Narrador omnisciente.
Han pasado 3 días donde los medios de comunicación no paran de hablar sobre las maravillosas fotografías de Leonel y Amelia en lo cual el incidente de la mansión quedó en el olvido.
Louisse tenía razón, fue una excelente distracción.
Días donde la mansión Ricci es todo un desastre, las peleas entre Frank y Louisse son más frecuentes con la llegada de Alessandro y lo que tanto temía Amelia se volvió realidad.
Frank dejó en el olvido a Amelia.
La pobre joven no tiene ni un solo minuto de tranquilidad, ha tan solo 3 días de haber tenido relaciones sexuales con Leonel la joven no sabe que orden poner en su vida.
Ha tomado una decisión importante la cual fue: Comprar un apartamento.
La decisión la tuvo que tomar ante las indiferencias de su padre, los problemas en la mansión con su madre y todo lo que le atormenta.
Aunque cada integrante controla la situación ha su modo, Amelia y las gemelas son las que más le afectan.
— Papá es un grosero, mamá no merecía ser tratada así y menos a insultos. — habla Hope para después soltar un suspiro cargado de tristeza.
Aunque las gemelas no hablen, ni opinan respecto a las peleas familiares ellas en sus tiempos libres buscan la manera de huir.
— Sabemos que papá es un estúpido y por ello, debemos hablar con Louisse. — Grecia la mira esperando una respuesta pero Hope calla.
Para ambas es duro, ellas saben que opinar respecto a los temas familiares puede ser un suicidio.
— Amelia compró un departamento, talvez podamos mudarnos... — alega Hope y Grecia niega de inmediato.
— ¿Estás loca?, aunque Amelia jure que todo estará bien no quisiera estar con ella... ¿O tú si?.
Grecia se endereza de inmediato ante el silencio de su hermana, ambas se encontraban acostadas en la cama de Hope.
A Hope no le gusta discutir con Grecia, la cual tiene un cierto nivel de manipulación hacia ella.
— Vivir con Amelia no sería opción, Hope. — le insiste. — Así que ni siquiera lo pienses.
— ¿Por qué?.
— Tiene un compromiso falso y no puede ni manejar su vida. — se ríe — ¿Eso nos garantiza estabilidad? Obviamente no. — Hope guarda silencio. — Ella no es nuestra madre, es solamente una simple «hermana».
Hope reconoce que Grecia tiene razón, su hermana mayor no tiene estabilidad en su vida y eso solamente les traería más problemas los cuales no quieren.
Mientras las gemelas piensan en alguna solución, en la hacienda de los Camorra se encuentran los hermanos reunidos en una apetitosa cena.
Tuvieron un día de cacería, charlaron sobre los negocios, sus vidas y los próximos ataques mencionando algunos planes hacia los Ricci.
En la mesa se encuentra todos comiendo la deliciosa carne cocinada con un poco de verduras acompañada de un vino tinto.
— La llegada del bastardo Ricci merecía una deliciosa cena. — alza la copa uno de los gemelos riendo.
Leonel adora estos momentos entre familia, él sabe que todos son importantes.
— Nunca dude del maravilloso plan de mi hermano. — se burla Lorenzo lo cual molesta a Leonel.
— Nuestro objetivo se cumplió y por ello también mi parte. — habla D'Ángelo. — Ustedes se encargarán de ella, recuerden nuestro objetivo: Joderlo.
La orden hacia los gemelos es sencillo: Secuéstrala, sacar suficiente información para poder difundirlo en los medios de comunicación.
Ellos se retiran para poder ejecutar su plan, quedando solo en la mesa Lorenzo y Leonel los cuales tienen un asunto pendiente.
— 2 semanas sin poder follar, ¿Puedes creerlo?.
Una de las empleadas sirve 2 vasos de whisky hacia ellos.
— ¿Y eso?, tu único trabajó era averiguar sobre Amelia y la infidelidad. — le cuestiona Leonel.
Para él es importante saber si tendrá que preocuparse por aquella infidelidad u olvidarla.
— Ninguna turista robó mi atención. — responde Lorenzo. — Respecto al otro tema, la situación es confusa y no tengo mucha información.
«Acudí al bar que mencionaste y entre buscando información, un mesero me vendió un par de datos los cuales según tu versión son los que ella te dio.»
— Ella estuvo bebiendo aquella tarde, ¿Sola? — el remordimiento en Leonel se hace presente.
— Así es, hasta enseñó las cámaras de vigilancia y se veía claramente donde ella estaba sola charlando con el mesero.
Leonel se arrepiente por haberle gritado aquel día, pero su mente le había hecho una mala jugada.
— ¿Y, qué más?.
— El mesero no tenía más información sobre haberla visto en la noche, pero estuve indagando en la zona y un vendedor ambulante confesó verla en la playa con un hombre para después irse.
— Esa maldita hija de perra...
Lorenzo saca una memoria de su pantalón de mezclilla, conseguir aquel video le costaron una fuerte cantidad de dinero.
— Según la zona donde ellos estuvieron, un negocio cercano tiene cámaras de vigilancia así que ofrecí unos billetes y me entrego este video donde se muestra la placa del vehículo.
Leonel sonríe ante las palabras de su hermano, él es un maldito genio al obtener esta información.
— Necesito verle la cara al hijo de puta. — espeta Leonel con ira.
— No se aprecia ningún rostro, ni siquiera el de Amelia. — confiesa — Solamente las placas del vehículo, el cual no he investigado.
— Maldita sea. Esa hija de perra es un verdadero dolor de cabeza.
Lorenzo empieza a reírse, para él es absurdo como puede enojarse por una infidelidad cuando Leonel es peor.
— Sigo pensando que eres un cínico, ella te engaño una sola vez pero tú... — ríe — te follas a su hermana.
Leonel niega ante su hermano, para él Amelia debe ser solo de él. Nadie debe follarla, tocarla o besarla que no sea Leonel.
Él sabe lo peligroso que puede llegar a ser, lo posesivo y lo hijo de puta que es.
— Esa gemela también es otra zorra. — se burla Leonel pero a Lorenzo no le causa ninguna gracia.
— ¿Que haremos con el hermano?.
— Sencillo, Frank idolatra a su único hijo varón. — da un trago Leonel. — Las cosas se darán solas pero debemos joderlo.
Lorenzo asiente lentamente, es sencillo aunque..
— ¿Y Amelia? Debes enamorarla y tenerla comiendo de tu mano.
— De esa puta me encargaré después. — la voz cargada de coraje hace que Lorenzo sonría.
Leonel no puede olvidar su infidelidad, aunque fallaron aún sigue teniendo asco hacia ella.
— Cambiando de tema. — menciona Lorenzo. — La llegada de Alessandro es lo único que alegra el día.
— Y eso que no escuchaste los gritos y peleas, de cuando apareció.
Ambos ríen al saber que son el causante de esas amenazas, además de matar a la vieja pareja de esa patética granja donde trabaja.
Porque ese era su propósito, traer a Alessandro Ricci.
Todo el mundo sabe que la familia Ricci tiene una debilidad por sus integrantes, Frank y Louisse en entrevistas han dejado muy en claro que la familia es muy importante para ellos.
Y como en todas las familias siempre existe un miembro que es la brecha para que todo derrumbe.
Desde mi llegada a Roma mi único objetivo era la empresa, pensé que mudándome todo sería distinto a Seattle, pero no fue así.
Los problemas no han dejado de acumularse, desde la maldita enfermedad de mi padre hasta Amelia la cual ocupa mi mente día y noche.
Ha pasado varios días desde que vi esas fotografías, las cuales cualquiera pensaría que son reales pero una parte de mi sospecha que no.
Ellos sonriendo hacia la cámara, besándose y otras donde Leonel le sujeta la mano mostrando ese sencillo anillo de compromiso. Desde lejos se puede ver que es una estrategia, de parte de la familia Ricci.
Hace 3 días ocurrió un extraño accidente en su mansión, la cual nunca se dio detalles y quedó en el olvido ante el espectacular artículo que mande a escribir y las fotografías de ellos.
Cuando leí aquel artículo quise enviarle un mensaje explicándole sobre la llegada de Sky, que aquellas fotografías donde la rubia me sujetaba la mano no eran comprometedoras.
Pero mi orgullo fue herido cuando Greggory me enseñó aquellas fotografías.
(Flashback...)
— Hasta ella te envía señales de que solamente eres una aventura, ¡Un amante!.
No me da tiempo de reaccionar cuando mi mejor amigo entra con una revista en la mano, la cual deja en el despacho de mi oficina.
"La espectacular pedida de mano de Amelia y Leonel D'angelo. "
(Fin del flashback....)
¿Me hirieron?
La pregunta se repite en mi mente una y otra vez, la ignoro sabiendo muy bien su respuesta, sin poder dejar de pensar en ella.
No tengo tiempo para ridiculeces, tiempos difíciles se acercan para mi familia. Necesito estar concentrando en el plan de Vito y las empresas, que siento que todo está atrasado.
En estos momentos me encuentro en el despacho, enviando un correo hacia el CEO de Ricci incorporation. Tengo un proyecto millonario, del cual Frank no se negara.
Hace unas horas llegaron mis padres y se encuentran platicando con Sky, no dejan de cuestionar su vida.
Suelto un suspiro dejando caer mi cabeza hacia el cabecero de la silla giratoria, tengo montones de pendientes y mi asistente está más ocupada en otros asuntos que en mí.
Mi teléfono vibra y es un mensaje de Igor, lo ignoro y en la lista de contactos parece su nombre. Me causa intriga saber que pensó cuando vio mis fotos con Sky...
¿Debería enviarle un mensaje? Definitivamente sí.
"Veo que sigues con la cobardía, quiero verte espero sea pronto porque lo necesito y por cierto, vi ese artículo, felicitaciones te lo mereces, espero te encuentres bien."
—Brian Davilson.
Suelto una carcajada al leer el mensaje, me siento tan patético...
— ¿Y esa risa?
La voz de Greggory me hace apagar el teléfono dejándolo en el escritorio y enderezó mi postura poniéndome serio al ver a Sky, Emilia y él.
— ¿Qué quieren?.
Ignoro las miradas de él pero su maldita insistencia.
— ¿Interrumpo algo? Espero y si, porque si me entero de que hablas con ella....
— Cállate. — le digo al ver a mi asistente intrigada en nuestra conversación. — ¿Qué sucede, Emilia?.
— El señor Igor envió actualizaciones de Seattle con otra queja sobre el señor Adrián, mientras que sus padres exigen verlo. — maldita sea. — Ellos quieren saber dónde estuvo las anteriores semanas.
Ella se retira sin pedírselo, la rubia de ojos azules observa todo sin perder ni un solo detalle mientras que Greggory hojea los papeles que me dejo mi asistente.
Una notificación llega a mi teléfono junto con 3 mensajes de Adrián, los cuales ignoró.
"Espero y puedas entender que estoy comprometida, reconozco que los días en Reino Unido fueron fantásticos y no negaré que te deseo... pero no comprendes mi situación, todo es muy riesgoso."
— Amelia Ricci.
Ese maldito miedo de ella me causa jaqueca, la ira calienta mi sangre al pensar que la manipula o algo peor...
— Oye..
La cálida voz junto con la mano posarse en mi hombro me hace levantar la mirada, para encontrar a Sky detrás de mí.
— Tranquilo, podrás hablar con ella más tarde. — susurra en mi oído. — Tengo noticias de tu padre y es mejor estar todos reunidos.
Me percato que leyó los mensajes y ante la mención de mi padre me pongo de pie, no sin antes apagar el teléfono y computador.
Dejo todo en mi escritorio incluido el teléfono y salimos los 3 hacia el living de la mansión.
La tensión recorre cada parte de mi cuerpo, son las 5 de la tarde y no he comido en todo el día. Mi apetito está cerrado y me tenso al hacerme presente con la mirada de mis padres.
— Milagro que nos honras con tu presencia. — molesta mi padre.
Todos se encuentran reunidos, tomo asiento después de saludar a mis padres y Gregg se posa a mi lado. Sky toma una tableta poniéndose en el centro para poder apreciarla.
Mis padres están del otro lado del sofá y solo pido que sea rápida para poder irme a descansar.
— Han pasado 3 días donde he monitoreado al señor Davilson, estos días ordené unos estudios completos donde detectaron una serie de cosas, que quiero creer que sus médicos no pasaron por alto. — observo a mi padre y este calla.— Usted hace un gran esfuerzo al hacer su día a día, el ejercicio el cual está prohibido así como también viajar.
Con mis manos las froto en mi cara, es imposible que mi padre sea un maldito irresponsable y mi madre sea cómplice.
Con una sola mirada mía es suficiente para que mi madre la baje y mi padre la devuelva.
— Es cierto, pequeña Sky. — admite — Los médicos me advirtieron todo eso, venir aquí me está deteriorando.
La ira que sentía hace unas horas reaparece, mis manos se hacen puño y las cierro y abro para tranquilizarme mirando a Sky.
— Lo lamento Brian, pero lo mejor sería mandarlo a Seattle y que disfrute sus últimos meses a tu lado.
La boca la siento seca ante la confesión, esa presión en el pecho y mi mente que me exige soluciones las cuales no tengo para la torre de problemas.
Intento pensar en alguna opción que no sea gritarle a ella o a mis padres por su maldita irresponsabilidad de querer venir a Italia.
— Debemos hablar de otra... — interrumpo a Greggory.
— Eso no es opción y tú muy bien lo sabes.
Le recuerdo poniéndome de pie, ella está cerca de mí y no retrocede cuando la encaró.
— Tranquilízate, hijo. — pide mi madre la cual ignoró.
Nuestros ojos conectan sin embargo ella no está asustada, la conozco tan bien que puedo ver que está preocupada por mí.
— ¡Estás aquí por una maldita razón!.
Mi garganta arde ante ese grito el cual no provoca ningún gesto de Sky, solamente me sujeta de los antebrazos.
— Respira y cálmate, existen más opciones las cuales voy a investigar.
Me aparto bruscamente al sentirme vulnerable, mis ojos pican y parpadeo rápidamente para irme no sin antes tomar una botella de vodka del minibar del living.
En estos momentos quisiera tranquilidad y por ello, me encierro en mi despacho. Quiero olvidar todos los malditos pendientes que tengo, las preocupaciones las cuales me asfixian y ese estúpido plan... del cual hice un juramento a Vito.
Todo en mí se deja cegar por el odio, la tristeza he impotencia. Doy un trago sintiendo como el líquido quema mi garganta para después soltar un grito y destruir lo que se encierra en mi escritorio.
El ruido del computador caer, los papeles volar y dejar caer las manos frustrado ante el escritorio desatando una ola de gritos míos.
¡Maldita sea!.
Nada de esto tenía contemplando, nunca debió existir esa maldita enfermedad, la situación con Amelia y ese maldito desgraciado de Vito... que lo único que hizo fue arruinarme la vida.
Doy un último trago a la botella para después reventarla en el escritorio, los trozos de vidrio cortan mis manos provocando un escozor.
Pateo una silla molesto por la situación y minutos después se escucha esa voz femenina.
— Sabes perfecto que los ataques de ira no solucionan nada, cariño.
Ni siquiera la miro, solo respiro cerrando los ojos y sé perfecto que no se irá.
— Él morirá y tú lo sabes.
Su pequeño y delgado brazo me sujeta del mentón, para así verla.
— Puedo tratarlo, pero eso implicaría mudarme aquí a Roma.
Sus faciones tan delicadas y ese azul de sus ojos me hipnotiza, provocando el recuerdo de cuando la conocí. La única mujer la cual soportó mis peores etapas, que nunca mande a la mierda y nunca folle.
Los recuerdos de mi adolescencia con ella se hacen presentes, las inmensas veces que curaba mis heridas ante las palizas de mis compañeros o padre. Las veces que dejaba quedarme dormir en su casa por miedo de llegar a la mía y escuchar los reclamos de mi madre.
Sky me demostró lo que es el cariño, una amistad verdadera y nunca se mostró interesada en mi dinero dándome una amistad sincera.
En aquellas épocas me sentía perdido y único pase a la felicidad eran las drogas, cuando la conocí me brindó todo su cariño y después llegó Greggory.
— Toma asiento, iré por mi botiquín.
Exhalo al ver todo destruido, los papeles por todo el piso, figuras rotas, los vasos quebrados y el computador destruido.
Sky aparece con gestos de preocupación y corre apresurada con su pequeño bolso negro. Me dejo caer en el sillón del despacho estirando mis piernas y ella sé inca frente a mí.
— No quiero ser una carga para ti, te conozco y sé que no te gusta tener personas en tu mansión. — habla empezando a sacar cosas básicas para limpiarme.
Ella tiene razón, aborrezco que mi lugar lejos de caos se encuentre con personas las cuales no me apetece convivir.
— Buscaré un apartamento cerca de la mansión de tus padres y tuya, así como también podría quedarme con ellos pero lejos de las miradas y comentarios de tu asistente.
Lo último me hace fruncir el ceño y ella lo nota.
— Me trata muy mal, soy amigable con ella y solamente se dedica hacer «Tu único debes es curar al padre de Brian», «No te interesa la vida de Brian», «mantén tu distancia con Brian».
— Ni te preocupes de esa insignificante que no es nada.
Me río, pero la risa dura poco cuando la loca presiona el algodón con alcohol en una herida, el ardor se hace presente y trago saliva.
— ¡Mierda!.
— Te he dicho miles de veces que no seas así con las personas. — me regaña. — Entiendo tu dolor Brian, pero desquitarse con otras personas o destruyendo no lo arregla.
El ardor aún sigue y ella se arrepiente porque empieza a soplar ante mis gestos dolor, termina de curar haciendo sus experimentos y se deja caer en mi regazo.
— Te prometo que buscarse algún tratamiento, tengo un colega que estaba en un ensayo clínico talvez pueda ayudarme. — besa mi frente y dejo caer mi cabeza en su pecho abrazándola de la cintura. — Las esperanzas no deben desaparecer, porque sé cuán importante es para ti.
— Confió en ti, Sky.
Y es a la única que permito que me consuela, que me observe en esta etapa vulnerable y me hable con palabras alentadoras.
¡Holi!! Perdón por tardarme en actualizar, esta semana subire otros 2 capítulos.
¿Quienes creen que van a secuestrar?.
¿Leonel logrará su plan?.
Brian tiene muchos secretos y entre tiene un plan, el cual es organizado por Vito. ¿Que sospechan?.