Petunia estaba preocupada nerviosamente durante la cena. Ah, la comida estaba bien hecha, y había mucha carne y papas, y un buen pudín de postre, no hay problema. ¡Pero esta fue la primera noche en semanas, literalmente semanas, que su Vernon regresaba a casa para cenar con ella!
No estaba segura de si todo esto se debía a que él estaba tan envuelto en este movimiento anti-magia, o si había encontrado a alguien más. Esa tarde había escuchado algunos chismes de Clarice, la mujer que estaba tres casas más arriba, sobre Helen, la vecina del patio trasero de Clarice. Petunia no conocía a Helen, pero ese no era el punto. Parece que el marido de Helen había estado escaseando durante unos meses, y de repente anunció una noche después de la cena que había conocido a otra persona y quería el divorcio.
Vernon no parecía ser del tipo evasivo, pero, en realidad, ¿Cómo puede saberlo? Hoy en día se ganaba bien la vida en Grunnings, y sus perspectivas parecían particularmente brillantes en este momento en la empresa. ¿Alguien más le habría puesto la gorra a Vernon? Más concretamente, ¿Consideraría él tal propuesta?
Se tomó un tiempo extra con su mejor arreglo de mesa, incluso le dio un poco de brillo a los cubiertos de Vernon, una tarea nada fácil ya que tuvo que sujetarlos con una toalla gruesa. Mientras pulía, pensó para sí misma que algo muy sustancial debía haberle sucedido a su sistema, ya que todavía no podía tolerar el toque de los cubiertos. Eso no se había aliviado ni un poco desde que regresó de Hogwarts. En el fondo de su mente le fastidiaba que todavía pudiera usar sus joyas de plata sin este terrible ardor, pero finalmente concluyó que debe haber algo diferente en la formulación de metal que se usa para los collares en lugar de los tenedores. Al menos todavía tenía la daga pequeña y se había vuelto bastante competente usándola. De lo contrario, estaría condenada a una dieta de bocadillos.
Vernon entró como un pato a las cinco y media, pareciendo de un humor jovial. Ella lo saludó con un beso en la mejilla, como de costumbre, pero lo miró con inusitada intensidad.
– ¡Ah, Pet, qué día, qué día! –él suspiró– El gran contrato con la firma de Sir Harold se cerró hoy, y otros dos caballeros que conocí recientemente pasaron por la oficina esta tarde para firmar contratos en nombre de sus negocios también. Grunnings no ha visto una semana como esta en la historia de la empresa, te lo digo. Recibí una llamada del Sr. Atherton en la oficina central: ¡el presidente en persona!
Vernon se pavoneó y resopló, y Petunia pudo verlo revivir esa llamada en su cabeza.
–Qué maravilloso, Vernon –dijo entusiasmada en el momento justo– ¡Estoy tan orgulloso de ti! E incluso pudiste venir a casa a cenar esta noche, ¿no es maravilloso también?
Dejó los platos para servir sobre la mesa y, casi como una ocurrencia tardía, encontró las copas de vino grabadas en la parte trasera del comedor y tomo un taburete para buscar la botella de vino caro que habían estado guardando en el estante superior de la despensa. Lo desempolvó y buscó un sacacorchos, finalmente se lo entregó a Vernon para que lo abriera, mientras dejaba los vasos buenos sobre la mesa. Empezaba a relajarse un poco. La llegada de Vernon a casa para cenar parecía ser una celebración y no la oportunidad de dar malas noticias.
Durante la cena y el vino, Vernon compartió algunas noticias del frente anti-magia.
–Sir Harold me llamó esta mañana, Pet. En realidad, fue una pequeña conferencia telefónica. Conversación difícil sobre el movimiento, ya sabes –dijo, sacudiendo la cabeza con un gesto de papada.
Se imaginó que estaría por toda la oficina a los 30 segundos de que su asistente hiciera la llamada a Vernon, que Sir Harold Beckwith había llamado al Sr. Dursley. La señorita Enderlee se encargaría de eso. Ella sonrió alentadoramente.
–Había reunido a algunos jóvenes de ideas afines, y planeaban tomar medidas contra ese maldito castillo. Pensé que se apresuraron un poco, y Charles Frost, ¿recuerdas que lo mencioné, verdad, Pet? estuvo de acuerdo conmigo. Sentimos que teníamos que ser más cautelosos al respecto, pero Sir Harold quería salir corriendo y hacer algo.
Vernon se tomó un momento para acariciar sus labios con la servilleta, mientras ordenaba sus pensamientos.
–Charles parece haber estado estudiando estas tonterías mágicas durante un tiempo y tenía la sospecha de que tendrían defensas que no entendíamos. De todos modos, Sir Harold y sus tropas se movieron contra el castillo ayer, y fue un desastre total. Nadie se lastimó, pero tampoco se infligió absolutamente ningún daño. Charles opina que los monstruos tienen una palabrería que actúa como una barrera alrededor del castillo. Supongo que Sir Harold se acercó al castillo con aeronaves y artillería y no pasó absolutamente nada, nada en absoluto. ¡Una de las aeronaves incluso se estrelló contra el escudo mágico y fue una pérdida total!
Petunia escuchó con horror. Esa era una escuela y Vernon lo sabía. ¿Cómo podían enviar tropas y lo que sonaba como grandes armas, por el amor de Dios, para atacar una escuela? ¿Vernon les había dicho siquiera que era una escuela, no realmente un castillo fortaleza?
Vernon confundió la expresión de su rostro con una preocupación por las personas buenas y normales que podrían haber sido dañadas después de haber intentado enfrentarse al azote de la magia, y siguió (y siguió, y siguió). Sobre lo que le había dicho a sir Harold, recomendándole precaución. Sobre lo que dijo Charles Frost al respecto y otras cosas. Sobre lo que dijeron los primos Riddle sobre esto, aquello y lo otro. Le estaba dando dolor de cabeza.
Y ese nombre, Riddle. Ella había escuchado eso antes. No era el nombre más común, pero estaba segura de que había aparecido en alguna parte. ¿Quizás la familia era de por aquí, y quizás Dudder jugó con uno de sus hijos en algún momento? Debe ser eso.
Finalmente, el horror inicial de Petunia ante la noticia del ataque se convirtió en alivio de que aparentemente su matrimonio no estaba en peligro, y finalmente en aburrimiento por los acontecimientos del "movimiento". Parecía que no le había ocurrido ningún daño a Hogwarts ni a las personas que intentaron atacarlo. Todo lo demás era una tontería.
Ese sentimiento final fue compartido al día siguiente por el mismo Lord Voldemort, cuando los "primos de Riddle" le informaron sobre el ataque de Sir Harold a Hogwarts.
– ¿El viejo tonto se aseguró de que no pasara nada malo con sus preciosos muggles? –confirmó, cuando le dijeron sobre el anciano de aspecto extraño (¿quién más sino Dumbledore?) y un pequeño grupo de otros que estaban junto al castillo con sus palos (como informaron los muggles) apuntando a las tropas que se concentraban fuera de la barrera.
–Si mi señor. Sir Harold me dijo que el anciano habló con los líderes de su tropa antes de que abandonaran la zona. Les dijo que lanzaron hechizos para evitar que las armas muggle dispararan, y cuando se dieron cuenta de que los hechizos también hicieron que las máquinas voladoras muggle cayeran del cielo, también las dejaron caer suavemente –uno del grupo informó. Voldemort se rió de esta demostración de sensibilidad lastimera.
–Uno de los hombres de Sir Harold tiene una muñeca rota, supimos, y otro está inconsciente. Fue sacado del Bosque Prohibido por alguien que parece que debe haber sido el guardabosques, Hagrid, y les dijo a los hombres que su colega vio a un demonio en el bosque –ofreció alguien más. Pensó que era probable que un informe de que al menos alguien resultó herido en esta lucha complaciera a su señor.
Los ojos de Voldemort se iluminaron ante la mención de Hagrid, su chivo expiatorio. ¿Y había un demonio, justo al lado del castillo de Hogwarts? Esto animó a su subordinado a contar más de esa parte de la historia.
–Escuchamos que Hagrid sacó al hombre del bosque, y los hombres de Sir Harold primero no estaban seguros de que fuera humano, se sorprendieron cuando habló en inglés.
El Señor Oscuro honró esa parte de la historia con una risa estridente y espeluznante. Hagrid había sido un gran patán hace todos esos años, pero ahora ni siquiera había sido reconocido como humano, ¡qué perfecto! Eso mantuvo la historia enfocada en Hagrid.
–Y cuando los hombres intentaron rodearlo, posiblemente porque pensaron que había herido a su compañero, cuatro centauros salieron del bosque para protegerlo. Maldita sea, casi asustaron a las tropas hasta la muerte, no, si lo hicieron.
Lord Voldemort pareció disgustado ante la mención de los centauros. No solo mestizos, esas cosas eran mestizos y estaban alineados con la Luz, para empezar. Una sombra oscura pasó por sus facciones de serpiente. En respuesta, el arco de la historia cambió inmediatamente al muggle herido.
–Escuchamos que el muggle aún estaba inconsciente cuando lo devolvieron a la finca de Sir Harold muchas horas después, y los médicos muggle no pueden despertarlo. No parecía tener ninguna herida que pudieran encontrar, pero no pueden despertarlo.
Voldemort consideró eso.
– ¿Un demonio cerca de Hogwarts? ¿A qué está llegando el mundo? Si de hecho hay un demonio suelto en el Bosque Prohibido, eso sería de esperar, ¿no? –no le preguntó a nadie en particular, pero en respuesta recibió una gran cantidad de asentimientos– Si es un demonio pequeño, el muggle podría despertar en una semana más o menos, y si es uno más fuerte, nunca se despertará. Bien podría haber sido devorado, supongo.
Voldemort lanzó una mirada aguda alrededor de la mesa, mejor para mantener a todos fuera de lugar un poco.
– ¿Y este Charles Frost, y los otros líderes de esta tontería? ¿Cómo interpretó esta situación? –preguntó.
Uno de los primos Riddle que no había tenido la oportunidad de hablar tomó la oportunidad.
–Mi Señor, él había dicho desde el principio que los magos probablemente tenían hechizos y magia que podían usar para protegerse, y por eso desaconsejó el ataque que Sir Harold quería liderar. Aconsejó que se deberían completar más investigaciones –comenzó, mirando el rostro del Señor Oscuro en busca de signos de áreas de interés. Parecía ser necesaria cierta flexibilidad en la forma en que se desarrollaba esta reunión.
–Tuvimos una larga conversación con él y Sir Harold ayer –prosiguió finalmente– en el teléfono muggle. Los otros muggles se remiten a Charles, al parecer, por lo que dirigió la discusión. Hizo muchas preguntas a Sir Harold y trató de aclarar todo lo que pudo sobre lo que había sucedido.
Otro primo Riddle interrumpió.
–Charles es claramente un hombre muy erudito, mi Lord, con acceso a mucha información muggle sobre magia.
El orador original reclamó la palabra, con un mínimo de asentimientos a su compatriota.
–Creo que investigará esto a fondo. Sospecho que incluso podría estar al tanto de la existencia de barreras, por algunas de sus preguntas sobre la barrera. Y sus preguntas sugerirían con certeza que comprende el defecto inherente al intentar librar una batalla con dispositivos mecánicos que pueden desactivarse fácilmente con magia. Estoy seguro de que llegará a la conclusión, a su debido tiempo, de que el enfoque óptimo aquí será con las armas tradicionales, y tenemos abundantes arsenales de las que podemos poner a disposición, cuando llegue el momento.
Se inclinó ante su Señor al concluir su discurso, momentáneamente haciendo que los demás en la reunión desearan que ellos también hubieran pensado en hacer eso.
Voldemort parecía complacido, tanto por la noticia como por la cortesía final, y asintió en respuesta.
–Bien hecho, mis amigos. Esto está procediendo muy bien, sí, muy bien. Observen a los muggles de cerca y ofrezcan sus ideas para guiarlos a las conclusiones correctas.
Voldemort acarició distraídamente la cabeza de Nagini mientras veía a sus Mortífagos despedirse, mientras reflexionaba sobre el curioso camino que estaban tomando los eventos. Su plan original consistía en lograr la eliminación de los muggles y la dominación del mundo mágico a través de un hechizo, no una batalla. Realmente, el hechizo hubiera sido mucho más rápido y ordenado. Sin embargo, ese no era el camino que tenía por delante, por lo que continuó trabajando para reclutar más seres mágicos oscuros y traer más Mortífagos para unirse a su causa. De hecho, había recibido una lechuza esta mañana de un grupo de Goblins rebeldes, que le presentó hace algún tiempo ese renegado de Malfoy. Nunca se le había ocurrido a Voldemort que los Goblins tuvieran intereses políticos, pero confía en Lucius (lo que nunca volvería a hacer, por supuesto) para saber de un grupo con algunos talentos interesantes y sin escrúpulos en usarlos.
Entonces sería una batalla, pero no del tipo que pretendía originalmente. Y en lugar de un evento global rápido, su eventual dominio del mundo se lograría ubicación por ubicación. Y todo esto comenzaría, adecuadamente, en Hogwarts.
Le divertía ahora que su plan alternativo en evolución para dominar el mundo implicaba enfrentar a los muggles ridículamente resistentes contra magos. Los muggles eran ciertamente lo suficientemente numerosos, y no le importaba un ápice lo que les sucediera. Pero la Luz se preocupaba por sus preciosos muggles. Su defensa del mundo mágico se vería comprometida por su absurda noción de que no deberían dañar a los muggles. Sonrió, una sonrisa bastante repulsiva, mientras contemplaba la carnicería que se avecinaba.
Luego suspiró mientras sus pensamientos iban a la deriva al hecho de que su primer hechizo aparentemente había alterado algo en los cuerpos de la población mágica que su Marca Tenebrosa ya no echaba raíces en los brazos de sus seguidores. Si todavía tuviera la Marca, podría extraer el poder que necesitaba de todos aquellos a los que había marcado a lo largo de los años y volver a lanzar ese hechizo para dormir. Ese había sido un hechizo tan brillante que se le ocurrió, construyendo un hechizo antiguo pero eliminando el elemento de estasis. Y eso ni siquiera era el colmo de su brillantez.
La Marca Tenebrosa, eso representaba el pináculo de su brillantez. ¡Realmente, era completamente digno de la antigua Magia Oscura que invocaba! ¡Y digno del mismo Salazar Slytherin, cuya investigación dejó atrás en sus diarios oscuros lo inspiró! Esa marca le permitió convocar a sus secuaces y aprovechar sus poderes mágicos, ¡un gran logro!
Pero poco después de que Potter despertara a los Mortífagos, esas marcas se desvanecieron, y no importaba cuántas veces había intentado volver a colocarlas en sus devotos dispuestos, no duraron. Había abandonado incluso el intento de colocar unos nuevos meses atrás, como una pérdida de energía. También se resistía a admitir ante nadie que no había podido resolver el problema de la repetida desaparición de las Marcas. Fue más fácil y no requirió más explicaciones simplemente abandonar la práctica.
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Los hombres que habían atacado Hogwarts habían regresado a sus cómodas tiendas en la finca de Sir Harold con mal humor, de hecho. Hubo una larga caminata hasta la carretera más cercana, y luego una larga espera para que se organizara una caravana de autobuses para venir a recogerlos. Y luego no había habido ninguna explicación de por qué, realmente por qué, su ataque había sido tan completamente inútil.
Oh, el brigadier y algunos de los otros habían sido escuchados compartiendo lo que había ocurrido en su conversación con el anciano, pero no cuadraba. Dejando a un lado la magia, el truco, ¿por qué sus balas no pudieron penetrar el aire alrededor del castillo? ¿Por qué sus armas dejaron de disparar y sus motores dejaron de funcionar? ¿Y cómo podrían recuperar los Land Rover y los Apaches?
¡Y ese bosque! ¿Qué diablos fue todo eso? Había cosas allí que simplemente no existían. ¿Y qué le había pasado al joven Parker? El hombre de la muñeca rota obviamente acababa de caer torpemente cuando el helicóptero se estrelló. Si un Apache grande pudiera caer del cielo con las hélices mal dobladas y la peor lesión fuera una muñeca rota, lo soportarían cualquier día. Pero Parker no mostró absolutamente ningún signo de lesión, pero estaba inconsciente. Ninguno de los primeros auxilios que pudieran proporcionar en el campo, o incluso la atención de médicos reales ahora que estaban de regreso en la propiedad, lo había despertado en absoluto. ¿Qué le había pasado, que el gigante tuvo que sacarlo del bosque así?
La agitación comenzó a disminuir un poco después de que todos se dieron una ducha, una buena cena y unas copas fuertes. Lo que emergió lentamente fue un renovado entusiasmo y compromiso de que querían otra oportunidad en el castillo mágico, lo antes posible.
Los líderes se habían reunido en una habitación de la mansión tan pronto como todos regresaron a la finca. El brigadier se sintió aliviado al notar que Sir Harold no estaba tan enojado, estaba muy desconcertado por los acontecimientos del día y ansioso por "interrogar", como le gustaba decir. Estaba el tema del desastre del ataque, y luego los vehículos y helicópteros necesariamente abandonados por el castillo, ¿cómo podrían recuperarse?
Su asistente pudo programar una conferencia telefónica con los líderes del movimiento en Inglaterra a la mañana siguiente, por lo que los hombres de la finca en Escocia pasaron la hora antes de la cena, y la mayor parte del tiempo durante la cena, repitiendo y discutiendo los calamitosos eventos del día.
La llamada de la mañana siguiente fue en gran parte como esperaba el general de brigada. Si bien había participado en solo unas pocas llamadas con este grupo en particular, ya había formado evaluaciones bastante precisas de los hombres, y todos se desempeñaron fielmente a sus colores aquí. Estaba claro que todos los hombres miraban a Charles Frost como su líder. Dursley era un tonto fanfarrón y claramente confiaba en lo que sea que le dijera Frost. Mason parecía relativamente inteligente, pero manejando los detalles como organizador, no como líder. Los dos o tres primos Riddle eran inútiles, también liderados por la nariz por Frost.
En realidad, Frost no pareció estar muy sorprendido por lo que sucedió, y eso llamó la atención del general de brigada. El general de brigada sabía que Frost había advertido contra esta acción todo el tiempo, pero Sir Harold había sido vago sobre por qué Frost pensaba que era una mala idea. Por la forma en que Frost estaba hablando ahora, tuvo la molesta sensación de que Frost ya sabía qué tipo de protecciones mágicas estaban en su lugar. Suponiendo que fuera así, ¿por qué no compartió este detalle con ellos de antemano?
Frost estaba haciendo un gran esfuerzo para obtener todos los hechos, haciendo muchas preguntas detalladas y, estaba claro incluso a través del teléfono, tomando notas detalladas. La historia de lo sucedido se contó, se volvió a contar y luego se aclararon varios puntos. A cada uno de los líderes de la tropa se le pidió que describiera cómo se veía cuando se dispararon las balas en el castillo. La historia ciertamente no varió mucho en el recuento, aunque el general de brigada pensó que algunos de sus colegas podrían haber introducido algún adorno. Cada uno de los líderes disfrutó de su momento en el centro de atención, y el general de brigada comenzó a preguntarse si ese podría haber sido el punto.
Fue uno de los últimos en ser interrogado, y tuvo mucho cuidado de mantener sus observaciones lo más fácticas y sin embellecer posible. Cuando hubo una pausa en las preguntas que se le dirigieron, lanzó una de las suyas.
–Sr. Frost, no puedo evitar pensar que ya sabía que esto sucedería. Antes dijo que estaba preocupado todo el tiempo que este ataque fuera inútil. ¿Qué, exactamente, sabía acerca de lo que encontraríamos? –gruñó, tratando con poco éxito de mantener un lenguaje cortés.
Sir Harold estaba un poco sorprendido por los comentarios de sus empleados, pero no avergonzado. Contrató al general de brigada específicamente porque el hombre sabía por experiencia cómo mirar las cosas, especialmente las militares, desde un punto de vista operativo. Ayer había sido muy decepcionante y realmente le agradó ver al general de brigada pasar a la ofensiva, aunque fuera contra uno de los líderes del Movimiento. Sonrió levemente al general de brigada y asintió sabiamente, aprobando la pregunta.
De vuelta en Little Whinging, Cornelius Fudge estaba sentado con Reggie Mason y dos primos Riddle en una pequeña sala de conferencias en la oficina de la propiedad de Reggie. No estaba completamente versado en tecnología muggle, pero era lo suficientemente inteligente como para no quedarse boquiabierto ante la extraña caja en la que estaban hablando, con Dursley en una oficina no muy lejos y con los otros en Escocia. Reggie se había ofrecido a ser anfitrión de esta "conferencia telefónica" como él describió esto, y Cornelius estaba feliz de permitirle hacerlo, ya que no tenía idea de lo que implicaba esta tecnología.
Cornelius no había sobrevivido como político en el mundo mágico durante tanto tiempo como lo hizo sin muy buenas habilidades para desviar preguntas incómodas, y esas habilidades le sirvieron de nuevo hoy. Se tomó un segundo para aclararse la garganta y sacudir la cabeza con tristeza hacia los tres hombres que estaban sentados con él.
–Brigadier, he estado estudiando este flagelo de la magia durante mucho tiempo –comenzó– No pretendo saber todo sobre lo que pueden hacer y cómo hacen las cosas. Pero he encontrado referencias aquí y allá sobre los tipos de magia que los magos pueden usar para sus nefastos propósitos, y me he propuesto aprender todo lo que pueda sobre todo esto. No lo recuerdo todo, así que me disculpo si hubiera podido predecir los eventos de ayer si hubiera podido recordar todo lo que he leído.
Cornelius tomó aliento en ese momento para medir la reacción de su audiencia, usando a los tres en la habitación con él para evaluar la probable reacción de aquellos a quienes no podía ver. Había usado esa técnica de disculparse por no ser perfecto antes, con un éxito desigual, pero parecía estar funcionando aquí, así que siguió adelante.
–Había aprendido hace mucho tiempo acerca de esta extraña habilidad que tenían para hacer que los lugares fueran difíciles de ver, e incluso me tomó mucho tiempo descubrir cómo ver el maldito castillo. Esperaba que su principal protección fuera el hecho de que no podíamos verlos, pero sospechaba que podían hacer más. Después de todo, con el tiempo, ¿no es probable que alguien se tope con un edificio que no puede ver? No tenía idea de lo que usarían, pero siempre he albergado la idea de que había algo más.
Al parecer, el brigadier era más astuto que los tres hombres que estaban en la habitación con Cornelius.
–Pero has estado interrogando a todos sobre el aire brillante. Sabías de inmediato que debías preguntar sobre eso –desafió.
Cornelius no iba a morder el anzuelo, ya que sabía que había tenido cuidado de reaccionar solo a lo que los hombres de sir Harold le dijeron primero.
–Bueno, brigadier, eso es un hecho bastante inusual, ¿no cree? Cuando el primer caballero que habló hoy, el Sr. Harris, ¿no es así? describió el ataque, dijo que estabas disparando al castillo, y no parecía que los disparos estuvieran llegando. A mi modo de ver, algo estaba bloqueando los disparos y tenía que estar en el aire. ¿Dónde más podría estar, si pudieras ver el castillo, pero los disparos no lo alcanzaron? Pregunté si había algo visual en esto porque soy uno de esos hombres que necesita ver algo para creerlo, ¿verdad?
El general de brigada no estaba listo para terminar esta discusión.
–Pero, ¿qué pasa con el hecho de que los magos desactivaron nuestras armas y todos nuestros motores? –probó.
Cornelius permitió que pasara otro latido mientras ordenaba sus pensamientos.
–Una vez leí que pueden usar esos palos para hacer aparecer el fuego, y me pregunté si también podrían usar esos palos para apagar el fuego o evitar que se encienda una chispa. Posiblemente tengan alguna extraña afinidad con el fuego de alguna manera. Quería ver si podía investigar más, porque eso claramente haría que tu elección de armas fuera un problema. Las armas funcionan encendiendo un poco de pólvora, y si los magos pueden detener el encendido, las armas no pueden disparar.
Reggie intervino amablemente.
–Y si impedían que la pólvora se encendiera, la magia que usaban probablemente mataba los encendidos de todas las bujías de todos los motores. ¿No dijo Merriweather que el anciano dijo que no se dieron cuenta de que eso sucedería? –Cornelius le sonrió a Reggie en agradecimiento. En realidad, Cornelius no estaba del todo seguro de cómo funcionaban todos esos vehículos muggles, y ciertamente nunca habría sabido qué era una bujía. Se sintió aliviado de que los demás parecieran estar de acuerdo de inmediato con lo que dijo Reggie.
El general de brigada se calló, aunque por la expresión de su rostro, que Cornelius no podía ver, estaba claro que no estaba satisfecho. Confiaba en sus instintos, ya que le habían servido bien en el pasado. Todavía tenía un sentimiento extraño sobre esto.
De todos modos, la conferencia telefónica no duró mucho más. Charles Frost dijo que seguiría investigando sobre armas que no se verían afectadas tan fácilmente por la magia, y acordaron volver a hablar en unos días.
Fue una llamada muy extraña, cuando el grupo volvió a reunirse durante esos días, esta vez con Vernon uniéndose a ellos en la sala de conferencias aún más concurrida de Reggie. Cornelius estaba preparado para compartir información sobre las armas antiguas, arcos y flechas, trabuquetes, cosas que no dependían de la combustión y fuerzas que la magia aparentemente puede desactivar fácilmente. También había preparado algunos fragmentos genéricos sobre barreras que podrían incluirse en la conversación, si fuera necesario.
Sin embargo, Sir Harold y los hombres que se unieron a él desde su finca en Escocia parecían haberse olvidado de su desventura a principios de semana. La conversación tomó un desvío inesperado.
–Los chicos se están poniendo un poco inquietos –informó– Parker está despierto, se acaba de despertar como de una larga siesta. Tal vez un poco aturdido, pero no está peor por estar fuera la mayor parte de la semana, los médicos aún no tienen idea de lo que le sucedió, pero el chico está bien. He hecho arreglos para que traigan algunas pistolas de pintura, y esta tarde, tendremos una gran batalla en el bosque cerca del campamento. Los chicos han estado esperando esto toda la semana.
Vernon, Reggie y los Acertijos dirigieron miradas de gran confusión hacia Charles Frost, quien pareció momentáneamente desconcertado por los comentarios de Sir Harold.
Cornelius estaba tan sorprendido como cualquiera de que la batalla que había sido una espina tan enorme en los costados colectivos de todos los hombres reunidos en la propiedad de Sir Harold pudiera olvidarse tan rápidamente. Pero estaba claro que no recordaban en absoluto su visita a Hogwarts. ¿Qué, cómo, quién? No sabía por dónde empezar. Un poco más de aclaración le daría tiempo para considerar sus opciones.
– ¿Todas tus armas normales están en su lugar? –preguntó. No estaba del todo seguro de qué eran las pistolas de pintura y en qué se diferenciaban de las normales. Quizás una referencia indirecta al verdadero propósito de la reunión en Escocia reavivaría un recuerdo.
Sir Harold parecía un poco confundido por esa pregunta.
– ¡Bueno, por supuesto, viejo! El arsenal está lleno, los Land Rover y los camiones en su lugar. Aunque hay un problema con los Apaches –Miró al general de brigada para llevar ese pensamiento más allá.
Cornelius se estremeció un poco al escuchar la voz del brigadier, después de la actitud antagónica y sospechosa del hombre en la última llamada. Pero aparentemente, las cosas también habían cambiado para él.
–Pensamos que habíamos arreglado para que todos los Apache de la colección de Sir Harold fueran llevados a la finca esta semana, pero solo tenemos cinco de ellos aquí. He estado rastreando para ver dónde se aprovisionó el otro. Había algunos registros de uno de los intereses comerciales de Sir Harold solicitando su despliegue en una mina en África, y estamos tratando de verificar que lo tengan. Pero todo en la finca está en buen estado. Los chicos hicieron un pequeño ejercicio ayer en la finca, hicieron un trabajo muy meritorio, de hecho. Estarán listos, recuerda mis palabras, ¡cuando llegue el momento! Querían algo más parecido a una batalla real, así que traemos las pistolas de pintura. Un poco desordenado, pero pueden disparar y ver lo que han golpeado.
Cornelius procesó eso: las pistolas de pintura deben ser como dice su nombre. Armas que disparan pintura. Si viviera hasta los 1.000, nunca entendería a los muggles.
Y también habían recuperado sus vehículos. Estaba bastante seguro de que Dumbledore los habría alejado de Hogwarts para ser recuperados, en lugar de reforzar la conciencia muggle de la ubicación del castillo al permitir que los muggles regresaran para verlo. Quizás...
Los pensamientos de Cornelius fueron interrumpidos cuando Vernon extendió la mano y presionó un botón en la caja en la que estaban hablando.
–Déjame silenciar el teléfono para que no nos escuchen –dijo– Charles, ¿qué diablos está pasando aquí? ¿Qué les pasó a ellos? No recuerdan el ataque, ¿Fue hace apenas unos días? –La ira, la indignidad y el miedo estaban en guerra entre sí como la emoción predominante en la voz de Vernon mientras gritaba sus preguntas.
Cornelius reflejó cuidadosamente la preocupación en los rostros de los primos Riddle, lo que le pareció el tono más apropiado a tomar. Dursley fue demasiado rápido para permitir que la ira se apoderara de él, y Mason probablemente estaba asustado de su sombra, con una expresión de horror abyecto en su rostro. No, preocupación, esa era la actitud que se necesitaba aquí. Para él estaba claro que se habían aplicado algunos poderosos hechizos de memoria a Sir Harold y los hombres que lo acompañaban en su propiedad; presumiblemente habían sido aplicados por Dumbledore y/u otros de Hogwarts, pero no tenía idea de cómo ni cuándo. ¿Quizás los vehículos?
Suponiendo que no podían evitar que los demás escucharan durante demasiado tiempo, ofreció una respuesta apresurada.
–Tengo que asumir que la magia estaba en juego aquí –dijo con seriedad– ¿Qué más explicaría esto? Todos estaban bien y recordaron completamente lo que sucedió la mañana después del ataque. Apostaría a que los magos hicieron algo con los vehículos, algo así como un caballo de Troya, ¿no lo ves? Cuando Sir Harold y sus hombres recuperaron sus vehículos y los llevaron de regreso a la finca de Sir Harold después del ataque, la magia se liberó. Debe haber sido algún tipo de magia para dañar sus recuerdos, hacerlos olvidar lo que habían hecho. Eso es lo único que tiene sentido.
Vernon reflexionó sobre eso por un segundo. En realidad, nada de esto tenía mucho sentido para él, pero Charles parecía bastante confiado y, por lo general, manejaba bastante bien las cosas. Pulsó un botón del teléfono para activarlo.
Cornelius asintió con la cabeza a sus compañeros antes de responder.
–Bueno, nos alegra saber que todo está listo, es una excelente noticia. Estoy seguro de que la oportunidad de usar las" bolas de pintura "mantendrá a los hombres animados y listos. ¿Cuándo todos los hombres regresan a su hogares? –En ese momento, redirigió completamente la conversación, para ponerle fin para que los demás pudieran desarrollar una estrategia revisada.
Cuando terminó la llamada, hubo miradas de preocupación alrededor de la mesa, pero Cornelius intervino rápidamente.
–Está bien, entonces, caballeros. Algunos planes nuevos están en orden. Hemos aprendido algunas ideas valiosas para nuestro enemigo, y sus nefastos recursos, en esta desventura –El mismo Cornelius nunca usó la palabra "nefasto" en su discurso, pero había notado cómo el hombre Dursley siempre se animaba cuando decía eso, por lo que había comenzado a convertirlo en una parte estándar del vocabulario de Charles. Como si fuera una señal, Vernon se inclinó, todo oídos.
–He estado investigando un poco, volviendo a algunas fuentes que he estado acumulando, para tratar de obtener información específica sobre lo que podría haber sucedido aquí cuando los hombres de Sir Harold libraron la batalla que no pueden recordar.
Y con eso, Cornelius dirigió una discusión sobre hechizos que detienen la combustión y el uso de protecciones. Y con eso, Cornelius dirigió una discusión sobre hechizos que detienen la combustión y el uso de protecciones. Cuando la conversación llegó al tema de qué tipo de armas podrían usarse en una batalla con personas mágicas, Cornelius se sorprendió de que los primos Riddle parecían bastante dispuestos a abrazar la noción de usar arcos y flechas, y mucho menos que dijeran que tenían acceso a un gran alijo de esas mismas armas. No creía que los muggles los usaran fuera de ciertos eventos deportivos, pero estaba feliz de saber que ese no era necesariamente el caso. Buenos hombres, ¡eran grandes aliados aquí!
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Harry se sentó en el suelo de la sala común de Gryffindor, disfrutando del calor del fuego, apoyado en uno de los grandes sofás. Se frotó el hombro, todavía un poco rígido por la agresiva lección de esgrima que había tenido con Severus esa tarde. Realmente había pensado que este interés de Severus en enseñarle a batirse en duelo pasaría, pero en todo caso, Severus se había vuelto aún más comprometido, más intenso sobre todo el asunto. Harry podría haber objetado: las lecciones ya habían interferido con más de una práctica de Quidditch y lo hicieron llegar tarde a varias sesiones de estudio, pero se sintió atraído por la intensidad de su compañero vinculado. Era divertido, sorprendentemente íntimo incluso cuando usaban el espacio de duelo compartido con otros, y pensó que tenía que mejorar su condición física como mínimo, con todos esos saltos y posturas. Pero tal vez hoy había sido demasiado, ya que su hombro estaba rígido y su cuello se sentía tenso. Quizás deberían bajar el tono un poco.
Hermione, Ella-que-no-se-perdió-nada, estaba sentada cerca y parecía estar absorta en un libro de referencia enormemente grande, pero notó que Harry se frotaba y flexionaba el cuello y el hombro. Cuando el grupo alrededor de Harry se disolvió, ella aprovechó su momentánea soledad para deslizarse de su silla y unirse a él cerca del fuego.
– ¿Estás bien, Harry? –Ella susurró– Te he visto frotarte el hombro y flexionar el cuello. ¿Pasa algo?
Harry sonrió para sí mismo, una vez más asombrado por el poder de observación de su amiga. Estaba tan seguro de que nadie podría haber notado su malestar. También sabía, de nuevo por una larga experiencia, que no se saldría con la suya diciéndole "No es nada".
–Me excedí un poco en duelo con Severus esta tarde –respondió en voz baja– Debería haber pensado en pedirle algo para aliviar el dolor.
–No te golpeo, ¿verdad? –preguntó ella bruscamente.
Harry reflexionó ante la imagen de su pequeña amiga llamando al temido (y significativamente más grande) Maestro de Pociones a reprimirlo si pensaba que lo había golpeado mientras se batía en duelo.
–Oh, no, estábamos un poco demasiado enérgicos, tal vez, al repetir algunos movimientos. Él es muy serio sobre esto, ya sabes. Trabajamos en las cosas hasta que él esté seguro de que las entendí bien.
–Bueno, ciertamente estoy de acuerdo en que si estás aprendiendo algo, practicas hasta que lo hagas bien, pero si practicas hasta el punto en que te lastimas, eso es demasiado –fue su escueta respuesta.
Harry se inclinó un poco.
–Mira, Severus es muy, muy serio acerca de que yo aprenda esto. Más de lo que lo he visto con cualquier otra cosa. A él le importa, ¿sabes? Hoy me excedí. Me mostró un nuevo movimiento, brillante, pero un poco más complicado que lo que hemos hecho hasta ahora. Probablemente debería haberlo descompuesto más, introducirme en él. Estoy bien, solo dolorido. Nada de qué preocuparse.
La expresión de su rostro indicaba que, de hecho, estaría preocupada por esto. Pensó en cambiar de tema.
–Entonces, ¿cómo va tu artículo? ¿Esa última parte de la investigación está funcionando? –Sabía que estaba frustrada por la sugerencia del editor de que hiciera un esfuerzo adicional para reforzar sus conclusiones. Lo habían discutido y acordado que si tenía alguna posibilidad de desafiar la visión ortodoxa de estos eventos, necesitaba una investigación absolutamente sólida. Incluso la más mínima apertura sería aprovechada por sus detractores. Si bien había tratado de convencerse a sí misma de que la solicitud del editor haría que el artículo fuera mucho más fuerte y persuasivo, todavía la irritaba.
Pero la pregunta pareció distraerla del dolor de cuello de Harry.
–Bueno, sí estudié el material que me dio el Ministerio, sobre el hombre que atacó al profesor Snape. En realidad, nada se destacó, pero era un curioso paquete de información. He leído varios informes de aurores, y esto no se parece en nada a ellos, casi hablador, al parecer. Pregunté por la fuente, ya que no parecía un trabajo del Ministerio. Encontrarás esto interesante. Recibí una lechuza esta tarde de mi contacto en la Oficina de Aurores. Lucius Malfoy proporcionó esta información.
Harry estuvo a punto de recuperar la conversación cuando levantó la cabeza ante ese último comentario e hizo una mueca cuando los músculos de su cuello protestaron.
– ¿Malfoy? ¿Cuál es su conexión? –el demando.
–Según Piers, mi contacto auror, la propia ministra le pidió que lo investigara. Tiene contactos en todo tipo de lugares, y creo que conocía a alguien que tiene algunas habilidades especiales. Aparentemente, le pidió a esta persona que mirara lo que tenían los aurores y que hiciera lo que ella hiciera, y esto es lo que se le ocurrió.
– ¿De qué tipo de" habilidades "estamos hablando, si puedo preguntar? –Harry no pudo evitar responder. La idea de que el Ministerio estaba evaluando el nivel de amenaza a la seguridad de Severus basándose en el trabajo de un posible charlatán le molestaba mucho.
Hermione parecía pensativa.
–No lo sé, seguro. Estoy bastante seguro de que esto no es obra de un vidente, ni nada por el estilo. La información real en el paquete es muy sencilla, muy fáctica. Comentarios de personas que lo conocían o conocían de él con algún detalle. Incluso una foto del asesino tomada hace varios años. Pero tengo la sensación de que no se está poniendo algo por escrito, algo casi asumido entre la persona que lo escribió y la persona a quien se envió. No puedo poner mi dedo en él.
Harry se sintió aliviado tan pronto como Hermione describió lo que le habían dado. Hechos con los que podía lidiar, no ese galimatías que los videntes hablaban. Aunque, tenía curiosidad por saber qué haría Hermione para eliminar las preguntas persistentes que tenía sobre esto. Enarcó las cejas en un gesto de interrogación. Ella sonrió y continuó.
–Así que, por supuesto, no podía dejarlo así.
Harry se rió entre dientes en respuesta y se ganó un golpe en el brazo (el que no le dolía, se dio cuenta).
–Le pregunté al director si podía pedir una cita para visitar a esta fuente, invitarla aquí o reunirme con ella en el Ministerio. Está programando una cita con ella para que venga aquí la semana que viene. Señora Bunswill, es su nombre.
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Severus estaba sentado en su sillón habitual cerca del fuego en su sala de estar. En lugar de cavilar ante el fuego o leer un diario de pociones, estaba mirando una pequeña foto en un marco de madera de bajo costo.
La foto había sido tomada en el bautizo del bebé Weasley el fin de semana pasado, y fue un regalo para el orgulloso padrino de los padres del bebé. Harry sostenía al bebé, luciendo más nervioso que cualquier otra cosa, aunque estaba tratando de sonreír con orgullo para la cámara. Se le había pedido a Severus que se pusiera de pie con Harry cuando se tomó esta foto, una oferta muy amable que no había esperado. De alguna manera, y no recordaba esto, la foto lo capturó mirando a Harry, en lugar de al bebé.
Se estudió a sí mismo críticamente y recordó, una vez más, su semblante menos que agradable. Supuso que la plenitud de su cabello, ahora que había dejado de peinarlo hacia atrás al estilo de antaño de Slytherin, ayudaba un poco. Llevaba túnicas sencillas, no sus habituales túnicas de enseñanza, pero no los brocados y terciopelos que habrían estado fuera de lugar en esta reunión. Su postura y porte fueron una ventaja, en general.
La expresión de orgullo en su postura, de todas las cosas, sacó a Severus de ella. Era una hermosa foto de Harry y el pequeño Harry. Su presencia en la foto no la destruyó por completo, aunque volvió a mirar la expresión de su rostro. Eso lo confundió. Tendría que pensarlo más.
Volvió a colocar la imagen en su lugar sobre el manto e hizo una de sus visitas nocturnas a la sala común de Slytherin para comprobar que todo estaba bien. Los prefectos fueron particularmente fuertes este año y mantuvieron sus serpientes en la mano. Esta noche no fue diferente. Había algunas partidas de ajedrez en las mesas, varios grupos de estudiantes trabajando en sus tareas y algunas conversaciones en voz baja en curso. Todo estaba en orden.
Severus acababa de regresar de su patrulla cuando Harry regresó a sus habitaciones. Miró hacia arriba con curiosidad, ya que no estaba cerca del toque de queda y Harry generalmente visitaba a sus amigos de Gryffindor hasta al menos entonces. Algo parecía estar molestando a Harry.
– ¿Te encuentras mal? –preguntó, algo de preocupación jugando en su rostro.
–Uh, no, en realidad no –comenzó Harry, torpemente– Sin embargo, estoy muy adolorido por nuestra esgrima esta tarde. Mi cuello y hombro. Ahora me duelen. Antes era un dolor sordo, pero está empeorando.
Severus frunció el ceño preocupado por la noticia.
–Dijiste que bloqueaste o esquivaste todos los hechizos que te lancé. ¿Es posible que algo haya pasado? –preguntó, repasando mentalmente los hechizos que había lanzado en su práctica para determinar si alguno podría causar este problema en particular.
–No, ninguno de los hechizos me llegó. Creo que podría haber lanzado algunos bloques con demasiada fuerza, y tal vez me excedí en la práctica de ese movimiento giratorio que me mostraste –admitió Harry.
Severus asintió. De hecho, se había preguntado acerca de mostrarle a Harry el Bloqueo de Adrikov, un giro muy avanzado que alguna vez fue un movimiento característico entre los duelistas más consumados de Slytherin. Decidió continuar porque sospechaba que el atletismo y la flexibilidad naturales del joven superarían los problemas que uno esperaría que tuviera alguien al intentar ese movimiento por primera vez. Harry había entendido el movimiento muy rápidamente y luego lo había repetido con entusiasmo, probablemente más veces de lo que era prudente. Probablemente solo una distensión muscular, entonces, y no una reacción retardada a un hechizo errante o desbloqueado.
–Sospecho que te tensaste el cuello y el hombro, entonces. Probablemente trabajaste demasiado duro con el bloqueo con el que comenzamos, y luego noté que conduces el Bloqueo de Adrikov con el mismo lado. ¿Cuándo comenzó a tener calambres? –Severus ya se había deslizado a su modo de Maestro de Pociones, obteniendo los detalles de los síntomas y considerando cuál de sus pociones y ungüentos los aliviaría mejor. Rebuscó en un armario durante unos segundos antes de extraer un frasco pequeño y un tarro pesado. Harry aceptó el frasco cuando fue presentado y se lo bebió rápidamente.
–Ugh. Eso fue desagradable –se quejó, haciendo una mueca después de tragar el líquido de mal sabor. Sin embargo, en cuestión de segundos se dio cuenta de que podía flexionar el hombro sin calambres ni dolor.
Severus se maravilló de lo fácil que era leer a Harry con solo ver sus expresiones. Supo en el instante en que la poción hizo efecto y detuvo el dolor, por la forma en que la angustia desapareció del rostro de Harry, y luego vio el alivio cuando movió el hombro dolorido y se dio cuenta de que no dolía.
Severus levantó el tarro como si ofreciera un brindis.
–Tengo algo aquí que podría ayudar aún más. Déjame frotarte esto en el hombro.
Harry se quitó la tunica y el jersey y se sentó en el brazo del sofá, con los pies en uno de los cojines y de espaldas a Severus, mientras se desabrochaba la camisa y se la quitaba también. Severus tomó una generosa porción de crema azul real del tarro y comenzó a colocarla en el hombro y el cuello de Harry. Harry cerró los ojos con una expresión de felicidad, reaccionando tanto a la crema refrescante y calmante como al experto masaje con el que estaba siendo trabajada en sus puntos doloridos.
–Entonces, ¿está todo bien en la guarida de los leones? Regresaste bastante temprano esta noche –preguntó Severus después de un rato– ¿O esto te molestó tanto? –Con los Gryffindors, era mejor no asumir que tomarían un paso sensato para abordar el dolor.
Despertado de su felicidad, Harry respondió:
–Oh, no hay problemas. Trabajé con Seamus y Draco estaba allí, en un proyecto de Encantamientos. Luego jugué un rato al ajedrez con Ron, y luego tuve una charla con Hermione. Supongo que me dolía un poco el cuello, pero de todos modos no pasaba mucho.
– ¿La señorita Granger ha terminado su artículo? –Severus había notado que este tema no había sido parte del parloteo habitual de Harry sobre sus amigos por un tiempo, y tenía curiosidad.
Harry asintió distraídamente, sintiendo satisfacción por los dedos firmes que amasaban su hombro.
–No completamente. El editor señaló algunos lugares donde pensó que ella necesitaba presionar para obtener más detalles, y ella está trabajando en eso. Oh, aquí hay algo que puede resultarte interesante. ¿Sabes de dónde sacó el Ministerio el último paquete de información sobre el hombre que te atacó? ¡El Sr. Malfoy! El ministro le pidió que investigara qué podía averiguar y consiguió que una señora lo ayudara. Hermione se va a reunir con la dama, el profesor Dumbledore la invita a visitar Hogwarts. Creo que Hermione dijo que su nombre es Madame Bunswil.
Los dedos se quedaron quietos por un segundo mientras Severus procesaba ese último pedazo.
– ¿La conoces? –Preguntó Harry, reaccionando él mismo a la reacción de Severus.
–No, nunca la conocí, pero he oído hablar de ella. Según recuerdo, el padre de Lucius la empleaba a veces. No descartaría que mi propio padre la contratara para algunos proyectos. Una persona con una curiosa visión de la magia y las personas mágicas, muy apreciada en ciertos círculos. Me imagino que tiene casi 200 años; Me sorprende escuchar que todavía está viva.
Las cejas de Harry se juntaron ante esa noticia.
–Um... ¿qué hizo exactamente? –preguntó nerviosamente. Lo poco que Harry sabía de los padres de Lucius y Severus lo hacía desconfiar.
–Sabía leer la magia y la intención mágica, presumiblemente todavía puede. Creo que se ganó la vida muy bien asesorando a las antiguas familias sobre posibles socios comerciales, tal vez incluso posibles cónyuges para sus hijos. Según se informa, una persona muy benigna, en realidad, para la empresa que ella mantuvo –Severus estaba sorprendido de sí mismo por ser capaz de recordar incluso ese poco de información, después de todos esos años.
Harry ahora se había girado para mirar a Severus.
– ¿Qué tiene eso que ver con el hombre que te atacó, entonces?
Severus arqueó las cejas al considerar eso.
–No creo que los Aurores hayan identificado al hombre. Es posible que ella misma pudiera identificarlo al tocar cosas asociadas con él, o tal vez, si leyó su magia, supiera de dónde era. No sé qué se aprendió de su información, pero presumiblemente ella ayudó en su identificación.
–Bueno, Mione se va a reunir con ella, así que tal vez aprendamos más.
Harry volvió a su posición de espaldas a Severus para poder prestar más atención al hombro dolorido.
–Oh, por cierto, tengo algo que decirte. Quería que esto fuera una sorpresa para ti, tu regalo de Navidad, en realidad. Pero Neville insiste en que necesito hablar contigo ahora –dijo Harry un poco nervioso.
Mientras Severus se las arreglaba para mantener la cadencia de su masaje, sus cejas se dispararon ante ese último comentario. No podía imaginar cómo Longbottom, de todas las personas, podría figurar en lo que sea que Harry estaba planeando como una sorpresa navideña. Después de un segundo, logró un murmullo para invitar a una explicación.
Harry respiró hondo para prepararse. Esto iba a ser absolutamente brillante o un completo desastre.
–Sabes que ahora soy un ciudadano de las Tierras de Invierno. No significa nada en términos de tener que renunciar a mi ciudadanía británica, mago o muggle, simplemente me permite, bueno, nos permite, de verdad, vivir allí... ¡Voy a conseguirnos nuestro propio complejo allí, una casa de vacaciones! –Harry se detuvo allí y miró tentativamente por encima del hombro, para ver cómo Severus tomaba esa noticia.
Las manos de Severus se quedaron quietas y miró a Harry sin comprender, sin saber muy bien qué hacer con esto. Harry tomó una de las manos de su hombro y la usó para guiar a Severus a un asiento en el sofá frente a él.
–Mira, sé que tienes una mansión y todo, y supongo que algún día viviremos allí. Por ahora, tenemos Hogwarts –El continuo silencio puso nervioso a Harry, aunque la expresión de Severus permaneció ilegible. Respiró de nuevo y siguió adelante, hablando quizás demasiado rápido debido a su nerviosismo– Lord Brand me dijo que había docenas de compuestos que fueron abandonados cuando los dementores tomaron el control y todos se agruparon en complejos más cercanos. Le pedí a Neville que explorara tres de los remotos que Lord Brand me ofreció. Neville estuvo allí el lunes y los revisó. Sugirió uno que está al otro lado del bosque que visitamos donde vive Tante. Hay una gran cantidad de material vegetal en ese bosque, y Tante accedió a ayudarnos a diseñar un invernadero. Quiero incluir un enorme laboratorio de pociones para ti, y ahí es donde Neville dijo que esto no puede ser una sorpresa. Dijo que probablemente tienes ideas muy específicas sobre cómo sería el laboratorio perfecto, y ni siquiera debería elegir el lugar para el laboratorio sin tu opinión.
Harry se detuvo abruptamente y observó la reacción de Severus.
El mismo Severus en realidad no sabía cómo reaccionar ante este giro inesperado de los acontecimientos. Fue una locura. No tiene sentido. Fue muy generoso. Potencialmente fue un gesto bastante romántico. Estaba demasiado cerca del padre-perro. De hecho, fue a comenzar una respuesta un par de veces, solo para abandonar sus palabras antes de que pudieran escapar, dejándolo abriendo y cerrando la boca sin que se escapara ningún sonido.
Harry arqueó las cejas ante la demostración de la falta de palabras de su compañero de vínculo, y finalmente sonrió.
–Supongo que fue una gran sorpresa –admitió– Bueno, la mañana de Navidad no será mucho, así que tendré que recordar esto.
Severus finalmente encontró su voz.
–Esto es de hecho una sorpresa, incluso se podría decir que un shock. Gracias, Harry. Estoy atónito.
Harry prosiguió.
–Iremos allí durante el fin de semana, para que podamos revisar el complejo y acordar el laboratorio de pociones. A partir de entonces, creo que debes mantenerte al margen del proceso, y esa será tu sorpresa.
– ¿De verdad lo has pensado bien, Harry? –Severus no pudo evitar preguntar– No tengo idea de cuál será el costo de la tierra, pero un complejo en las Tierras de Invierno, ¿uno sin vivir durante años? ¡Podría estar derrumbándose, por el amor de Merlín! Es posible que tengas que tomar lo que hay allí y comenzar desde cero... Esto podría ser una empresa enorme, un proyecto que podría llevar años, no unas pocas semanas. Y costar miles de galeones. Todo por un lugar en las Tierras de Invierno –Parecía más desconcertado que enojado.
–Como ciudadano, la tierra es mía. ¿Recuerdas el tema de permitir que las personas se conviertan en ciudadanos allá arriba? Lord Brand me dijo que los complejos que me estaba ofreciendo estaban en buen estado. Las paredes de los recintos son sólidas y la casa es sólida. Tienen pozos, y el que quiero que vean está cerca de un respiradero térmico, así que hay algunas cosas interesantes allí. Hablé con Bill Weasley antes de que se fuera, y me dijo que Gringotts tiene una división que puede colocar barreras y conectar la red flu, cosas así. No creo que esto lleve demasiado tiempo ni una enorme cantidad de dinero. Será un lugar agradable y remoto al que podremos ir de vacaciones. E incluso con la nieve, siempre que los edificios sean sólidos, puedo terminar todo el trabajo en el interior de inmediato.
Hubo un ligero contratiempo en la voz de Harry en ese momento, lo que hizo que Severus lo mirara de cerca. Harry no pudo evitar notar la atención de Severus, así que después de un momento para recomponerse, Harry continuó.
–Estaba pensando que podríamos, en algún momento en el futuro, necesitar un lugar donde podamos estar separados de los demás. Esto sería lo suficientemente remoto, y con un gran laboratorio de pociones, tendrías algo que hacer allí.
Mientras Harry luchaba contra sus emociones con tanta fuerza como podía, su rostro telegrafió sus emociones, y el corazón de Severus se rompió al verlo. Además de ser un lugar para pasar las vacaciones, este era un lugar agradable y remoto al que podían ir si Harry perdía el control de su magia y era un peligro para los demás. Seguía preocupado por eso, aparentemente, y tan comprometido como siempre en asegurarse de que no dañara a nadie.
Severus abrió los brazos y ayudó a Harry a deslizarse del brazo del sofá a su regazo, donde Severus lo abrazó con fuerza.
–Te dije, Harry, que no creo que estés en peligro de perder el control de esa manera. Has trabajado con diligencia en tu magia sin varita y hemos estado fortaleciendo tus caminos mágicos. Si bien la perspectiva de un escondite privado, incluso en las Tierras de Invierno, es bastante tentadora, estoy seguro de que lo usaremos y disfrutaremos como un descanso del tiempo que pasamos en lugares más públicos.
Severus sintió los brazos de Harry apretar su abrazo, y se abrazó cada vez más firmemente a su joven compañero. Después de un rato, mientras acariciaba el cabello de Harry, enterró su rostro en el lugar donde el cuello de Harry se encontraba con su hombro, y susurró:
–Harry, no estarás solo. Si necesitas irte, iré contigo. Haremos de este complejo nuestro refugio, si es necesario.
Se sentaron así durante mucho tiempo. En algún momento, y Severus no supo cuándo, Harry se quedó dormido. Severus se sentó mirando fijamente las llamas del fuego, sin poder pararse sin dejar a Harry en el suelo y sin estar dispuesto a soltar al joven de su agarre ni siquiera por el momento en que necesitaba levantarse. Finalmente, con un hechizo sin varita, convirtió el sofá en una pequeña tumbona, cambió sus ropas por un pijama de franela para hacer frente a las corrientes de aire del salón y transfiguró un pañuelo en un edredón suave. Pudo hacer palanca para estirarse con Harry a su lado, y finalmente pudo unirse a Harry en un sueño intermitente.
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Holi verán word me volvió a trollear y me borro los capítulos, por eso el atraso, tratare de volver todo en orden durante la semana.
Bueno, les contare primero el 11 de este mes tuve un problema, no lograba inscribir mis clases para este segundo semestre, estuve días intentando e intentando, resulta que todo se resolvió si intentaba hacerlo a través del celular XD
bueno este lunes tuve mi primera clase presencial, mi familia estaba preocupada por ello, pero no me paso nada tan malo... llegue atrasada porque el metro había cerrado la salida más cercana a mi universidad y tuve que salir por una de las más lejanas, corrí hacia mi universidad y cuando me tomaron la temperatura para entrar salió que tenia 40° así que tuve que quedarme afuera un rato esperando a que me bajara la temperatura, eso fue lo único malo, luego me tome una foto con un Superman chafa y obtuve unos regalitos, era la forma de mi universidad de celebrar una "Super bienvenida"
Bueno nos leemos lo más pronto que pueda.