El jodido chico loco:
La herida cada vez sangra más .
¿Y saben qué? La sangre me provoca náuseas.
Deanvule por la calle hasta toparme con un teléfono público. Marqué al celular se Jeremy pero lo que conseguí fue esa voz chillona que me pone de mal humor:
" Buzon de voz".
Estúpido Jeremy, esperó que esté bien.
Marqué una vez más. Esta vez no sería para Jeremy ,si no, a la policía.
...
-Si,¿en qué podemos ayudarle?
- Quiero hacer una denuncia anónima.
Denunció a Blake Coppola Borden por tráfico de droga e los delitos que hay en el pueblo. Si no me cree, su ubicación es la única casa situada a lado de la carretera a las afueras de Stanford Holden.
...
Con esa llamada se les acabará por un buen tiempo su trabajo asqueroso. La policía afirmó que caerían efectivamente irían a inspeccionar el lugar, antes de que hicieran alguna pregunta que me delatará, colgué.
Seguí mi camino riendo sarcásticamente de mi situación, pues este momento ya lo había vivido a los diez años. Justamente andaba por estas calles e casi a la misma hora de la madrugada con una herida que siento que deja vacío mi organismo.
Lo único que cambia es qué en ese momento me encontraba de camino al hospital dónde trabaja Martha (mí madre), esta vez mi destino es ir a mi casa, darme un baño, desinfectar la herida y todo estará bien como siempre. No me falta mucho por llegar sólo que cada vez se me complica respirar, veo borroso. Esperé un poco sosteniendome de la rejilla del señor Collins, un viejillo que me agrada sólo porque tiene el mismo tipo de carácter que yo. Así de insoportable, es un agradable sujeto.
Después de descansar unos minutos seguí mi camino, tan sólo debo de pasar el patio de la pelinegra e llegar a la tonta puerta de mí apartamento y todo se habrá acabado por ahora.
No lo logré, tan solo alcancé a llegar a la mitad del patio de la pelinegra porque mis estúpidas piernas ya no reaccionarón.La puerta de mi vecina se abrió haciendo un rechinado horrible, escuche pasos veloces y lo luego la vi a ella adelante de mí; el corazón se me detuvo por unos cuántos segundos.
No creí que podría echar tanto de menos a alguien que hace poco conocía, ni mucho menos pensé que podría a llegar a quererla de la manera en que ahora lo hago. Quererla es una palabra demasiado corta para lo que realmente significa para mí esta chica, verla después de tres meses fue un alivio enorme.
Mi intención : Abrazarla.
Obstáculo: Ya no siento las piernas, pues
caí como un borracho al suelo. Y ya que estoy siendo honesto me duele culo por caer tan fuerte contra el suelo.
-¡No!- mi pelinegra corrió hacía mí. Maldita sea lo que menos quería era preocuparla.
- Eve...line- su nombre entré mis labios sabe a gloria.
-¿Qué te pasó?- De esos ojos cafés que provocan imsonmio cayerón lágrimas como cascada preciosa. Ella no debe llorar de está manera, mucho menos por alguien como yo. Con delicadeza tomé sus mejillas con mi mano borrando el rastro aquellas lágrimas haciéndo que me sintiera la peor mierda del mundo. -Mi chico loco, tenemos que ir al hospital.
-No, estoy bien. Tranquila ya pasará.
-¡No estás bien! Estas demasiado frío, voy a llamar a una ambulancia- Es tan terca como una mula. Se levantó con intención de alejarse pero yo no quiero eso. Dije que me haría las cosas mucho más fácil si lo hacía. Pues...
Mentí totalmente.
Se va a oír bastante dramático , sin embargo la maldita herida lleva punsado desde hace un rato causándome unas náuseas terribles. Literalmente siento que me estoy muriendo, no se cuanta sangre he perdido, aún que eso no es algo que me importa, por ahora sólo necesito saber en dónde está Jeremy.
Todo esto es por culpa mía.
-¡No voy a dejarte aquí, vas a salir de esto!- No se que va a pasar ahora, sólo siento que cada vez puedo respirar menos. Y si este es mi final, si por fin se acabará este dolor insoportable entonces no quiero irme sin siquiera decirle a mí pelinegra mi verdadero nombre. Sólo así podrá recordarme.
-Teo...mi, mi nombre es Teo Vandort Evans.- le dije en un susurro.
Dejé de escuchar, sentir. Finalmente todo fue solo oscuridad.
Abrí los ojos sintiendo algo pequeño a mí lado. Sólo esperó que no me hayan enterrado juntó con un enano.
Ni muerto puedo estar en paz.
Enfoque más mi visión, estoy en un cuarto con luz blanca. Observe la habitación y caí en cuenta que esto no es el infierno, es un hospital.
Mi brazo y pecho pecho están conectados a una máquina. En la nariz tengo una especie de tubos transparentes ridículamente extraños.
Un calor agradable rozó mi estómago,bajé mi vista viendo un pequeño brazo delgado. Lo reconocí al instante, seguí el camino de su mano hasta llegar a su rostro,su cabeza recargada en mí pecho, sus piernas llegan a la altura de mis pantorrillas.
Mi jodida chica curiosa.
Mi hermano decía que a las princesas se les despertaba con delicadeza.
-¡Wattson despierta!- grité lo más fuerte que puede, dándome una punzada terrible en mi costado derecho.Bueno, dije que a las princesas se les despertaba con delicadeza, el caso es que Eveline no es una princesa. Ella es una jodida cazadora de bestias.
La pelinegra se asustó callandose de la camilla .
-¡Eres un maldito! ¿Cómo se te ocurre despertarme de esa manera?
Pudiste despertarme de otra forma más linda como en aquellos cuentos de Disney.
-¿Con un cursi beso? Si es eso lo que quieres solo pídelo. Es fácil.
- Si tú, ándale.Ya quisieras.
-Claro Wattson, intenta componerlo, que conste que tú solita te delataste.
- Yo especifique lo que quería, si tú lo pensaste así será por algo.
-Claro, claro.
-Ni porque estás en un hospital te comportas.
-No es como que quiera hacerlo.- Se acercó a mí depositado en beso en mí mejilla.
-No vuelvas a irte de esa manera chico loco,me diste un susto de muerte.
-Eres tan bipolar, tan odiosa y tan hermosa a la misma vez. - sus mirada se unió con la mía perfectamente, como si fuéramos hechos el uno para el otro.
Escasos centímetros nos separan, el roce de su nariz con la mía alterarón mis nervios. No voy a pensarlo más, voy a besarla; me alcé de la camilla sentándome, coloqué mí mano en su nuca para acercarla más a mí. Su respiración es idéntica a la mía, acelerada.
Nuestro ritmo cardíaco se sincronizo, mis labios rozarón los suyos y entonces...
La puerta de la habitación se abrió.
¡Con una fregada! Otra vez no.
La pelinegra se bajó de la camilla. ¿Un momento por qué estamos en silencio?
-¡Oh! Ya la cague. En mi defensa no vi como casi se devoran la boca.- ¿Qué carajo trae en el ojo?
-¡Jeremy! ¿Dónde estuviste animal desconsiderado?- reclamó mi vecina.
-En mi casita durmiendo como un lindo bebé.
-Claro, ¿hoy se celebra el día de los tarados o por qué vienes con ese parche en el ojo?- preguntó.
- Em, pues siempre quise ser un pirata. Ya sabes, rawr.
-Jer, mirá, la enfermera trajó pudín de chocolate.- señalo la pelinegra hacía la mesa.
-¡¿Donde?!- Jeremy volteó para agarrar el pudín. Mi pelinegra curiosa aprovecho quitándole el parche. Ahora se porqué trae esa tontería, su ojo derecho tiene un golpe resaltando un golpe que comenzaba a tornarse de un color morado y verde.
-¡Jer¿Quién te hizo eso?!
- Una simple pelea, los otros quedarón peor no hay problema.
-¿Te siguierón?
-No.
-Se te ve horrible, Jer.
-Na, yo siento que me veo más sabroso. Me da un aspecto de chico malote,¿verdad bombom?
-Claro que sí precioso.
-Por eso me gustas guapetón.
-Esto está muy crazy, me largó por algo de comer. Sigan ligando.- rodó los ojos.
-Linda no te pongas celosa, es más te lo regalo; llévatelo,amarralo azotalo con todo tu ternura.- finalizó Jeremy alargando la última "a".
-Teo, golpéalo por mí por favor
-Encantado,chica curiosa.- le di un sape a Jeremy mientras ella salía de la habitación.
- ¡Te acaba de decir Teo, cabrón, Teo!
-¿Quieres ser un poco más obvio? Esque no te alcanzó a escuchar todo bendito hospital.
-Na, así esta bien, gracias por la oferta.
-Deja tus babosadas a un lado y habla Jeremy. ¿Qué fue lo que pasó cuando te fuiste?