TaeHyung miró emocionado a su alrededor, dando saltitos de felicidad con una mirada brillante. Parecía niño en juguetería, pero definitivamente no era uno y tampoco estaban en una juguetería.
--- ¿Necesitas algo?--- preguntó tranquilo el azabache. No sabía si comprar una correa serviría para calmarlo. Realmente se veía alegre y a veces corría de un lugar a otro buscando ropa y accesorios que terminaba sin comprar.
El menor fingió pensar, aunque ya tenía en la mira algo. Esa tienda lujosa lo estaba llamando.
--- Yo... Yo quiero ropa de ahí--- murmuró fingiendo timidez. Quería ver qué tan capaz era JungKook de complacerlo. Mientras pensaba en ello, el contrario ya se había adelantado. ¡Ni siquiera lo vió pasar por su lado para entrar en la tienda!--- ¡Hey, espera!--- lo siguió con un mohín.
Él estaba interesado en todo lo que veía, sin embargo, su contrario veía todo con disgusto. Bueno, se veía a leguas que ese no era su estilo.
--- ¿Lentejuelas...?--- cuestionó mientras veía una chaqueta de alrededor de seis mil dólares--- su precio es muy elevado para lo que te están vendiendo. Es decir, no es de un material especial por fuera. Se rasgará y se verá desastroso.
Bueno, el piel canela admitía que él no sabía nada de esas cosas. Ni siquiera pensaba en el material con el que hacían la ropa. Simplemente le gustaba el cómo se veía en su cuerpo. Por algo aquel hombre tan trabajador estaba donde estaba.
--- Una vez compré una tarta en Dal-Lux y se desbarató antes de poder darle un pequeño mordisco--- bufó. Bueno, no se iba a quedar callado--- ¿Valió la pena en relación precio-calidad? No si me lo preguntas.
JungKook lo miró curioso, dejando unos pantalones de lado. Le resultaba increíble que se atreviera a decirle algo como eso. Después de todo, sus cafeterías eran para la clase alta. Iban dirigidas hacia ese público específicamente.
--- Bueno, quizás se rompió en el transporte. En ese caso, deberías de comprar tartas en donde se hornean--- aclaró mientras tomaba nuevamente los pantalones después de haber revisado su talla--- Hay algún que otro lugar en Seúl que se encarga de ello. Pero son pocos. En Dal-Lux Fête, lugar donde se hacen eventos de cualquier tipo, te sirven pasteles frescos, recién horneados. Así que es imposible que te suceda algo como lo que mencionaste.
Terminó de hablar, dejando algo impresionado al castaño, que no sabía nada de esos lugares para ricos. Después de todo, jamás perteneció a ese lado.
--- Te daré una identificación especial para que vayas a cualquier cafetería y seas un invitado, no un cliente--- le avisó antes de perderse en los pasillos para buscar más prendas para su menor. Ya sabía de sus gustos, así que con un buen ojo como el suyo, le compraría buenos outfits--- Hmmm... O quizás... Quizás si agrego la regla "Kim TaeHyung", no se moleste--- murmuró.