(En multimedia: Brian Davis Davilson.)
Las palabras de Leonel se repiten una y otra vez, en mi cabeza erizando mi piel. En ningún momento le mencioné mi destino y lugar, los únicos que sabían de dicha información son mis padres.
Mi padre juró no decir nada y ante el odio hacia el italiano dudo que le haya dicho, mientras que Louisse...
Respiro hondo al saber que nuevamente confíe ciegamente y no tardo ni un minuto para traicionarme, ya no debería de ser sorpresa...
Intento tranquilizarme pensando en alguna solución, pero no logro quitar la paranoia. Mi mente se imagina escenarios donde se descubre mi adulterio con Brian.
Niego eliminando aquellos pensamientos, miro al hombre que se encuentra sentado en el borde de la cama mirando la televisión.
— B-Brian.
Paso saliva ante los escalofríos.
— Creo que Leonel vendrá o viene para acá..
La fuerte carcajada del estadunidense me hace fruncir las cejas.
— No me causa gracia.
— Tranquilízate que ese imbécil no sería capaz y solo quiere asustarte.
Termina de ponerse los audífonos para irse al gimnasio lo cual me tranquiliza.
Leonel siempre actúa por sus impulsos y ataques de celos, él al conocerme debe estar desconfiando obligándolo hacer este viaje.
Suelto un suspiro pensando en otras cosas, es sábado y el personal del hotel es más escaso así que empiezo a desayunar la bandeja que me dejo Brian.
Cualquier movimiento o golpe en la puerta me acelera el corazón, poniéndome nerviosa. Y aunque termine de desayunar la ansiedad no disminuye.
Debí aceptar la idea de Brian, talvez tenía razón en decir que haciendo ejercicio quemaría toda la tensión y ansiedad. Me encuentro acostada con un dolor de cabeza del cual no disminuye, cierro los ojos tratando de conciliar el sueño pero no lo logro
Se suponía que este viaje no tenía que ser así, era para divertirme y que irónico que ayer me sentía extremadamente tranquila y feliz.
Recuerdo haber planificado estas 2 semanas: visitaría a mi mejor amigo y lugares populares... sin Brian y ese maldito artículo.
Mis ojos arden al recordarlo, respiro y tomo el celular que se encuentra a mi lado buscándola en mi lista de contactos.
"Psicología: Lía Miller."
— Gracias por comunicarse con Lía Hamilton Jones, ¿Con quién tengo el gusto?.
Su voz tan cálida y delicada.
— Hola, soy Amelia y espero te encuentres bien quería.. — me interrumpe.
— ¡Amelia, cariño!. — exclama sorprendida. — Que alegría volver a saber de ti, hace años que tenía sin saber de ti más que en revistas.
Viví 2 años y medio en Nueva York, recuerdo que en aquel entonces enfrentaba una dura crisis emocional y fue donde la conocí.
— Lo siento tanto, han pasado tantas cosas que tuve que alejarme... pero te hago esta llamada para una reunión urgente.
— ¿Te encuentras bien? Si es de urgencia puedo recomendarte con algún colega de Roma.
Pienso unos segundos antes de responderle, la única opción para verla es viajar hacia Nueva York y con el sedante estoy estable.
— Puedo verte dentro de 2 días, ¿Estás disponible?.
— Por supuesto, pero dime ¿Es una crisis?.
— Prefiero decírtelo en persona, ayer tuve varios ataques de pánico y desde hace tiempo no trato de mi ansiedad.
El ruido de la puerta abrirse y movimiento me pone alerta, helándome el cuerpo, pero al ver a Brian tomo aire.
— Entiendo, será mejor vernos cuanto antes. — dice — Te estaré llamando para saber tus estados de ánimo, cuídate y no dudes en llamarme.
Finalizamos la llamada en cuanto veo a Brian recoger algunas prendas del suelo, se suponía que vendría la de limpieza, pero sugerí que no.
Me recuesto al verlo todo sudoroso, se quita la playera y tomo aire para hablar con él.
— ¿Todo bien?. — cuestiona ante el tenso silencio.
— Debemos hablar... — asiente caminando hacia la cama. — Desde hace meses me encuentro bajo presión, motivos personales me obligan a tener mucha tensión y... mis crisis de ansiedad son cada vez más frecuentes y por ello, decidí que debo ver a mi psicóloga en Nueva York.
Mi mirada está hacia mis manos, las cuales empiezo a torcer y pellizcar mis dedos, pero él las sujetas haciendo que lo mire.
— Perfecto, haremos ese viaje juntos.
Cierro los ojos ante mis palabras.
— No podrá ser así. Este viaje debo hacerlo sola para despejar mi mente y poder estar tranquila unos días.
— No. — me interrumpe poniéndose de pie. — No soy capaz de dejar sola después de lo ocurrido anoche.
— No volverá a suceder, las sesiones con mi psicóloga son agradables y siempre terminan bien.
// 2 días después...//.
Despedirme de Brian fue realmente tan frío y cortante, mi mente se imaginó tantos escenarios para solo terminar teniendo sexo de despedida y una mirada de desprecio al momento de subir al avión.
Fui tan ilusa al querer escuchar un «Espero verte pronto», pero no fue así.
Sigo siendo una maldita tonta al confiar en las personas, en creer que algún día podré enamorarme cuando no es así. En pensar que las personas dejarán de verme por mi apellido, o de ser interesadas...
Sin embargo, estos días no fueron solo amargos también tuve momentos felices y grandiosos con Brian. Más allá del sexo, pude mostrarme tal cual soy, sin vergüenza o preocupaciones de que alguien me criticara haciéndome sentir mal.
Aunque las palabras de mi madre se repiten en mi cabeza, recordándome porque debo fingir y mostrar otra personalidad.
«Siempre debes tener 2 máscaras, nunca mostrar la verdadera porque eso es una debilidad la cual causa tu destrucción.»
Por ello, sigo mintiéndole a Brian sobre Leonel...
(Flashback...)
— Esta es la única vez que lo repito, Amelia ¿Tu compromiso es verdadero o falso?
La mirada brillosa de Brian me hace desviarlo, pero él me sujeta del mentón obligándome a mirarlo
— ¡Mírame y responde!
— Es verdadero.
— ¡Maldita sea!.
(Fin del flashback...)
Después de ahí no entendí su frustración, me grito mil veces que hablara con la verdad y sostuve mi palabra. Talvez su insistencia sea para decirlo ante la prensa y poder desmentirme...
Como diría mi madre, causar mi destrucción.
Una punzada se instala en mi pecho en tan solo imaginar que él también pueda traicionarme..
La voz del taxista me obliga a espabilar, el pequeño edificio de 8 pisos me hace admirarlo con nostalgia antes de entrar. El consultorio de Lía Miller se encuentra en uno de los mejores y costos barrios de Nueva York.
Aterrice hace 5 horas, busque un hotel cerca de la zona y me di el tiempo de darme un buen baño antes de venir.
Unos lentes negros ocultan mi rostro y ojos demacrados, un guardia me abre la puerta guiándome hacia la recepcionista. El clima está fresco, pero con sol, escogí algo sencillo y cómodo. El vestido negro de tubo con mangas me queda pegado acompañado de unos tenis blancos y un bolso rosa.
Me pide mi nombre completo verificando la cita, enviándole al camino que reconozco de memoria.
Entro al elevador picando el botón piso 6, según tengo entendido el edificio está compartido por ambas psicólogas: Lía Miller y Darla Hamilton.
Las puertas se abren, dándome acceso para seguir caminando cuando un grito me sobresalta.
— ¡Amelia!.
Me giro para observar a la pelirroja caminar hacia mí, con una enorme panza de embarazo.
— Lo lamento, pero me da mucha alegría verte de nuevo. — me abraza. — Estás más alta y hermosa, recuerdo la última vez que te vi... eras muy joven.
Aquellas épocas...
— Tú no te quedas atrás, felicidades por tu 2 bebés. ¿Cómo te ha ido?
Le sonrió y ella ríe tomándome del brazo para caminar por el corto pasillo hacia su consultorio, se despide de una mujer castaña.
Lía siempre se mostró tan amable y educada, a sus 36 años tiene un cuerpo envidiable con su rostro que la hace aparentar menos edad.
— Tuvimos tiempos difíciles, estuve a punto de un divorcio pero lo solucionamos.
Cuando la conocí tenía poco tiempo de casada, un día su esposo llegó por ella y al estar en una crisis Lia no podía dejarme sola.
— Lamento oír eso, pero me alegro de que estén en la espera de otro bebé.
El primer hijo de ellos fue adoptado, un hermoso niño rubio.
— Todo mundo tiene problemas, pero créeme que siempre existirá una solución.
Suelto un suspiro al escucharla, me gustaría que para mí existiera una solución que no sea «huir».
Tomo asiento en el sofá, y ella queda enfrente mío.
— Te veo muy triste, a pesar de llevar esos lentes puedo sentirlo, siempre he dicho que tu voz cambia.
Dejo mi bolso en el regazo, me siento sin ánimos y cansada al estar en tanto movimiento estos días.
— No tengo idea por donde empezar. Estos últimos años he recibido mucho odio por parte de los medios de comunicación, la ansiedad al sentir que no soy libre... — mi voz se intenta quebrar pero paso saliva.
— ¿Has pensado en tomarte un descanso? Al estar tan expuesta al público puede ser muy malo para tu salud. — dice — Vi tu video, y créeme que no te juzgaré.
Ese maldito video fue noticia internacional.
— Por aquella noticia arruinó todo, las fundaciones ya no quisieron saber más de mí y eso me puso muy triste porque era trabajo de años...
"Cuando deje Nueva York por Roma pensé que me ayudaría, que sería distinto... pero no fue así. Tomaron 3 meses para que un inmenso odio creciera contra mí, un pequeño error basto para que mi madre me odiara...
— Créeme que estoy al pendiente de ti, apenas dejaste mis secciones nunca dejé de estar cuidándote desde lejos.
Aquello me causa una presión en mi pecho, mis ojos arden al saber que una simple desconocida es mejor que mi madre.
— Juro que quise volver cuando la ansiedad empeoró, los comentarios de las personas afectaron mucho en mí, no podía mirarme al espejo sin escuchar la palabra «Puta o zorra». — continuó — Las palmas de mis manos siempre tenían mis uñas marcadas, no podía razonar y dejé influenciarme por mi madre...
— Toma aire, cariño. — me recomienda cuando las lágrimas caen en mis manos y mi voz se quiebra.
— Louisse me comprometió con alguien que ni siquiera conocía, sentí tanta decepción cuando conocí al hombre y me platico sobre el trato que había hecho con mi madre. — sollozo — Desde ahí no pude verlo de otra manera, sentía tanto odio que cuando quise darle una oportunidad fue por remordimiento por mi infidelidad.
— Conozco perfectamente tu vida lamentablemente, y me gustaría saber si puedo ayudarte en algo.. — dice — puedes vivir conmigo, si la situación es difícil.
— La idea de huir siempre pasa por mi mente, pero no quiero acabar como mi hermano y tú conoces muy bien esa historia. — recuerdo — Prefiero vivir infeliz, encontrar alguna solución para enamorarme de él aunque sea mentira.
— Eso no puede ser una solución, tienes que aprender a decir «No» lo cual no está mal.
— Podría cancelar el compromiso, ¿Sabes? Pero las consecuencias son fatales. Mi infidelidad sería expuesta, el internet y prensa me harían la vida imposible llamándome «La puta Ricci» y Leonel quería como la víctima... porque me confesó estar enamorado de mí.
— No es tu culpa, recuerda que nadie puede obligarte a enamorarte. Eso sería manipulación y créeme que no saldrá nada bien.
— Llegue a pensar en que podría enamorarme de él, porque cumple con el estereotipo de buen hombre, pero tengo remordimiento por engañarlo no una, sino varias veces.
— Es perfectamente entendible, pero recuerda que no puedes obligarte a ti misma a ser infelizmente — habla — Entiendo el poder que maneja tu familia, lo la manipuladora que es tu madre y lo sumiso que es tu padre, pero eso no tiene por qué hacerte un triste final.
— No puedo enfrentarme hacia mi madre sería una desagradecida, ella me dio una casa, estudios y un estatus económico.
— ¿Y por eso tienes que soportar sus acciones?, créeme que no eres egoísta al buscar tu propia felicidad. — cierro los ojos — Si tú no lo haces, nadie más lo hará. Debes buscar un lugar para vivir sola y lejos de esas personas negativas que solo te ponen mal.
— Claro que no. No eres egoísta al buscar tu propia felicidad. — dice — Lo mejor que podrías hacer es salir de ahí, busca un lugar para vivir sola y lejos de las personas que te transmiten mala energía y solo te ponen mal.
Eso siempre fue una idea, la cual se haría realidad, pero los problemas afectaron.
— Mis hermanas me necesitan, no puedo abandonarlas sabiendo que mis padres están en muy mal momento con peleas constantes. No me gustaría que Grecia u Hope pasen por lo mismo, quiero que ellas disfruten su vida y juventud. Soy capaz de sacrificarme por ellas, son lo único bueno de esta familia.
— No, Amelia debes de entender que son mayores de edad. Piensa en un momento en ti, en tu salud mental y que estar en un ambiente tóxico no es bueno.
— No es tan fácil.. — empiezo a llorar delante de ella, desahogándome todo lo que he ocultado en este tiempo.
Ella no me da palabras tiernas, deja que llore sacando ese maldito dolor..
— Todos me están consumiendo de tal manera que estoy muriendo y nadie lo nota, tener que fingir estar bien por tu familia la cual ni siquiera reconoce tu verdadera sonrisa. — exclamó — Tener que fingir un compromiso del cual no estás cómoda y te sientes constantemente en peligro y cuando conoces a una persona...
El aire empieza a faltarme por lo que guardo silencio unos segundos regulando mi respiración.
— Conocer a una persona de la cual no sabes si te traicionaría o no, talvez me está utilizando acostándose conmigo... o talvez soy tan desconfiada que es una buena persona que solo quiere ayudarme.
— ¿Quién es esa persona?.
— Su nombre es Brian y es...
— Tu amante, adelante dilo sin vergüenza que jamás diré algo malo hacia ti.
— Brian fue quien estuvo conmigo en estos ataques de pánico, me encontraba en el Reino Unido y él supo actuar ante mi crisis... en ningún momento me grito o sentí pánico como con Leonel.
Jamás olvidaré la manera en como me trato en las Bahamas, besarme a fuerza y dormida.
— Mira, Amelia. Solamente tenemos una vida en la cual tenemos 2 opciones: Vivir infelices o disfrutarla, tú sabes cuál eliges, pero recuerda que el día de mañana o ahora puedes morir.
Ha pasado 1 día y medio de la despedida de Amelia, esa sonrisa triste que me dedica cuando sube al avión causa un dolor en mi pecho. Quise decirle algo más, pero mi orgullo no me lo permitió.
Le di una última oportunidad para saber la verdad, pero es tan casando escucharla decir lo mismo «Lo amo», «es verdadero» ya no dan ganas de intentar descubrirlo.
El viaje hacia Roma fue tedioso, mi mente no dejaba de pensar en la italiana y en todos los problemas que tendré al llegar a la mansión.
El sujeto canoso de mi lado revisa detalladamente los documentos de la empresa, ambas están creciendo en numerosas ventas pero en especial la de Seattle.
— El ruso hace un excelente trabajo.
— Sí, es bueno.
— Oficialmente como uno de los líderes de la mafia albanesa, tú debes es seguir consiguiendo más poder y dinero. — dice — Tú sabes perfectamente nuestro plan, las órdenes son claras Brian.
Tuve que reunir con Vito antes de llegar a la mansión, el motivo fueron los planes de la mafia y para darme la bienvenida siendo líder.
Único líder en Italia y Seattle, los demás estuvieron satisfechos con la alianza que hice con las mafias italianas aunque con la Camorra fracasaron las demás no.
— No quiero errores, esperaré con ansias los próximos avances.
Se despide Vito después de darle toda la información sobre mi objetivo, el sistema del auto detecta una llamada por la cual acepto.
— ¿Quién?
— Brian, soy Fiódor y necesitamos hablar con máxima urgencia. — su voz desperada me hace desconfiar.
— ¿Qué sucede? ¿La empresa está bien? Greggory no me ha dicho nada sobre Seattle, ni tenía llamadas perdidas tuyas.
— He intentado localizarte, pero al llevar ambos negocios es agotador. — explica. — Se trata de Adrián.
Ese maldito francés.
— ¿Nos está traicionando?
— No, pero últimamente hace lo que quiere con la empresa. No acata mis órdenes y llega tarde a las reuniones y trabajo con la excusa «Tú no eres mi jefe.»
Maldita sea. Una de las cosas que más detesto es la falta de responsabilidad.
— Me extraña de ti, Fiódor. Te di el puesto de jefe temporal por tu carácter fuerte. — digo — no puedes permitir que un simple idiota, me haga dudar de ti.
— Brian, realmente creí que esto sería fácil, pero no es así.
— Nada es imposible, Fiódor. Si quieres renunciar solamente dímelo y consigo a otro mejor que tú.
Finalizo la llamada sin esperar respuesta, empiezo a conducir hacia la mansión con la esperanza que se encuentre vacía sin mis padres y Emilia.
Normalmente con mis empleados y socios soy neutro, no me interesan sus líos amorosos y personales mientras no me afecten a mí o la empresa. No tenía idea de lo ocurrido con Adriano, pero sospeché desde su actitud de la última junta.
Conocí a Adriano en la mafia, ambos congeniamos y compartimos nuestros números esperando vernos nuevamente en algún bar o reunión. Los rumores sobre él siempre fueron malos, decían que «Cuídate de él, es un traidor», «Es un ambicioso».
Pero hasta el momento no me ha causado problemas directamente a mí, solo es con Fiódor que espero y solucione.
Suelto un bostezo mientras me mantengo atento ante la carretera que manda directo a la mansión. Antes de mi viaje hacia Reino Unido me enviaron documentos, donde se observa que las ventas de ambas empresas están aumentando.
Eso es bueno, aunque la empresa de Roma aún sigue corriendo riesgo.
Espero mi regreso a Seattle sea el próximo año, si es que no cambio de parecer antes...
No pasan ni 5 minutos cuando nuevamente me empiezan a joder..
— ¿Brian? — la voz femenina del otro lado me hace confundirme.
— ¿Hola...?
— Estúpido, soy Sky.
— Mierda, ¿Qué sucede? ¿Cuándo llegas a Roma? Esto es urgente.
— ¡Calma, hombre!. En estos momentos me encuentro en el aeropuerto, dejar África fue todo un reto.. pero espero verte pronto.
Un pitido suena avisando otra siguiente llamada, y me sorprendo al saber lo solicitado que estoy.
— Perfecto, Sky. Llegando a Italia me avisas para enviarte la ubicación o enviar mi jet. — me despido deseando un buen viaje.
Finalizo picando al botón y acepto la siguiente llamada, me percató que llegó a la zona de la mansión.
— Me comunico con el señor Brian Davis Davilson.
— Si, ¿Con quién hablo?
— Soy el dueño de la revista "M&M", me comunico con usted para enviarle por correo un borrador sobre el artículo que solicitó el día de ayer. — me avisa. — Aún estamos a tiempo para cualquier modificación, que tenga un excelente día.
La llamada se termina en cuanto la seguridad reconoce el vehículo revisando el perímetro para abrir el portón, debo admitir que la seguridad es buena.
Antes de apagar el vehículo, reviso mi teléfono afirmando el correo de dicha revista, lo cual me gana la curiosidad revisando ciertos párrafos
"Personas cerca a la joven la describen como «sumisa" porque suele aceptar todo sin rechistar sin embargo, lo que muchos no saben y conocen es el carácter dominante que ella maneja cuando pierde la paciencia."
"Amelia es el claro ejemplo de «2 máscaras», ella puede ser «manipulable» pero también una mujer empoderada que no se deja pisotear por nadie."
¡holii! ¿Quienes de aquí leyeron aléjate de él? Fue una idea que tenía desde hace tiempo, quería incluir a mi primer protagonista.
¿Que les pareció el capítulo? Espero y les haya gustado, no olviden de votar y dejar un comentario.
El próximo capítulo está jugoso y dramático, espero actualizar dentro de estos días.