Chris sentía los labios de Elsa deslizándose por su piel, sus manos acariciando su torso, descendiendo concienzudamente hacia abajo. Tenía un destino en mente, y él estaba impaciente por que llegara, oh sí, aunque de momento, disfrutaría del viaje. Si ella quería jugar, no se lo iba a impedir. Sus manos envolvieron aquello que había crecido desmesuradamente, y que necesitaba todas las atenciones que le estaba prodigando. Cuando su boca lo atrapó, el aire de sus pulmones quedó retenido unos segundos, hasta que comenzó a respirar al ritmo que marcaba aquella boca experta. Cuando sintió que iba a derramarse, intentó retirarla, pero no pudo, ella lo aferró con obstinación y fuerza, tragando todo. Era el mejor sueño húmedo hasta el momento, pero sueño o no, tenía que besarla de nuevo. Sus labios picaban por la necesidad de saborearla de nuevo. Aferró su nuca, y la guió hacia arriba, hasta que sus bocas se encontraron. Empezó a devorarla con ansia, apreciando en su lengua su propio sabor. Pero algo no estaba bien, ella no sabía de la misma manera, su boca no se movía igual, entonces lo supo, esa no era Elsa.
Con una reacción casi violenta, la alejó de él, y trepó hasta la mesita, para encender la lámpara. Cuando lo hizo, la tenue luz descubrió el depredador y satisfecho rostro de Olivia. Chris se retrepó contra el cabecero de la cama, cubriendo sus partes íntimas, intentando protegerse de ella.
- Olivia, ¿qué estás haciendo?.-
- ¿Tan mal lo he hecho que no lo sabes?.-
Ella deslizaba sus rodillas sobre la cama, acercándose lentamente.
- ¡Joder Olivia!.-
Chris deslizó los dedos sobre su pelo, intentando despejar su cabeza. ¿Cómo decirle que no quería nada con ella?. Se sentía violado, de algún modo. No, no lo había forzado, pero ni loco habría accedido a mantener relaciones sexuales con esa chica. Sólo recordar lo que había pasado, hacía que su piel picase, sentía náuseas. Quería alejarse de ella tan lejos como fuera, pero aquella... lo que fuera, seguía acercándose. Chris levantó la mano y la obligó a detenerse antes de que siguiera.
- No te acerques.-
- ¿Qué?.-
- Será mejor que te vayas de aquí.-
Una expresión indignada y músculos tensos fueron el aviso de la reacción de la chica.
- O sea, te hago pasar un buen rato, ¿y tú te niegas a dármelo a mí?.-
- Yo no quería que lo hicieras.-
Chris no sabía cómo lidiar con eso. El vejado era él, ¿y ella era la indignada?.
- Pues a mí no me lo pareció.-
- Olivia. Has entrado en mi habitación sin mi permiso, te has aprovechado de mí mientras dormía. Si la situación fuera al revés, se podría considerar violación.-
- Tú no has dicho que no en ningún momento.-
- Lo estoy diciendo ahora. Vete, Olivia.-
Olivia salió de la cama de la manera más airada que pudo.
- Eres un maldito bastardo egoísta.-
Chris esperó a oír el portazo para permitirse sacar los pies de la cama. Deseaba poder tener un pestillo en su habitación, para atrancar la puerta y protegerse de alguna manera contra esa chica. Pero no lo tenía. Así que se olvidaría de dormir aquella noche. Miró el reloj, aún quedaba una hora para el amanecer. Se metió en la ducha, y se frotó y enjabonó tantas veces, que su piel estaba demasiado roja cuando salió del baño. Se puso los primeros pantalones y camisa que encontró en el armario, y salió de casa. Condujo sin rumbo fijo hasta que se detuvo. Al mirar hacia afuera, se dio cuenta de dónde estaba, frente al apartamento de Elsa. Seguramente su necesidad de consuelo lo había llevado hasta allí. Esperó sentado hasta que creyó que era una hora decente para llamarla.
- ¿Diga?.-
- Elsa, soy Chris.-
- Hola.-
- ¿Has desayunado?.-
- No, me pillaste en la cama. Aún es pronto para mi.-
Chris miró otra vez el reloj. Si, tal vez lo que él consideraba una hora prudencial para el resto de los mortales podría no serlo.
- Entonces te invito a desayunar. Sólo ponte algo y baja.-
- ¿Baja?, ¿dónde estás?.-
Chris notó como segundos después se movía una de las cortinas del apartamento, y Elsa asomaba al otro lado. Enseguida reconoció su coche.
- ¿Ha ocurrido algo?.-
- Tan sólo quería verte.-
- Ah.-
Cuando Elsa salió a la calle. Chris la espera apoyado sobre su coche. No, definitivamente no estaba bien. Se le notaba... ¿tenso?.-
Recogieron un par de cafés y un bollo en una cafetería conocida, y se fueron a un paseo transitado por corredores y gente con perros.
- Bueno, ¿me contarás que te sucede?.-
- ¿Por qué crees que me sucede algo?.-
- No sé, llámalo intuición.-
No iba a decirle que podía leerlo en su cuerpo, su postura, su rigidez, la tirantez de su frente...
- ¿Podría quedarme a dormir en tu casa esta noche?.-
Lo había meditado, mucho. No podía echar a su prima de casa, pero tampoco quería volver a estar en el mismo espacio que Olivia. Irse a un hotel parecía la mejor opción, pero era patético que lo expulsara una mocosa de su propia casa.
- ¡Vaya!, es una forma original de pedirme que me acueste contigo.-
- Eh, no. No es eso. Dormiré en el sofá. Es solo...-
- Ahora sí que me estás preocupando. O me lo cuentas o tendré que sacártelo a la fuerza.-
- ¿A la fuerza?.-
Chris se detuvo en seco y no pudo evitar sonreír. Si, la había visto machacar a la rubia aquella. Pero seamos objetivos, él era un tanque acorazado a su lado, y ¡jugaba rugby, por dios!, podía aguantar un interrogatorio de aquella mujer. Ella le devolvió la mirada, y se encogió de hombros, como no dando importancia a la diferencia muscular, ni al tamaño ni fuerza de su oponente.
- Sé como retorcer tus dedos y hacer que supliques.-
No intentaba presionarle, lo sabían ambos. Era libre de hablar, y aunque no deseaba hacerlo para no transmitirle su vergüenza, al final las palabras salieron de su boca sin evitarlo.
- Mi prima Briana está en la ciudad, y se quedará unos días en mi apartamento.-
- ¿Y?.-
- Ha venido con una amiga a la que prefiero evitar.-
- Tal vez si se lo comentas a Briana...-
- No lo entiendes, es... no sé cómo definirlo.-
- Inténtalo.-
- Verás, anoche me desperté con mi pene metido en la boca de esa chica.-
- Oh.-
- No, yo no hice... ella se metió en mi habitación mientras dormía y... bueno, que hizo eso con mi...-
- Ah, ya. ¿La hiciste algún tipo de insinuación que la hiciera pensar...?-
- ¡¿Yo?!, ni de coña. Creo que está encaprichada conmigo, no le encuentro otro sentido.-
- ¿Por eso la evitas?.-
- No quiero hacer daño aBriana, pero no puedo tener cerca a esa chica.-
- Ya. Entiendo. ¿No eres un poco mayor para dejar que una chica te eche de tu casa?.-
Chris la sorprendió conteniendo una risa, y no pudo evitar sonreír él también.
- No te cachondees de mí. No es fácil.-
- Lo sé. Bueno, visto lo que hay, tendremos que preparar un plan de contingencia para esa mala hierba. Así que... ¿Hoy tienes partido, verdad?.-
- Si.-
- Bien, pues ¿qué te parece si voy a recogerte cuando termines, nos vamos a cenar y después me quedo a dormir contigo?.-
Chris alzó la cabeza, sorprendido.
- ¿Harías eso, por mí?.-
- Huir como un cobarde no es bueno para tu reputación...-
- No, no lo es.-
- Y si el otro lado de tu cama ya está ocupado, seguro que entiende que no es bien recibida. Tres es multitud, ya sabes.-
Chris deslizó el brazo por la cintura de Elsa, y la acercó a él con fuerza.
- A veces olvido que las mujeres sois los seres más maquiavélicos que existen sobre la faz de la tierra.-
- Tu ocúpate de los chicos grandes contra los que vas a jugar, y déjame a mí a las de mi propio sexo.-
- Eres mala.-
- No del todo, pero he visto los suficientes culebrones como para saber cómo actúan las que de verdad lo son.-
Los ojos de Chris brillaban con la intensidad que Elsa conocía.
- Voy a besarte ahora mismo.-
- Lo sé.-