliqué-. No, pero lo siento.

-Bueno, está olvidado, pero ahora dime, ¿Cómo fue?

-No es interesante lo que dices –canturreé, Mason me seguía mirando con una ceja alzada y media sonrisa-.

-Ya dime, ¿Cómo fue? Si no me dices me voy a enojar… -aunque sabía que no se enojaría de verdad, ella podía durar al menos 4 días sin hablarte, sin estar realmente enojada-.

-Rudo –murmuré y Mason rió fuerte porque sabía a qué me refería con “rudo”, seguramente porque Zoe le habló de lo mismo-.

-¿Qué? –Eso me molestó, sabía que si Mason había escuchado ella también pero solo quería ponerme jodidamente molesta-.

-¡Rudo! ¡Fue rudo! –Exclamé haciendo que Mason se sobresaltara-.

-¿Rudo? –Se escuchó confundida-.

-Sí, ¿Qué pensaste?

-Mason me dijo que fue excelente –rodé los ojos automáticamente-.

-Para él –bufé-. Matt me vio –escuché a Zoe reír muy fuerte-. ¿De qué te ríes? Un segundo –tapé el teléfono y miré a Mason-. Ya puedes empezar con tu prueba –el asintió con una sonrisa y se fue a por chicas-. ¿De qué te ríes? –Repetí-.

-¿Tu hermano te vio? ¿Qué te dijo? –Seguía riendo un poco-.

-No es gracioso, Zoe, mi padre lo investiga, ¿Puedes creerlo? Matt aún no le ha dicho, pero en cualquier momento lo hará y mi padre me matará. Es que no me vio hablándole, ni si quiera abrazándolo, sino besándolo, lo peor que yo ni quería.

-¿Lo investiga? Qué mal… ¿Pero tú... le seguiste el beso no?

-Pero no tenía opción, estábamos completamente pegados –aunque sí estábamos pegados yo sí podía soltarme pero no le iba a decir eso-. Él me sostenía los brazos y… -me interrumpió-.

-Tengo que contarte algo, por eso te llamé –ahora estaba seria-.

-Ah… claro dime –le dije frunciendo el ceño-.

-Ve a un lugar más callado –suspiré y con la mirada busqué algún lugar alejado de tanta gente y solo vi a Mason besando a una chica, bien por él-.

-Ok, iré afuera –caminé rápido a las puertas y salí, me apoyé en la pared y hablé-. Dime, te escucho.

-Estoy confundida –habló despacio-.

-¿Sobre qué?

-Jack, no sé… que siento, creo que me gusta pero no estoy segura ni de lo que me gusta, sé que yo sí le gusto y mucho, pero… no sé qué hacer… -suspiró-. Conocí a alguien –soltó-.

-Zoe, Jack te quiere, y mucho, sé que me dices esto porque soy tu amiga, pero no cambiará nada lo que diga, o por lo menos eso pienso, el punto es que, Zoe… no hagas esto ¿Sí?

-¿De qué hablas?

-No hagas a Jack sufrir –dije seria-.

-Yo… Taylor… no quiero, no quiero hacerlo, pero, como ya dijiste, él me quiere, pero yo no estoy segura, pero si de algo estoy segura es que no me siento enamorada de Jack y siento que es algo malo de alguna forma, porque sé que le haría daño de alguna forma, y lo amo, pero de manera amistosa, no me permitiría arruinar nuestra amistad, talvez no se arruinaría pero si afectará nuestra relación –Zoe estaba dolida, se notaba-.

-Zoe, no te sientas así, has lo que tengas que hacer y… ¿Cómo se llama?

-Cameron.

-¿Cameron? Creo que conozco a un Cameron, espera –fruncí el ceño intentando recordar y entonces supe a cuál Cameron se refería, o talvez sabía-. ¿Cómo es? –Me preocupé un poco por la respuesta-.

-Tiene los ojos café, cabello castaño, es alto… ¿Por qué? ¿Qué pasa?

-Zoe, sé que te sonará raro pero, aléjate de él. Es un mujeriego amigo de Mason e incluso talvez peor.

(…)

Zoe después de eso se sorprendió demasiado, dijo que no le volvería a hablar, lo cierto es que yo no lo conocía, solo sabía su nombre, pero es amigo de Mason, y Mason es un extremadamente idiota mujeriego y no dudo en que sus amigos sean iguales o peores. La llamada ya había durado demasiado y aún seguíamos hablando pero me entró otra llamada.

-Zoe… un segundo, me llaman –separé el móvil de mi oreja y vi la pantalla, era Jackson-. Es Jack, luego te llamo –le dije y ella solo dijo ok, entonces cambié la línea y hablé con Jackson-.

-Taylor –dijo desesperado-. ¿Estás ocupada?

-No… realmente no… ¿Qué pasa? –Sentía una gran pena por él-.

-Bueno… sé que talvez ni te interese pero tengo que hablarte de Zoe –suspiré-.

-Continúa…

-Sé lo que pasa con Zoe, no me to quiero negar a que me gusta y siempre lo ha hecho, pero sé que para ella no es lo mismo. ¡Dios! ¿Qué estoy haciendo? Yo sé que para ella no es lo mismo, no está enamorada de mí. Yo sí de ella, pero no quiero dañar nuestra amistad, y eso te incluye Taylor.

-No dañará nuestra amistad, Jackson. Pero no sé qué decirte, has lo que tengas que hacer, dile lo que tengas que decirle, ella también tiene que hablar contigo, así que llámala.

-Ok, gracias por escuchar Taylor –colgó-.

Suspiré, Que amigos los que tengo –pensé-. Volví a las puertas del lugar y entré, de inmediato vi a Mason agarrando de la cintura a una chica y le dio un corto beso en la comisura de los labios luego se separó y vino hacia mí dejando a la chica entre la multitud.

-Solo falta una –sonrió, yo rodé los ojos con los brazos cruzados y caminé a nuestra pista sin decir nada, que nos quedaban 20 minutos para irnos-. ¿Qué te pasa? –Llegó trotando a mi lado-.

Agarré una bola, la fijé con la vista, extendí mi brazo hacia atrás y la lancé, boté la mitad de los bolos y me volví hacia él.

-Nada –agarré otra bola y la lancé de la misma manera y solo me faltó uno-.

-¿Estás celosa? –Levantó las cejas con una sonrisa divertida, yo rodé los ojos-. ¡Estás celosa! –Afirmó-.

-No, qué asco, claro que no estoy celosa… -no me dejó hablar porque un brazo rodeó mi cintura y el otro mi espalda-. Suéltame –dije apretando los dientes-.

-No… ¿Estás segura de que no son celos? Porque sin ningún problema tú podrías ser la sexta –mis ojos se llenaron de enfado-. Relájate, y déjate llevar –pero no lo hice y me solté en un movimiento rápido-.

Sin decir siquiera nada agarré otra bola y la lancé, esta vez solo le di a uno, la verdad es que seguía tensa.

-Si no son celos, ¿Por qué actúas así? –Preguntó Mason-.

-Por el simple hecho de que las mujeres a veces seamos estúpidas al caer tan rápido en un juego de una hora…

-Admítelo, todas quieren algo como esto –se señaló a él mismo y se volvió a acercar, a lo que yo rodé los ojos fastidiada-.

Este también es tu juego Taylor –me recordé a mí misma-.

-Aléjate ¿Quieres?

-Hmm, lastima, no quiero –sonrió-.

-¿Tanto quieres un beso mío? –Alcé las cejas con una mano en mi pecho “halagada”-. Me siento halagada, enserio.

-Pues sí, por qué no –se acercó más a mí pero sin agarrarme-.

No me di cuenta de que captamos la atención de los que nos estaban rodeando, estaban susurrando y murmurándose cosas. Puse una mano en su nuca acercándolo a mí, tanto que podía chocar mi aliento en su cara, él sonrió de lado mirándome a los ojos y lo besé, no fue tan salvaje como pensé que sería, es más, él sonrió en medio del beso, nos separamos dos centímetros por aire y él me volvió a besar pero lo paré de golpe.

-Tu boca sabe a labial –dije en voz alta y ciertas personas escucharon y soltaron un “Uhhh” en coro-. No me sorprende –volvieron a soltar el “Uhhh”, Mason estaba sorprendido de lo que acababa de hacer-. ¡Oye, tú! –Llamé a una chica de las que se estaba besando con Mason anteriormente y ella se acercó dudosa-. ¿Él te besó? –Le pregunté y ella asintió, las personas ahora habían hecho un círculo irregular rodeándonos-. Felicidades cariño, a mí también –los ojos de la chica se llenaron de tristeza y enojo y le lanzó una cachetada y se fue-. Bien, bien, ya terminó el espectáculo –anuncié y empecé a caminar a la salida-.

Salí y caminé hacia la moto, escuché los pasos de alguien –Mason- acercándose a mí. Me volví a mirarlo y sonreí.

-Eres mala, muy mala –me dijo pero no podía ocultar una sonrisa-.

-Es un talento –guiñé un ojo-.

-Tienes muchos talentos, como eso, o besar –subió una ceja acercándose-.

-Ni lo sueñes, que estoy segura de que pego más duro que esa chica –advertí alejándome, él rió-.

-Ahora contéstame mi pregunta…

-No, solo conseguiste a cinco.

-No, tú fuiste la sexta –corrigió-.

-No, yo te besé no tú a mí.

-Sí no respondes no dudaré en volver a hacerlo –amenazó-.

-Bien –bufé-. Pero ni siquiera es una pregunta.

-No, pero si preguntaba sobre tu hermano y luego sobre tus padres iban a ser dos preguntas o sea dos pruebas, pero como solo puse “tu familia” tienes que contarme todo de ella –se encogió de hombros-.

-Entonces no eras tan idiota ¿Eh? –Rió-. Bueno ¿Por dónde empiezo?

 -Desde que eras niña –respondió-.

-Ok, veamos –me puse a pensar-. Cuando era niña… a los cinco años, mis padres comenzaron a pelearse, a esa edad conocí a Zoe, en fin peleaban cada semana, era hija única –Mason frunció el ceño sin comprender-. Espera, luego entenderás. Como iba diciendo, era hija única, cuando cumplí 7 mis padres se separaron, mi madre se mudó y yo me quedé con mi padre, éramos solo él y yo, en una casa muy grande, no en la que vivo, era un poco más pequeña. Mi padre se sentía solo y a mis 8 años conoció a una tipa, llamada Christina Growney, a mis 9 años se casaron, siendo el segundo casamiento de mi padre, ella ya tenía un hijo con otro tipo, 8 meses mayor que yo, Matt, es decir, Matthew. En fin, desde el principio me cayó muy mal y yo a él y sigue siendo así aunque hayan pasado 8 años. Cuando cumplí 11, Christina se embarazó de mi padre, y poco después de cumplir mis 12 años tuvo a mis hermanos pequeños –Mason alzó las cejas sorprendido-, sí, son gemelos, se llaman Zack y Jake. Poco antes de cumplir 13 se separaron y mi padre por una loca y estúpida razón se quedó con los tres, bueno, a Matt no le cae bien ni su propia madre, es… muy falsa, sí, falsa –completé-.

-¿Pero qué hay de tu madre?

-Ah, claro, lo olvidaba, ella ahora viva en California, hablamos, talvez una vez al mes o algo así –me encogí de hombros-.

-¿No la extrañas? –Preguntó Mason un poco serio-.

-No… estaba pequeña, no fue tan difícil, aunque a veces lloraba, pero ya superé eso, ¿Por qué? –Mason sacudió su cabeza y habló-.

-Nada, nada olvídalo.

-Sí te pasa algo dime ¿Qué hay de ti?

-¿De mí? ¿Quieres una respuesta? –Sonrió-. Una prueba hecha, una respuesta –se encogió de hombros-. Son reglas.

-Oh, por favor, ese juego lo inventé yo.

-Ambos podemos jugar, tú quieres saber qué hay de mí y yo de ti así que no sería justo si no… -sonó su móvil-. Un segundo –lo sacó y contestó-. ¿Hola? ¿Karen? Oh, tú… ¿Qué pasa?... ¿¡QUÉ!? –Gritó y yo fruncí el ceño mucho sin entender-. No, no, yo… no, claro que no, eso… eso no es mío, lo siento… no me importa que llores… ni siquiera te conozco, ni siquiera me acuerdo de ti… no… No me vuelvas a llamar –colgó-.

-¿Quién era? –Me miró de golpe como si se le hubiera olvidado que yo seguía aquí-.

-Un… una… Alguien –tragó saliva-.

| Mason |

Contesté el teléfono sin saber quién era.

-¿Hola?

-Hola… soy Karen.

-¿Karen?

-La chica del bar… el jueves anterior –intentó hacerme recordar-. La diosa –murmuró y yo comprendí quién era-.

-Oh, tú…

-Bueno… tengo que decirte algo… -se puso seria-.

-¿Qué pasa? –Pregunté dudoso-.

-Yo… estoy embarazada.

-¿¡QUÉ!? –Grité-.

-Sí, es tuyo, estoy segura, no usamos protección y… -la interrumpí-.

-No, no yo... –me interrumpió-.

-No lo aceptarás ¿cierto?

-No, claro que no –se echó a llorar-.

-Pero…

-Eso… eso no es mío, lo siento…

-Estoy llorando, tendré un bebé y su padre no lo quiere. ¿Acaso no lo quieres? Hazte responsable.

-No me importa que llores, ni siquiera me acuerdo de ti. No me vuelvas a llamar –colgué-.

-¿Quién era? –La voz de Taylor me sobresaltó y la miré, estaba con el ceño fruncido-.

-Era un… una… alguien –tragué saliva sabiendo que no le podía decir que iba a ser padre-.

Iba a ser padre.

Iba. A. Ser. Padre.

¿Iba a ser padre? No, claro que no, ese bebé no es mío y no lo será. Eso espero…

-¿Alguien?

-S-sí –estaba nervioso, ella me miró divertida y sacudió la cabeza-.

-No importa, no me incumbe –subió a la moto-.

Antes de subir a la moto dije:

-Tengo que decirte algo.

-Solo dilo ¿sí? Eh tenido muchas sorpresas hoy así que, dilo…

-Bueno… mi amigo Cameron –ella suspiró-. ¿Ya lo sabes?

-Sí, pero continúa…

-Bueno, conoció a tu amiga, Zoe… Quiero a mi amigo pero dile que no se acerque a él, o por lo menos no demasiado, porque él, bueno es como yo, aunque nadie me supera –dije orgulloso-.

-Sigues siendo engañado –puso una mano en mi hombro y negó divertida-.

Subí a la moto y le di el casco para que se lo pusiera, cuando lo hizo, arranqué. Quince minutos después llegué a la cuadra donde estaba su casa y me detuve en la esquina. Se quitó el casco y bajó de la moto.

-Adiós Taylor –le dije-.

-Adiós, Un segundo… -se acercó un poco a mi cara-. ¿Fumaste? –Se alejó y no respondí-. ¿Cómo te dio tiempo de fumar? Y ¿Por qué fumas?

-Es… es solo estrés –me rasqué la nuca-.

-¿Estrés? ¿Qué clase de estrés puede tener un chico con plata, que consigue a la chica que quiere en segundos? –Mené la cabeza un poco, no le iba a decir de qué tenía estrés de hace más de dos años-.

-¿Te molesta?

-Bueno, es tu vida, pero no deberías matarte a ti mismo. Adiós Mason –se alejó hacia su casa-.

___________________

Subiré otro, pero esperen. Lo tengo que revisar y luego subir y... y, y... etc.

Ahorita la cosa se pone buena, MÁS buena de lo que ya es!!

Okya. También voy a subir otro capítulo de Changed My Life! :'D

Nos leemos en un rato. =D !!

... Foto de Taylor ...

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