❝Boda, parte I❞
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Agosto 1978.
Sirius se veía reflejado en el espejo de su cuarto en la mansión Potter.
Estaba realmente pálido, sudaba como si estuviera haciendo muchísimo calor y a penas y se acordaba de su nombre.
Vio el traje negro colgado tras de él y sintió unas enormes ganas de vómitar, él ya se había duchado, pero veía su ropa sin saber que hacer con ella.
Ni siquiera se acordaba para qué servían los calcetines, su mente estaba en cualquier otro lugar, menos en la casa Potter.
-Hijo los calcetines van en los pies- Le dijo Fleamont entrando.
Sirius no respondió, sentía su corazón en la garganta.
-Ven, hijo, siéntate con tu viejo padre- Pidió el señor Potter sentándose en la cama de Sirius.
El chico lo siguió aún con su mirada pérdida .
-¿Qué sientes?- Preguntó Fleamont.
-Siento que todo va a cambiar hoy- Confesó Sirius.
-Es lo que va a pasar ¿Acaso te estás arrepintiendo?-
-¡No! Por supuesto que no- Respondió de inmediato Sirius volviendo a la realidad - Yo... He estado enamorado de Alessandra Di Lessio desde que tengo 12 años papá, ahora es mi prometida y en unas horas voy a ser esposo de la mujer de mi vida y ¡No recuerdo donde van mis calcetines!-
Fleamont trató de contener la risa, pero realmente no podía hacerlo así que se burló en la cara de su hijo mayor.
-¡No te burles papá!- Pidió el de ojigris desesperado.
-Hijo mío, no me burlo es solo que... Bien te voy a contar un secreto. El día que me casé con tu madre yo... Yo no me acordé de ponerme ropa interior-
Sirius hizo una mueca de incomodidad y se levantó, revisó que tenía ropa interior y se puso el pantalón.
-OK, tacha eso de la lista- Le dijo Sirius una vez tenía puesto la parte de abajo de su traje.
-Muy gracioso Sirius- Le respondió Fleamont serio- Pero hablando ya en serio, lo que quiero decir es que lo que sientes en este momento, el temor de que algo salga mal, es correcto-
-¿Y si ella se arrepiente y no llega?-
-Alessandra jamás haría eso y de hacerlo yo ya estaría enterado porque James estaría riendo por toda la casa-
Sirius sonrió y asintió volviendo al lado de su padre con algo de nervios.
-Tienes razón, Ciervo traidor- Murmuró Sirius.
-Sirius, todo va a salir bien hijo, mientras no insistas entrar en tu forma de perro porque eso haría que a tu madre le dé algo-
Sirius hizo una cara de decepción, el sí quería entrar como perro.
-Ahora que lo recuerdo, quería darte algo- Explicó Fleamont.
El hombre sacó una cajita roja de terciopelo y se la dio a Sirius que la vio extrañado.
-Son los gemelos que utilicé el día de mi boda- Contó el mayor.
Sirius abrió la cajita y dentro habían unos preciosos gemelos dorados con las iniciales "P. B"
-Mande a que le pusieran la B, ya que Black también es tú apellido- Explicó Fleamont, pero Sirius no lo dejó terminar antes de abrazarlo- Es una tradición en nuestra familia que todos los miembros varones utilicen estos el día de su boda y ahora te toca a ti, luego a James y luego a Regulus y así moriré feliz sabiendo que mis tres hijos tienen unas maravillosas esposas y grandes familias-
-No digas eso como si te fueras a ir pronto- Pidió Sirius secando una lágrima- Tú vas a estar vivo para conocer a tus muchos nietos, te lo prometo-
-Eso espero hijo, eso espero- Fleamont se levantó y vio a Sirius- Ponte ropa hijo- Dijo antes de salir.
Sirius comenzó a vestirse rápidamente siguiendo las indicaciones de su padre y al finalizar, con mucho orgullo, se colocó los gemelos en las manillas del traje.
Sintió la necesidad de recorrer una vez más esa casa que se había convertido en su hogar y que le brindó una familia.
Salió de su habitación, sabía que casi nadie estaba ahí hoy porque la boda sería en su futuro hogar con Alessandra, Castelbury, el hogar ancestral del Fénix.
Caminó habitación por habitación y se detuvo viendo con nostalgia la habitación de James, fue el primer lugar de esa casa en el cual se sintió el mismo por completo.
Recordó el primer verano que pasó allí, todas las veces que el, James, Remus, Fede, Peter y Alessandra se quedaban hasta las 6 de la mañana haciendo competencia de quien se dormía al último, él siempre ganaba.
Pero no ganaba por gusto, él solo no quería dormir porque pensaba que era un sueño demasiado perfecto estar ahí feliz con sus amigos y los padres de James que lo amaban tanto.
Pensaba que si dormía despertaría en su antigua casa escuchando los gritos de sus padres, siendo ignorado por su madre y criticado por su padre, pero eso jamás pasó, él siempre despertaba en esa casa rodeado de personas que lo aman.
Cerró la puerta de la habitación de James con cuidado y siguió su camino llegando así a la habitación donde el árbol familiar de los Potter se encontraba.
Al entrar siguió con sus dedos los linajes que lo llevaron hasta sus padres adoptivos, Fleamont y Euphemia Potter.
Leyó con cariño los nombres escritos y vio con amor lo que Euphemia había hecho hace unos años cuando el y Regulus pasaron a ser parte de su familia, ella los había añadido al árbol.
"Fleamont y Euphemia Potter
Hijos:
James Charlus Potter
Sirius Orión Black- Potter.
Regulus Arcturus Black- Potter"
El sonrió leyendo aquello y trazo con sus dedos las líneas que unían su nombre al de los señores Potter.
-Naciste en la familia de otro, pero siempre fuiste un Potter- Le dijo Euphemia llegando junto a él.
-¿Cómo sabías que estaba aquí?-
-Siempre que quieres sentirte a salvo vienes aquí mi cielo- Le respondió ella abrazándolo.
-Hoy dejó atrás mi hogar mamá- Recordó Sirius- Yo quería verlo por última vez antes de irme-
Sirius se aseguró de grabar cada recuerdo de aquel tapiz en su mente y sonrió una vez lo logró.
-No es como si no fueras a visitarme- Recordó la mujer.
-Me refiero a que es la última vez que lo voy a recorrer como habitante- Explicó Sirius.
-Está siempre va a ser tu casa mi amor, solo que hoy vas traer una nueva integrante-
-Alessa es más miembro de esta casa que yo, o que James-
-Bueno en eso tienes razón-
Euphemia tenía los ojos llorosos antes de abrazar a Sirius.
-Siempre vas a ser mi bebé-
-Y tú siempre vas a ser mi madre-
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Castelbury.
Alessandra estaba sentada en su cama, en la habitación que había decorado junto a Sirius para que fuera, a partir de hoy, la que usará por el resto de su vida.
Sentía su corazón latir tan rápido que podría jurar que no se escuchaban los latidos. El espejo de casi tres metros que estaba en la pared de enfrente le hacía saber que se veía horrible en este momento.
-¿Te vas a quedar ahí todo el día o...?- Preguntó Lily entrando.
-Quiero vómitar- Confesó la rubia.
-Sabía que esto pasaría, tu y el chucho no dejan de hacerlo como...-
-¡Liliane! ¡No estoy embarazada!- Le regañó Alessa.
Lily sonrió y se acercó a ella, tomó su mano con él dedo meñique entrelazado como dos niñas.
-¿Qué tienes rubia?-
-Yo... No puedo creer que esta sea la última vez que me vea al espejo diga que soy Alessandra Di Lessio, Roja ¿Qué pasa si él no llega?-
Lily soltó una carcajada y se sentó al lado de su mejor amiga.
-Sirius JAMÁS haría eso, al menos no a ti y... Me imaginé a James, a Remus, a Fede, Reggi, Amy, Alaric y papá Enzo junto a Fleamont corriendo tras de él-
Alessa sonrió ante esa imagen mental y asintió dando a entender que sí pasaría.
-James lo mataría, después lo revive para volver a matarlo, después lo revive de nuevo y lo trae aquí para que se case contigo- Terminó Lily.
-Sí... Pero no me gustaría ver a mis dos chicos peleando- Contestó Alessa.
-Voy a fingir que eso no me dolió- Dijo Fede entrando.
Lily se sintió de repente bastante incómoda en medio de las miradas de los hermanos Di Lessio.
-Voy a ir por los demás y volveré con las cosas para arreglarte- Se excusó la pelirroja antes de salir.
Fede se acercó a su hermana y se sentó junto a ella.
-Peleamos- Comenzó.
-Por culpa de tu esposa- Recordó Alessa.
-Lo sé, lo eché todo a perder Lessa-
-Lo hiciste- Alessandra se volvió hacia el y tomó su rostro para que la viera- Pero aún eres mi hermanito-
-Y tú siempre vas a ser mi hermana mayor, siempre vas a ser lo más importante en mi vida Alessandra-
Ella sonrió y secó las lágrimas de su hermano para luego besar su mejilla.
-Y tú siempre vas a ser mi pequeño, pero debes entender que no me puedes obligar a querer a tu esposa-
-Antes te agradaba-
-Sí, pero quien se mete con Lily se mete conmigo- Recordó la rubia.
-No te voy a pedir que la quieras Les, solo que la toleres, por mi-
Alessa sonrió y fingió pensarlo antes de saltar sobre su hermano y que ambos terminarán tirados en la cama.
-A ti jamás te podría negar nada F-
-Lo sé A, lo sé-
Fede ayudó a Alessa a levantarse y una vez ambos estuvieron de pie la abrazó.
-No importa que a partir de hoy lleves otro apellido, tu siempre vas a ser mi otra mitad-
-Y tú la mía hermanito-
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Alessandra Di Lessio veía su vestido, ya puesto en su cuerpo, en el espejo.
Era justo como ella lo había soñado, era tal y como ella era.
-Te ves preciosa- Alagó Marlene, ella tenía los ojos llorosos.
-Te ves perfecta- Corrigió Alice que si estaba llorando.
-Ya que si lloran ustedes, lloró yo- Recordó Lily.
Las tres utilizaban un vestido color rojo igual, pues todas eran damas de honor, salvo Lily que era la madrina.
-Ay no me digan que estan llo..-
Amy se quedó en la puerta, ella también utilizaba un vestido rojo. La menor de los Di Lessio veía a su hermana con orgullo y una sonrisa.
-Se ve que te bañaste- Le dijo tratando de contener sus lágrimas.
-Hay deja la máscara, ven aquí peque- Le respondió su hermana.
Amy no tardó en llegar junto a ella y abrazarla con todas su fuerzas.
-Cuidado con.... El vestido- Dijo Lily, pero ambas se hermanas estaban fundidas en un abrazo.
-Las vemos abajo- Se despidió Marlene sacando a las otras dos.
-¡No arruines mi obra de arte llorando!- Le dijo Alice a Alessa antes de irse.
Ambas Di Lessio se separaron y vieron a los ojos.
-¿Vas a estar bien sin mi?- Preguntó Alessa.
-No realmente, pero no te vas a morir, solo a casarte... Bueno son sinónimos-
-Le diré a Reg que dijiste eso-
Ambas se rieron ante eso, no es como si no fueran a verse, son hermanas casadas con hermanos.
-Bueno, al menos tendremos el mismo apellido- Se burló Amy.
-Y aunque no lo tuviéramos siempre vas a ser mi hermanita Amelia, hasta el último de los días yo voy a cuidar de ti ¿Entendido? Siempre has sido una espina en mi trasero, pero eres una espina que no quiero sacar-
Amy le sacó la lengua a su hermana y arrugó el ceño.
-Te amo Alessa-
-Y yo a ti chica Reg-
Amy salió de la habitación justo cuando sus padres entraban. Anne tenían ya los ojos llenos de lágrimas.
-Mi bebé- Dijo abrazando a su primogénita.
-Estaré bien mamá-
-Yo sé eso, pero aún así eres mi bebé-
Alessa sonrió mientras su madre le daba un último beso en la mejilla.
-¿A dónde vas?- Preguntó Enzo cuando Anne se iba.
-Se bien que es el momento de Alessa y papá-
La mujer salió y cerró la puerta después de decir esto.
Lorenzo Di Lessio estaba ahora llorando sin importarle nada mientras abrazaba a su hija.
-Gracias por ser mi más grande regalo mi amor-
-Gracias por ser siempre el ejemplo del hombre perfecto, papi-
-Hoy estoy tranquilo ¿Sabes porqué?- Alessa negó- Porque te estoy entregando a un hombre maravilloso que te va a cuidar hasta su último aliento-
-Igual que tú, yo... Yo jamás dejaré de verte como mi Rey en brillante armadura papi-
-Y tú siempre vas a ser mi princesa, mi mayor orgullo... Mi pequeña Alessa-
Enzo jamás había ocultado quien era su favorita entre sus hijos y ellos jamás lo habían olvidado, pues Alessandra no sólo sería su primera hija hasta el fin de sus días, sino también la dueña de su corazón.
-Te esperé afuera- Le dijo Enzo cuando se separaron.
-¿De qué hablas ya casi es...-
Alessa dejó de hablar cuando sintió una presencia tras la puerta, una que conocía muy bien.
-Sí... Yo no soy el hombre más importante en tu vida, no desde que tenías 11- Le dijo en burla Enzo.
El señor Di Lessio salió de la habitación de su hija y de inmediato entró alguien en ella.
Alessandra no esperó a que él se acercara antes de abrazarlo con todas sus fuerzas.
-Lo sé... Yo también te amo- Le dijo James recibiendo a la chica en sus brazos.
-¡Está mañana desperté y no estabas ahí!- Regañó Alessandra.
-Tuve que irme... Tenía que pensar unas cosas princesa, pero te juro que no volverá a pasar-
Alessandra sintió su corazón romperse con la siguiente frase.
-Porque ya no vamos a volver a amanecer juntos- Recordó.
-No... Eso no va a pasar, tu y yo somos un combo y ellos lo saben, si vas tú voy yo y si voy yo vas tú-
-¿Y qué harás? ¿Pasar la luna de miel con Sirius y conmigo?- Bromeó.
-Bueno no es una mala idea, podría ir, hay mucho espacio en el avition-
-¡Avión!- Corrigió Alessa.
-Esa cosa que es igual a una escoba, pero grande-
Alessa comenzó a reír mientras negaba con la cabeza.
James la vio por unos segundos antes de abrazarla de nuevo.
-Nunca te habías visto más perfecta-
-Yo también te amo-
James sabía que él no necesitaba decirlo, no tenía que decir las cosas de la manera que se espera para que Alessandra lo comprendiera, él solo las decía y ella sabía a que se refería.
-Nada va a cambiar entre tu y yo- Le explicó Alessandra.
-¿Lo prometes?-
-Somos tu y yo para siempre Jamie, no hay una Alessandra Di Lessio o Alessandra Black sin un James Potter-
-Bien, porque jamás podría sobrevivir en un mundo donde no existes, jamás lo he hecho. Tu naciste antes y ya esperabas por mi, así que no pienso hacerlo ¿Entendido?-
-Entendido, vamos, es hora-
Ambos salieron de la habitación listos para la siguiente aventura.
James la vio por unos segundos, quería decirle, pero no lo hizo... No iba a arruinar su felicidad.
Nota:
Capítulos emotivos se vienen, me dueleeeee💔
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Listos para el final?
Jamie... 🥺❤️
Alessa y Sirius son tal para cuál. 🛐
Enzo y sus preferencias. 😂
¿Teorías?