Louis siempre creyó en algo más.
El cree que no vino al mundo a conformarse, a vivir como dicen que el debe hacerlo, a pasarse su eternidad estudiando o trabajando en algo que no lo llena en absoluto. Pero, tristemente, es lo que viene haciendo desde que tiene memoria.
El sí se conforma con lo que tiene, el sí vive una vida de una persona promedio y también está estudiando una carrera que no le apasiona.
Si se tiene que describir en una palabra sería "soñador"
El anhela con algún día poder huir y viajar por el mundo sin preocupaciones banales de cómo pagará la renta este mes.
Y, en realidad, es por eso que está ahorrando desde que tuvo permitido legalmente trabajar.
A los dieciocho años su tío le propuso trabajar en su cafetería los fines de semana, el acepto de inmediato y ,desde ahí, guarda cada centavo para así poder comprarse un auto y seguir sus sueños o, más bien, irse de esta ciudad que lo asfixia.
A la par de su trabajo de fin de semana el está estudiando para ser enfermero, eligió esa carrera porque su madre no le permitía no-estudiar y después de investigar, descubrió que enfermería tan solo dura cuatro años y convenció a Mary diciéndole que tiene buena salida laboral.
Cuatro años que terminaron siendo sies, por su falta de interés y esfuerzo.
Gracias al universo logró llegar a su último año y ahora solo le quedan tres meses para graduarse, tres meses los cuales tiene que pasar dentro de un hospital durante toda la noche para hacer sus benditas pasantías.
Así que el primer día como pasante se levanta a las siete de la mañana, estirando sus extremidades tratando de sacudir el sueño de su cuerpo mientras recapitula todo lo que debe hacer.
Cómo todos los días tiene que llevar a sus hermanas al colegio.
Louis tiene dos, Lottie y Amelie, las cuales ama con cada partícula de su ser pero nunca sería capaz de decírselos en voz alta.
Luego de eso tiene que volver a casa y hacer el almuerzo para toda su familia.
En la tarde irá a hacer un turno extra en la cafetería, ya que no debe ir a la universidad porque tiene todas sus materias aprobadas, además de que está emocionado porque le falta muy poco dinero para poder comprar su auto.
En la noche deberá regresar a su casa, ducharse e irse al hospital desde las diez hasta las cuatro de la mañana.
Por suerte tiene a su madre quien se encarga de alimentarlo bien antes de irse y decirle palabras de aliento.
Mary es su persona favorita en todo el mundo, sabe que la parte más difícil de irse va a ser dejarla, porque desde siempre han sido ellos dos contra el mundo. Fueron solo ellos cuando su padre decidió irse y tuvieron que cargarse todo el hogar al hombro, fueron solo ellos, en una habitación silenciosa, cuando Louis salió del clóset y ella le dijo que el seguía siendo su persona en el mundo no importase qué, y son ellos ahora, comiendo sopa mientras se ríen por nada y por todo.
El tiene mucho miedo de como reaccionen las chicas a la ausencia de su hermano mayor, pero el nunca dudaría del apoyo que sabe que va a obtener de Mary, porque siempre ha sido ella quien lo mira desde atrás con las pulgares hacia arriba animandolo a luchar contra sus peores miedos, desde la bicicleta sin rueditas; hasta tres meses de pasantías en un hospital como enfermero.
Al llegar al hospital está demasiado nervioso pero al conocer a sus compañeros y ver que todos son amigables se tranquiliza un poco.
El tiene que trabajar en el segundo piso del edificio junto a Paul y Karen, ellos también están haciendo sus pasantías pero están en su último mes.
Por suerte todo está muy tranquilo, solo hay siete pacientes. Recién ingresó uno el cual se encuentra en coma y ,como Louis es el nuevo, sus compañeros le dicen que se ocupe de él ya que no le llevará tanto trabajo, el solo se encoje de hombros y acepta.
Louis llega a la habitación 222 mientras lee el registro de su paciente, se llama Desmond Style, tiene sesenta años y sufrió una contusion cerebral.
Al levantar su mirada nota que hay una persona más.
-Hola, buenas noches.- dice Louis, despacio para no perturbar el ambiente tranquilo.
El chico que estaba de espalda a el se da vuelta y okey, wow.
Tiene unos ojos verdes que dejaron un poco mareado a Louis y unos labios imposiblemente rojos, aunque no puede obviar las notables ojeras y su expresión cansada y triste. Al parecer se ha quedado en trace mirándolo por más tiempo de lo debido, que el chico tiene que repetir lo que dijo.
-Hola, ¿sucede algo?- dice el ojiverde por segunda vez, confundido.
Louis por fin puede reaccionar y, avergonzado, y trata de actuar normal caminando hacia el otro lado de la camilla para así tenerlo enfrente y poder revisar los goteros.
-uh, si perdón- contesta mientras camina -solo venía a revisar que todo esté en orden, Mí nombre es Louis, soy el enfermero de...- mira el expediente para asegurarse del nombre -de Desmond Style, ¿Tú eres familiar?-
-Si, mí nombre es Harry, soy su hijo, un gusto en conocerte, Louis- dice, mirándolo directamente a los ojos y Louis siente sus rodillas temblar. O tal vez esta solo exagerando, pero igual.
-El gusto es todo mío,- responde, mirándolo de vuelta a los ojos y sonriendo un poco de lado. - Si necesitas algo estaré por aquí, buenas noches.- el rizado asiente y recita un saludo igualmente.
Louis al salir de habitación cerrando la puerta, sonríe para si mismo y se va a seguir con su trabajo.
El resto de la noche pasa sin interrupciones, Louis no vuelve a ver a Harry por más que toda la noche se la pasó tratando de crear escusas para presentarse en la habitación, pero no se le ocurrió ninguna ya que el próximo chequeo no le corresponde a él.
Llega el final de su turno y no puede estar más feliz de, por fin, llegar a casa y dormir hasta el mediodía, así que eso es lo que hace.