WICKED HATE | FRED WEASLEY (t...

By acirel_

1.5M 114K 32.3K

AVISO: lenguaje maduro, contenido sexual, violencia y uso de drogas y alcohol. Fred Weasley siempre ha odiado... More

A/N
1
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
25
26
27
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
49
50
51
52
53
54
55
56
57
58
59
60
61
62
63
64
65
66
67
68
69
70
71
72
73
74
75
76
77
78
79
80
81
82
83
84
85
86
87
88
89
90
91
92
93
94
95
96
97
98
99
100
101
102
103
104
105

28

18.4K 1.3K 516
By acirel_

LA REUNIÓN DE LA ORDEN
_____________

— Chicos, hoy tendremos una reunión importante a la que me temo que no podréis asistir — Remus habló durante nuestro desayuno.

— ¿De qué se trata? — no pude evitar preguntar, obteniendo una de las miradas sospechosas de la Sra. Weasley. Aunque me estaba acostumbrando a ellas.

— Dumbledore y tu tío quieren darnos cierta información. No puedo decir más, Lilith. Eso es asunto de la Orden, lo siento.

— ¿Y qué tengo que hacer para estar en la Orden? — seguí cuestionando. Incluso si trataba de no pensar en ello, mi mente seguía divagando sobre el tema de El-que-no-debe-ser-nombrado. Si era cierto que había vuelto tenía que luchar contra él y sus secuaces. Pero tanto Remus como Sirius negaron con la cabeza.

— No puedes, Lilith. Eres demasiado joven y tu tío nunca te dejaría.

— ¡Pero si ya soy mayor de edad! ¡Cumpliré dieciocho en noviembre!

— No has terminado la escuela y ser parte de la Orden requiere más que buenas calificaciones en DCAO, además, podría ser muy peligroso para ti.

— Está bien, entonces ¿puedo llamar a Draco mientras estáis en esa misteriosa reunión? — suspiré.

Tanto Sirius como Remus compartieron una mirada de cómplice.

— Uhmm, sí, claro — dijo Black no muy convencido.

Media hora después, cada uno estaba en sus propios asuntos. Los gemelos se estaban preparando ya que iban a visitar a su hermano mayor Bill ahora que él estaba en la ciudad, y yo estaba ayudando a Tonks a preparar algo de comida antes de que llegaran mi insoportable tío y Dumbledore.

— ¡Aquí, Lilith! ¡Prueba esto! — Tonks me dio uno de los dulces que estaba preparando. Aunque Tonks me agradaba mucho y estaba poniendo mucho entusiasmo, hornear no era exactamente lo suyo.

Mordí lentamente la masa, pero tan pronto como llegó a mi lengua sentí ganas de vomitar.

— Uhm, está bien, Tonks, pero creo que te olvidaste del azúcar...— mentí tratando de no hacerla sentir mal, pues estaba muy emocionada.

— ¡Oh, mierda! ¡Sabía que faltaba algo!

Me disculpé con ella diciendo que tenía que ir al baño y subí directamente a cepillarme los dientes para quitarme el horrible sabor de los dulces.

Cuando entré en mi dormitorio, la puerta del baño estaba cerrada y pude escuchar la ducha, Hermione debía estar preparándose para salir también.

Joder, ¿qué hago ahora?

Recordé que la mayoría de los pasillos incluían un baño adicional aparte de los de las habitaciones, así que me encaminé al que estaba entre mi dormitorio y el de los gemelos. Por suerte para mí, ese no estaba cerrado.

Tan pronto como entré, hice aparecer mi cepillo de dientes y comencé a borrar el molesto sabor de mi lengua. Cuando mi boca volvió a tener un sabor normal, pude escuchar por primera vez el agua corriendo.
Oh, mierda, alguien se estaba duchando.

Levanté la cabeza y miré a través del espejo hacia la ducha detrás de mí. El baño era tan grande que había espacio suficiente para que entraran diez personas más. Vi una figura alta frente a la pared, con el cuerpo lleno de pecas y pequeñas cicatrices, cabello rojo y una espalda bien construida con largos rasguños que cubrían su piel. Tienes que estar bromeando...

— Oh, Lilith...— Fred gimió desde la ducha mientras se tocaba. Era una vista tan tentadora y sensual que hizo que todo mi cuerpo ardiera y sentí que mi ropa interior se mojaba contra mí también. Maldita sea.

— Mi Lilith...

Inclinó la cabeza hacia atrás, moviendo su mano más rápido sobre sí mismo mientras el agua caliente aún caía sobre él, haciéndolo lucir más atractivo. Por un segundo, consideré meterme en la ducha con él, pero ese era un momento bastante íntimo y personal, así que simplemente salí del baño asegurándome de no hacer ningún ruido y con su voz profunda gimiendo mi nombre en lo más profundo de mi mente.

Cuando llegué al primer piso, encontré a Remus hablando con alguien que me resultaba familiar. Resoplé.

— Buenos días, Lilith — Snape habló, haciendo que Remus se volteara para sonreírme, saludándome, mientras Severus mantenía su mirada indiferente.

Me quedé en silencio.

— Remus, ¿puedo usar el teléfono? — pregunté después de un par de segundos de incómodo silencio.

—Sí, claro, ya lo sab...

— ¿Ni siquiera vas a responderme? — Snape lo interrumpió, mirándome con rabia e incredulidad.

Cambié mis ojos de Remus a él, asegurándome de que parecieran fríos y cabezotas.

— No tengo nada que hablar contigo — le respondí transmitiendo las mismas emociones que mis ojos.

Escuché a Remus jadear detrás de Snape, parecía estar tratando de contener su sonrisa y al mismo tiempo me intentaba dar una mirada severa. El hombre frente a él, sin embargo, me estaba lanzando dagas con la mirada.

Le sonreí con arrogancia y seguí caminando hacia la oficina donde estaba el teléfono muggle. Como nunca había tenido un búho o un gato, siempre usé había usado la tecnología muggle para comunicarme con mis amigos fuera de la escuela, a pesar de que la familia de Draco no era fanática de ella.

Después de un par de minutos, Draco finalmente respondió el teléfono.

— ¿Hola?

— ¡Por fin! ¡Me ha costado la vida contactar contigo, rubiales!

— ¿Lilith? ¿Eres tú?

— ¿Quién más va a ser ? Por supuesto que soy yo, Draco.

— ¡Oh, gracias, Merlín! He estado esperando mucho tiempo tu llamada.

En ese momento, Fred entró a la oficina con el cabello todavía un poco húmedo y con ropa casual. Sin embargo, no parecía muy feliz. De todos modos, mi corazón se aceleró tan pronto como lo vi y me obligué a no parecer nerviosa.

— ¿Con quién hablas? — preguntó ásperamente.

— Draco — dije con un tono obvio.

Frunció el ceño y entró en la habitación, apoyándose en uno de los escritorios.

— ¿Qué quieres? — le pregunté antes de volver a centrar mi atención en el rubio que estaba al otro lado de la llamada.

— No confío en Malfoy, quiero saber qué te dice y, lo más importante, qué le dices tú.

Siseé y rodé mis ojos, ignorándolo.

— ¿Cómo has estado, Draco?

— Estoy bien, aunque un poco solo. Mis padres apenas están por casa.

— ¿Por qué?

— Asuntos de mi padre, no quiero preguntarle.

— ¿Estás comiendo bien? ¿Sigues tomando tus vitaminas? — Podía escucharlo suspirar.

— Sí...

— Draco Lucius Malfoy, será mejor que no me mientas — lo amenacé. Él tenía el mismo problema que teníamos la mayoría de nosotros, los niños con problemas con los padres; no cuidar lo suficiente de nosotros mismos.

— Puede que me haya saltado la cena un par de veces...— admitió finalmente.

— Espero que eso no se repita, no quieres que te envíe un Vociferador, ¿verdad?

— No...— dijo en voz baja.

— Bien, pero no te he llamado para echarte la bronca. ¿Cómo está siendo tu verano?

— He estado yendo a la casa de Blaise, así que no he estado tan solo en esta enorme mansión, ¿y tú? ¿Te tratan bien los traidores de sangre?

No pude evitar reírme, era cómicamente irónico que me amara tanto a pesar de que estaba lejos de ser una sangre pura, pero que odiara tanto a los Weasley, que eran todos de ascendencia mágica.

— Estoy bien, no te preocupes. Están siendo bastante amables.

Seguimos hablando de cosas triviales por un poco más de tiempo, no quería preguntarle ni contarle cosas personales ya que Fred seguía escuchando, a pesar de que necesitaba tener una charla con el chico a solas. Después de un rato, Fred salió de la habitación y volvió cinco minutos después.

— Sirius te está llamando, la reunión ha terminado — me anunció.

— Draco, tengo que irme. Pero te prometo que te veré pronto, ¿de acuerdo?

— Está bien, cuídate, Lilith. Sabes que te considero mi familia.

— Lo hago, sabes que te amo mucho, mucho. Cuídate también y no olvides tus vitaminas o te daré un puñetazo. ¡Adiós!

Colgué el teléfono y salí de la habitación, seguida por Fred. El momento anterior de la ducha todavía estaba en mi mente y se sentía como un estallido de confianza. Porque aunque si siguiera con ese odio sin sentido hacia mí, él también me deseaba, y eso era algo que no podría negar.

— Bueno, ¿qué te ha dicho Malfoy? — Black me preguntó una vez que llegamos a la cocina.

— ¿Eh? — fruncí el ceño.

Me miró confundido, como si su pregunta tuviera una respuesta obvia.

— Te dejé hablar con Malfoy porque pensé que obtendrías información sobre su padre.

— ¿Qué? ¡No he hablado con Draco sobre su padre!

— Lucius es un mortífago, Lilith, y apuesto a que intentará que su hijo se convierta en uno.

Oh no, aquí estaba el prejuicio de nuevo. Sabía que Draco no era exactamente la mejor persona del mundo pero, ¿un mortífago? Eso era demasiado, incluso para él.

— ¿Mencionó a Lucius al menos? — Sirius preguntó de nuevo, frotándose la cara.

— Sí, pero sólo dijo que normalmente no pasaba por casa por algún asunto. Nada nuevo.

— Ella ya había empezado a hablar con él cuando llegué— intervino Fred detrás de mí, apoyado en la encimera y cruzándose de brazos.

— Sí, le pregunté si estaba tomando sus malditas vitaminas, por el amor de Dios — respondí ya un poco cabreada.

Molly Weasley se rió entre dientes, mientras ponía un poco de café en una taza. — Claro — ironizó.

Fruncí las cejas.

— Lo hice.

Remus de repente entró en la habitación.

— ¿Que está pasando? — interrogó mientras se colocaba junto a Sirius.

— Tu niñita, Lupin. Ha estado hablando con el hijo de los Malfoy y no quiere decirnos la verdad.

— ¡Ya te he dicho que le pregunté si estaba comiendo bien y charlamos sobre su maldito verano! — respondí indignada.

— Cuida tu boca, Lilith — murmuró Fred detrás de mí, pero lo ignoré.

— ¿Y quieres que te crea? — levantó la voz y me miró a los ojos durante un par de segundos. — Te lo dije, Remus, y seguiste defendiéndola. Te dije que es como su familia. Nunca confié en ella.

— ¡Estás terriblemente equivocada con ella, Molly! — dijo Remus, luciendo realmente enojado pero aun así, controlándose. — La chica no ha hecho nada malo, y si no confías en ella por su familia, entonces tampoco deberías confiar en Sirius y aquí estás, en su casa. La casa de la familia más obsesionada con los sangre pura de toda Gran Bretaña.

— ¡Sirius ha probado su inocencia!

— ¡¿Y Lilith no lo ha hecho ?!

Sus ojos se encontraron con los míos de nuevo y se veía como si quisiera hacerme desaparecer en ese preciso momento.

— La manzana no cae lejos del árbol — ella escupió.

Apreté los puños debido a toda la rabia que crecía dentro de mí.

— Entiendo que no le agrade, Sra. Weasley — empecé, manteniéndome lo más tranquila posible. — Sé lo que mi madre les hizo a tus hermanos y lo siento muchísimo, pero no olvides que yo no soy ella. He estado cargando con todos sus putos crímenes toda mi vida y lo siento si no soy una bebé inocente y valiente como tu querido Harry, pero no me educaron para creer que era un heroína o que alguien me salvará. Estoy tratando de vengarme a mí misma y a los que fueron lastimados por esos bastardos, pero la gente como usted insiste en señalarme como la villana en lugar de a ellos. Solo tengo diecisiete años y si no puede ver eso, entonces tal vez no soy la niña aquí.

Ella jadeó y sentí que alguien me agarraba de la muñeca y me golpeaba contra la pared. Pronto, tuve la varita de Fred en mi cuello mientras sus ojos me miraban llenos de rabia.

— No te atrevas a hablarle así a mi madre, Arambella — dijo arrastrando las palabras con la furia presente en su tono.

Lo miré incrédula. ¿No estaba viendo cómo me trataba su madre? ¿No había estado presente cuando estaba hablando con Draco?

— Retrocede, Weasley — lo amenacé, sacando instantáneamente mi varita y poniéndola contra su pecho. Sentía una amargura enorme en mis entrañas, todo lo contrario desde nuestro momento con la música. Eso parecía ahora bastante lejano.

Él entrecerró los ojos y apretó la mandíbula. No le tenía miedo.

— No te tengo miedo, no me tientes, Lilith. Te dije una vez que no te metieras con mi familia o haría que te arrepientas — susurró luciendo completamente distante.

— Fred, déjala en paz. Tiene derecho a estar enfadada — Remus habló permaneciendo calmado pero con una voz firme, haciendo que Fred instantáneamente se alejara lentamente de mí y caminara al lado de su madre. — No miente cuando dice que no habló nada fuera de lo normal con Malfoy.

— ¿Cómo lo puedes saber? — Molly le preguntó.

— Fred, estabas allí, ¿no? — el pelirrojo asintió. — ¿Y la escuchaste mencionar algo sospechoso?

Esta vez negó con la cabeza y se miró los pies, como si estuviera un poco avergonzado.

— Sí, eso pensaba, y lo sé porque además yo estaba escuchando su conversación — admitió Remus.

Sentí que la sangre abandonaba mi rostro.

— Remus...— encontré mi voz para hablar suavemente. ¿La única persona en la que realmente confiaba en esta casa no confiaba en mí?

Adivinó el dolor en mis ojos y rápidamente aclaró la situación.

— Confío en ti, Lilith, ciegamente. Pero no confío en Lucius Malfoy, y apuesto a que él espiaría a su propio hijo para hacer un seguimiento de tus movimientos sabiendo que te gusta hablar con Draco todos los veranos, y como resultado, él sabría sobre ti y la Orden. No podemos correr ese riesgo, ¿entiendes?

Suspiré fuerte, meditándolo. Sí, tenía sentido. Mi propio yo confiaba en Draco ciegamente, pero nunca había sentido buenas vibras por parte de su padre y siempre había tratado de evitarlo.

— Entiendo, Remus, lo siento — murmuré.

— No hay nada de qué disculparse.

— Lo siento, Lilith — Sirius se disculpó. — No deberíamos estar usándote para obtener información. Pero si finalmente consideras estar en la Orden, sería una buena idea saber más sobre los Malfoy. Estoy seguro de que quieres que Draco no salga perjudicado por los Mortífagos.

Asentí.

— Todavía no confío en ti — dijo la Sra. Weasley con un tono frío. —Tendrás que hacer milagros para ganarte mi confianza.

Me quedé callada.

— Mamá, por favor, es suficiente — Fred la silenció.

Y a pesar de que no esperaba eso y me hizo gritar internamente, todavía me mantenía escéptica y dolida por su ataque anterior. Estaba cansada de que me atacara por el mínimo movimiento mío que consideraba sospechoso.

— Molly, por favor, cariño...— Arthur Weasley habló por primera vez.

Un sonriente George hizo su entrada, inclinándose sobre el marco de la puerta, completamente ignorante del incómodo momento que acabamos de pasar.

— Freddie, ¿listo para irnos? — sonrió, pero cuando vio nuestras caras, su expresión se volvió preocupada. — ¿Está todo bien? ¿Por qué esas caras largas?

—No te preocupes, George. Todo está bien.— intervine dándole una sonrisa reconfortante.

— Sí, vamos, Georgie. Probablemente Bill nos esté esperando — Fred continuó, agarrando una de las chaquetas de cuero que Sirius le había dejado, mientras se marchaba. Mierda, le quedaba genial.

— Lilith, sé que no quieres, pero tu tío realmente quiere hablar contigo. Deberías intentarlo, al menos para callarlo mientras esté aquí — Remus intentó convencerme.

Genial, ¿puede todo ir peor?

Continue Reading

You'll Also Like

317K 31.5K 83
La verdad esta idea es pervertida al comienzo, pero si le ves más a fondo en vastante tierno más que perverso. nop, no hay Lemon, ecchi obviamente, p...
164K 25.1K 47
El amor puede llegar de manera impredecible... Para aquel Omega que por mucho tiempo creyó que lo había encontrado, vendrá en su demandante e impone...
2.7K 234 5
🥀 Apollo Pevensie y Astrid De Verall, después de muchos años de entrenamiento, se embarcan junto a Caspian en el viajero del alba, para así finalmen...
22.4K 1K 10
Historias cortas de Draco Malfoy y/o Regulus Black