Diario perdido •Katsuki Baku...

By Baruta-

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Su timidez y miedo al rechazo le hacían escribir en un pequeño cuaderno lo que sentía por él. Varias hojas en... More

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By Baruta-


•◊•

Tras unas semanas, las clases prácticas había tomado su ritmo habitual y (Nombre) regresó a ellas días después del incidente que tuvo. Sin embargo, fue separada del resto de compañeros de clase, donde Aizawa explicó el motivo por el cual, a partir de ese momento, en las clases prácticas la azabache realizaría sus entrenamientos por separado.

Según el mayor, todo se resumía al descubrimiento de su nueva habilidad y las dificultades que se presentaban a la hora de usarla; lo mejor era mantenerla separada de ellos, o de la mayoría, y dejarla practicar con alumnos que pudieran escapar de sus ataques, igualarla o bien superarla en fuerza para detenerla si se sucedía una situación similar en la que Sero y Bakugo se vieron involucrados antes de su intervención.

Algunas compañeras de clase, sobre todo Mina, cuestionaron una vez más el motivo por el que era separada. Ashido no estaba conforme con ello, incluso creyó que era una forma de discriminarla por no poder controlar una nueva habilidad de su particularidad. No obstante, la misma (Nombre) fue quien la tranquilizo, diciéndole que era lo mejor ya que no quería que se repitiera, mucho menos quería dañar a nadie más si todo se salía de control. Sin más, con el paso de los días y las semanas —casi cumpliéndose un mes desde el incidente— todo continuaba con normalidad para todos... o al menos para la mayoría de la case.

Aquel día, tras terminar la práctica y con ello su rutina escolar, Bakugo notó algo diferente. Algo a lo que no quería prestarle atención desde que escuchó a sus dos compañeros hablar por medio de una llamada secreta y hasta el momento fue cuando notó la actitud misteriosa que ambos adoptaban al salir de los vestidores. En días anteriores era el primero en irse a la residencia, importándole poco quien salía después o se quedaba al último. Pero esa vez, Bakugo fue el penúltimo en salir; podría decirse que Kirishima le esperaba en la salida junto a Sero y Kaminari, pero dentro del vestidor Deku murmuraba sin prestar atención a su presencia, ideando una forma de entrenar ese día con su amiga.

No lo había notado, pero al escuchar el nombre de la azabache, por primera vez Bakugo prestó un poco más de atención a los murmullos del peliverde, observándolo a la distancia guardar sus partencias en su casillero mientras él ya se disponía a abandonar la estancia. De todo ello pudo rescatar tres cosas: la primera, que terminaba por confirmar los entrenamientos secretos de sus dos compañeros después de las clases; la segunda, que descubrió el lugar donde lo hacían; y la tercera, que Deku poco a poco ideaba diferentes formas de indicarle a la chica cómo podría usar su particularidad sin dañarse mucho, siendo la utilización de vendaje lo más rescatable de aquellos murmullos molestos para sus oídos.

Bakugo salió de los vestidores, encontrándose con sus amigos que miraban a otro lado con una sonrisa y realizando un ademán de despedida, lo supo cuando oyó a Kirishima decir "Adiós" con su habitual sonrisa. Sus orbes bermellón viajaron hasta la figura de la persona que era despedida, encontrándose con una cabellera azabache que se mecía con soltura junto a una cola lobuna...; lo más destacable de ello, era que no vestía el uniforme escolar, sino un atuendo más cómodo, siendo un punto más a favor respecto a los entrenamientos secretos que tenía con Deku.

Chasqueó su lengua.

—¡¿Oh Bakugo?! —Krishima lo miró con sorpresa—. Ya estás aquí —habló con normalidad, sin saber que mencionar el nombre de su mejor amigo había erizado los poros de (Nombre) al creer que ya se había marchado.

Al caminar de regreso a la residencia, ve que la chica, a la lejanía, toma un rumbo diferente al que lleva a los dormitorios, perdiéndose entre la arboleda. Bakugo es el único que lo nota y su ceño se frunce a profundidad cuando mira hacia atrás y se percata de la presencia de Deku mirando en la misma dirección en que la azabache se fue. No quiere ponerle más atención de la que debería, o siquiera mirarlos e intuir que se dirigen al sitio que Midoriya mencionó entre murmullos hace unos minutos, por lo que solo se empeña en la charla que sus amigos tienen desde que abandonaron los vestidores con destino a la residencia. Kaminari se impresiona por la mejorada resistencia de Kirishima y Sero aún se cuestiona si (Nombre) debería seguir entrenando por separado, pues hasta ese momento la chica parecía mostrar un mejor control de su particularidad, aunque eso lo dejaba a consideración del profesor.

Bakugo se pregunta lo mismo mentalmente, sin responderle a su compañero lo que piensa. Quizá (Nombre) y Deku ya llevan tiempo practicando y eso contribuía a la mejoría de la chica, aunque duda que el peliverde hiciera un buen trabajo si considera su experiencia con el One For All o que en algún momento al nerd se le hubiera escapado un comentario que pudiera delatar la existencia y la historia de su particularidad si a la azabache se le ocurría hablarle de lo que escuchó detrás de la puerta de la enfermería. Su ceño se frunce de solo pensar que (Nombre) le hablaría de ello.

Al estar dentro de los dormitorios, pasados algunos minutos, nota la ausencia de sus dos compañeros y, aprovechando su rutina de trote, sale de la residencia sin avisar cambiando el rumbo de ese día. Con paso veloz se mezcla entre los altos árboles, en silencio, escuchando los alrededores para así encontrar lo que no quiere admitir que busca. Tal vez le toma poco tiempo lograrlo, pero al final se encuentra oculto detrás de unos arbustos escuchando. Se pregunta mentalmente por qué lo hace, ¿por qué no tomó su ruta habitual para correr hasta el cansancio? ¿por qué no optó por fortalecerse más al entrenar fuera de clases y no prestarle atención a lo que sea que estuvieran haciendo?

Pero no tiene respuesta alguna, tal vez no hace el intento de buscarla porque sabe que encontrará otra completamente diferente a la que ahora mismo se dice:

Solo pasaba por casualidad.

Los observa con atención, nota que el espacio donde se encuentran ya está desgastado a causa de sus entrenamientos y quien está en su campo de visión en esos momentos es (Nombre). La chica se ve molesta, quizá frustrada por no conseguir dominar aquella habilidad que presenció en carne propia y los descontroles que ésta le provocaba; no la había visto de esa manera y ahora que le presta atención, podría decir que incluso ya estaba fastidiada por todos sus intentos fallidos. Aquella mirada zafiro se lo decía, su ceño, casi fruncido a profundidad como el suyo, le da a entender cuán molesta puede estar; aunque no sabría decir si era por no poder manejar su habilidad o por haberla descubierto.

La chica no deja de observar sus manos con ira, como si con su mirada deseara cortarlas y no tener que preocuparse por dominar su particularidad o por herir a alguien más, lo último podría asegurarlo al notar desesperación en sus fracciones, las mismas que vio cuando lanzaba ataques sin control. Están cubiertas de sangre, la ha notado gracias a la luz del sol filtrada entre los arboles cuando caminó un poco para acercarse a Deku; pero algo en su mente hace que se cuestione más factores... tiene un recuerdo de la clase práctica en la que fueron compañeros de equipo, de la primera vez en que la vio utilizar aquella habilidad completamente desconocida para el enemigo de ese momento e incluso ellos, y claramente recuerda que no había sangre en sus dedos.

Podría ser gracias al mayor esfuerzo que hace, lo supone al recordar el progreso que la chica ha tenido en esos meses; quizá, desde que estuvo con Mirko superó esos límites y desde entonces sus dedos sangran...

—Deku —la oye hablar y sus orbes bermellón la enfocan a la distancia, continúa mirándose las manos, quizá más reflexiva— ¿Crees que existe conexión entre particularidades?

—¿Conexión? —pregunta Deku dudoso y curioso.

—Si, donde se pueden compartir memorias... recuerdos del pasado —(Nombre) intentó explicarse, aunque pensándolo bien creía que su pregunta era tonta.

Por otro lado, Deku se tensó ligeramente, no esperaba que (Nombre) hiciera una pregunta de ese tipo o llegara a tener ese pensamiento. Él podría responder al tener un vínculo con el One For All, All Might y sus antiguos portadores, pero no podría decirle, no podría revelar ese secreto que llevaba ocultando por algunos años. Y, detrás de los árboles, Bakugo también se tensó, creyendo que Deku revelaría la existencia de OFA; pero toda inquietud desapareció cuando oyó una vez más a la chica hablar—: Sabes... mejor olvídalo, creo que estoy pensando demasiado.

—¿Está todo bien, (Nombre)? —cuestionó Izuku aliviado por el cambio de tema, pero inquieto por el semblante extraño de su compañera.

—No es nada, continuemos —dijo ella preparándose para el siguiente ataque. No estaba segura de lo que veía en su mente.

Desde lo que sucedió en la práctica y comenzó sus entrenamientos secretos con Izuku, había tenido recuerdos que no eran suyos, una extraña combinación de lo que parecía ver su padre y el villano Kohaku. No encontraba una respuesta a todo ello, no sabía cómo explicarlo o cómo preguntar para obtenerla, y tampoco quería involucrar mucho a su amigo peliverde, ya tenía suficiente con exponerlo a una severa reprimenda por practicar sin la supervisión de Aizawa y arriesgarlo a otro ataque del que no sería consciente. Sin embargo, pensar en todo ello la distrajo y no pudo esquivar el golpe que Deku le dio, enviándola varios metros lejos, justo en la dirección donde Bakugo se ocultaba.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó él como si no supiera nada, poniéndose de pie abruptamente para simular cansancio después de una gran carrera hasta ese lugar.

—¿Ba-Bakugo?

—¿Qué diablos haces aquí? —cuestionó una vez más. Sabía lo que hacía, pero quería que ella le diera información más verídica a la que ya suponía, además de buscar la forma de no delatarse.

—¡(Nombre)! ¿Estás bie- Eh... ¿Kacchan? —Deku llegó hasta ellos, preocupado por el golpe que (Nombre) recibió, dado que para esa ocasión aplicó un poco más de fuerza, y ahora más por la presencia de su amigo de la infancia— ¿Qué haces aquí?

—Yo pregunté primero —gruñó el rubio cruzándose de brazos, observando de hito a hito a sus dos compañeros de clase—. Se supone que deberían estar en la residencia.

—¿Qué tal tú? —habló (Nombre) incorporándose, sentándose sobre la tierra suelta que ahora ensuciaba su ropa deportiva. Trataba de limpiar el polvo que se adhirió sin mucho éxito— También deberías estar ahí.

—Solo vine a trotar.

—¿Aquí?

—Es una nueva ruta —rebatió observando a otro lado, no deseando ver el rostro curioso de (Nombre) que daba signos de no creerse esa mentira—. Ya me aburrí de ver lo mismo todos los días. Ahora, respondan.

—Nosotros... eh...

—Déjalo Deku —(Nombre) se puso de pie, sacudiéndose el polvo—. No podríamos engañarlo aunque quisiéramos —suspiró pesadamente y Bakugo observó sus manos con mayor atención, estaban vendadas y con el tono carmín emergiendo de la punta de sus dedos—. Practicábamos.

—¿Fuera de la academia? —mostró un gesto iracundo por ello, ocultando su curiosidad.

—Solo tengo permitido practicar bajo la supervisión de Aizawa. Desde lo que sucedió en la última practica tengo prohibido usar mi nueva habilidad a menos que él esté presente —explicó (Nombre) observando sus manos, formando puños con ellas sin sentir dolor, o al menos lo disimulaba—. Si sigo así, no podré mejorar mi habilidad antes de graduarnos. Tú lo has visto —ella lo miró a los ojos, el fuego de su mirada fue opacado por un profundo mar a punto de sufrir un huracán—. Sabes lo peligroso que puede ser. Por eso le pedí a Deku que practicara conmigo, él puede esquivar mis ataques.

Su mandíbula se tensó ligeramente. Deku no era el único que podría esquivar sus ataques, él podría hacerlo, incluso mejor. Se sentía molesto. Inexplicablemente se molestó cuando la chica dijo que Midoriya podría esquivar sus ataques, considerándolo como el único y eso no podría ser, porque él sería capaz de evadirlos con gran facilidad, su particularidad de daba esa cualidad, incluso podría ayudarla a mejorar en sus ataques, reflejos y aumentar su velocidad...

(Nombre) podría lograr todo eso con él...

—Dudo mucho que sepa cómo poner una venda correctamente —habló Bakugo importándole poco que el peliverde se sobresaltara cuando pasó a su lado para acercarse; ella se tensó al ver la poca distancia que disminuía en cada paso hasta que lo tuvo delante, más alto, más fresco que otros días y su colonia llegaba hasta sus fosas nasales sintiéndose embriagada. Su cola lobuna se erizó y sus orejas se alzaron en señal de alerta—. La forma en que envolviste tu mano solo te provocará incomodidad al moverla, incluso con el tiempo la sentirás más apretada.

El aire abandonó los pulmones de la azabache, quería que Deku la golpeara una vez más y la mandara tan lejos como le fuera posible de él, de su tacto..., pues Katsuki tomó sus manos. Ya fuera solo para regañarle y recalcarle lo torpe que era al ponerse una venda aunque fuera para un entrenamiento clandestino, (Nombre) notó la importancia que Bakugo le daba, incluso en lo más mínimo que ella no consideraba.

Realmente le gustaba y si se lo preguntaban no se arrepentía de lo que escribió en aquel diario que ahora él mismo tenía en sus manos. Habían pasado algunos meses desde que lo perdió y no mucho desde que supo que él lo tenía, no sabe si él ya conoce su identidad; pero es algo que duda al no sentir la hostilidad con la que catalogó a la autora de ese diario como una piedra en su camino.

En ese instante Bakugo está tranquilo, quizá un poco molesto por sus descuidos a la hora de entrenar, y le hace sentir extraña, porque supone que solo la ve como una compañera, quizá como a Denki, a quien tiene que recordarle lo que hace mal para mejorarlo, o incluso tener que hacerlo él mismo. Tal vez se preocupa, pero a su manera y no como a ella le gustaría en algún momento de sus inalcanzables sueños.

Muerde su labio inferior por dentro, quiere reprimir sus sentimientos, esos que no serán correspondidos, esos que harán que él la vea como un estorbo. Se siente patética ahora, por distraerlo de su entrenamiento diario fuera de clases y por recibir un regaño de su parte por algo que debería saber hacer; también se siente molesta con ella misma por querer borrar algo de golpe, por querer mantenerse firme ante su objetivo de olvidar esos sentimientos y no poder hacerlo, porque lo admira tanto, porque es su debilidad.

(Nombre) realmente está enamorada de Bakugo. Le gustaba, lo veía a la distancia, pero ahora que lo tiene tan de cerca, lo aprecia mejor. Se pierde en el fuego en calma y cálido de su mirada, entre los robles firmes y alargados de sus pestañas inmunes a él, en medio de su blanca piel, de las firmes cimas de sus pómulos y la perfecta y maravillosa montaña que es su nariz espigada que desemboca en sus finos labios, de donde proviene su voz ronca a modo de regaño mientras le explica cómo debería vendar su mano herida. Si, estaba perdida en él, tanto que su mente lo idealizó como algo imposible. Que tal vez su relación solo llegue a mejorar como compañeros de clase y no llegaría a nada más; se odia por dejarse llevar, por permitir que su mente se convierta en una montaña rusa, donde al verlo la hace llegar hasta el cielo creyendo tocarlo y avivando sus esperanzas..., solo para bajar de golpe hasta el suelo, sumergida en la desilusión.

—Lo tomaré en cuenta —se limitó a decir, alejando su mano de las cálidas de Bakugo, sustituyendo su calor por el frio del ocaso que pintaba el cielo de naranja, casi pegando al rojo de la mirada en la que se perdía a menudo.

Se marchó. Dio media vuelta, queriendo detener esos pensamientos que la lastimarían aún más si se creaba nuevas ilusiones.

Y por instinto, Bakugo intentó atrapar sus manos, tenerlas entre las suyas como si no quisiera dejarlas escapar, pero se detuvo. Cayó en la cuenta de lo que sucedía, en que (Nombre) se alejaba de él. Sintió que si seguía tocándolo se quemaría, pero quien se quemaba era él.



***

—Ese es el trabajo para antes de iniciar sus pasantías a partir del año nuevo—la voz de Aizawa, cansada como todos los días, se oyó en medio del aula silenciosa, atenta a sus indicaciones—. Esta vez los de tercer año harán sus pasantías un mes antes de graduarse, abriendo sus posibilidades para trabajar en la agencia que elijan después de ello.

El mayor, tomando en consideración la condición de (Nombre), dejó un pequeño trabajo de práctica que sería diferente a los demás. En esa ocasión; por cada dos semanas que pasaran, cada alumno tenía que trabajar con otro para idear una táctica de combate juntos, como si fueran compañeros de una agencia y cada dos semanas habría enfrentamientos entre esas parejas, como héroes y villanos. Sería una buena forma de continuar con las practicas sin poner en riesgo a la clase en su totalidad al incluir a la azabache en ella, acordando que solo sería en el tiempo de las clases prácticas, principalmente para prestar atención a la chica y a su progreso, porque Aizawa confiaba en que ella podría lidiar con su nueva habilidad.

—Iida les dará una copia a cada uno de cómo quedarán las parejas —informó el azabache mostrando el paquete de hojas de blancas. Sin pedirlo, el presidente de la clase se puso de pie mostrando gran respeto y gratitud hacia el mayor por la nueva tarea asignada; caminó hasta el escritorio del profesor para tomar el pequeño paquete de hojas y repartirlas a cada uno de sus compañeros.

Cuando cada uno de ellos tenía su hoja, (Nombre) la estudió con cuidado, viendo que el primer compañero con quien trabajaría sería Kirishima y al instante alzó la mirada para encontrarse con él, éste hizo lo mismo y alzó el pulgar con euforia, provocando una ligera sonrisa en ella por saber que con estaría bien, que si en algún momento llegaba a ocurrir algo, Eijiro podría protegerse gracias a su don de endurecimiento; eso la llenaba de tranquilidad. Para el siguiente periodo Todoroki trabajaría con ella, encontrando la misma situación que el pelirrojo; curiosamente tenía como compañeros a aquellos con los que trabajó en la última práctica y se preguntaba la razón de ello. Posiblemente, lo más obvio sería que tenían la posibilidad de detenerla si llegaba perder el control cuando usara su particularidad durante la clase.

Un suspiro lleno de alivio escapó de sus labios al conocer a sus dos primeros compañeros. Se sentía agradecida de alguna forma por tenerlos como parejas para practicar, pues de esa forma no lucharía demasiado en contenerse y podría explotar al máximo su habilidad para así ir descubriendo cómo funcionaba; no tendría que preocuparse demasiado por herir a una de sus compañeras —aunque no dudaba de lo fuertes que eran—, pero, a la vez, le hubiera gustado tener la oportunidad de pasar más tiempo con una de ella y poder hablar de sus inquietudes..., aquellas en torno a su diario perdido y lo que recientemente sucedía con Bakugo. Quizá, más tarde, encontraría esa oportunidad.

Regresó su vista una vez más a la hoja, queriendo conocer la identidad de sus otros compañeros; pues la práctica se planeaba para una duración de dos meses antes de las pasantías, eso significaba que, a lo largo de la prueba tendría que trabajar con cuatro compañeros diferentes, por ello continuó con su lectura. El tercero, no sabiendo si para su desgracia, suerte, o cosa del destino —porque la escritora así lo decidió o gracias al poder del guion—, sería Bakugo y el ultimo Midoriya.

—Al final de la prueba —habló una vez más Aizawa dando pequeños pasos hacia la puerta del aula—, también deberán tener la agencia en la que decidan hacer sus pasantías, pues éstas iniciarán de inmediato. Eso es todo —el hombre salió del salón permitiendo que sus alumnos dispusieran en su totalidad el resto del día. Un viernes poco atareado, incluso el fin de semana, antes de iniciar con su última practica con cada una de sus parejas; aunque, antes de ello, navidad y año nuevo se acercaban.

Dentro de la residencia, el tiempo libre rebosaba por cada rincón de ella, siendo el momento perfecto para relajarse y platicar del día o cualquier tema que no fuera sobre la escuela, aunque había excepciones para quienes desearan tratar desde antes el trabajo en parejas. Algunos solo pasaban el tiempo relajándose en sus habitaciones y otros lo hacían en sala de estar.

—Creo que esto impedirá que practiquemos —(Nombre) comentó al aire mientras dejaba su vaso vacío en la mesa central de la sala, sabiendo que Midoriya le escucharía al estar sentado en el sofá delante de ella. Aprovechaban para hablar ya que el resto de la clase se encontraba en sus habitaciones, o hablado un poco más alejados que ellos.

—Es verdad, aunque podríamos encontrar un día para ello. Tal vez un fin de semana —sugirió Midoriya cerrando su pequeña libreta donde hacía anotaciones.

—No te tomes tantas molestias Deku, no quiero que te excedas en los entrenamientos. Sería suficiente con tus compañeros de práctica; podemos esperar hasta que nos toque trabajar juntos —habló la chica apenada. Realmente no quería que Izuku se esforzara demasiado con ella, (Apellido) podría encontrar la forma de practicar por su cuenta después de todo, pero tal vez sus palabras no serían suficientes para dejárselo claro.

—¿Ustedes practicaban fuera de clases? —la voz curiosa de Kirishima se oyó a un costado de ellos.

El pelirojo portaba una soda en manos y buscaba un sitio donde sentarse para pasar el rato. Creía encontrarse con sus mejores amigos ahí, pero se llevó una sorpresa al no encontrarlos, pues cada uno estaba en su habitación, y no había señales de Bakugo, que posiblemente había salido a trotar. Pensó en marcharse a su habitación y fue así hasta que los vio, podría hacerles compañía al verlos tan solitarios y además aprovecharía la oportunidad de hablar con (Nombre) para iniciar con su trabajo practico, pero no pudo evitar oír su conversación.

—Algo así —respondió a chica rascándose la nuca, esperando que no hubiera escuchado mucho de la conversación—. Pero ahora lo hare contigo ¿Recuerdas? —le sonrió.

—Wow eso es muy masculino —Kirishima se asombró por el desempeño de sus compañeros y las ganas de mejorar por su cuenta. Eso lo motivó aún más—. Daré lo mejor de mi entonces.

—También yo —aseguró la azabache con una ligera sonrisa— ¿Te parece si el lunes inciamos iniciamos? Quiero decir, ponernos de acuerdo para trabajar a partir del año nuevo... tengo algo que hacer antes si no te molesta.

—Por supuesto que no. Estoy bien con ello —aceptó Eijiro sonriente.


...



Nota de la Autora: No tiene nada que ver, o tal vez si, pero como ahora estoy enfrascada en leer mangas se me da la gana decir lo siguiente: se viene el arco de las prácticas en parejas ajsjsjs. Listo, ya pueden irse, bay.




JUN262021

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