Human!Foxy
La chica miraba con un poco de temor la pantalla de su dispositivo, eran las cuatro de la mañana y solo le quedaba doce porciento de batería. Eso era malo, muy malo. Trataba de enfocar sus sentidos a sus alrededores al máximo, lo único que podía oír era el ventilador y la nariz de Freddy del póster cuando la apretaba, se asomaba de vez en cuando por los pasillos con cautela sin salirse por completo de la oficina. Tenía muy poca carga y deseaba ahorrarla lo más que pudiera, era complicado sobrevivir con solo esa cantidad de batería por dos horas, pero si se organizaba bien tal vez podría usar solo seis porciento de batería por hora... ¿cierto?
De repente se escucharon unos pasos yendo a toda velocidad por el pasillo que estaba a su izquierda, agarró lo primero que se le ocurrió y se hizo bolita en su silla, una vez que percibió que la entidad estaba en la puerta, aventó con toda su fuerza lo que había tomado.
—¡Auch! —se quejó—. ¡(TN)! ¡¿Por qué hiciste eso?! —era el zorro rojo.
—Porque me querías matar... —respondió la chica irguiéndose y mirando a las orbes doradas del chico.
—Bueno, sí, pero se supone que debes cerrar la puerta, ¡no que me avientes un ventilador!
—¡Perdón! Es que entré en pánico.
—¡Pero si lo hemos practicado varias veces! —soltó un suspiro con pesadez—. ¿Sabes qué? No importa —se sentó al lado de ella en el suelo—. Si viene alguno de los otros finge que has muerto, yo veré cómo le hago para que me crean.
El pirata, cuyo nombre era Foxy, rascó la parte trasera de su cabeza, estaba algo cansado y necesitaba un respiro. No tenía idea de qué había pasado, pero de cierta manera lo disfrutaba, aunque cuando pensaba en lo que dirían sus amigos no podía evitar estresarse. La historia era la siguiente: este era el tercer día que se llevaba bien con la guardia nocturna, y era su quinto día de trabajo. Durante el transcurso del tercer día pasó algo inexplicable, si de por sí las cosas ya eran raras al ellos ser animatrónicos y poder moverse, lo más extraño vino esa noche cuando por obra y magia de quién sabe qué se convirtieron en una especia de híbridos humano-animatrónico. Tenían aspecto de humano, pero dentro de ellos todo funcionaba como un robot, era como si fueran una especie de súper inteligencia artificial futurística, aunque esto solo pasaba en las noches a partir de las cero horas hasta las seis de la mañana, una vez el amanecer se daba volvían a su forma original.
La primera vez que se conocieron Foxy y (TN) en esa forma, fue bastante confuso para ambos, ella creía que era un vago disfrazado de pirata que se había metido durante la noche e intentaba sacarlo a la fuerza, él no estaba seguro de qué hacer pues no tenía todas las cualidades necesarias para matarla como cuando era un animatrónico puro. Simplemente optó por explicarle quién era, en el momento le pareció buena idea ir a la Bovedilla del Pirata a enseñarle cómo es que Foxy no se encontraba ahí porque él era el mismísimo Foxy. Obviamente esto se entendió mal y la chica lo acusó de ser un ladrón, estuvo a punto de irse camino a su oficina a llamar a la policía cuando escuchó sonidos extraños provenientes de una de las habitaciones contiguas, la piel se le heló y se quedó paralizada sin poder decir nada, intentando distinguir qué tan lejos estaba quien hacía el sonido; por otro lado, el pelirrojo sabía perfectamente qué, o más bien, quién era. La sujetó con su mano robótica y se escondió con ella en la Bovedilla del Pirata, cerrando en su totalidad las cortinas para que nadie pudiera ver dentro. Foxy la tenía abrazada contra él, y mantenía su dedo índice en sus labios indicándole que no hiciera ningún ruido. ¿Qué lo había impulsado a ayudarla? No tenía ni idea, todo lo que pasaba ese día fue bastante confuso.
Las horas pasaron y esa misma noche cayó en cuenta de que la muchacha no era mala como sus amigos y él pensaban, todo lo contrario, era bastante charlar con ella. ¿Han escuchado del amor a primera vista? Pues aunque Foxy no se enamoró en el instante que la vio, después de tratarse sí empezó a sentir cosas por ella, se sentía cálido aunque su interior estaba hecho de metal frío, sentía un cosquilleo causado por un poco de electricidad que recorría su cuerpo robótico; no podían culparlo, después de pasarse muchísimo tiempo en soledad sin nadie con quien realmente congeniar además de Freddy, Chica y Bonnie, y pasar cada día de su no-vida jugando con niños era normal que ahora que era mitad humano empezara a tener tales necesidades también en cierta medida. Una vez que llegaron las seis de la mañana, la joven mujer pudo ver con sus propios ojos como el chico con el que había pasado toda la noche volvía a convertirse en animatrónico.
—(TN)... —habló el de orejas de zorro sacándola de su concentración.
—¿Qué sucede, Foxy?
—¿Me dejarías matarte? —el silencio reinó por unos segundos.
—¿Tú quieres matarme? —preguntó un poco consternada la chica.
—No, en realidad no...
El pelirrojo recargó su espalda en la pared de la oficina y raspó un poco el suelo con su gancho pirata haciendo un ruido un poco desagradable. La muchacha estaba a punto de pedirle que dejara de hacer eso cuando inesperadamente las luces se apagaron. Una melodía infantil muy familiar empezó a sonar desde la oscuridad, normalmente esa tonada calmaría a los niños, pero en estas circunstancias no hacía más que perturbar a cualquiera que la escuchara.
"Maldición." Gruñó Foxy al ver un par de ojos brillantes parpadear en la entrada de la puerta.
Una vez la música paró, el pirata sabía lo que se venía, por lo que en cuanto sintió a Freddy lanzarse en dirección a la muchacha, él rápidamente se interpuso entre los dos con la intención de detener al oso, el pelirrojo estaba dispuesto a recibir el año por ella, de hecho estaba preparado, pero eso nunca llegó. Freddy lo estaba abrazando.
Ambos se quedaron viendo con notoria confusión, Foxy no se esperaba esa acción y el morocho no se esperaba encontrar con el pirata.
—¿Freddy?
—¿Foxy?
—¿Qué rayos haces...?
—Podría preguntarte lo mismo —contestó el oso separándose de él—, yo venía a abrazar a (TN) —dijo a la vez que se puso al lado de la chica.
—¿Cómo? —cuestionó el de ojos dorados en completa confusión.
—¡Disculpen la tardanza! —exclamó una voz femenina entrando por la puerta junto con un acompañante, eran Bonnie y Chica.
—¡¿Qué es esto?! —preguntó la guardia nocturna al ver lo que sus amigos traían en sus manos, la rubia tenía un pastel y el conejo sostenía dos refrescos de tres litros con vasos desechables.
—Tuvimos una pequeña discusión sobre el sabor del pastel.
—¡No tenían que molestarse! —respondió (TN).
Foxy veía a su alrededor como sus tres compañeros charlaban con la muchacha como si fueran viejos amigos que se llevaban muy bien, ninguno de ellos actuaba hostil en su contra, al contrario, todo estaba lleno de risas y sonrisas. Como si fuera lo más normal del mundo, la joven mujer y Bonnie comenzaron a organizar los platos para repartir el pastel de su sabor favorito. Cuando (TN) se acercó a él para ofrecerle su pedazo, Foxy reaccionó.
—¿Qué hacen todos ustedes aquí?
—Festejando el cumpleaños de (TN). ¿No sabías? —preguntó Chica como si fuera lo más obvio del mundo.
—¿Qué? ¡No! No me refiero a eso —Foxy negó fervientemente con la cabeza—. ¿Desde cuándo se llevan bien ustedes cuatro?
—Ayer, ¿por qué la pregunta? —dijo Freddy comiendo un poco de pastel.
Todos los días que se habían conocido el zorro pirata y ella los había mantenido ocultos por temor a que sus amigos pensaran mal de él o que quisieran aprovecharse de su amistad para usarlo como carnada y matarla. De hecho, él estaba muy convencido de que ellos querían asesinarla antes de que pasara esto. ¿Cómo es que no se había dado cuenta de lo que sucedía?
—No... por nada —contestó Foxy imitando la acción de Freddy.
(TN) soltó una tierna risilla que, de haber tenido sangre, sonrojaría al pelirrojo. Luego con su dedo índice tomó un poco de batido del pastel y se lo embarró en la nariz a Foxy, él solo atinó a sonreír un poco avergonzado. Si algo bueno podía sacar de esto, es que ahora no tenía qué escabullirse para poder verla.
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Publicación: jun. 23, 2021