<<-¡Fūja Hōin!
El Jōnin apoyó su mano derecha encima de la marca, y Sasuke gritó de dolor. Los kanjis en el suelo se dirigieron a su cuerpo, concentrándose en el Jūinjutsu. Formaron un círculo alrededor de él, este brilló en rojo antes de volver al negro y ser sellada por completo. El Uchiha se desplomó en el suelo, desmayado.
-Nunca te había visto tan cansado -rió levemente- Nozomi suele entrenar hasta desmayarse en sus entrenamientos, no conoce límites -murmuró, siendo oído por una sola persona.
-Es una ironía que su clan se especialice en técnicas de sellado, ¿No lo crees? -preguntó una voz ajena- Vaya, y tu también las has aprendido. Como has crecido, Kakashi.
El Hatake se tensó al reconocer aquella voz. Se dio la vuelta con cautela, pues sabía que su oponente era alguien muy poderoso.
-Tú...
Ahí, en persona, estaba nada más ni nada menos que Orochimaru con el uniforme Jōnin de Otogakure no Sato. Soltaba un chakra morado y maligno, de acuerdo con su personalidad.
-Cuanto tiempo sin verte, Kakashi-kun.
-Orochimaru -respondió él, con todos sus sentidos alerta.>>
-Lo siento, pero no vengo a verte a tí, sino al chico que tienes detrás -habló el mayor con sorna.
-¿Por qué vas tras Sasuke? -cuestionó el Hatake, en posición de defensa.
-Te envidio. Tu ya lo posees -respondió vagamente, aunque fue más que claro a qué se refería- Hace tiempo no lo tenías.
Kakashi frunció el ceño ante esta declaración. Su ojo no era un simple poder que hubiera tomado, no era solo una herramienta en la batalla. Era un regalo de aquella persona que le había ayudado a encontrar su camino, aquel que se había vuelto un hermano para él en poco tiempo. Y aquel a quien le había fallado miserablemente.
-El Sharingan de tu ojo izquierdo. Yo también lo quiero. El poder de los Uchiha -seguía el Sannin.
-¿Cuál es tu objetivo? ¿Para qué quieres un Sharingan?
-Otogakure no Satō se formó hace poco. Es mi aldea -reveló- Entiendes lo que quiero decir, ¿No?
-Es una ambición absurda -respondió el ojiónix despectivamente.
-Vaya vaya, que descarado -replicó Orochimaru, antes de seguir con su explicación- Para cumplirla, necesito piezas que actúen como mis brazos y piernas.
-¿Y Sasuke es una de ellas?
-No. Sasuke-kun es una pieza muy especial. Los que están realizando el examen son piezas sacrificables.
El antiguo miembro de Konoha empezó a avanzar hacia los que aún seguían leales. Kakashi se puso alerta ante cualquier movimiento de su enemigo. Al entrar en su rango de ataque, se posicionó para usar su jutsu letal, aunque un kunai de tres puntas, muy familiar para ambos, en el cuello del pelinegro los tomó por sorpresa a los dos.
-No te acerques más a Sasuke-kun, Orochimaru-san -habló una voz fríamente tranquila- Aunque seas uno de los Legendarios Sannin, sabes que puedo combatir a tu nivel, e incluso un tanto más alto.
Inesperadamente, el discípulo de Hiruzen comenzó a reírse. Kakashi y Minato fruncieron el ceño ante esto, ambos preparados para actuar en cualquier momento. El menor activó su técnica, que lanzaba amenazantes rayos azules en todas direcciones.
-Tu, mocoso, te equivocas en tus acciones -habló al hijo de Sakumo- Ni la técnica de sellado que usaste, ni alguna otra servirán de nada. Lo sabes, ¿Verdad? Hay corazones que buscan poder sin importar los medios. Ese chico tiene esa mentalidad. Porque busca venganza.
-¿Te aprovechaste de eso? -cuestionó el Namikaze, con porte serio y enojado. Eso, para él, era un insulto a la memoria de su difunto mejor amigo, Uchiha Fugaku- Ese chico...
-Tarde o temprano irá a buscarme -afirmó el renegado, mirándolo de reojo- Porque querrá más poder. Además, ¿De verdad creían que vendría aquí en persona, teniendo al "Kīroi Senkō" tan cerca? Intenten matarme si pueden.
Y tras hacer pronunciado esas palabras, se desvaneció en una nube de humo, mostrando que era un simple Kagebunshin. Kakashi suspiró, aliviado, pues sabía muy bien que no tendría oportunidad contra el Sannin en una batalla, tal vez ni aunque fuera un clon.
-Gracias, Minato-sensei -dijo, con una pequeña sonrisa.
-No es nada Kakashi -respondió él. Luego miró al inconsciente Sasuke, aún en el suelo- Debí darme cuenta antes. Tiene la cara de Mikoto, pero su carácter es igual al de Fugaku. -un aura depresiva lo rodeó- Seguro que Sasuke-kun y Nozomi se llevan igual de mal que Kushina y él.
-De hecho lo hacen -una gota de sudor cayó por la sien- Incluso se dicen "Dobe" y "Teme"
-Lo suponía -el aura depresiva se incrementó, haciéndolo apoyar su cabeza en un pilar. Luego volvió su vista al chico, acercándose a él para revisar los sellos- ¿Fūja Hōin? ¡Has avanzado mucho! -felicitó con una pequeña sonrisa, pues ese jutsu era de rango "A"- Pero, debo reforzarlo. En algún momento u otro, Sasuke-kun se verá tentado, y si la tentación es lo bastante fuerte, el sello se romperá.
El Jōnin asintió. Minato avanzó hasta el chico, haciendo una sucesión de sellos. Rata, buey, perro, perro, aplauso, jabalí y al final apoyó su mano en el sello. Al instante, un remolino blanco empezó a formarse alrededor, llenando el círculo hecho por el Fūja Hōin sobreponiéndose a las tres comas del Jūin y volviéndolas parte de él. Gracias a que ya habían descubierto el sello que lo suprimiría perfectamente (cortesía de Anko y Hiruzen) el proceso fue muy rápido e indoloro. Sasuke se removió un poco, pero siguió dormido.
-Tan hábil con los sellos como lo recordaba, sensei -halagó el peliplata.
-Gracias -sonrió un poco, levantando al Uchiha del suelo como costal de papas. Después de todo, aún le caía mal- Ahora será mejor que lo lleves con los ninjas médicos y volvamos a las preliminares. Espero que Nozomi aún no esté combatiendo.
-Somos dos. Pero hablando de Nozomi, hay algo que me contó Iruka que debo contarle a usted. ¿Recuerda el sueño de Kushina-san? Siempre decía que algún día, iba a reunir a los Uzumaki que estaban esparcidos por el mundo. Incluso logró encontrar a dos. Y también dijo que, si no podía lograrlo, le encomendaría ese sueño a su hija -comenzó, mientras caminaban hacia la salida.
-Lo recuerdo bien -dijo el mayor, algo nostálgico- Toshiro-san y Kagami-san, ambos eran esclavos de una mafia que coleccionaba gente de clanes poderosos y la vendía como soldados o esclavos. Se volvieron ninjas de la aldea, hasta que se fueron de viaje para encontrar a los hermanos perdidos de Kagami-san. Y de eso han pasado doce años.
-Bueno, parece que Nozomi no era la única Uzumaki en este examen -suspiró el peliplata. Esa niña le daba dolores de cabeza de las maneras más increíbles. Era una auténtica réplica del que solía ser su mejor amigo- Incluso la trajo con ella, aunque la chica no se veía muy indispuesta a seguirla. Parece que la usaban como herramienta en su aldea, Kusagakure.
-¿Iyashi Hitokuchi (癒し一口)? Sería lógico -el rubio colocó una mano en su barbilla- Como están en medio de dos grandes países, siempre hay batallas por todos lados. Los médicos no son suficientes para recuperar todo su poder luego de las peleas. Pero hacer eso a una niña pequeña... -apretó los puños- Si Kushina los viera, Kusa se habría extinguido hace mucho.
-No lo dudo -Kakashi se estremeció, mientras llegaban a la puerta- Debemos irnos, sensei.
- Si, yo también. No vaya a ser que el combate termine pronto, y si aún no va a pelear, le preguntaré a Nozomi al respecto -Minato le entregó al adolescente, hizo un gesto de despedida y se desvaneció en un relámpago amarillo. El Jōnin dio media vuelta y se esfumó en una nube de humo.
Mientras tanto, en el combate, las cosas se habían decantado a favor del de Konoha. Primero, Shino había distraído a su oponente, rodeándolo por los flancos derecho e izquierdo con los insectos del Hijutsu de su clan, Kikaichū y él mismo. Mientras seguía hablando y haciéndolo caer en la desesperación de usar sus dos brazos, coló Kikaichū en su mano, justo por el orificio de donde salía el aire a presión. El aterrador resultado del combate fue que Zaku explotó sus propios brazos al querer atacar a toda potencia, dejándolos probablemente arruinados de por vida.
-Parece que han terminado -dijo Hayate cuando lo examinó- El ganador es Aburame Shino.
Todos lo observaban atentamente por el modo tan peculiar e indiferente de luchar que tenía. Lee se desprendió un momento del barandal de hierro para mirar a su compañero de equipo.
-¿Quién es ese chico, Neji?
El chico se separó por un momento, haciendo una sucesión de sellos especial para su Kekkei Genkai, única para los experimentados del Clan Hyūga. Perro, sello, perro, sello. La visión del castaño se aumentó enormemente, logrando hacerlo ver dentro del cuerpo del Aburame. Su sorpresa fue tal que trastabilló unos pocos pasos.
-Es increíble. No usó un jutsu de invocación para llamar a los insectos -explicaba al pelinegro- Los tiene parasitando su cuerpo.
-¡¿Cómo dices?! -se escandalizó.
-Es de un clan de domadores de insectos de Konoha -informó Gai, escrutando al chico con la mirada y siendo consciente de su poder y potencial.
-He oído hablar de ellos -convino el Hyūga- Dicen que cuando nacen, ceden su cuerpo a los insectos como nido, y su Hijutsu usa a los insectos como arma. Son capaces de controlarlos y dejan que combatan por ellos. A cambio, deben ofrecer su chakra como comida.
-Y él es el sucesor del clan -dedujo Lee, viéndolo salir del área de combate.
Los ninjas médicos entraron, colocando al derrotado en una camilla blanca, ante la mirada de sus compañeros de equipo.
-Lo siento por tí, Zaku -murmuró Dosu.
-¿Por qué explotaron los brazos de Zaku? -cuestionó Kin a su compañero.
-Probablemente ese tal Shino hiciera que los insectos se acumularan en los conductos de aire de Zaku -decía, usando su teoría más lógica- Al disparar el Zankūha en ese estado, la energía buscó otra salida dentro de sus brazos. La descargó desde sus brazos, que quedaron inutilizados.
Ambos lo miraron desde arriba, cada quién con diferentes pensamientos en mente.
-Simplemente teníamos la misma misión, pero les devolveré el favor por tí -rió el de vendas para sí mismo.
Al otro lado, Kurenai suspiró, descargando la tensión de su cuerpo.
-*Que nervios pasé* -se decía.
-Vaya, ¡No sabía que Shino-san fuera tan fuerte! -la Uzumaki apretó un puño con determinación- Se lo tenía bien escondido, nunca sospeché nada. ¡Es genial!
-Siempre pensé que era raro, pero su técnica también es algo escalofriante. Aunque de todos modos, no le quita lo fuerte que es -Kiba estaba mirando al chico, que subía las escaleras.
El de lentes oscuros llegó junto a su equipo con parsimonia y tranquilidad, como si lo que acababa de hacer no fuera la gran cosa.
-Buen trabajo, Shino-kun -felicitó Hinata.
-Bien hecho -concordó Sakura- Creo que ya me estoy acostumbrando a tus insectos.
-Gracias. Espero lo mismo de ustedes -dijo secamente, antes de encaminarse al barandal e ignorar la mirada fulminante de la pelirrosa.
-*¡Cha! Regresó como si fuera el líder del equipo y luego de obtener una victoria absoluta. ¡Así nunca podré lucirme para que me promuevan a Chūnin y Sasuke-kun se enamore de mí!*
-Bien, comencemos el siguiente combate -proclamó el sensor.
Justo después de esas palabras, Kakashi apareció en una nube de humo detrás de sus Genin. Minato había llegado antes, y se escondía con discreción, esperando la oportunidad para llevarse a su hija por un momento.
-¡Kakashi-sensei! -Nozomi y Kiba voltearon inmediatamente al escuchar el ruido.
-Hola -saludó casualmente
-¡Nada de "Hola"! -le gritaron al mismo tiempo, abalanzándose a él- ¿Cómo está Sasuke? ¿Está bien?
-Sí, está durmiendo en el hospital -dijo, empujándolos con sus manos para quitárselos de encima- *Con escoltas del ANBU personal del Sandaime* -pensó.
Entonces, el tablón electrónico dio a conocer el siguiente combate. Tsurugi Misumi contra Kankurō.
-*Por fin me toca a mí* -se dijo el de Sunagakure, con una sonrisa confiada.
-*Kankurō subestima a su rival* -analizaba Baki, mirándolo estrictamente.
-*Idiota -pensó Gaara, mirándolo de reojo- Por muy débil que pueda parecer un enemigo, no debes bajar la guardia. Si pierde, el plan se va a complicar.*
Los oponentes bajaron al área de combate, listos para luchar. Nozomi observaba particularmente a Kankurō, fulminándolo infantilmente con la mirada.
-*Es él. El hermano de Gaara-kun y el que estaba ahorcando a Konohamaru -pensaba con un puchero enojado- Ojalá pase, porque quiero pelear contra él y darle unos buenos golpes.*
Los Genin se colocaron frente a Hayate, uno mirando al otro. Misumi fue el primero en hablar.
-A diferencia de Yoroi, no bajaré la guardia solo porque seas un mocoso -dijo al otro amenazante- Te lo advierto. Si mi técnica te atrapa, ríndete. Terminaré enseguida.
-En ese caso... -las vendas se deslizaron fuera de sus hombros, haciendo caer lo que tenía en la espalda- Yo también terminaré pronto.
-Que comience el tercer combate -ordenó el Gekko.
Mientras ellos se miraban retadoramente, Minato apareció en silencio detrás de su hija, tocando su hombro con cuidado. Ella se sobresaltó un poco, pero gracias a que todos tenían las miradas en el combate, pasó desapercibido. Sonrió feliz al ver a su padre, que, devolviendo el gesto, hizo unas pocas señas con la mano. Pedía que dejara un clon y lo siguiera, siendo obedecido y solo notados por Kakashi.
Caminaron por unos momentos por el pasillo, hasta que llegaron lejos de las miradas que pudieran posarse sobre ellos. Llegaron a una habitación blanca, y apenas cerró la puerta, el rubio se lanzó a abrazar a su hija.
-¡Uzu-hime! -la estrechó entre sus brazos, cuidando de no asfixiarla- ¡Felicidades por pasar las dos pruebas!
-¡Gracias, Otō-san! -la menor estaba feliz. Hacía seis días completos que no veía a su padre, pues el día del primer examen se había quedado hasta tarde en la oficina.
-Probablemente no debería decir nada de esto hasta que salgan los resultados oficiales, pero Ibiki me contó que habías roto el récord en el primer examen -acarició los rojos cabellos de su primogénita- Estoy orgulloso de tí. Bien hecho.
-¿Rompí un récord? -Nozomi estaba incrédula, pero se dejó caer al suelo de espaldas con un gran suspiro de satisfacción- ¡Toda la tortura valió la pena'ttebane! ¡Gracias a los millones de pergaminos que tuve que leer!
El mayor soltó una risita ante el dramatismo de su hija, tan parecido al de su madre. Sin duda eran idénticas una y otra.
-Sí, valió la pena -luego se agachó sobre sus rodillas para acercarse un poco, pasando al tema que más le interesaba- Uno de los sensores del examen se encontró con Orochimaru. Dijo que ustedes pelearon contra él. ¿Te encuentras bien? ¿Te hizo algo?
La expresión de la pelirroja se ensombreció rápidamente, en el recuerdo de su amigo sedado y encadenado como un vulgar preso. Llevó su mano al sello de su estómago, preocupando al Hokage.
-¿Alteró el sello del Kyūbi?
-Se llama Kurāma -corrigió desanimada- Creo que lo oí usar el "Gogyō Fūin". Ahora ya no puedo acceder a mi espacio mental, Kurāma está sedado y encadenado y mi chakra se salió de control. Está muy turbulento, y no puedo conseguir ni cerca de la cantidad precisa para un Fūinjutsu.
-Gogyō Fūin, ¿Eh? -Minato se pasó las manos por el cabello- Esto es malo. Un sello non sobre uno par, y lo que es peor, no había escuchado de él ni conozco el jutsu para anularlo. ¿Puedo verlo?
La Namikaze menor asintió, levantando su camisa para dejar ver el sello. Se mostraba claramente el Hakke Fūin y encima el Gogyō Fūin, la mezcla que alteraba ambos chakras en un mismo cuerpo.
-Como sospechaba -suspiró- Aunque algo bueno sale de todo esto. Debo enviarle una carta a Jiraiya-sensei para que venga pronto, es el único en el que confío para este trabajo, y además me enseñó casi todo lo que sé. Podrás ver a tu padrino, Nozomi.
-¿¡Tengo un padrino?! -exclamó, incrédula.
- Parece que toda la familia se esta reuniendo, ¿No lo crees? -el ojizafiro mayor sonrió de buena gana- Yo, Jiraiya-sensei y Kakashi me dijo que trajiste a cierta invitada de Kusa.
La menor lo recordó repentinamente, levantándose de un salto.
-¡Sí! ¡Karin-chan también es del Clan Uzumaki! ¡Es una chica genial! ¡También tiene habilidad de sensor y chakra curativo!
-¿Puedes llevarme con ella?
Nozomi asintió, muy contenta. Solo esperaba que su prima pudiera quedarse con ellos, pues la sentía como una hermana menor a la cual proteger. No quería que siguiera sufriendo, ya había tenido suficiente a la corta edad de doce años.
Salieron de la habitación, caminando por el estrecho pasillo una vez más. La pelirroja los conducía al lugar en donde se habían quedado a descansar, pues había dejado ahí a su prima, a la espera de ellos al terminar los combates. Se había asegurado de que estuviera lo más cómoda que pudo, aunque ella le dijo que no era necesario.
Cuando entraron a la sala, Karin estaba enfrascada en uno de los pergaminos que la mayor le había dado, específicamente uno acerca del Fūinjutsu Uzumaki y el originario de Konoha. Volteó inmediatamente al sentir el chakra familiar junto con otro desconocido. Vio a su prima junto a un hombre rubio que se le parecía un poco. Analizando su chakra con la habilidad especial que tenía, supo que no tenía malas intenciones hacia ella, pero no le respondía la duda de quién era.
-Karin-chan, ¿Cómo estás? ¿Tienes hambre? ¿Te sigue doliendo algo? ¿Estás aburrida? -Nozomi la bombardeó a preguntas, mientras se acercaba a toda prisa. No podía evitarlo, el instinto de hermana mayor que no sabía que tenía siempre salía a la luz cuando la ojiroja se encontraba cerca.
-Me encuentro bien, Nozomi-chan -sonrió, apenada y moviendo sus manos, en ademán de que no se preocupara. Posó su vista en el mayor, que observaba todo, algo divertido- ¿Quién es él?
-Dije que íbamos a ayudarte, ¿No es así? -tomó la mano de la de lentes y la levantó con suavidad, llevándola con ella y apuntando a su progenitor con el pulgar- Él es mi papá, Namikaze Minato. Es el Hokage, así que ten por seguro que estarás bien.
-¡E-Es un honor, Minato-sama! -la chica hizo una reverencia hacia él- *Debo dar una buena impresión, el que me quede o no depende de él.* -pensaba, muy nerviosa. O eso hasta que sintió una mano en su hombro, ya curado gracias al chakra sanador.
-No debes preocuparte ya, Karin-chan -la tranquilizó amablemente- Si así lo deseas, puedes quedarte en Konoha. Tu vida será tuya de ahora en adelante, como siempre debió ser.
-¿S-Seré libre? -preguntó, esperando la confirmación que tanto ansiaba.
-Ya lo eres -afirmaron los Namikaze al mismo tiempo.
La niña sonrió de manera radiante y festejó la noticia alegremente. Se acabó el ser usada. Se acabó el miedo. Se acabó el ser una esclava. Ahora era tan libre como los pájaros en vuelo. Aunque su pequeña celebración se vio interrumpida por una duda que debía ser resuelta pronto.
-Por cierto, ¿Dónde me voy a quedar? -preguntó, sobando su nuca con algo de pena.
-En una situación normal, te daría un departamento para que vivas ahí, pero...
-¡No! ¡Déjala quedarse con nosotros! ¡Anda, Otō-san! -la ojizafiro menor se aferró de manera un poco infantil a su prima, para nada dispuesta a que la separaran de ella y poniendo sus mejores ojos de cachorro mojado bajo la lluvia- ¡Por favooor!
Los otros dos rieron un poco por su actitud. Uno pensó que se parecía a su madre, mientras que la otra se sentía cada vez más conforme con la idea de quedarse en la aldea. Tenía a alguien que se preocupaba por ella como solo sus padres hicieron alguna vez.
-¿Qué dices, Karin-san? -preguntó el mayor gustosamente.
-¡Sí por favor! -la Uzumaki menor tenía los ojos brillantes y juntaba las manos.
-Entonces, no se diga más. Uno de mis clones te llevará a nuestra casa, te dará una habitación y nosotros nos reuniremos contigo cuando acabe esta prueba.
Ambas asintieron, emocionadas. Minato hizo aparecer un clon, que tomó a la niña por los hombros y ambos se transportaron con el Hiraishin a la mansión Namikaze-Uzumaki. Nozomi volteó hacia su padre, con los ojos bañados en agradecimiento. Esa acción había significado mucho para ella, y el rubio lo sabía sin necesidad de palabras.
-No es nada Uzu-hime -sonrió suavemente mientras acariciaba la mejilla de su hija- Ahora será mejor que regresemos antes de que se den cuenta de que dejamos clones en lugar de nosotros.
-¡Si!
Volvieron sobre sus pasos hasta llegar al umbral que daba al palco, usando ese instante para intercambiarse con sus clones usando jutsu de sustitución y recobrando sus recuerdos al disiparlos.
A esas alturas, el combate estaba a punto de terminar. Tal parecía que Kankurō era un titiritero, que había usado su marioneta para capturar a su oponente. Se hizo pasar por la marioneta mientras la marioneta tomaba su lugar. Así, cuando Misumi capturó a "Kankurō", el verdadero aprovechó para capturarlo desde su escondite sin posibilidades de escapatoria. La marioneta y el capturado se desplomaron en el suelo cuando el segundo se desmayó.
-El oponente ya no puede pelear, así que el vencedor es Kankurō -proclamó Hayate.
-No es justo que sean dos contra uno -se quejó Kiba a su maestro- ¿Se puede hacer eso Kakashi-sensei?
-No tiene nada de injusto. Es una marioneta -explicó sin darle mucha importancia.
-Se llama Kugutsu no Jutsu dattebane -acotó la Uzumaki- Controla la marioneta mediante hilos de chakra. Es una herramienta ninja como los shuriken y los kunai. Imagina mis cadenas de chakra, en forma de hilo, saliendo de mis dedos, es así.
-Ya veo -frunció un poco el ceño.
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¡Listooo! Omití el combate de Shino y Kankuro para solucionar las situaciones de Karin y Sasuke. ¿Adivinan de quién es el combate que sigue?
Tsuki-san ¡Se va!