Mis ojos son incapaces de apartarse de esa cabellera rubia que se mueve por todo el café con completa tranquilidad, me gusta observar cada uno de sus elegantes movimientos, la forma en la que sus pequeñas manos toman las tazas de porcelana con delicadeza, o la forma en la que sus piernas se mueven con cada bendito paso que da logrando que sus muslos tan atrayentes se rocen entre sí una y otra vez logrando arrancarme más de un suspiro.
Park Jimin desde la primera vez que lo vi lo supe a la perfección, lo quiero para mi, quiero que esas pequeñas manos se aferren a mi con fuerza, quiero esos hermosos muslos temblando bajo mi tacto, quiero esos labios susurrando incoherencias en mi oído o demasiado ocupados besando los míos como para formular algún sonido.
Observo disimuladamente el reloj que adorna mi muñeca con elegancia, las agujas marcan las seis y veintidós minutos de la tarde indicando que faltan menos de veinte minutos para finalmente poder irme de este lugar con mi rubio de compañía, por primera vez vamos a ser solo nosotros dos, vamos a sentarnos a hablar con tranquilidad y se perfectamente que esta es la primera y ultima oportunidad que tengo para hacer que se interese en mi por completo, eso es todo lo que necesito de su parte, interés, porque el interés despierta a la curiosidad y en cuanto lo hace no hay marcha atrás.
Tengo todo tan perfectamente planeado que se de sobra que absolutamente nada va a salir mal, el plan es simple, vamos a ir a una de loas tantas franquicias de alguna empresa que dependa completamente de Jeon Enterprice, NOVa es el lugar que elegí, no es nada elegante, es muy espacioso, y entre todas esas personas en su propio mundo, ni siquiera por un segundo Park Jimin va sospechar de que más de la mitad son guardaespaldas que pedí específicamente para la ocasión.
En cuanto al tema de conversación tengo más que decidido que voy a dejar que él tenga el control, porque se a la perfección que tiene demasiadas preguntas que hacerme y yo se que no voy a responder ni una sola de la forma en la que él quiere que responda, porque eso significaría saciar su curiosidad y yo solo quiero que aumente, que sea tan grande que hasta sea él quien pida que nos veamos.
Es entonces, justo cuando estoy perdido en mis pensamientos que una mano apoyándose sobre mi hombro con delicadeza me obliga a girar mi rostro con una confusión que desaparece casi de inmediato en cuanto el rostro de Park Jimin aparece frente a mi a tan solo unos pobres centímetros de distancia que logran que mi garganta se seque al instante.
-Señor Jeon, la persona que cambia el turno conmigo llego temprano así que mi jefe me permitió salir ahora, voy a cambiarme y nos vamos ¿Le parece bien?
Sus palabras salen de sus labios en un susurro que logra que una sonrisa se forme en lo míos, nuestros ojos parecen jugar a que el primero en parpadear es el gran perdedor de esta pequeña batalla, su mano sigue en mi hombro, su cuerpo sigue inclinado a mi lado mientras su rostro esta tan cerca de mi que soy capaz de identificar cada pequeño detalle de él, incluso si me concentro se que sería capaz de contar cada una de sus pestañas sin dificultad alguna.
-Me parece perfecto, Jimin-Ssi.
Le respondo en el mismo tono en el que él me hablo hace tan solo segundos, una sonrisa de lado se dibuja en sus labios mientas asiente satisfecho en mi dirección para finalmente pararse recto, sacar la mano de mi hombro y empezar a caminar lejos de mi, y sus piernas hacen nuevamente ese hermoso movimiento que me hace suspirar, debo ser honesto, mi rubio tiene el mejor trasero que vi en mi vida, pero de pronto la sonrisa se borra de mis labios en cuanto siento la mirada penetrante de alguien sobre mi, de inmediato elevo mi rostro hacía la izquierda ya que de ahí siento que me están mirando, y encuentro al curioso casi enseguida, un anciano con anteojos y cara de pocos amigos me observa desde el balcón de la cafetería al cual solo puede entrar personal autorizado, se perfectamente de quien se trata de Song Min Seok o abuelo Song como a Park Jimin le gusta llamarlo, y tal vez sea porque realmente lo considera un abuelo, la verdad no me interesa demasiado, pero se que no me conviene tenerlo de enemigo, no cuando se que es una de las pocas personas que pertenece al círculo social de mi rubio.
Decido ignorar su mala mirada y simplemente hacerme el desentendido mientras sonrío en su dirección y asiento en forma de saludo para hacerle entender que soy completamente consciente de que me esta observando, y en respuesta recibo un pequeño asentimiento, una última mirada fija, casi como si estuviera tratando de escanearme de pies a cabeza, y finalmente se da media vuelta y desaparece de mi vista, vuelvo a poner mis ojos sobre mi taza de café vacía hace ya varios minutos, nuevamente observo mi reloj marcando las seis y cuarenta y cuatro de la tarde, se que Park Jimin va a salir en cualquier minuto y eso solo logra que las expectativas que tengo se hagan más y más grandes con cada segundo que pasa.
Aparece por el mostrador y sale con tranquilidad caminando en mi dirección, me tomo el precioso tiempo de escanearlo de pies a cabeza sin perderme un solo detalle de su esbelto cuerpo, lleva una camisa blanca sin botones pero con un cuello bastante abierto que me permite ver sus clavículas y ese pequeño tatuaje en una de ellas en el que puedo leer perfectamente dos palabras "Memento Mori", recuerda morir, recuerda que morirás, una sonrisa se forma en mis labios en cuanto me imagino besando esa zona, y mi vista sigue bajando, esos pantalones negros y engomados delinean sus piernas de una forma simplemente perfecta haciéndome suspirar, y finalmente esas zapatillas sin cordones que me demuestran perfectamente que no tiene planeado ir a algún lugar elegate conmigo.
-Si...estos pantalones me quedan demasiado bien, no puedo culparlo, señor Jeon, pero aún así debo decirle que mis ojos están arriba, más precisamente en mi rostro.
Pronuncia de una forma demasiado sarcástica en cuantos sus pasos se frenan a algunos centímetros de mi mesa.
-Que curioso, estaba a punto de halagar la forma en la que le quedan esos pantalones, Jimin-Ssi ¿Nos vamos?
Le pregunto notando como una risita burlo se escapa de sus labios debido a mi respuesta.
-Estoy ansioso por descubrir a donde me va a llevar.
Afirma mientras me paro de mi lugar, noto como sus ojos me observan de arriba a bajo sin preocuparse ni un poco por disimular, ambos somos perfectamente conscientes de la tensión sexual que existe entre nosotros, de la misma forma en la conocemos el hecho de que en algún momento esa maldita pero hermosa y adictiva tensión va a tener que ser saciada en algún momento, el problema es quien va a ser el primero en admitirlo, quien de los dos va a ser el primero en ceder, quien va a perder la paciencia más rápido, sabemos todo eso y además tenemos muy en claro que la salida de esta noche nos va a dar esas respuestas que estamos buscando.
Lo de hoy no es una cita ni una salida casual, es una prueba de fuego en la que ambos vamos a tentar al contrario constantemente con el único propósito de llevarlo al limite, pero ¿Quién es el que marca esos limites? ¿Quién es el que decide cuando es que se cruza? la respuesta es simple, el perdedor, porque el límite va a ser marcado en el momento en el que uno de los dos decida que ya tuvo suficiente y necesita cortar con la tensión que siente que lo recorre de pies a cabeza, y debo ser honesto...estoy preocupado porque se que la paciencia no es mi punto fuerte, cuando quiero algo lo quiero en ese mismo instante, no me gusta esperar ni siquiera cuando dicen esa mierda de que lo bueno lleva tiempo, no me interesa.
Lo quiero todo, y lo quiero cuando yo lo diga, pero se perfectamente que con Park Jimin no funciona de esa forma, no es tan fácil como que se sienta atraído hacía mi, no es tan sencillo como dejarlo maravillado con mi fortuna y un cheque con muchos ceros en el, si fuese tan fácil ni siquiera me encontraría caminando a su lado hacía mi Lamborghini rojo, si fuese tan sencillo como darle un mísero cheque de varios millones entonces ni siquiera valdría la pena, lo que Park Jimin quiere es sentir que la vida es interesante y mierda que se lo voy a hacer sentir.
Saco las llaves de mi auto del bolsillo trasero de mi pantalón, él sonríe en cuanto nota como las luces del Lamborghini parpadean indicando que acaba de ser abierto, frena sus paso frente a mi auto me observa con una ceja elevada y una sonrisa burlona en los labios, se exactamente lo que esta pensando con tan solo mirarlo a los ojos.
-No, Jimin-Ssi, no soy narco se lo aseguro.
Afirmo abriendo la puerta de mi auto mientras el se sube en él sin borrar la sonrisa burlona que ahora se hizo más grande.
-¿Sabe, señor Jeon? Eso es exactamente lo que diría un narco.
Me responde causando que una gran y sincera carcajada se escape de mis labios mientras el se encarga de cerrar la puerta del auto, y ese detalle no pasa ni un poco desapercibido para mi, sabe perfectamente como cerrar la puerta de un Lamborghini osea que definitivamente no es la primera vez que se sube en uno.
Con tranquilidad rodeo mi vehículo para finalmente subirme en el asiento del conductor, observando como él ya se encuentra bajando la ventanilla de la puerta mientras enciendo el motor para finalmente salir de ahí a toda velocidad, se que no le importa ni un poco en el instante en el que puedo ver como sonríe de reojo, le gusta la velocidad, le gusta la adrenalina y lo entiendo perfectamente, a las personas como nosotros son las cosas que pueden matarnos esas logran hacernos sentir vivos.
Un semáforo en luz roja me obliga a frenar logrando que pueda tomarme algunos segundos para decirle esas palabras que tengo ganas de vomitar desde que lo vi por primera vez, justo en este semáforo, justo donde estamos ahora pero esta vez él no camina sin notarme, esta vez él esta a mi lado siendo completamente consciente de mi existencia, y esa es la mejor prueba de que obtengo absolutamente todo lo que quiero.
-Jimin-Ssi.
-¿Si, señor Jeon?
Sus ojos se clavan en los míos con intensidad, sus labios gruesos y rosados me tientan con cada segundo que son observados por mi, su sonrisa me hace saber que de una forma sabe perfectamente lo que estoy a punto de decir, de la misma forma en la que yo se cual va a ser su santa respuesta.
-Te quiero.
Ambos lo sabemos de inmediato, no me refiero al sentido romántico o sentimental del verbo querer, ,e refiero a posesión, a pertenencia, lo quiero para mi, que sea mío y de nadie más, y él lo entiende porque su sonrisa burlona vuelve a aparece en todo su esplendor, ni siquiera por un maldito segundo pensó que podría estar refiriéndome al ámbito sentimental, fue completamente capaz de entender que quiero que sea mío, lo sabe desde la primera vez que nuestros ojos se cruzaron.
-Entonces...intente conseguirme.
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BUENOOOOOOOOOOO HASTA ACÁ POR HOY
Mañana le toca a Rain si q si, hasta mañana tkm very muchou💛 y nuevamente gracias por esperarme