Adam contempló por enésima vez la ciudad, le gustaba ver las luces extenderse en el horizonte. Dejó que el aire escapara de sus pulmones pesadamente. Había tomado una decisión. Estaba cansado de aplazar su vida. Tenía 26 años, un trabajo muy bien pagado, contratos publicitarios y reconocimiento, todo lo que siempre soñó, pero estaba sólo. Bueno, estaba Elsa, pero ella no le pertenecía. Quería algo suyo, algo a lo que querer, proteger y consentir, y no estaba pensando en un perro. En el avión de vuelta a Asutralia, se había dado cuenta de qué es lo que necesitaba. Pero no quería estar solo, al menos al principio. Iba a ser duro, pero él era un hombre duro. Había luchado contra todos durante toda su vida, y ya era hora de luchar por sí mismo.
- ¿Hablarás conmigo ahora?.-
Elsa estaba unos pasos por detrás, lo suficientemente lejos para no incomodarle, lo suficientemente cerca para que supiera que estaba allí. Elsa era así, no imponía, sólo ofrecía. Y sabía que la necesitaría, porque sin ella sería más duro. Sí, era egoísta pedirle aquello, pero él tenía en mente una manera de compensarla. Porque ella merecía todas las recompensas.
- Acércate.-
Ella se colocó a su lado, y apoyó los antebrazos sobre la barandilla, dejando sus ojos vagar por el horizonte.
- Hablé con Philip.-
- Y te rechazó.-
- Él no…-
- Él es gay, lo sé. Durante el tiempo que nos mantuvimos en contacto, después de la muerte de Eli, necesitamos vaciarnos uno en el otro.-
- No lo conoces tan bien como pensabas.-
- Corrígeme si me equivoco. Pero si estas así de abatido, no es porque él te rechazara, sino porque se rechaza así mismo.-
- No quiere decírselo a nadie, y lo entiendo. Su familia no asumiría otra mala noticia, no desde lo de Eli. Como yo tampoco puedo, destrozaría todo por lo que he trabajado.-
- Entonces, ¿dejaréis la oportunidad de ser felices a un lado, por protegeros del resto del mundo?.-
- Él no quiere hacer más daño a los suyos, y le comprendo. Pero yo no quiero aplazar el resto de mi vida. Aunque tenga que estar sujeto a las normas no escritas, voy a conseguir lo que deseo.-
- ¿Y qué es lo que deseas?.-
- Sé que soy joven, pero ya he esperado demasiado en otras cosas, así que lo voy a hacer. Siempre he querido tener una familia: una pareja, hijos, un hogar. Así que voy a ponerme a ello. No lo tendré todo, pero he aprendido a conformarme con lo que sí puedo conseguir.-
- ¿Y qué vas a hacer?.-
- Quiero tener un hijo, Elsa. Necesitaré que estés a mi lado hasta que lo consiga. Después…-
- Seré tía.-
Los dos sonrieron. Elsa no se iría de su lado, había tomado su decisión. Fuera de la forma que fuera, ella quería formar parte de aquella familia.