La fecha de mi segundo aniversario se acercaba cada vez más y la verdad es que tenía un sabor agridulce en cuanto a eso, desde San Valentín no había visto ni un cabello de Draco pero como anteriormente preferí darle su espacio.
—¿Qué harás mañana? —me preguntó Mai haciendo levantar mi vista del pergamino que estaba escribiendo.
—¿Hacer de qué? —cuestioné algo distraída.
—Pues ya sabes eso de los dos años con Draco y eso —dijo rascando su nuca con vergüenza.
—Oh... —murmuré y luego sonreí levemente—. Tengo algo planeado para ambos, algo simple pero bonito.
—Que bueno, ojalá el universo esté de acuerdo en que todo salga tal y como lo planeado —sonrió mi amiga haciéndome soltar una pequeña risa.
Mai era de las chicas que a todo le ponían como excusa o cualquier otra cosa al universo, le daba esa vibra de paz que siempre la rodeaba muy acogedora.
—Gracias Mai —le agradecí con una sonrisa sincera para que luego ambas volviéramos a nuestros pergaminos para seguir haciendo tarea.
[...]
El invierno se iba yendo cada vez más y por surte los días se hacían más primaverales con la llegada del fin de Febrero, estábamos un día del segundo aniversario con Draco y la última vez que lo había visto había sido en San Valentín, extraño la verdad, porque cuando no había tiempo para nosotros siempre nos cruzábamos mínimamente una vez en los pasillos para mínimamente saludarnos y seguir con nuestro día, sin embargo desde hace ya diez días que no tenía señales de Draco.
Restándole un poco de importancia debido a que seguramente mañana lo vería seguí en lo mío, pulir y arreglar mi escoba.
Alguien se sentó junto a mi con la respiración agitada y solo con oír en la forma que respiraba ya sabía quién era, era Ron.
—¿Huyendo de Lavander? —pregunté con burla sin mirarlo.
—No te burles ______* —se quejó soltando un suspiro haciéndome reír y levantar mi mirada para verlo.
—¿Por qué no terminas con ella y ya, Ron? No es una mal chica como para que le hagas esto —comenté haciendo una mueca.
—¡Lo se! Pero no sé cómo terminar con ella, es muy... insistente y cada vez que intento terminar con ella no me deja —murmuró mirando alrededor con miedo. Solté una pequeña risa y negué con mi cabeza, este chico era todo un caso aparte.
[...]
Finalmente el día que había esperado por toda una semana había llegado, preparé las bolsas con el regalo y la que tenía las cosas para la otra sorpresa, había decidido hacer algo simple, había conseguido un permiso con el Director para que pudiésemos sobrevolar los terrenos del colegio una vez haya caído la noche y finalmente tener una pequeña cena en la Sala de los Menesteres. Algo simple pero que nos daría un descanso y tranquilidad a ambos.
Al ser día de semana estuve algo inquieta todo el día de la jornada escolar además de estar intentando ubicar a Draco, sin éxito. Sin embargo esta mañana le había enviado una nota con la lechuza de Mai dándole hora y lugar para que no veamos hoy, solo un lugar y una hora exacta.
Al finalizar las clases del día subí a mi torre para darme una ducha como todos los días y luego tomé la bolsa con los preparativos para la Sala de Menesteres, una vez frente a la pared de la sala y fijándome que no hubiese nadie rondando pasé tres veces delante dela pared pidiendo mentalmente lo que quería, a la tercera pasada delante de la pared una puerta no muy grande ni tampoco muy chica de color caoba con detalles en dorado apreció en la pared. Tomé el brillante picaporte de la puerta y entré, las paredes de la habitación eran de color verde mar, en el fondo de la habitación había una cama de dos plazas con sábanas celestes con una chimenea ya encendida junto a esta, un poco alejada de la cama estaba la mesa para dos con sus sillas a juego de terciopelo.
Un candelabro dorado colgaba directo desde el techo el cual tenía bolas de algodón que simulaban ser nubes, todo era tal y como lo había imaginado.
Sin perder tiempo me puse a arreglar todo, dejé el regalo sobre la cama y arreglé las cosas en la mesa, cubiertos, platos, hielera y hasta un pequeño ramo de lirios naturales que había pedido esta mañana a la florería de Hogsmeade por lo que estaban frescos.
Luego de dejar todo listo salí de la sala y me encaminé hacia la Sala Común por mi escoba para finalmente dirigirme a la Torre de Astronomía así esperaba a Draco.
Eran 19:46 y lo había citado a las 20:00 así que aún tenía tiempo de sobra para esperarlo mientras observaba las estrellas jugando con el brazalete que me había regalado el susodicho.
[...]
20:20
Ya tenía veinte minutos de retraso pero lo dejé pasar ya que seguramente se había retrasado un poco por venir con cuidado de no ser atrapado.
20:35
¿Lo habrán visto en los pasillos casi en el toque de queda y lo habían castigado?
20:57
¿Le habrá llegado bien la carta o tal vez no llegó a sus manos?
21:45
Definitivamente no vendría, solo estaba esperando allí como tonta, ta vez algo había pasado pero me entristecía muchísimo.
Bajé los escalones de la Torre en total silencio sin siquiera cuidar de que alguien me viera, doblando el pasillo del pasillo del séptimo piso donde se hallaba la Sala de Menesteres frené en seco, Draco se hallaba saliendo de la sala con su acostumbrado traje negro y aura de frialdad.
—Draco —murmuré en un llamado algo bajo, se dio vuelta mirándome con su misma expresión seria y fría, se me hizo un poco extraño.
—Oh _______, no sabía que estabas por aquí —comentó metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón despreocupadamente, no es para agregar dramatismo pero me había llamado por mi nombre, no por un diminutivo o algún apodo...
—¿En serio? —pregunté con algo de sarcasmo acercándome unos pasos a él para no estar tan lejos y tener que alzar la voz de más aunque estuviese totalmente desolado el pasillo.
—Pues sí, tu no eres de andar en los pasillos hasta tarde —mencionó arrastrando levemente las palabras, tal y como el Draco de hace unos años atrás. Su indiferencia de cierta forma me dolía.
—¿No se te viene a la cabeza la Torre de Astronomía y una nota que te envié esta mañana? —pregunté alzando una ceja.
—Oh eso, no tenía tiempo como para asistir a algo así, espero que no te moleste —respondió encogiéndose de hombros, di un paso atrás, acaso él... ¿había olvidado nuestro aniversario?
—¿Es una broma de mal gusto?
Suspiro—. No sé de qué hablas _______, estoy cansado, hablamos mañana, ¿si? —preguntó frotándose la cara con cansancio.
Dejé caer mis hombros.
—Lo olvidaste —afirmé mirándola algo dolida.
—¿El qué? No entiendo si hablas las cosas por la mitad _______ —se quejó.
Me acerqué a él parándome a un metro de distancia.
—Feliz aniversario, cariño —mencioné con sarcasmo y para mi dolor no pude ver ni un atisbo de nada en su rostro.
—¿Es hoy? —preguntó sin mucha importancia siendo esta la gota que había colmado el vaso.
—Lo era, porque tu y yo terminamos.
—No me digas que te haz enojado —soltó una pequeña risa burlona que me hizo hervir la sangre.
—¿Disculpa? No es solo por esto Draco, me siento cansada, cansada de ser la única que pone de si para que nuestra relación siga a flote, desde que inició el curso he ido remándola la mayoría de las veces yo sola y no me quejo porque te amo, y entiendo tu situación, pero no puedo seguir así, ya no más, me hago daño a mi misma sin darme cuenta siendo que he bajado cinco kilos en tres meses de una manera nada sana, los estudios que también me tienen corriendo y además también que debo de tener contacto con mis amigos para no encerrarme en mi burbuja, y siendo tu mi escape y mi vía libre para descansar de toda responsabilidad ya no había nada allí. No negaré que los momentos que pasé contigo fueron maravillosos, pero no puedo ni quiero seguir así, por mi bien y por tu bien también Draco —dije soltando lo que ya me traía agobiada desde hace mucho pero que venía ignorando completamente para no dañar nada.
—¿Eso es lo que tu piensas? —preguntó sin borrar su máscara de indiferencia y frialdad lo que me hizo más mal de cierta forma.
—Sí.
—Bien, acepto tu decisión —habló mirándome a lo ojos sin emociones aparentes.
No iba a expresar lo que él quería ni pensaba...
—Está bien, ten —dije quitándome el brazalete con cuidado tomando su mano para depositarlo allí.
—No es necesario que lo de—
—Sí, sí lo es, no es correcto que lo tenga —mencioné regalándole un pequeña sonrisa de labios sellados.
—_______—advirtió sin cortar el contacto visual.
—Lo digo en serio Draco. Adiós —murmuré dando un paso atrás para rodearlo y seguir mi camino hacia la sala común.
La primera lágrima que desencadenó otras más llegó en cuanto apoyé mi cabeza en la almohada, y simplemente las dejé correr.
Al parecer el Universo no había estado de mi lado.
Nota de Autora: Holi :)
La mayoría o los que me siguen ya saben la razón de mi ausencia por lo que me ahorraré y evitaré explicaciones para no hacer esto muy largo y de cierta forma doloroso para mí.
Como verán TENEMOS UN DRACO SOLTEROOOOO digo qué jsjjs bueno ta eso no era jsjs.
Como anteriormente les había dicho "no todo es color de rosas", y oh no lo es :))))))
En fin, no tengo mucho que decirles más que cuídense, tomen awita y denle cariño a sus seres más queridos jsjs
Espacio abierto para que me cuenten cómo se sienten o lo que quieran contarme <3
Oh y por cierto, aprovecho para hacer SPAM de una de mis novelas, se llama "Apariencias", denle una oportunidad, no se van a arrepentir;)
<3