FIN DE AÑO
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Sus ojos casi me perforaban. Cuando notó que no respondía, se reincorporó cruzando los brazos frente a su pecho pero manteniendo la misma pequeña distancia entre nosotros.
— ¿Qué quieres, Weasley? — dije finalmente, quejándome. Realmente no quería tratar con él en ese momento.
— ¿Qué pasa contigo? — preguntó con frialdad.
— ¿De qué estás hablando? Yo...
— Ni siquiera intentes decirme que no pasa nada, Arambella — Fred me interrumpió. — Has estado callada todo el día y mirando hacia abajo todo el rato. Ni siquiera sé qué te ha dicho el amigo de Wood, pero sea lo que sea, estoy seguro de que no ha sido un cumplido, y no le has respondido... ¿De verdad quieres fingir que no pasa nada?
— Perdona pero eso es exactamente lo que te ha dicho y no necesito fingir nada, Weasley, porque no me pasa NADA. E incluso si así fuera, no sería de tu incumbencia— respondí con amargura.
— Joder — escupió acercándose más a mí. — No trates de actuar de forma inocente conmigo, Lilith, los dos sabemos que no eres exactamente una "buena chica". Ahora, dime, ¿qué diablos estás tramando?
Lo miré con una mezcla de confusión, odio e ira. De repente, todas las emociones que había estado escondiendo durante todo el día me quemaron profundamente en mis entrañas y toda la tristeza se convirtió en pura rabia.
Lo agarré por la camisa y cambié nuestras posiciones, así que ahora era él el que estaba inmovilizado contra la pared. Mirándome sorprendido. Más rápido que nunca saqué mi varita de mi bolsillo y la presioné contra su cuello.
— Escucha, Weasley, y escucha con atención porque no te lo diré dos veces — empecé a murmurar en voz baja y fría, presionando más su cuello sin cambiar la expresión de mi rostro. — No soy el entretenimiento de Gryffindor, y no estoy tramando una mierda, si he estado callada hoy es porque no quiero que me provoquen y terminar acusada por asesinato, ¿te queda claro?
Su expresión pasó de pura confusión y conmoción a una sonrisa diabólica. — Clarísimo— dijo irónicamente. — Ahora, quítame las manos de encima.
En lugar de obedecerle, puse mi varita justo debajo de su barbilla.
— No juegues conmigo, Weasley. No estoy de jodido humor.
Su sonrisa se hizo más grande. — ¿Qué vas a hacer, eh? ¿Maldecirme?
Dejé escapar un gran suspiro de ira.
— ¡Eres jodidamente agotador! — grité, alejándome de él y recogiendo mi bolso para salir del baño.
— ¡Es bueno tenerte de vuelta, Arambella! — lo escuché reír a lo lejos una vez que ya estaba fuera del lugar, caminando por el pasillo.
UGH, MALDITO BASTARDO.
✵ ✵ ✵
El año escolar casi había terminado. Habíamos recibido nuestras calificaciones en los TIMOs hace dos días.
Había sacado Sobresaliente en Pociones, Defensa Contra las Artes Oscuras, Transformaciones y Encantamientos, y Supera las Expectativas en Historia de la Magia, Astronomía, Cuidado de Criaturas Mágicas, Adivinación y, sorprendentemente, en Herbología.
Liv y yo comparamos nuestras calificaciones y las dos estábamos felices con ellas, ya que sus exámenes estaban llenos de Sobresalientes y de Supera las Expectativas también.
Estábamos tan felices que ni siquiera el que Gryffindor ganara la Copa de las Casas de nuevo y la jactancia de los Ravenclaw por sus altas calificaciones, podían destrozar nuestro buen humor.
El último día de clase, estaba sentada en la oficina de Snape.
— ¿Cuáles son tus planes para estas vacaciones, Lilith? — Severus preguntó mientras se ponía de pie, mirando su estante lleno de elementos que usaba en sus pociones.
Suspiré.
Estar en Hogwarts no era nada fácil, pero definitivamente, la mayoría de las veces, el verano era mucho peor.
— Como todos los años, me voy a casa.
La palabra "casa" se sentía extraña en mi boca. Ese lugar donde vivía cuando mi familia todavía era una familia, ahora era solo un recuerdo borroso de lo que solía ser un lugar acogedor.
La Casa Arambella estaba llena de cuartos viejos e inútiles, y de cuadros de mi madre por todos lados debido a que había quemado y roto todos los de mi padre cuando él se fue.
Después de que mi madre fuera encerrada en Azkaban, la Casa Arambella se convirtió en un lugar prácticamente abandonado y triste donde Snape me dejaba bajo la protección de nuestros elfos domésticos y dónde sólo venía a visitarme, como mucho, dos veces al mes.
La casa estaba llena de recuerdos que la mayor parte del tiempo no los tenía presentes o que simplemente, eran demasiado dolorosos para siquiera intentar imaginarlos, pero era el único lugar al que podía que ir.
Severus también suspiró.
— Sé que es difícil para ti regresar a esa casa, pero como Dumbledore ha prohibido la estadía de estudiantes en Hogwarts durante el verano, no puedo hacer nada para ayudarte... aparte de ofrecerte mi casa en Spinner's End.
¿En serio?
— ¿Hablas en serio? — le pregunté sorprendida. Esta era la primera vez que se ofrecía a dejarme quedarme en su casa.
— Por supuesto. No podré pasar mucho tiempo allí ya que el profesor Dumbledore necesita mi presencia aquí.
— ¿Puedo llevarme a los elfos conmigo? Solo hay tres de ellos y todos son libres, pero parecen estar realmente apegados a la familia Arambella y he pasado todos mis veranos bajo su cuidado.
Él frunció el ceño. — Mientras no destruyáis mi casa, puedes llevártelos.
— Gracias... Severus.
Estaba a punto de llamarlo "tío", pero no lo había hecho desde los siete años, cuando nuestra relación aún era... buena.
— Sí, eh... es posible que desees saber las otras dos noticias — dijo tomando asiento frente a mí. — La primera es que se ha perdido el rastro de Sirius Black y que Peter Pettigrew está vivo.
— ¡¿Qué?!
— Si emm, aparentemente, el criminal de Black no podía mantenerse alejado de su ahijado y Potter, al igual que su padre, no puede alejarse de los problemas así que encontraron el camino el uno al otro y descubrieron que la repugnante mascota de Ronald Weasley era, de hecho, Peter Pettigrew escondido tanto de Black, como de la justicia.
Snape no parecía muy feliz con esa noticia, hasta donde yo sabía, Black y él no habían sido exactamente los mejores amigos durante su tiempo en Hogwarts.
— Eso hace que Sirius Black sea inocente, ¿no?
— Exacto — respondió con amargura.
— Entonces, ¿por qué escapó entonces?
— Porque Peter Pettigrew huyó antes que él y dejó a Black sin pruebas para demostrar su inocencia, y a este punto, todos sabían que estaba cerca de Hogwarts, así que alguien llamó a los Dementores y estaban listos para darle el beso.
Me quedé impactada.
¿Quién adivinaría que el vasallo principal de El-que-no-debe-ser-nombrado era en realidad un hombre inocente?
12 años en Azkaban pagando por un crimen que no cometió.
Un escalofrío cubrió mi columna vertebral.
— ¿Cuál es la otra noticia? — Pregunté tratando de evitar el tema de Azkaban. No era algo de lo que me gustara hablar.
— Ah, el profesor Lupin no continuará enseñando en esta escuela el próximo año — dijo mientras leía lo que parecía ser el periódico como si no le importara menos lo que estaba diciendo.
Un sentimiento triste se formó en mis entrañas, realmente apreciaba al profesor Lupin, él era uno de los pocos Gryffindors que no me trataba como si fuera una criminal o como si toda mi personalidad se basara en ser la sobrina de Snape. Era una buena persona, o al menos, realmente sabía cómo fingir serlo.
— Eso es realmente triste, ¿por qué se va?
— Los padres de algunos estudiantes se quejaron de su condición de hombre lobo y él presentó su renuncia.
Sabía que el profesor Lupin era un hombre lobo ya que Snape me lo había dicho hacía semanas, pero no sabía que era tan importante hasta el punto de no ser aceptado... Además, era el mejor maestro de todo Hogwarts de lejos.
— Severus, tengo que irme — dije agarrando mi bolso. En una hora todos estaríamos fuera de este lugar y quería pasar un poco de tiempo con Liv, y tal vez con Draco también, antes de eso.
Él no respondió y no esperé a que lo hiciera. Caminé por el pasillo con intención de ir al Gran Comedor cuando un pensamiento vino a mi mente.
Volví a cambiar en dirección a la oficina de profesores, pero esta vez, a una nueva, sin estar completamente segura de lo que iba a hacer.
Llamé a la puerta dos veces y la abrí cuando escuché un "pasa". Aún indecisa, vi al profesor Lupin hablando con una suave sonrisa a Potter, quien se dio la vuelta cuando escuchó el ruido de la puerta. Me miró con confusión y un poco de rechazo.
Tragué saliva.
Quizás esto no era una buena idea después de todo.
— Profesor, debería irme — murmuró Harry, agarrando un pedazo de papel con fuerza entre sus manos y comenzando a recoger sus cosas.
— Señorita Arambella, entre, por favor. ¿Necesita algo? — Lupin preguntó amablemente mientras Harry dejaba la habitación dándome una última mirada confusa.
Estaba congelada en la puerta.
— Uhm, sí, profesor. Se que no estará aquí el año que viene y quería despedirme de usted ya que ha sido un muy buen maestro y muy amable conmigo — me atreví a decir, no muy segura de cómo reaccionaría.
Por favor se amable. Por favor se amable. Por favor se amable.
Él sonrió. — Gracias a ti por haber sido una estudiante tan entusiasta. Escuché que obtuviste un sobresaliente en DCAO, ¡felicitaciones! Tienes mucho potencial para convertirte en una gran profesional, Lilith. ¿Quién sabe? ¿Has pensado en convertirte en Auror?
Lo miré perpleja.
¿Un Auror? ¿Hablaba en serio?
Sonreía, pero sus ojos parecían serios, como si realmente quisiera decir lo que estaba diciendo.
— No lo sé, profesor. Mi familia...— No me dejó terminar.
— La familia no nos define, Lilith. Nuestras decisiones sí. No importa si eres un Snape, un Potter o incluso la hija de Quien-tu-ya-sabes. Tú haces tu propio camino.
— ¿Una Slytherin convirtiéndose en Auror? — dije irónicamente pero tratando de sonar amable también.
— Bueno, la vida está llena de sorpresas. No todos los Slytherin tienen que ser malos, ¿verdad?
— No, no tenemos porque serlo — sonreí.
— Gracias, profesor. De verdad.
— Está bien. Solo recuerda lo que te he dicho, tú haces tu propio camino y no lo dudes. Nunca.
Le di las gracias de nuevo y un minuto después abandoné su oficina. Esta vez fui al Gran Comedor, donde todos almorzaban por última vez este año.
Estaba sentada frente a Draco, quien estaba hablando sobre algo que Potter le había dicho, pero no podía prestarle toda mi atención ya que Weasley estaba en la mesa de Gryffindor con sus ojos puestos en mí.
Estaba escuchando algo que Lee le estaba diciendo mientras ambos me miraban. Entrecerré los ojos cuando vi a Lee articulando "Circe", "intentando" y "Azkaban".
Sabía exactamente de qué estaban hablando.
Weasley sonrió con su típica mirada arrogante. Aparentemente, se jactaba en silencio de saber por qué había estado tan callada los días anteriores.
Como si toda la escuela no lo supiera ya, campeón.
Puse los ojos en blanco y concentré mi atención en Draco, que todavía se quejaba de Potter.
Una hora más tarde estábamos todos con nuestro equipaje, listos para partir. Diferentes grupos de amigos se juntaban por última vez en días, tal vez semanas o incluso meses. Estaba esperando apoyada en un árbol a Olivia para hablar con ella antes de que se fuera y de que Snape viniera y me llevara a la Casa Arambella para que pudiera llevar mis pertenencias y los elfos a Spinner's End.
Como Severus iba a estar fuera la mayor parte del tiempo, intentaría convencer al padre de Liv de que la dejara visitarme cualquier día del verano, pero era bastante improbable ya que los Lovegoods solían pasar sus vacaciones de manera extraña.
— ¡Oye, Arambella! — escuché una voz familiar gritarme. — ¿No vas a decirnos adiós?
Fred realmente disfrutaba mucho molestándome, incluso el último día de clases.
No dije una palabra, solo levanté mis dos dedos medios y junto con una sonrisa falsa en su dirección.
— ¡Uhh, qué gentil! — se rió irónicamente, seguido por sus compañeros que parecían encontrar a Fred como la persona más divertida del mundo. — Yo también te extrañaré, cariño. ¡Pero no te preocupes, el próximo año será más y mejor!
Salió del lugar con sus hermanos y hermana, listo para tomar el Express. Una vez que vi salir el tren, suspiré con puro alivio.
Finalmente, podría descansar un poco.