Sin Permiso✔

By Aleja_AMB

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Cuando el verano acaba y cada estudiante debe volver a su peor pesadilla. Bueno no para todos. Para Neah no e... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 3
4. Apuesta
5. Ensaladas

2. Escape

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By Aleja_AMB

-Hola Neah- las chicas me saludan cuando camino junto a Estheysi hacia la cafetería.

Había salido de mi segunda hora de clases en las cuales no me había tocado con mi mejor amiga. Mientras yo estudio Medicina, ella estudia Veterinaria. Tenemos clases diferentes donde la única que tenemos juntas es el taller de artes, procesos para inyectar y pruebas de resistencia.

Nos sentamos en la primera mesa que vi libre luego de pedir nuestra comida. Mire todo a mi alrededor y mire cómo empezó a comer. Ella levantó la mirada y me miró confusa.

-¿Sucede algo?- preguntó después de tragar.

-Hay una fiesta, ¿vas a venir?- le di una sonrisa de lado.

-¿Para qué lo preguntas? Si igualito me vas a obligar a ir contigo- volvió a comer.

-Eso me ofende, pero lo tomo- asintió y mire por encima de su hombre ver a mi estúpido hermano acercarse con Leo, Walter, Mila y dos chicas que he visto un par de veces- ahí vienen- dije entre dientes y Estheysi volvió a mirarme.

-¿Qu...?- no termino la palabra porque se sentaron en nuestra mesa haciendo que todas las miradas se dirijan a nosotros.

-¿Qué haces aquí hermanito?- susurre para que solo él ~que se sentó a mi lado~ me escuchara. Se encogió de hombros y agarró mi comida cruzándose de brazos.

-Oye Neah, hoy hay una fiesta en mi casa ¿Vais a venir tú? Tú también Estheysi- miro a la nombrada comer como si nada- Wuao Esther, tienes un estómago muy grande- Estheysi la miró con los ojos abiertos mientras se encogía de hombros y siguió comiendo.

-Ella no puede ir Mila, aún es pequeña ¿Cierto rojo? - hablo Leo por primera vez con una sonrisa burlona, ganándose una mala mirada de mi parte.

Mire a la rubia de ojos azules y cuerpo de infarto- Claro que si vamos a ir... Mila- dije y sonreí mientras quitaba mi comida a mi hermano dejándola enfrente de mí.

-Neah, creo que ya deberíamos irnos- dijo mi amiga levantándose y frunciendo el ceño, me hizo una seña con los ojos.

-Oh, si, claro, claro- sonreí a los presentes y me levanté- nos vemos esta noche Mila.

-Sueña Neah, eso es fácil - dijo mi hermano.

Salimos de la cafetería a toda velocidad y no paramos hasta que estuvimos en un aula sola.

-¿Qué haces, Neah? Sabes que yo no puedo ir a fiestas y tu tienes una madre sobreprotectora y un hermano que es medio psicópata-me encogí de hombros mientras la castaña se paseaba de un lado a otro limpiando sus lentes.

La verdad ¿Quien no se enamoraría de Estheysi? Si me gustaran las mujeres, ella ya seria mi novia. No suena mal.

Tiene un gran trasero, piernas largas y sin ninguna cicatriz, senos pequeños y firmes, abdomen plano y una cintura que todas quisieran tener, cabello castaño rizado hasta el comienzo de su trasero y ojos miel claro. La verdad ahora entiendo a las lesbianas.

A pesar de que toda su jodida ropa es ancha le queda perfecta.

-¿Y ahora que vamos hacer?- frunzo el ceño mirándola- Neah, tenemos que hacer algo tu hermano le va a decir a tu padre y tu padre al mío lo que hará que me castiguen porque si tu padre es estricto el mío es por mil- ahora me sentía culpable.

El padre de Estheysi, era el hombre más serio que había conocido en mi vida. Desde que tengo siete años nunca lo he visto sonreír; mamá dijo una vez que desde que su esposa murió él se dedicó a trabajar y cuidar de su hija. Aunque de manera sobreprotectora.

-Pídelo tú- me miró incrédula.

-¿Que te fumaste?- me senté encima del escritorio - sabes que va a empezar con un discurso de quien sabe cuantas horas y va a mandarme a...

-A Jack, no te dirá que no- se sentó a mi lado.

-Tu hermano me trata como una cucaracha, no voy a decir la primera palabra cuando ya me va a estar enviando a joder a otro lado- volvio a levantarse.

-Vamos Esther, tenemos que ir, no puedo quedarme en casa sabiendo que ya le dije a Mila que sí, me van a destruir y todos van a perderme respeto por mentirosa- negó y luego suspiró.

-Neah, muy bien esto es lo que haremos-

°°°

Mire con intriga el papel en mis manos. Hace unos minutos había pasado Mila dando cartelas del juego solo a los más importantes del colegio. Yo estaba en esos.

Explicó, este juego se realiza cada año, inventado por mi hermano. Consiste en ver qué personas tiene más ligues en un límite de tiempo y este año eran tres meses. Debías ir anotando y sacar fotos de esas personas, cada beso que dieras para saber quién sería el ganador. El premio siempre ha sido ganar popularidad y unos cuantos dólares. La cantidad suele ser alta.

También consiste en apuestas, y si llegas a tener de ligues a un de los jugadores son diez puntos. Subes en la lista.

Este es segundo año en la universidad y quiero participar. Es una ley y más siendo hermana de Jack y amiga de Leo, Damián y Mila. Mi hermano se va a volver loco, pero no hay de otra, siempre he hecho lo que quiero. Tengo diecinueve años y no quiero ser una niña de papi y mami para siempre.

Odio ese título.

Así que lo primero que hice fue anotar mi nombre y el de mi amiga en papeles diferentes y dejarlo en el correo de Mila. Mordí mis uñas. ¡Joder! Jack va a enojarse muchísimo. Pero que le den.

Ya no hay vuelta atrás. Así que camine por el pasillo casi solo con las manos temblando, porque los resultados de los aceptados serían mañana.

Esther va a matarme.
Jack va a matarme.
Mis padres van a matarme.
Y Leo va a matarme.

Pero vale la pena el riesgo.

°°°

-¡Mamá!- le llamé pero esta no me contestó. Subí a mi habitación y deduje que estoy sola en casa, además de los empleados.

Jack me dejó aquí y luego se fue a encerrar en su habitación con Mila, su novia claro. Papá está trabajando y mamá seguro se fue con sus amigas a chismear.

Deje caer la mochila y me lancé en la cama mirando al techo. Mi habitación es un asco, toda de rosa y es que mamá no me ha dejado cambiar el color. En serio, odio mi vida.

Cerré los ojos y suspire. Lo único que se oía en mi habitación era mi respiración calmada y luego unos gemidos. Estupido Jack. Golpeé la pared con fuerza para que me escuchase.

-¡Callense Joder, trato de dormir!- mentí. Pero en vez de bajarle empezaron a sonar más fuerte. Tape mi cara con la almohada y ahogue un grito. Me desespera que todos hagan lo contrario a lo que digo.

Lancé la almohada y me levanté frustrada, salí de la habitación y baje las escaleras a toda velocidad. Me metí en el garaje y abrí la puerta del coche, lo encendí y empecé a tocar la corneta a todo volumen. Sabía que Jack no tardaría en bajar.

Mamá odia que traiga mujeres a casa para hacer sus jodidas maricadas. Y más si es Mila. Seguí tocando hasta que lo vi llegar con cara de pocos amigos. Sonreí con malicia.

-¡Me estás tocando los cojones mocosa!- me gritó mientras se acercaba. Cerré con fuerza la puerta y apreté la mandíbula mirándolo mal.

-No soy ninguna mocosa. Tampoco puedes traer una mujer a casa cuando mamá no está y pretender que no se lo voy a decir ¡estaba durmiendo!- se acercó molesto a mí y tragué grueso pero no le bajé la mirada.

-Di algo y en menos de dos horas hago que te manden a un internado - apretó mis mejillas y gire la cara molesta.

-Mamá no lo permitiría- dije en un susurro tratando de creérmelo yo misma.

-Mamá perdió el control hace tiempo- dijo con una sonrisa maliciosa girándose para irse.

-¡Maldito machista!- le grité- ¡Te odio! - me dejé caer al lado del carro reteniendo las lágrimas. Siempre es así, nunca tengo voz ni voto. Todo se lo toman como un jodido juego y hacen lo que quieren conmigo.

No quiero esto.

<•>

Me puse una bata de pijama y baje a la sala donde estaban todos cenando tranquilamente. Mis mejillas y ojos están hinchados y rojos de tanto que llore por la impotencia de no decidir por mí.

Todos fijaron su atención en mí y yo reprimí una sonrisa.

-¿Qué sucede, princesa?- joder como odio que me llame así.

-No me siento bien papi- puse un puchero y me senté a su lado- me duele mucho la cabeza y tengo fiebre- Inmediatamente me toco la frente y efectivamente estaba caliente.

Anteriormente había buscado en YouTube como hacerlo, y encontré que bebiendo muchas cosas calientes y ponerme en un área caliente me harían estar caliente. Me tomé un termo de café. Papá me miró preocupado.

-Dios cariño tienes mucha fiebre- asentí y puse ojos de perritos. Siempre han sido su debilidad. Mamá se acercó

-Llevemosla arriba- dijo Mamá angustiada y papá me alzó para llevarme a mi habitación. Cuando llegamos me dejaron en la cama y se fueron por toallas húmedas y un termómetro.

-Papá, tengo mucho sueño- dije cubriéndome de pies a cabeza.

-Voy a llevarte al hospital- lo escuche decir y ¡Joder, el hospital no!

-No es necesario papi, con que estén conmigo está bien- sonreí ya que cada uno estaba a cada lado. Beso mi frente y me acomode para que me abrazaran.

Cerré los ojos intentando no quedarme realmente dormida en el proceso. Poco a poco iba escuchando como se levantaban con el pasar de los minutos y espere pacientemente que apagarán la luz de mi habitación e irse. Suspiro, estoy realmente nerviosa.

Es la primera vez que voy hacer algo como esto y espero que todo salga bien. Eso fue muy fácil y rápido, no me convence. Volví a cerrar los ojos rápidamente cuando la puerta se abrió y encendieron mi luz. Era Jack.

-No te hagas la pendeja Neah, estas despierta- empezó a sacudirme y tuve que hacer mi mayor esfuerzo por no mandarlo a la mierda y solo soltar un quejido.

-Déjame Jack, voy a llamar a papá- me queje soltandome y le di la espalda.

-Más te vale- dijo y lo ignoró completamente. Apagó la luz y cerré la puerta. Esperé unos minutos antes de levantarme y mirar por la ventana como se iba. Sonreí satisfecha.

Me acerque al espejo y encendí las luz que tenía a su alrededor, me quite la bata y me mire, llevo puesto un vestido rojo corto, muy corto, unos tacones negros (los tengo en mi mano) y me hice un maquillaje sencillo soltandome el cabello rojizo rizado.

Escuché unos toques suaves en la ventana y me acerque a abrirla para ver a Esther mirarme con mala cara.

-No estas lista, joder Neah tu hermano casi me cacha- entro y me miro de arriba abajo - estas muy guapa- dijo secamente. Típico en ella.

-Tu vas hecha un asco- dije con sinceridad, trae puesto unos pantalones anchos y un suéter manga larga negro, unos zapatos de suela gruesas blanco y el cabello en una cebolla- debe cambiarte- negó.

-Acepté acompañarte, nunca te dije que me pondría un vestido- puse una mueca.

-¿Cuándo vas a dejar que te eche una mano?

-No quiero que me eches una mano- dijo con simpleza escondiéndose de hombros y terminé de arreglarme en pocos segundos. Unos pasos se escucharon por el pasillo.

-¡Mierda!- masculló y apague las luces del espejo, mientras Esther cerró la ventana y luego se metió en mi baño y yo me acosté en la cama de pies a cabeza.

-¿Cariño?- la voz de mamá. No conteste- ¿estas despierta?

-Ves, te dije que esta dormida mejor vamos a dormir- cerraron la puerta y se fueron. Tardé unos minutos en volver a levantarme para asegurarme de que no volvieran. Encendí las luces de antes nuevamente y mire a Esther sonreír con malicia.

-Vamonos- susurre y abri la ventada- joder, joder, joder- masculle y Esther hizo una mueca cuando vimos las escaleras en el suelo.

-¿Ahora?

-Sabanas- dije chasqueando los dedos y yendo a buscar las sábanas- si morimos que sea por algo que nos haga feliz- Esther rodó los ojos y luego me ayudó a atar la sábanas.

Seis sábanas atadas las lanzamos por la ventana y amarramos a la cuerda de sábanas al sofá.

-¿Quién baja primero?

-Tú- asentí.

Vamos Neah, tu mamá no parió una perra débil.

Gracias conciencia. Suspire y empecé a bajar con el corazón acelerado. No mires abajo, no mires abajo. Me repetía mientras me desplazaba por la cuerda hasta llegar al final. Tuve que dar un brinco y caí de culo, Esther me lanzó los zapatos para empezar a bajar ella como si nada. Me limpié las nalgas y me puse los tacones.

-Vamos, un taxi nos espera- asentí y salimos juntas por el jardín esquivando las cámaras de seguridad

-¿Has saltado la pared alguna vez?- pregunté al ver la enorme pared que nos esperaba.

-Si- abrí los ojos sorprendida- es lo que pasa cuando tienes padres estrictos- empezó a escalar con una cuerpo y la seguí. Al llegar al otro lado me di cuenta que estaba atada a un árbol y un taxista nos esperaba- llévanos a la mierda de fiesta de la que te hablé Anto- el señor sonrió y nos abrió la puerta para subir.

Santa maría, madre de dios, ruega por nosotros los vagos y que no me descubran, que cumpla mi propósito y pueda echarme luego otra escapadita.

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