i don't wanna live like this - l.s

7: right here hold me and don't you ever let this die.

Louis al llegar a casa su nivel de alcohol en sangre ha disminuido pero sus pensamientos siguen haciéndolo sentir mareado.

Después de esa noche todo lo que pudo hacer fue pensar en Harry, Harry y Harry.
Se habían besado y segundos antes había descubierto que este estaba casado, con una mujer. No entiende como pudo permitir eso (en realidad si, pero le genera un dilema moral admitirlo)

No puede evitar sonreír al recuerdo de ese beso pero la tristeza reina al recordar la historia del rizado, en el momento no le salieron las palabras y todo lo que pudo hacer fue escucharlo con toda la atención que podía formar con todas esas copas de vino encima.
Pero lo que terminó de enloquecerlo fue lo que le provocó ese beso. Louis ha besado a mucha personas, pero Harry...
tiene ese no se que que le encanta y lo hace querer más, siempre más y ojalá pudiera darle todo lo que tiene, porque ese es el problema, el no tiene nada que ofrecerle, en un mes y medio se va y con el se lleva todos sus sentimientos que supo desde un principio que no podía permitirse.
Pero con el rizado nunca pudo negarse a nada, cada cosa que hacía era auténtica y sin replantearse las consecuencias de estás, como cuando dijo "espero que tu también", no sabe si fue su subconsciente jugándole una mala pasada pero prefiere no ponerse a investigar el transfondo porque le aterra.

Así que tiene dos opciones; la primera sería cortar todo con Harry y sacarlo de su vida ahora que no es tan tarde, eso espera; o aprovechar el poco tiempo que le queda como un maldito egoísta.

Después de una charla con la almohada y un domingo de resaca y dolores de corazón decidió que el lunes irá a al hospital, le dirá al rizado que esto no puede seguir así y pedirá que le asignen otro paciente, si, eso hará, por mucho que le duela.

El bendito primer día de la semana llega y Louis tiene que armarse de valor más de la cuenta al entrar al hospital, cada vez se pone más nervioso cuando se acercan las doce.
Ha estado tratando de encontrar agallas y un bueno manojo de palabras pero nada se siente correcto, pasa horas auto-convenciendose de que es lo mejor.
"años tratando de no involucrarme sentimentalmente con alguien, no lo voy a hacer justo ahora" se dice para alentarse.

Se hacen las doce y los nervios le ganan y muy cobardemente le pide a un compañero que vaya por él, su cabeza se encarga de reprocharle durante toda la noche.

Se hacen las tres de la mañana y todo el mundo está dormido y en paz, no ha pasado por la habitación de Des por el miedo de cruzarselo e inevitablemente hablar.
Decide que merece un café y un cigarrillo, así que se dirige a la terraza para poder fumarlo.

Debería haberlo pensado mejor porque es ahí donde se encuentra a Harry sentado en el mismo lugar que el sábado con un libro, cerrado, en sus piernas.
El rizado oye que entra y se gira a verlo; al principio nota un brillo en sus ojos pero después se apaga y sus comisuras bajan.

-Pensé que no estabas en el hospital y que por eso había ido otro enfermero hoy, pero veo que no...- dice, y vuelve a girar para mirar en frente.

Louis se siente demasiado culpable y va a sentarse a su lado, el ambiente entre ellos está muy tenso y el ojiazul lo odia.

Harry lo mira esperando alguna respuesta y cuando no la recibe vuelve a hablar.

-¿Por qué no fuiste hoy a la habitación? - dice bajito.

-No tuve el valor- admite avergonzado mientras juega con el cigarro que tiene en sus manos. -No sabia que decirte.

-Yo tampoco sabía que decirte, aunque eso me pasa con todo el mundo, contigo es más fácil -dice divagando.

Y Louis se da cuenta en ese momento que perdió, perdió contra Harry y no se va a permitir pensarlo demasiado, aprovechará lo que tenga antes de que tenga que irse porque además de cobarde es egoísta y no puede tolerar perderlo.
Así que lo besa y siente como el rizado larga un suspiro y se relaja en los brazos de Louis.
El castaño se vuelve loco en la manera que encajan y como se mueven en sincronía.
Harry vuelve a girar su cuerpo hacia el y ,desesperado, pasa las manos por su cabello buscando, de alguna manera, juntar aún más sus bocas.