𝕱𝖔𝖗𝖊𝖛𝖊𝖗 𝖆𝖓𝖉 𝖆𝖑𝖜�...

By MaraxGrindelwald

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ғᴏʀᴇᴠᴇʀ ᴀɴᴅ ᴀʟᴡᴀʏs | Blair Maddison Granger, es una chica muy hermosa e inteligente, a quien lastimaron y le... More

‒ ᴘʀᴏʟᴏɢᴏ
[ EL CÁLIZ DE FUEGO ]
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[ LA ORDEN DEL FÉNIX ]
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By MaraxGrindelwald


Todos en el estadio gritaban, cantaban y celebraban al ver llegar a Cedric y Harry. Blair miraba entre aliviada y emocionada al ver a sus amigos aparecer pero dejo de aplaudir cuando vio que Harry lloraba y Cedric no se movía, el grito de Fleur Delacour le confirmo lo que temía.

-Algo anda mal...- le susurro a su novio y vieron como Dumbledore corría hacia el azabache intentando alejarlo de Cedric pero Harry se aferraba a él como si fuera a desaparecer.

La música y los aplausos cesaron, todos miraban en silencio hacia donde ambos campeones y Dumbledore se encontraban.

-Blair, no...- Bill intento agarrar a su novia pero con un ágil movimiento bajo rápido de las gradas y corrió hasta donde se hallaba el cuerpo de su amigo.

-A vuelto. A vuelto, Voldemort, a vuelto.- sollozo Harry.- Cedric me pidió que trajera su cuerpo. No podía abandonarlo, no ahí.

-Tranquilo, Harry.- Blair ahogo un grito he intento acercarse hasta ambos chicos pero sus piernas no se lo permitieron y cayó de rodillas al suelo.

-¡Déjenme pasar!- grito Amos Diggory bajando de las gradas.- ¡Déjenme pasar!. ¡Mi hijo!- sollozo cayendo junto a él.- ¡Es mi muchacho!. Es mi hijo...- como pudo Blair se acerco a Amos y lo abrazo, el hombre lloraba mientras todos miraban expectantes.- Es mi muchacho... Mi hijo...

Amos se separo de Blair y volvió a mirar a su hijo, Bill se acerco a su novia y comenzó a hablarle pero esta no le hacia caso, estaba en shock mirando el cuerpo inerte de su mejor amigo frente a ella.

-Blair... Amor tranquila, ven...- Bill la ayudo a levantarse y salieron del lugar seguidos por los demás Weasley y Hermione.- Tranquila amor.- susurro Bill dejando un beso en su cabeza mientras de fondo se escuchaban los gritos del Sr. Diggory.

El camino al castillo fue silencioso, nadie dijo nada. Blair seguía en shock, repasando una y otra vez en su cabeza todo lo que acababa de pasar. Freno en seco y todos voltearon a verla, ya se encontraban en uno de los pasillos del castillo y Hermione se acerco a ella, al mismo tiempo que caiga al suelo llorando.

-Blair...- susurro su hermana abrazándola.- Esta bien, suelta todo. Esta bien.- susurro acariciando su cabellera castaña, Molly ahogo un sollozo mirando a su nuera llorar.

Los gemelos y Ron la miraban preocupados, no era la primera vez que la veían en ese estado. Pero a ninguno le gustaba ver a su amiga llorar, a ninguna de ellas.

Bill se acerco hasta ella colocándose del lado contrario y miro a Hermione quien asintió, la cargo como en brazos para dirigirse hacia la enfermería donde se encontraba Harry. Su sorpresa fue grande al no verlo, pero segundos después ingreso junto a McGonagall.

-¿Cómo esta?- La profesora McGonagall miro a Blair quien estaba en una camilla dormida siendo abrazada por Bill.

-Acaba de dormirse, Madame Pomfrey le dio un calmante.- hablo Hermione.- Estaba en shock, reacciono cuando pisamos el castillo.

-¿Se controlo?- pregunto la profesora y la menor Granger asintió, ante la mirada confusa del Weasley mayor.

-Harry, ¿Tú como estas?- La Sra. Weasley se acerco a el azabache quien tenia la mirada perdida.

-Sera mejor darle su espacio.- hablo McGonagall.

-Voldemort, a vuelto...- soltó Harry y muchos en el lugar se tensaron ante el nombre pero se sorprendieron por lo ultimo.

A vuelto.

(...)

Blair despertó en medio de tal calidez y somnolencia que no abrió los ojos, esperando volver a dormirse. La sala seguía a oscuras: estaba segura de que aún era de noche y de que no había dormido mucho rato.

Luego oyó cuchicheos a su alrededor.

-¡Van a despertarla si no se callan!

-¿Por qué gritan así? No habrá ocurrido nada más, ¿no?

Blair abrió perezosamente los ojos. Junto a ella se encontraban, su hermana y su novio. Volteo levemente la cabeza viendo a Harry en la camilla de al lado y junto a él estaba la Sra. Weasley. Parecía que ninguno de los presentes había notado que ellos despertaron.

-Es que actuaba según las instrucciones de Voldemort, Cornelius -dijo Dumbledore-. Las muertes de esas personas fueron meras consecuencias de un plan para restaurar a Voldemort a la plenitud de sus fuerzas. Ese plan ha tenido éxito, y Voldemort ha recuperado su cuerpo.

Fue lo primero que Blair escucho, trato de ignorarlos y volver a dormir pero con todos los gritos se le hizo imposible.

Ante lo dicho por Dumbledore, fue como si a Fudge le pegaran en la cara con una maza. Aturdido y parpadeando, devolvió la mirada a Dumbledore como si no pudiera dar crédito a sus oídos. Entonces, sin dejar de mirar a Dumbledore con los ojos desorbitados, comenzó a farfullar:

-¿Qué ha retornado Quien-tú-sabes? Absurdo. ¡Dumbledore, por favor...!

-Como sin duda te han explicado Minerva y Severus -dijo Dumbledore-, hemos oído la confesión de Barty Crouch. Bajo los efectos del suero de la verdad, nos ha relatado cómo escapó de Azkaban, y cómo Voldemort, enterado por Bertha Jorkins de que seguía vivo, fue a liberarlo de su padre y lo utilizó para capturar a Harry. El plan funcionó, ya te lo he dicho: Crouch ha ayudado a Voldemort a regresar.

-¡Pero vamos, Dumbledore! -exclamó Fudge, y Harry se sorprendió de ver surgir en su rostro una ligera sonrisa-, ¡No es posible que tú creas eso!¿Que ha retornado Quien-tú-sabes? Vamos, vamos, por favor... Una cosa es que Crouch creyera que actuaba bajo las órdenes de Quien-tú-sabes... y otra tomarse en serio lo que ha dicho ese lunático...

-Cuando Harry tocó esta noche la Copa de los tres magos, fue transportado directamente ante lord Voldemort -afirmó Dumbledore-. Presenció su renacimiento. Te lo explicaré todo si vienes a mi despacho. - miró a Harry y vio que estaba despierto, pero añadió:- Me temo que no puedo consentir que interrogues a Harry esta noche.

La sorprendente sonrisa de Fudge no había desaparecido. También él miró a Harry; luego volvió la vista a Dumbledore, y dijo:

-¿Eh... Estás dispuesto a aceptar su testimonio, Dumbledore?

-Desde luego que lo acepto -respondió Dumbledore, con un fulgor en los ojos-. He oído la confesión de Crouch y he oído el relato de Harry de lo que ocurrió después de que tocara la Copa: las dos historias encajan y explican todo lo sucedido desde que el verano pasado desapareció Bertha Jorkins.

Fudge conservaba en la cara la extraña sonrisa. Volvió a mirar a Harry antes de responder:

-¿Vas a creer que ha retornado lord Voldemort porque te lo dicen un loco asesino y un niño que...? Bueno...

Le dirigió a Harry otra mirada, y éste comprendió de pronto.

-Señor Fudge, ¡Usted ha leído a Rita Skeeter! -dijo en voz baja.

Ron, Hermione, Bill y la señora Weasley se sobresaltaron: ninguno se había dado cuenta de que Harry estaba despierto y también el pelirrojo mayor se acerco a su novia al verla despierta presenciando la discusión entre el ministro y el director de Hogwarts. Fudge enrojeció un poco, pero su rostro adquirió una expresión obstinada y desafiante.

-¿Y qué si lo he hecho? -soltó, dirigiéndose a Dumbledore-. ¿Qué pasa si he descubierto que has estado ocultando ciertos hechos relativos a este niño? Con que habla pársel, ¿eh? ¿Y con que monta curiosos numeritos por todas partes?

-Supongo que te refieres a los dolores de la cicatriz -dijo Dumbledore con frialdad.

-¿O sea que admites que ha tenido dolores? -replicó Fudge-. ¿Dolores de cabeza, pesadillas? ¿Tal vez... alucinaciones?

-¿Esta diciendo que Harry, esta loco?- pregunto Blair y Bill la atrajo hacia el para que no interfiera de más. Fudge por su parte solo la miro indiferente haciendo que el pelirrojo lo mirase mal.

-Escúchame, Cornelius - dijo Dumbledore dando un paso hacia Fudge, y volvió a irradiar aquella indefinible fuerza.-. Harry está tan cuerdo como tú y yo. La cicatriz que tiene en la frente no le ha reblandecido el cerebro. Creo que le duele cuando lord Voldemort está cerca o cuando se siente especialmente furioso.

Fudge retrocedió medio paso para separarse un poco de Dumbledore, pero no cedió en absoluto.

-Me tendrás que perdonar, Dumbledore, pero nunca había oído que una cicatriz actúe de alarma...

-¡Mire, he presenciado el regreso de Voldemort! -gritó Harry. Intentó volver a salir de la cama, pero la señora Weasley se lo impidió-. ¡He visto a los Mortífagos! ¡Puedo darle los nombres! Lucius Malfoy...

Snape hizo un movimiento repentino; pero, cuando Harry lo miró, sus ojos estaban puestos otra vez en Fudge.

-¡Malfoy fue absuelto! -dijo Fudge, visiblemente ofendido-. Es de una familia de raigambre... y entrega donaciones para excelentes causas...

-¡Macnair! -prosiguió Harry.

-¡También fue absuelto! ¡Y trabaja para el Ministerio!

-Avery... Nott... Crabbe... Goyle..

-¡No haces más que repetir los nombres de los que fueron absueltos hace trece años del cargo de pertenencia a los Mortífagos! -dijo Fudge enfadado

-Falta que también este con ellos y solo los cubra...- soltó Blair y Bill la miro divertido ante el rostro que puso Fudge, pero la ignoro y se dirigió a Dumbledore.

-¡Debes de haber visto esos nombres en antiguas crónicas de los juicios! Por las barbas de Merlín, Dumbledore... Este niño ya se vio envuelto en una historia ridícula al final del curso anterior... Los cuentos que se inventa son cada vez más exagerados, y tú te los sigues tragando. Este niño habla con las serpientes, Dumbledore, ¿Y todavía confías en él?

-¡No sea necio! -gritó la profesora McGonagall-. Cedric Diggory, el señor Crouch: ¡esas muertes no son el trabajo casual de un loco!

-¡No veo ninguna prueba de lo contrario! -vociferó Fudge, igual de airado que ella y con la cara colorada-. ¡Me parece que están decididos a sembrar un pánico que desestabilice todo lo que hemos estado construyendo durante trece años!

-Voldemort ha regresado -repitió Dumbledore-. Si afrontas ese hecho, Fudge, y tomas las medidas necesarias, quizá aún podamos encontrar una salvación. Lo primero y más esencial es retirarles a los dementores el control de Azkaban.

-¡Absurdo! - volvió a gritar Fudge-. ¡Retirar a los dementores! ¡Me echarían a puntapiés sólo por proponerlo! ¡La mitad de nosotros sólo dormimos tranquilos porque sabemos que ellos están custodiando Azkaban!

-¡A la otra mitad nos cuesta más conciliar el sueño, Cornelius, sabiendo que has puesto a los partidarios más peligrosos de lord Voldemort bajo la custodia de unas criaturas que se unirán a él en cuanto se lo pida! -repuso Dumbledore-. ¡No te serán leales, Fudge, porque Voldemort puede ofrecerles muchas más satisfacciones que tú a sus apetitos! ¡Con el apoyo de los dementores y el retorno de sus antiguos partidarios, te resultará muy difícil evitar que recupere la fuerza que tuvo hace trece años!

Fudge abría y cerraba la boca como si no encontrara palabras apropiadas para expresar su ira.

-El segundo paso que debes dar, y sin pérdida de tiempo -siguió Dumbledore-, es enviar mensajeros a los gigantes.

-¿Mensajeros a los gigantes? -gritó Fudge, recuperando la capacidad de hablar-. ¿Qué locura es ésa?

-Debes tenderles una mano ahora mismo, antes de que sea demasiado tarde -repuso Dumbledore-, o de lo contrario Voldemort los persuadirá, como hizo antes, de que es el único mago que está dispuesto a concederles derechos y libertad.

-No... no puedes estar hablando en serio -dijo Fudge entrecortadamente, negando con la cabeza y alejándose un poco más de Dumbledore-. Si la comunidad mágica sospechara que yo pretendo una cercamiento a los gigantes... La gente los odia, Dumbledore... Sería el fin de mi carrera...

-¡Estás cegado por el miedo a perder la cartera que ostentas, Cornelius!-dijo Dumbledore, volviendo a levantar la voz y con los ojos de nuevo resplandecientes, evidenciando otra vez su aura poderosa-. ¡Le das demasiada importancia, y siempre lo has hecho, a lo que llaman «limpieza desangre»! ¡No te das cuenta de que no importa lo que uno es por nacimiento, sino lo que uno es por sí mismo! Tu dementor acaba de aniquilar al último miembro de una familia de sangre limpia, de tanta raigambre como la que más... ¡Y ya ves lo que ese hombre escogió hacer con su vida! Te lo digo ahora: da los pasos que te aconsejo, y te recordarán, con cartera o sin ella, como uno de los ministros de Magia más grandes y valerosos que hayamos tenido; pero, si no lo haces, ¡La Historia te recordará como el hombre que se hizo a un lado para concederle a Voldemort una segunda oportunidad de destruir el mundo que hemos intentado construir!.

-¡Loco! -susurró Fudge, volviendo a retroceder-. ¡Loco...!

Se hizo el silencio. La señora Pomfrey estaba inmóvil al pie de la cama de Harry, tapándose la boca con las manos. La señora Weasley seguía de pie en medio de las camillas de Harry y Blair, poniéndole la mano en el hombro al azabache impidiendo que se levantara. Bill estaba junto a Blair, abrazándola he intentando que la castaña ya no diga nada que enoje más a Fudge. Ron y Hermione miraban a Fudge fijamente.

-Si sigues decidido a cerrar los ojos, Cornelius -dijo Dumbledore-, nuestros caminos se separarán ahora. Actúa como creas conveniente. Y yo...yo también actuaré como crea conveniente.

La voz de Dumbledore no sonó a amenaza, sino como una mera declaración de principios, pero Fudge se estremeció como si Dumbledore hubiera avanzado hacia él apuntándole con una varita.

-Veamos pues, Dumbledore -dijo blandiendo un dedo amenazador-. Siempre te he dado rienda suelta. Te he mostrado mucho respeto. Podía no estar de acuerdo con algunas de tus decisiones, pero me he callado. No hay muchos que en mi lugar te hubieran permitido contratar hombres lobo, o tener a Hagrid aquí, o decidir qué enseñar a tus estudiantes sin consultar al Ministerio. Pero si vas a actuar contra mí...

-El único contra el que pienso actuar -puntualizó Dumbledore- es lord Voldemort. Si tú estás contra él, entonces seguiremos del mismo lado, Cornelius.

Fudge no encontró respuesta a aquello. Durante un instante se balanceó hacia atrás y hacia delante sobre sus pequeños pies, e hizo girar en las manos el sombrero hongo. Al final, dijo con cierto tono de súplica:

-No puede volver, Dumbledore, no puede...

Snape se adelantó, levantándose la manga izquierda de la túnica. Descubrió el antebrazo y se lo enseñó a Fudge, que retrocedió.

-Mire -dijo Snape con brusquedad-. Mire: la Marca Tenebrosa. No está tan clara como lo estuvo hace una hora aproximadamente, cuando era de color negro y me abrasaba, pero aún puede verla. El Señor Tenebroso marcó con ella a todos sus Mortífagos. Era una manera de reconocernos entre nosotros, y también el medio que utilizaba para convocarnos. Cuando él tocaba la marca de cualquier Mortífago teníamos que desaparecernos donde estuviéramos y parecernos a su lado al instante. Esta marca ha ido haciéndose más clara durante todo este curso, y la de Karkarov también. ¿Por qué cree que Karkarov ha huido esta noche? Porque los dos hemos sentido la quemazón de la Marca. Entonces, los dos supimos que él había retornado. Karkarov teme la venganza del Señor Tenebroso porque traicionó a demasiados de sus compañeros Mortífagos para esperar una bienvenida si volviera al redil.

Fudge también se alejó un paso de Snape, negando con la cabeza. Daba la impresión de que no había entendido ni una palabra de lo que éste le había dicho. Miró fijamente, con repugnancia, la fea marca que Snape tenía en el brazo. A continuación, levantó la vista hacia Dumbledore y susurró:

-No sé a qué están jugando tú y tus profesores, Dumbledore, pero creo que ya he oído bastante. No tengo más que añadir. Me pondré en contacto contigo mañana, Dumbledore, para tratar sobre la dirección del colegio. Ahora tengo que volver al Ministerio.

Casi había llegado a la puerta cuando se detuvo. Se volvió, regresó a zancadas hasta la cama de Harry.

-Tu premio -dijo escuetamente, sacándose del bolsillo una bolsa grande de oro y dejándola caer sobre la mesita de la cama de Harry-. Mil galeones. Tendría que haber habido una ceremonia de entrega, pero en estas circunstancias...

Se encasquetó el sombrero hongo y salió de la sala, cerrando de un portazo. En cuanto desapareció, Dumbledore se volvió hacia el grupo que rodeaba la cama de Harry y la de Blair.

-Hay mucho que hacer -dijo-. Molly... ¿Me equivoco al pensar que puedo contar contigo y con Arthur?

-Por supuesto que no se equivoca -respondió la señora Weasley. Hasta los labios se le habían quedado pálidos, pero parecía decidida-. Arthur conoce a Fudge. Es su interés por los muggles lo que lo ha mantenido relegado en el Ministerio durante todos estos años. Fudge opina que carece del adecuado orgullo de mago.

-Entonces tengo que enviarle un mensaje -dijo Dumbledore-. Tenemos que hacer partícipes de lo ocurrido a todos aquellos a los que se pueda convencer de la verdad, y Arthur está bien situado en el Ministerio para hablar con los que no sean tan miopes como Cornelius.

-Iré yo a verlo -se ofreció Bill, levantándose.-. Iré ahora.- Blair lo miro y tomo su mano.

-Muy bien -asintió Dumbledore-. Cuéntale lo ocurrido. Dile que no tardaré en ponerme en contacto con él. Pero tendrá que ser discreto. Fudge no debe sospechar que interfiero en el Ministerio...

-Déjelo de mi cuenta -dijo Bill. - Te veré pronto princesa. Lo prometo.- Beso suavemente sus labios y se acerco a su madre dejando un beso en su mejilla y salió de allí a pasos decidido.

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