—Hey, Peter—Le hablé antes de que entrara a su clase, el volteó alarmado pero sonrió al verme ahí frente a el.
—Ho-hola linda—Me saludó en una sonrisa a lo que yo no pude evitar sonrojarme por su apodo—Wow, me alegra por fin causar un efecto en ti.
—Oye—Mientras caminaba junto a él cambié el tema de inmediato, me recordaba a que traicionaba la lealtad de dos chicos—¿Podrías decirme donde conseguiste esto?—Saqué de mi mochila el proyector que me había regalado aquella noche en su casa.
Había decidido comprarle un detalle a Spidey, algo que compensara que estoy siendo una maldita y una perra al traicionar su lealtad y confianza con un chico de mi clase que conocí primero y resulta que nunca dejé de querer.
Grande Cameron.
El abrió los ojos como si mirara algo que no había visto hace mucho, así que supongo que de eso se trataba.
—Te lo regalé.... de u-un regalo no se dice de donde viene o su precio—Entrecerré los ojos hacia el.
—No es precisamente un regalo, lo encontré en tu habitación y aunque no me hubieras dicho que si, igual me lo hubiera robado—Dije obvia, su mirada cambió, gracias al cielo que ahora sé un poco como controlarme cuando sus ojos se clavan en mi.
—Pues...—Rascó su nuca mientras llegábamos a su casillero—Seguramente en una tienda en el centro de la ciudad.
—¿Cuál?—Pregunté refiriéndome al nombre de algún local en especial.
—Uno de superhéroes creo—Contestó desinteresando abriendo su locker.
—¿Creo?—Fruncí el ceño—Creí que eras gran fan de Spiderman, ¿Cómo no lo recuerdas?
—No lo sé Cam, fue hace mucho.
—¿Era grande? ¿Recuerdas el nombre? ¿Era la distribuidora con mayor demanda?—Preguntaba y preguntaba buscando algún dato que me sirviera.
—Si, eso exactamente—Asintió él cuando termino de guardar sus libros, dejándome confundida.
—¿Exactamente qué? No me estas dando ni un...
—Tengo biología Cam—Interrumpió él cerrando su locker—Si no llego temprano me matan—Se acercó a darme un beso en la mejilla evadiendo toda mi confusión por mi corazón latiendo rápidamente y un leve sonrojo—Te veo luego linda—Se despidió antes de sonreírme.
—No me dirás que sales con pito Parker ¿O si? Pudiendo salir conmigo Cameron—Preguntó Flash desde el otro lado del pasillo logrando que escucharan todos.
Mi mirada se conecto con la de MJ y Ned, quienes se encontraban mirándome algo confundidos, decidí ignorarlos y seguir mi camino, claro que con una sonrisa escondida.
Dios, soy la peor.
(...)
—Hola, buenas tardes—Saludé mientras entraba al local.
—Buenas tardes ¿En qué podemos servirte?—Saludó el hombre del mostrador amablemente.
—Vi en Facebook que esta es la distribuidora de mercancía de superhéroes con mayor demanda—Murmuré algo desconfiada ya que no sabía si esta información era real—¿Es cierto?—El rió.
—Qué te lo digan mis clientes—Señaló hacia un lado donde me permitió ver el resto del lugar con mucha gente por ahí tomando objetos.
Si, era el local más famoso diría yo.
—Buscaba algo así—Pregunté al mismo tiempo que sacaba el artefacto de mi bolso. Se lo extendí al señor quien lo tomó mirándolo raro.
—¿Qué es esto?—Me acerqué a él a activar la proyección que disparó el icono de Spiderman llamando la atención de todos en la tienda dejándolos sorprendidos.
—¿En qué pasillos están esos?—Preguntó una señora.
—No los vendo yo—Respondió el vendedor detrás del escritorio.
—¿Disculpe?—Pregunté confundida al mismo tiempo que el hombre me extendía el artefacto.
—No lo vendo yo señorita—Respondió él—Aunque si quieres venderlo, yo lo compraría—Se encogió de hombros a lo que sonreí negando.
—Me lo regaló un amigo, vale mucho para mi—El asintió comprendiendo—Si no lo vende usted ¿Quién lo haría?
—Pues eso se ve realmente costoso, aunque puedo decir que tiene más que nanotecnología, se ve muy costoso.
—¿Nanotecnología?—Pregunté.
—Así es, aunque incluso parece ser más que eso—Volvió a asentir—He buscado gente que trabaje con eso pero no he encontrado a nadie, y la gente que lo usa no gustaría ese material tan peligroso y costoso en juguetes o artefactos de superhéroes.
—¿Qué material?
—Desde que esos alienígenas llegaron a Nueva York, dejaron su tecnología aquí que fue robada, adquirida o incluso traficada—Alcé mis cejas volviendo a mirar el proyector—Tranquila, eso no luce peligroso.
—Gracias por el dato—Respondí sarcásticamente—Entonces ¿Usted cree que...
—Eso es más que un juguete de superhéroes que se vende—Comentó él—¿Tu amigo te dijo donde lo consiguió?
—Pues... me había dicho que aquí—El rió negando.
—Te tomó el pelo, si yo, que tengo el mejor local, no lo vendo, entonces nadie lo hace. Quizá lo hicieron especialmente para tu amigo.
—Quizá.
(...)
—Cierra los ojos—Le dije.
—Están cerrados—Respondió él.
—Mientes—Reí.
—¡Están cerrados lo juro!
—¿Cómo puedo saberlo con esa estupida máscara?—El bufó antes de tapar su rostro con una mano a lo que yo extendí el regalo.
Lo coloqué en la mano a lo que el separó su mano de su rostro para tomarlo con ambas manos.
—Un pastel—Sonrió él.
—El primero que hago, así que si sabe sólo a mezcla, lo siento—El negó con una risa nasal.
—Es perfecto—Comentó Spidey antes de darme un beso en la mejilla.
Traje platos y cubiertos de la cocina donde mi madre me preguntó por qué necesitaba tantos, le mentí diciendo que los ocupaba para un proyecto a lo que ingenuamente me dijo que sí.
Juntos comimos el pequeño pastel que sorpresivamente estaba delicioso, o eso es lo que Spidey no paraba de decirme.
—¿Por qué siempre nos vemos aquí?—Pregunté curiosa.
—Porque sería raro salir en una cita con este traje—Respondió el señalándose a si mismo a lo que rodé los ojos.
—No me refería a eso—Reí—Quizá podríamos volar en tus telarañas—Dije sacándole el objeto que sacaba sus telarañas—Aún no sé cómo es posible que algo tan pequeño saque algo tan resistente—Comenté sorprendida.
Habíamos hablado de eso antes, y en como se convirtió en el gran hombre araña. Pero sus telarañas... era todo idea de el, él mismo las había creado, lo cual me asombraba mucho, era un chico muy increíble, inteligente y creativo.
—Varias horas en química sirvieron de algo—Respondió el divertido de verme jugar con el artefacto—Suena bien esa idea.
—O comer hotdogs en un callejón—Entonces el rió esta vez.
—¿Comiendo en un callejón es un ejemplo de tu cita perfecta?—Fruncí el ceño.
—Pues, sólo puedo tener esto hasta que pueda saber quien eres—Me encogí de hombros, aunque mi seguridad al decir eso causó una faceta decepcionante en su rostro.
—Lo siento—Se disculpó—Sólo necesito esperar un poco más, pronto te lo diré... y podremos salir sin ningún problema—Dicho esto se acercó a besar mi mejilla.
—¿Podríamos... ir a correr juntos?—Pregunté como si se tratara de una adivinanza.
—Mhm—Asintió el con una sonrisa—Y podremos comer todos los pasteles que me hagas—Me acercó a el para besar mi frente y abrazarme, lo cual encontré muy enternecedor—Mientras... podemos seguir viéndonos en tu zona de paz.
Fruncí el ceño un poco ¿Cuándo le dije a él eso?
—¿Cómo?—Me separé para verlo de frente—¿De qué hablas?
—Tu zona de paz, tu cama—Señaló el lugar donde estábamos—Tu me habías dicho que aquí era tu zona de paz.
—¿Me puedes decir cuando te dije eso?—Pregunté extrañamente, sentí por un momento que padecía Alzheimer.
El abrió sus ojos de más, lo vi a través de la máscara, lo cual me sorprendió un poco porque... parecía no recordarlo tampoco.
—N-no lo sé... Fue un día de estos—Asentí algo insegura—¿Y cómo estuvo tu día hoy?
Supe que quería desviar el tema, pero mi pregunta era ¿Por qué? Supongo no podía tener nada de importancia el hecho de que olvidamos una de nuestras tantas conversaciones.
Aunque era raro, respecto a mi zona de paz, solamente se lo había dicho a dos personas.
A Cameron y a...
(...)
Narrador Omnisciente
—¿No le has dicho todavía?—Exclamó Ned a lo que Peter de inmediato lo calló.
—¡Sh!—Habló Peter en el mismo tono de voz—No, no le he dicho. Y menos ahora que casi lo descubre anoche.
—Peter, ella te va a odiar—Afirmó su amigo colocando la solución dentro del pequeño vaso de laboratorio.
—Ella lo entenderá—Peter le aclaró.
El timbre sonó a lo que todos comenzaron a colgar sus respectivas mochilas en su espalda y salir del aula, a excepción de quienes realmente estaban haciendo el trabajo, como Ned y Peter.
—Si te odió por seguir detrás de Liz cuando la besaste, ¿Crees que no te odiara por mentirle y besarla bajo un traje? ¿Con un anonimato?—Las palabras de Ned estaban llenas de ira—Cameron era buena conmigo hasta que hiciste lo que hiciste.
—Creo que te estás proyectando, detente—Le advirtió Peter.
—Ahora cuando se entere de esto—Ned prosiguió ignorándolo—Sólo se llenará de más inseguridades y no volverá a confiar en las personas.
—Cameron no es así, y lo sabes—Respondió Peter harto.
—Correción, Cameron no era así, hasta que te conoció, se permitió querer a alguien, se permitió confiar en ti, darte su amor, y tú sólo jugaste con eso—Ned lo señaló demandante.
—Ya basta Ned—Peter lo miró malhumorado.
—Te cegaste por el hecho de que cumpliste tu sueño de tener a las dos chicas más guapas de la escuela, y después de eso sólo trataste a las dos como basura.
—¡Dije ya basta!—Exclamó Peter un poco demandante pero lo suficiente para no verse muy molesto.
Pero al decirlo, en un arrebato, con el ademán de manos que hizo, el artefacto de sus telarañas salió disparado al suelo, frente a la chica que apenas cruzaría por ese lugar.
Ella, al encontrarse con el pequeño objeto, a primera vista supo lo que era, de lo que se trataba, varios flashbacks corrieron por su mente, conectando cada uno de los puntos.
Sabía la verdad, ahora lo sabía.
Peter miró a la chica por severos segundos, el no quería que se enterara, no de esta forma.
Vio como con cuidado se agachó a tomar el objeto entre sus manos, y cuando se levantó lo colocó en la mesa de los dos mejores amigos.
—Creo que esto es tuyo...—Dijo sin más, antes de seguir caminando.
Los chicos se miraron entre ellos sorprendidos.
Ahora ella lo sabía, y no podían regresar el tiempo.