Eveline Wattson:
Mi nombre es Eveline Wattson Declaire, mi cuidad natal es Florida.
He tenido que mudarme a la ciudad de New York.
Bueno, para ser exactos a un pequeño pueblo dónde contrataron a mi padre, y mi madre compró un local cerca de unos cuantos edificios para seguir con su trabajo de artesanías manuales.
"Stanford Holden" es el nombre del vecindario que ahora se convertirá en mi nuevo hogar.
Tengo 19 años, mi estatura es de 1.65 cm , odió el color de mis ojos ya que son cafés oscuros. Me considero una chica algo terca con un carácter para nada lindo, y es que teniendo un hermano que te moleste las veinticuatro horas del día es imposible tener un buen carácter. Mike es mi hermano y tiene la misma edad que yo, Lea es mi pequeña hermanita que tiene apenas cinco años de edad.
Soy una chica común y corriente.
Bien, estoy mintiendo.
Ser una persona extremadamente curiosa no es de personas normales y según mi padre es dañino para tu salud mental, aún que claro, yo desde hace mucho tiempo que carezco de eso. Estoy en el último año de preparatoria, agradezco muchísimo que haya podido trasladarme sin complicaciones a la escuela de aquí. La preparatoria "Stevens"; debo admitir que no tengo muy buena relación con mis padres, desde que tengo memoria Mike y yo hemos estado solos él y yo no crecimos en un ambiente familiar. Nosotros crecimos tan sólo a lado de nana Katy ya que mis padres estaban todo el día ocupados con sus trabajos .
Jared Wattson Johnson: Agente encubierto del FBI, el mejor de Florida según él, Mi padre. No me mal entiendan ,lo amo pero jamás estuvo en nuestra niñez, es como si fuera un total desconocido.
Analisse Declaire Romanov: Artesana muy reconocida, sus artesanías han viajado por todo el mundo al igual que ella.
Ella es mi madre.
Mi hermano me dice que soy demasiado agresiva, pero bueno,para Mike todos somos agresivos. Según mis padres estar aquí en Stanford Holden será una nueva oportunidad para recuperar el tiempo perdido como familia pero siendo honesta lo dudo bastante ,el tiempo jamás vuelve y el sentimiento de abandono lo tengo demasiado presente.
Durante todo el camino Mike venía discutiendo con papá por haberlo sacado del grupo de fútbol en el que pertenecía en Florida pero mi padre se excusó diciendo que sería lo mejor y que en esta nueva escuela habría cosas más interesantes por las cuales podría interesarse.
Mamá y Lea venían dormidas.
¿Yo? Yo sólo estaba escuchando música intentando ignorar los gritos de mi padre y mi hermano.
Dos horas después llegamos al nuevo vecindario, el clima es bastante frío por eso decidí quedarme un rato más en la camioneta cargando a Lea que seguía dormida.
Mamá, papá y Mike se bajaron para decirle a los chicos de la mudanza donde ir colocando las cajas de suma importancia de mi madre. Se pone bastante histérica si alguno llegaba a tocar sin permiso sus manualidades.
Rato después baje de la camioneta, tomé de la cajuela mi mochila junto con la maleta dónde llevaba la mayoría de mi ropa. Estaba observando las demás casas decoradas de colores bastantes llamativos de algunos vecinos cuando escuché un gritó que me sacó de mis pensamientos.
-¡Maldición! Joder, joder.
Voltee en dirección dónde escuche el grito. Localice rápido la dirección y era un chico asomado en la ventana de cabello negro carbón pero no pude ver el color de sus ojos por qué estaba volteado.
Reí internamente por el grito que había lanzado, seguí observando la ventana como tonta hasta que el chico fijó su mirada en mí. Ambos nos vimos durante unos segundos.
"Es guapo"- pensé e intenté sonreírle pero al parecer este tipo tiene peor carácter que yo. Vaya, que buena bienvenida. El idiota me miró como si me odiara e acto seguido me mostró su dedo corazón. ¿Esté que se cree?- "Guapo pero demasiado idiota" no todo puede ser perfecto.
Estoy acostumbrada a ese tipo de cosas, así que sólo sonreí burlonamente para después devolverle la misma "bienvenida" que el me había dado. A este tipo le gusta hacer pero no le gusta que se las devuelvan, me dio una última mirada de desprecio y desapareció.
-Eveline entra a la casa ya, está haciendo frío.- habló mi madre.
- Ya voy- dije mientras volvía a voltear para ver si lograba ver de nuevo a ese chico, sin embargo, no fue así.
Una sonrisa se dibujó en mi rostro y con esa misma sonrisa entre a mi nuevo hogar.