Narrador omnisciente.
En la noche anterior la pasión y lujuria inundó en la mansión Davilson, los gemidos de la italiana eran callados por la mano de Brian. Los cuales uno de ellos dos disfrutaba anhelando que aquello que tenían fuera más frecuente y disfrutaran como lo hacían en ese momento.
Mientras la italiana lloraba de placer, en el hotel D'angelo sucedía algo parecido a eso.
Con la única diferencia: la gemela Ricci era follada por Leonel.
— La única manera en la que tendrás a mi hermana es con un hijo. — le dice la gemela a Leonel quien fuma un cigarrillo. — Lo que sea que planeas, esa es tu solución: un hijo de Amelia Ricci.
Aquello dejo pensando al italiano toda la madrugada, aunque eso ya formaba parte de sus planes. Mientras tanto, la Ricci despertó esta mañana consternada por lo sucedido de la noche anterior, ella se desconocía al momento de tener sexo con Brian.
Decepcionada al ver el cuerpo desnudo de Brian Davilson, aquel sujeto dormía boca abajo con solamente una sabana blanca cubriendo su desnudez al igual que Amelia.
La italiana no pudo sentirse patética por tener tan poco autocontrol, el llanto se apodero de ella dándole la espalda a Brian mientras ya no lo viera, dolería menos.
— Soy una estúpida. — se repetía mientras tapaba su rostro con ambas manos.
El hombre que a pesar de tener una noche fantástica se encontraba despierto al sentir movimientos en la cama seguido de unos sollozos. Una de las cosas que mas le molestaban al estadounidense era que Amelia se repitiera lo decepcionada de ella misma, odiaba con toda su alma que la italiana se hiciera menos.
— Me encanta que tu voz sea mi despertador, lo único que me desagrada es tu llanto.
Amelia lo voltea a ver con los ojos llorosos y Brian solamente estira sus brazos dejando que la italiana se acerque a él.
— Deja de repetir que has perdido el orden en tu vida. — le murmura él acariciando la espalda desnuda de ella.
Ambos se quedan en silencio, disfrutando del clima fresco y el ambiente tranquilo que se forma. Desnudos sin ninguna preocupación, la italiana se tranquiliza escuchando los latidos del corazón de Brian.
1,2,3...
Los empieza a contar mientras Brian le acaricia la espalda tranquilo, últimamente sus días son tensos y estresados. Nunca se encuentra relajado y cuando lo está es por Amelia.
— ¿Quieres desayunar en la cama?
Amelia asiente ante su propuesta y Brian estira su brazo agarrando el teléfono del buro. Con una sola llamada es suficiente para pedir un desayuno para 2 personas con la excepción que lo suba únicamente la empleada.
Ambos se quedan observando la habitación, la cual es un desastre. A cada uno les empieza a llegar los recuerdos de la noche anterior, donde Amelia se sentía una diosa en el sexo y Brian la alentaba a que le diera un baile sensual.
Los toques seguido de la puerta abrirse provoca que la única empleada se sorprenda al ver todo un caminito de ropa de parte de ambos. Brian acepta la bandeja dedicándole una mirada de que se largue sin agradecerle, pero en cambio Amelia si se las da.
La colombiana se retira de la habitación incrédula de saber que el señor Davilson tiene novia y más que lo soporta con ese carácter de amargado y egoísta.
— Se ve delicioso ese kiwi y fresa. — musita Amelia.
Brian pica la fruta extendiendo el tenedor hacia la boca de ella, lo cual acepta gustosa.
— Quiero intentar. — ella se acerca he intenta agarrar fruta, pero Brian la detiene.
— Soy alérgico a las uvas.
— ¿Qué? ¡Como es eso posible! — se ríe ante la confesión del estadounidense.
El desayuno pasa así: risas por parte de Amelia, coqueteos por parte de Brian, besos y discusiones sobre quien se dará de comer.
— ¡Es mi turno! — le insiste Amelia, pero Brian niega.
— No, cállate y come la fresa. — le dice y ella rueda los ojos. — Estas muy delgada, anda come.
Amelia se tensa ante el termino, desde niña se burlaban de ella por ser muy delgada. Desde que entro a la adolescencia y su cuerpo se empezó a desarrollar se la pasa haciendo ejercicio, 3 horas en el gimnasio para mantener esos atributos voluptuosos que tanto sufrimiento le costó tener, para que las burlas jamás regresaran.
— A las personas con complexión delgada, nos incomoda esos "cumplidos". — recuerda — O en especial a mí, me hacen pensar que no soy linda y parezco enferma...
Su mirada decae y Brian deja la bandeja en la cama, incitando que Amelia se suba a su regazo seguido de tomar su mentón y hacer que ambas miradas se conecten.
Sintiendo esa electricidad en la piel cuando los ojos verdes de ella lo miran con el mismo brillo que los de él.
— Nunca me cansaré de pensar y decir lo hermosa que eres, desde que te vi quede fascinado por tu belleza y no es justo que tú no la veas.
— Eso lo dices por mis ojos verdes, te aseguro que si mis ojos fueran de otro color...
Brian la calla dándole un beso corto en los labios para después juntas sus frentes.
— No es solamente la belleza física, es lo gran humana que eres por dentro y solamente con mirarte quedas obsesionado.
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Dos horas bastaron para que ambos quisieran hacer otra actividad que no fuera sexo o seguir comiendo, Brian la invito a conocer la mansión y ambos se encuentran vistiéndose. La italiana con el mismo vestido blanco de ayer y Brian con unos vaqueros cortos sin camisa.
Ambos se disponen a bajar hacia el primer piso, Amelia lleva unas sandalias gigantes de Brian y en el transcurso son burlas de parte de él.
— ¿Brian? ¿Amelia?
La voz de la madre del susodicho pone alerta a la italiana mientras el enojo influye en Brian, quien odia las visitas sorpresa.
— Madre, ¿Qué hacen aquí?
Ambos se dan la vuelta y Edén no pierde la oportunidad de detallar a la hija de los Ricci. Detrás de ella aparecen los demás, desatando la molestia en Brian y la incomodidad en ella.
— Oh, Amelia. No sabía que habías pasado la noche aquí. — le comenta Gregory.
El ambiente incómodo y que todos los presentes observen a Amelia, la pone en vergüenza. La mirada de Emilia y Gregory son claramente de molestia y ella lo nota.
— Tuve un inconveniente y ya me tengo que retirar... — habla y Sky da unos pasos hacia enfrente estirando su mano.
Edén no dice nada y solamente observa esas facciones dignas de Frank Ricci: el amor imposible de Edén Davis.
— Sky Jones, mejor amiga de este monstruo y posiblemente tu futura amiga. — Amelia sonríe aceptando su mano saludándola.
Brian no sabe ni que rostro poner, está furioso con todos menos con Sky y Amelia.
— ¿Ella es la prometida de Leonel D'angelo? — suelta el comentario la asistente de Brian y Amelia se tensa al recordarlo.
La italiana se dice miles de insultos al olvidar a su prometido, mientras Emilia se mantiene seria porque estúpida no es y desde lejos se nota que ambos cogieron.
— Querida, ella tiene nombre y es Amelia Ricci la cual nunca creí que tendría el placer de verla. — habla por segunda vez Edén — Quisiera pedirte que seas mi modelo para mi próxima colección con PRADA.
El ambiente tenso empieza a ser más ameno cuando Greggory se retira con Emilia. Por otro lado, Brian se sorprende por la amabilidad de su madre y los 2 esperan su respuesta.
El sueño de Amelia siempre fue volver a modelar, talvez en otra vida sería una espectacular modelo.
— Lo siento, este año está siendo imposible para mí y estoy fuera del modelaje.
— Es una lástima escuchar eso, con esa belleza y cuerpo tendrías un gran futuro en la industria.
Su teléfono el cual lo lleva en la mano empieza a vibrar con urgencia y mira el mensaje.
"Es urgente que vengas a la mansión."
— Frank Ricci.
— Me alegra conocerte después de los malentendidos, soy nueva en la cuidad y me gustaría salir contigo.
La voz de Sky hace que Amelia se desconcentre y la mire confundida
—¿Eh?... me tengo que retirar, pero pídele mi número a Brian.
Amelia sale alarmada de la mansión, con ese mensaje es suficiente para saber que algo está mal y también con las llamadas perdidas de Jullise. La distancia es de 40 minutos y sube a su coche sin despedirse de Brian.
Por otro lado, en la mansión Ricci se encontraban nuevamente a la defensiva. Frank Ricci había despertado con llamadas de sus abogados y un artículo el cual le erizo la piel y no solamente a él....
"Alessandro Ricci volvió a Roma por la existencia de su ¿hijo?"
El artículo contenía cosas que solamente personas cercanas a Jullise o los Ricci sabían, el nombre del pequeño estaba expuesto al igual que fotografías de los involucrados mencionando sobre el regreso de Alessandro.
Nuevamente la familia Ricci tenia que demostrar que no son un apellido de poder, que una de sus virtudes es la lealtad y aunque Jullise no sea una Ricci, Frank la trata como si fuera una. A cada miembro se le enseño que debe ser leal a la familia, fieles a ellos mismos y nunca difamar a la familia a pesar de las discusiones.
La zona de la mansión se encuentra rodeada de paparazis, la seguridad esta alerta y cada miembro de la familia está siendo fuertemente criticado. Los asesores de imagen de la familia han tomado el control de las redes de cada uno.
A pesar de todo no se abandona a nadie y más si se trata de la familia.
Las gemelas y los demás tienen desactivado los comentarios de sus redes sociales y ellas deciden callar ante la gravedad del problema. Louise y Frank se reúnen en busca de soluciones con los abogados mientras Jullise...
— ¡Exijo saber la maldita verdad! — grita fuertemente Alessandro.
Jullise padece de ataques de pánico, el nudo en la garganta y el llanto no la permite hablar y eso desespera al italiano.
— ¡Dime, maldita sea! — vuelve a gritar en el pent-house de Amelia donde las gemelas le dijeron la ubicación de Jullise.
El ruido de la puerta seguido de unos pasos y vocecita, paralizan a ambos.
— Mami, que son esos gritos... — el pequeño corre hacia su mami, el cual limpia sus lágrimas cuando lo alza. — ¿Ese sujeto es malo?
Alessandro se queda helado al ver que ese niño es idéntico a él, pero en versión pelirrojo. Los ojos verdes de ambos conectan y el italiano siente decepción al ver que en los ojos del pequeño tienen miedo.
A pesar de que Addriano baja la voz, Alessandro lo escucha perfectamente. Él no sabía que el pequeño estaría también aquí, Jullie está al borde del colapso sin saber que decir.
— Es él, ¿Cierto?
Jullie asiente con el labio temblando, las lágrimas no se detienen y Alessandro se deja caer incrédulo en el sillón.
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Las horas pasan rápidas y ninguna solución es factible, aún no saben cómo se pudo revelar aquella noticia junto con fotografías del pequeño y Frank organiza una reunión.
Todos se encuentran en el despacho menos las trillizas, la abuela Bianca se encuentra por videollamada consternada por lo sucedido de Trina y esto.
Los abogados se retiran para más privacidad y aunque Jullise más tranquila y con ayuda de Amelia quien se llevó al pequeño pudo hablar y explicar cómo sucedió todo a Alessandro, el ambiente continuo tenso.
Y más, si él se marchó sin decir nada cuando Jullise termino de confesar.
— Lo diré solo una vez, ¿Quién vendió la noticia? — Frank les exige, pero las gemelas niegan, Amelia, Louisse y hasta la abuela también. — Mi única sospechosa eres tú.
Señala a Louisse Santoro la cual lo observa indignada, para después mirar a Jullie.
— Seré una hija de perra, Frank. Pero no le haría ese daño a Jullie y su hijo, que los quiero como si fueran mis hijos.
Aunque a todos les sorprenda, sus palabras son sinceras y siempre demostró mucho apoyo y amor hacia ellos, cuando los padres de Jullie la olvidaron.
Mientras tanto, Alessandro se encuentra enojado al saber que todos lo sabían menos él.
— ¿¡Porque nunca me dijeron!
Todos guardan silencio ante su grito, Jullise trata de tranquilizarse ya que le inyectaron un sedante y Amelia decide hablar.
— Nadie podía por que era una decisión de ella. — señala a Jullie. — Tú te habías ido sin darle explicaciones a Jullise.
— Tu cállate que no tienes derecho a opinar, quiero oírlo de la boca de ella y saber porque no tuvo los ovarios suficientes. — Alessandro se altera. — Deja tu maldito papel de víctima y afronta las consecuencias de tu silencio.
Todas esas palabras desatan el asombro en la abuela y gemelas, que nunca habían visto aquel carácter, mientras Amelia se enfurece al ver a su mejor amiga temblar presa del miedo.
— Cierra la boca ya que no tienes derecho a gritarle.
Alessandro la mira riendo mientras que Amelia intenta acercarse a Jullie.
— ¡Ella tampoco tenía el derecho de mentirme!
Jullise luce bastante mal, las emociones del día de hoy la tienen devastada y cuando intenta decir algo, ella se desmaya cayendo en los brazos de Amelia quien la alcanza a sujetar.
— ¡Llamen al médico y traigan el botiquín!
Las gemelas corren ante la sugerencia de Amelia y Louisse se levanta para auxiliar a cargar a Jullise y llevársela hacia el living.
Alessandro trata de ir, pero el fuerte grito de su padre lo detiene.
— ¡Que sea la última vez que le faltas el respeto a tu hermana y Jullise!, ya me harto tu actitud y deja de hacerte el que no sabía.
Alessandro se tensa ante ello.
— Tu sabías sobre la posibilidad de un embarazo y aun así decidiste irte, dejando en depresión a Jullise.
Ambos se miran con odio puro y Alessandro no dice nada porque su padre tiene razón. Jullise le había comentando sobre las posibilidades de un embarazo ante un retraso de su ciclo.
— Jullise despertó y por favor, dejemos de culparnos entre nosotros. — aparece Louisse. — Debemos enfocarnos en quien filtro aquella información.
Ninguno de los 3 dice más, Frank chasquea la lengua molesta porque, aunque odie admitirlo su esposa tiene razón.
—¿Dónde esta ese niño?
Louisse lo mira molesta y le responde.
— Es tu hijo. Y se encuentra en las habitacionesde arriba dormido