-Listo, conduce. -dijo JeongGuk, subiéndose al coche.
-Ya, ya, ya. -respondió Mark, acelerando.
-¡Nos están siguiendo, hyung! -gritó el castaño, saliendo del auto para disparar a los enemigos.
-¿No puedes darles ni un tiro? ¿Tengo que hacerlo yo? -gruñó el rubio, sacando la cabeza para disparar también.
-¡Tú conduce, mierda!
-Hazlo tú. -y Jeon tomó el volante.
-Oh, no...
-¿Qué? -preguntó, desesperado.
-¡Agarraste un auto sin combustible, idiota! -gritó al ver que el auto perdía velocidad.
-No puede ser.
-Bájate, bájate.
Ambos corrieron hasta esconderse es unos arbustos, escuchando disparos y emitiéndolos también.
-¿Los ves? -preguntó Guk.
-Hay uno allá, pero no creo poder darle desde aquí.
-Yo voy.
-Con cuidado.
JeongGuk salió corriendo, disparando hacia todos lados hasta que...
-¡Mierda, me dieron!
-¡No, JeongGuk! -gritó Mark, corriendo hacia el menor.
-Fue una mala idea jugar contigo, debí decirle a Mina. -dijo Guk, acomodándose el micrófono.
-¿Qué dices? Soy el mejor en fortnite.
-El mejor perdedor. Bueno, ya me voy, mamá hizo pollo frito.
-Como sea.
Guk se quitó los audífonos y se paró para salir a la cocina, cerrando fuertemente los ojos ante la molestia de la luz exterior. Su familia estaba reunida en la mesa, pero él no dijo nada, sólo se sentó y tomó un muslo de pollo para darle un gran mordisco bajo la mirada seria de sus progenitores.
-¿Cómo te fue hoy, cielo ? -dijo mamá.
-Bien, creo, realmente no recuerdo. -respondió con la boca llena.
-JeongGuk, hijo ¿no crees que pasas mucho tiempo ahí dentro? ¿No has pensado en hacer otra cosa? ¿Qué pasó con las clases de taekwondo? Ibas muy bien. -se sumó el padre.
-Por eso mismo dejé de ir, ya tenía los diez cinturones y el taekwondoin quería ponerme a enseñar a los mocosos, no gracias. -dijo, bebiendo un gran sorbo de su coca-cola.
-Podemos inscribirte a Judo... -sugirió la madre.
-No, lo practicamos a veces en la escuela y me es aburrido.
-¿Qué te parece hacer trabajo voluntario en un refugio de animales como tu hermana? -la madre de los mellizos miró a Somi, pidiendo ayuda. La chica resopló.
-Sí, SoYeon unnie dijo que necesita a otro voluntario ya que Jennie unnie dejó de ir desde que un gatito le mordió la nariz, así que supongo que hay lugar para él. -comentó Somi
-¿Oíste, cielo? -dijo la madre, emocionada -puedes acompañar a tu hermana al refugio de animales mañ...
-No quiero, basta. -se quejó el chico.
-Escucha, JeongGuk, con tu madre hemos estado hablando sobre inscribirte a otras actividades para ayudarte a dejar de lado todos los videojuegos en los que pasas horas jugando. -el hombre de la casa decidió ir directo al grano.
-¿Ayudarme? No estoy en problemas ni nada de eso, además no le hago daño a nadie por jugar. -argumentó.
-Te haces daño a ti. -dijo el padre.
-Exacto, pero no a ti, así que dejen de hacer sugerencias tontas -finalizó, levantándose de su silla y largándose de regreso a su cuarto -¡Y ni siquiera piensen en inscribirme a nada, porque no saldré de mi habitación! -y dicho eso, dio un portazo a la puerta y dejó un silencio espeso detrás.
La mujer suspiró agotada, el padre sólo apretó la mandíbula.
No tenían idea de cuándo fue que JeongGuk se volvió tan mezquino, tan sólo medio año antes el chico aún amaba los deportes, se destacaba en todos ellos y aunque no tuviera las mejores calificaciones en la escuela, era un buen chico, salía al vecindario con sus amigos o asistía a eventos recreativos muy a menudo, sin olvidar que pasaba mucho más tiempo con su melliza; no fue hasta hace unos meses que de pronto se interesó enormemente por los videojuegos y el streaming, y nada estaba pintando bien desde entonces.
Por suerte Somi no había cambiado para mal, pero si querían ayudar a su hijo, tendrían que hacerlo cuanto antes.
Despertó de buen humor a pesar del mal rato que le hicieron pasar sus padres, llevaba una semana sin salir de su habitación después de la escuela, no sabía por qué se le ocurrió salir justamente el día que sus padres se pusieron sentimentales, pero no pensaba volverlo a hacer.
Seguiría diciéndole a su mamá que le llevase la comida hasta el cuarto, eso era lo mejor.
Pero volviendo a su buen humor matutino ¡Eran vacaciones! Ah... fin de curso, dos meses enteros de libertad ¿Qué podía ser mejor?
Sin siquiera abrir bien los ojos, se desplazó hacia su computador e ingresó a la página que Mark le había enviado la noche anterior.
"¿Crees que eres un verdadero gamer? Entonces pruébalo, inscríbete al MEGAMETLON y demuestra quién es el jefe"
Ese era el último día para anotarse, así que sin pensarlo dos veces, Guk ingresó sus datos en el formulario y no pasaron más de siete segundos para que a su bandeja llegara un correo que contenía un link, la hora, la fecha y los demás datos para poder entrar al concurso.
Sonrió victorioso y se zambulló de nuevo en la cama, todo marchaba genial. Le iba a demostrar a todos quién era el mejor y se iba a ganar esa nueva consola, nadie podría deten...
-JeongGuk, empaca tus cosas. -su padre entró a su cuarto sin tocar la puerta, abriendo ésta con la llave maestra de la casa.
-¿Qué?
-Empaca ropa para dos meses, te irás a un retiro.
No soy experta en gaming, de hecho nunca he jugado jajaja, pero hice mi mejor esfuerzo para traerles está historia.
Igual el gaming no es el tema principal, pero es una parte importante.
Espero que les guste corazones.
I'm out💖