Saludamos a Heimdall, y caminamos hacia el palacio, mientras un silencio incómodo nos hacía compañía.
Mantenía la mente en blanco para controlar mis impulsivos sentimientos de amor/odio hacia el rubio, seguramente, en algún momento iba a estallar por toda esta situación.
—Al parecer Loki murió feliz.
Fruncí el ceño ante su comentario.
—¿De qué hablas? —murmuré, mirándolo de reojo.
—___, él me contó lo que sucedió entre ustedes.
Entramos al palacio, que extrañamente, estaba vacío, por lo general siempre mantenía lleno.
—¿Y eso por qué tendría que ser tu problema?
—Sabes muy bien la respuesta, ___...
Mi carcajada histérica lo interrumpió, mientras trataba de no golpearle el rostro ahí mismo.
—¿Primero te besas con Jane y cuando te alejas de ella, vuelves a mí? Por favor, Thor.
Caminé más rápido para alejarme de él, pero pronto, con sus ágiles pasos me alcanzó, y me arrinconó contra la pared.
—Jamás me he ido. —comentó, juntando su frente con la mía.
—Thor, basta por favor...
—No, ¿por qué no entiendes que te quiero?
—¿Cómo hacerlo?
Nuestras miradas se conectaron.
—Te besaste con ella.
—Te acostaste con él.
—Me rompiste el corazón. —me defendí.
—Tú las esperanzas de estar juntos.
—Thor, te había elegido a ti.
Pareció congelarse ante lo que le dije, por lo que se alejó unos pasos.
—¿Qué?
Solté un suspiro mientras me mantenía apoyada en la pared.
—Lo hice, lo había hecho... —murmuré— Incluso después de la llegada de Loki, seguía manteniéndolo, yo sí estaba dispuesta a cumplir mi palabra de que las cosas seguirían igual entre nosotros.
—¿Por qué te reunías con él en la tierra entonces?
—Porque quería a mi amigo de vuelta, no al malvado ser lleno de odio en que se convirtió... —cerré los ojos— No te voy a negar que mis sentimientos hacia él continuaban allí, pero estaba segura de la decisión que había tomado.
—____...
—Lo hice, mantuve mi palabra, incluso después de nuestra discusión, incluso después de que corrieras hacia ella inmediatamente al segundo en que te pedí que te fueras... —hablé molesta— Lo hice, incluso cuando tu padre ordenó frente a Loki, que tú y yo nos casaríamos y yo no se lo negué, pese a que sabía que eso lastimaría a tu hermano... Pero era mi decisión, y estaba lista, estaba lista antes de que tú aparecieras con ella.
Thor quedó de una pieza ante mis palabras, para cuando abrí los ojos, los sentí arder.
—¿Quieres saber el momento exacto en que la rompí? En el momento en el que vi como te lanzaste a besarla, en el momento en que juntaste su mano con la tuya, en ese momento lo hice... ¿Y sabes qué? No me importó, ni siquiera pensé en ti cuando lo hice.
—____...
—Sí, rompí mi palabra, pero tú la rompiste primero, Thor.
Sin pensarlo más, caminé hacia la recámara del trono, dejando al rubio detrás, lo que menos quería era llorar, pero me fue imposible; para cuando llegué al trono, mis ojos estaban rojos y mi rostro estaba lleno de lágrimas.
—____, estás aquí. —habló Odín— ¿Te encuentras bien?
Me limpié las lágrimas del rostro y respiré hondo, acercándome a él.
—Sí, padre. No hay ningún problema.
El asintió.
—¿Dónde está Thor?
—Justo aquí, padre. —murmuró el, entrando a pasos lentos.
Evité su mirada cuando llegó mi lado, y en cambio me centré en Odín, que estaba actuando un poco extraño a mi parecer.
—Estoy muy orgulloso de tu hazaña, hijo. Te convertirás en rey, y ____ será tu amada esposa y reina.
—¿Sabes? Preferiría proteger los nueve mundos batallando, no sentado en un trono, padre, lo lamento.
—Has tomado una decisión... ¿Qué hay de tu compromiso?
Thor me miró nuevamente y esta vez, yo lo miré también.
—No la obligaré a nada que no quiera.
—¿Y bien, ____? ¿Qué piensas al respecto?
Me quedé pensativa unos segundos, aún no había superado a Thor, pero tampoco quería casarme con él después de lo que pasó.
—Y-yo, necesito tiempo, padre...
—De acuerdo, ¿dónde está Loki?
—Loki murió peleando a nuestro lado, se sacrificó para salvarnos.
—Lo honraremos como es debido, ahora, puedes irte libremente a Midgard, si es lo que tu corazón desea, hijo mío.
Lo miré confundida unos segundos, Odín nunca ha sido flexible con tales decisiones.
...
Al anochecer.
Un rato más tarde de haber salido de aquella extraña conversación con Odín, me encontraba en la biblioteca leyendo uno de los libros de hechicería que practicaba Frigga en su tiempo viva, estaba tan concentrada que no me di cuenta de que alguien estaba observándome.
—¿No deberías estar durmiendo?
Me sobresalté cerrando el libro de golpe, levanté la mirada y encontré a Thor frente a mí.
—No me fijé en el paso del tiempo, sólamente me perdí en el libro.
—Ya es bastante tarde, te acompaño a tu habitación.
—No es necesario. —insinué mientras me levantaba y comenzaba a caminar en dirección a mi habitación.
—Por favor, sólo déjame acompañarte.
Suspiré y luego de unos minutos asentí, permitiéndole que me acompañara.
Caminamos en completo silencio, mientras sentía una extraña sensación en mi pecho; para cuando llegamos a mi habitación, frené y me posicioné frente a él.
—Creo que debemos hablar de nosotros, sobre lo que pasó. —murmuré.
—No es necesario.
—Sí lo es, hay que aclarar cosas... —hablé en voz baja— Me dolió mucho que te fueras con ella inmediatamente, que me mintieras después de todo lo que sucedió entre nosotros.
—Lo lamento, ____. Pero, no quiero que esto acabe así... Sé que cometí el peor error, pero te quiero.
Suspiré, colocando una mano en mi rostro pensativa.
—Creo que lo mejor es darnos un tiempo, para aclarar lo que queremos y sanar el dolor que nos causamos mutuamente. —dije luego de unos minutos en silencio.
—No...
—Es lo mejor, si seguimos así solo continuaremos haciéndonos daño. Pero, si la vida quiere que estemos juntos, encontraremos la forma para estarlo.
Thor se acercó un poco más y asintió levemente.
—Si esa es tú decisión, lo aceptaré.
—Es la mejor decisión.
Nos quedamos allí, mirándonos fijamente sin decir una sola palabra más, no era necesario, ya que nuestras miradas transmitían todo el dolor que estábamos sintiendo.
—¿Puedo quedarme esta última noche contigo...? —pidió con temor.
Sin poder retenerlo más, comencé a llorar desconsoladamente, con mi cabeza y corazón llenos de confusión y dolor; en seguida Thor me abrazó, mientras yo escondía el rostro en su cuello.
—Q-quédate, quédate esta noche. —hablé entre sollozos.
Limpió las lágrimas en mi rostro y me llevó entre sus brazos hasta la cama, para recostarnos allí.
No sabía si esa sería nuestra última noche durmiendo juntos, pero sin duda, fue una de las noches más dolorosas de mi vida...