C a p i t u l o 48 "Aeropuerto"
Maratón 1/3
El tiempo en España se había alargado más de lo que esperaba, siendo así que, mi estadía había durado los dos meses y debía ser sincera: lo había disfrutado de todas las maneras posibles.
Pero ahora, estaba de regreso en Londres y eso sólo podía significar una cosa.
Con mis maletas en mano, camino hasta una de las miles de salidas que hay en el aeropuerto y me dedico a esperar por algunos minutos.
El automóvil llega indicándome que ha venido a buscarme.
Los faros del descapotable me iluminan y consigue estacionarse frente a mí.
Decido quedarme quieta, sin hacer algún movimiento o sonido que indique cómo me siento justo en este momento.
Observo que mi mejor amigo baja lentamente del bello automóvil y como siempre, no puedo evitar sentirme embobada con el porte que este hombre desprende, incluso, soy consciente de que se gana la mirada de muchas mujeres que se encuentran en nuestro alrededor.
Harry Styles está aquí luciendo un traje negro con un abrigo del mismo color y con el rostro y cabello perfectamente impecable.
Como todo, sus movimientos son lentos y mis piernas de alguna manera tiemblan un poco al notar que sus ojos, en todo momento, están enfocados en mí.
— Isabella — mi nombre es lo primero que pronuncia y su voz ronca ocasiona una impresión en mí
— Hola, Harry — respondo en un susurro
— Permíteme ayudarte con tus maletas — comenta
Nuevamente me quedo callada y desde mi lugar, puedo percibir que Harry está sumamente nervioso, pues los gestos en su rostro y los movimientos en sus manos, son lo único que necesito para comprobarlo.
— Ya está todo en el maletero — dice una vez que no queda nada de mi equipaje — Vamos
Harry abre la puerta del copiloto y con ayuda de su mano, me ayuda a ingresar en el elegante automóvil. Aun no conseguía acostumbrarme a él; de la misma forma, el chico de ojos verdes rodea carro y segundos más tarde, está sentado a mi lado, sin embargo, no parece que tenga intenciones de encenderlo y comenzar a conducir.
— Isa, te he traído algo — murmura entre la oscuridad y gira su cuerpo hacia el asiento trasero, de dónde saca un gran ramo de flores, específicamente, girasoles — Bienvenida a la ciudad — sonríe
— Esto es demasiado, Harry — menciono sintiéndome sorprendida — Son hermosos, gracias, es muy lindo este detalle — sonrío de igual manera y por unos segundos, los dos nos observamos atentamente
— Próxima parada, tu departamento — dice y ahora sí, noto cómo comienza a manejar
Por primera vez, no existe la necesidad de encender la radio; el silencio parece reconfortante y el único ruido a nuestro alrededor, es el de la ciudad.
Al ser media noche, al ambiente resulta un poco tranquilo, por lo que, con demasiada facilidad, Harry consigue manejar por las calles y avenidas de ésta hermosa ciudad. El viaje es largo, lo cual nos ayuda a intentar pensar en cuáles serán las siguientes palabras que pronunciaremos.
— Ha pasado un tiempo desde la última vez que escuché de ti — decido romper el silencio
— Lo sé — responde — Ese viaje en España se alargó ¿Lo disfrutaste? — pregunta y por un momento gira su cabeza en mi dirección. Yo asiento — Me da gusto, Isabella — sonríe — Gemma constantemente mencionaba que te encontrabas feliz de estar allá y eso siempre me alegró
— Gracias, Harry — suspiro — Fue un tiempo agradable ¿sabes? Conocí mucha gente, además, Madrid es una ciudad preciosa — hago una pausa — ¿Qué hay de ti?
— Todo va mejor — contesta — Me mudé
— ¿Cómo?
— Necesitaba algo nuevo y ese departamento ya no se sentía más como mi lugar — se encoge de hombros — No está muy lejos del centro así que aún quedan cerca nuestros edificios
— Eso es increíble, Harry — digo sincera — ¿Hace cuánto lo hiciste?
— Recién tu partida, supongo que eso me ayudó a tomar algunas decisiones en mi vida — asiente y parece un poco indeciso en lo que quiere decir a continuación — Llevo unas semanas asistiendo a terapia y en los próximos días por fin termina el proceso del divorcio
Por un momento siento que es demasiada información y trato de asimilar todo lo que ha mencionado.
Mudanza, terapia, divorcio.
Muerdo mi labio inferior como si de alguna manera realizar esta acción me ayudara a concentrarme en la conversación.
— ¡Vaya! ¡Esos sí son muchos cambios! — suspiro a la vez que sale de mis labios una risa nerviosa — Me parece maravilloso, Harry, de verdad
— Gracias, Isa — ahora es su turno de agradecer — Es muy bueno tenerte de regreso — su mirada está puesta en mí — Te eché demasiado de menos
— Lo mismo digo, Harry — susurro mirando sus ojos verdes
— Háblame de tu viaje
Y así lo hago, comienzo a actualizarlo acerca de lo sucedido en España, sin embargo, no menciono la oferta laboral que me han propuesto.
Pareciera que Harry no puede mantener sus ojos salvajes en la carretera, pues constantemente, aprovecha cualquier momento para mirarme y dar pequeños asentimientos ante mi narración.
Minutos después, hemos llegado a mi edificio y él haciéndose cargo de mi equipaje, caminamos hasta la entrada y una vez que estamos en el elevador, los nervios se vuelven más intensos dentro de mí, aun así, trato de respirar profundamente y cuando llegamos a mi piso, ambos nos dirigimos ahora hasta mi departamento.
A pesar de que las luces están apagadas, deja las maletas sobre el suelo y percibo la manera elegante en la que se quita el abrigo.
Con mis manos busco el apagador y cuando lo presiono, las luces se encienden. Tardo un poco en adaptarme a la iluminación del departamento, el cual, luce completamente igual a la última vez que lo vi antes de hacer ese viaje de trabajo.
— ¿Quieres algo de beber? — le pregunto
— Un vaso de agua estaría bien
Asiento a sus palabras y con pasos lentos voy hasta la cocina.
Estando ahí, intento concentrarme en la simple tarea de buscar un vaso y llenarlo con agua, pero, hay algo en el ambiente, hay algo en Harry, que me tiene con los pelos de punta y aun no logro descifrar de qué se trata.
Él está ahí, de pie en medio de la sala observando a su alrededor mientras juguetea con los anillos en sus dedos, los gira, los acomoda y parece que intenta reconocer su textura.
— Aquí tienes — digo cuando me encuentro frente a él y parece que mi voz lo saca de sus pensamientos, pues se sobresalta un poco
— Gracias — susurra con la voz más ronca de lo normal y no puedo evitar sonrojarme al ver que su mirada cae en la corta falda que llevo puesta
Harry da un largo trago y mientras lo hace, sus ojos no se alejan de los míos y pareciera que yo tampoco tengo la intención de desviar la vista.
Lentamente aleja el vaso de sus labios y solo se gira por un momento para dejarlo sobre la pequeña mesa de centro que está a sus espaldas. Cuando recupera la postura, detecto que de manera casi sutil, muerde su labio inferior.
Y a este punto, me parece que ya puedo reconocer que es ese algo que me tiene así.
Hay una maldita tensión que se puede palpar por todas partes y eso me preocupa, porque esto podría terminar en llamas ardientes o en el paraíso.
Parece que, de manera automática, Harry y yo decidimos recortar el espacio que hay entre nosotros, pues, de un momento a otro, nuestros pechos casi están chocando, pero a pesar de esto, una vez así, ninguno hace algún movimiento.
Al menos no, hasta que es él quien decide hacerlo.
— Me encanta como se ven tus labios con este tono rojizo — dice Harry y de manera demasiado lenta, como si tratara de torturarme, mueve su mano hacia arriba y pronto, con su pulgar se encuentra delineando mis labios
Mi respiración se ha vuelto agitada y la suya también, ya que detecto como su pecho se infla de manera rápida.
El contacto de sus anillos fríos con mi piel ocasiona un escalofrío que me sube desde los pies a la cabeza y sé que Harry lo percibe debido a que su mirada se oscurece más; esa mirada de James Dean que lo caracteriza.
— No he podido dejar de pensar en ti, Isabella — susurra en medio del gran silencio
— También me ha pasado algunas veces, Harry — confieso y pareciera que mis palabras lo toman por sorpresa — Se supone que debería decirte que te vayas porque sé exactamente a donde nos lleva esto — suspiro — Pero no puedo dejar de darle vueltas
Harry posa sus grandes manos en mi cintura y el roce de sus labios con los míos resulta ser una tentación que no puedo controlar y es por ello que tomo la valentía de acortar la diminuta distancia que quedaba entre nosotros.
No tenía idea de si esto era lo correcto pero necesitaba su toque por todo este tiempo de ausencias.
Y no sólo me refería a estos dos meses, sino a los doce años sin él.
Una de sus manos sube y se posiciona en mi nuca para acercarme más a él y profundizar nuestro beso, ocasionando que de esta forma, mis labios se abran y Harry pueda introducir su lengua.
Su lengua vuelve a ofrecerse cálida, suave y dulce y tiene ese característico sabor a menta y al ser algo tan familiar, me hace gemir sobre sus labios.
Mis manos se colocan en su pecho y me ocupo acariciar así todo su duro abdomen, por otro lado, la mano que tiene en mi cintura pronto comienza a masajear esa zona pero más tarde, con lentitud, baja a mi trasero.
El beso comienza a ser urgido y lo único que se escucha en el departamento es el ruido de nuestros labios chocando y nuestras respiraciones siendo un desastre.
Harry nos mueve y comenzamos a caminar hacia atrás hasta que choco con la mesa de comedor.
El chico de ojos verdes, en un ágil movimiento, me gira y esto ocasiona que mi espalda choque con su pecho; rápido, se encarga de dejar besos húmedos en mi cuello y sin pensarlo dos veces, Harry mete sus manos debajo de mi falda y con sus agiles dedos, consigue deslizar mis bragas por mis piernas.
Una vez sin ellas, una de sus manos se acuna en mi intimidad y con movimientos suaves y relajantes, comienza a hacer un masaje sobre la zona húmeda.
De mi boca salen algunos gemidos y suspiros pesados que provocan que Harry gruña sobre mi oído y aumente el movimiento de su mano.
— Déjame hacerte el amor, Isabella — suplica con la respiración agitada— Por favor
Consigo pegarme más a su cuerpo y obtengo un gemido de su parte justo en el momento en el que mi trasero choca con su miembro, el cual, está completamente duro.
Aunque me pesa hacerlo, alejo su mano de mi intimidad y me giro para observarlo por unos segundos: sus labios color cereza están más rojos y sus mejillas se encuentran sonrojadas, los rulos de su cabello son un desastre y el elegante traje que lleva puesto está un poco arrugado.
Una de mis manos acaricia sus parpados, su frente, sus mejillas, su preciosa mandíbula y finalmente, ahora soy yo quien delinea sus labios.
Sus ojos brillan dejándome claro lo excitado que se encuentra y no necesito más en este momento.
Mis manos comienzan a deshacerse de su elegante cinturón Gucci y cuando lo consigo, desabotono su pantalón y bajo el cierre.
Harry gruñe y nuevamente, con urgencia, besa mis labios y con ayuda de sus fuertes brazos me toma y me sienta sobre la mesa.
Sin dejar de besarnos, el chico de ojos verdes abre mis piernas. Siento como se ocupa de bajar sus pantalones junto con sus boxers y dejando un mordisco en mi labio inferior, se separa por unos instantes para observarme con suma atención; sé que está tratando de descifrar si realmente me encuentro bien con lo que estamos haciendo.
A pesar de la ardiente situación, Harry Styles no deja de ser ese hombre que se preocupa por ti.
— Estoy bien — susurro
Mi mejor amigo me dedica una sonrisa preciosa y acerca sus labios a mi frente, donde se queda quieto por unos instantes y deja un suave beso que se siente como el roce de una pluma.
Harry toma su miembro y con demasiado cuidado y una gran agilidad, comienza a introducirse en mí, generando así, un delicioso espasmo en mi interior.
Con lentitud, comienza a moverse con el fin de que pueda adaptarme a su gran tamaño, pero cuando lo consigo, dicha lentitud desaparece y poco a poco las estocadas que da se vuelven más intensas.
En algún momento, consigo quitarle la chaqueta negra que hace conjunto con su traje y así mismo, comienzo a desabotonar su camisa. Por su parte, él decide deshacerse de mi blusa negra y segundos más tarde, de mi sostén, dejándome solo con la falda enrollada en mi cintura y los pequeños tacones puestos.
Estaba segura de que la imagen que estábamos dando era demasiado.
Los anillos de sus dedos se encajan en la piel de mi cadera y aunque deberían molestarme, sucede todo lo contrario.
Beso su cuello, su mandíbula, sus labios, su clavícula y esas dos golondrinas que tiene tatuadas en el pecho. De esta misa forma, encajo mis uñas en su espalda dejándole posibles marcas, pero es que la intensidad con la que estamos haciendo el amor provoca que no mida mis acciones.
Gimo su nombre demasiadas veces y Harry tampoco deja de pronunciar el mío.
Por un momento, el ritmo baja y comienza a entrar con demasiada lentitud que sé perfectamente que lo único que busca es burlarse de mí.
— Más rápido — le exijo, sintiendo como el sudor de nuestros pechos se mezcla al estar completamente pegados
— A mí me gusta de esta manera — murmura sobre mi oído y nada tonto, comienza a mordisquear suavemente mi oreja
— Por favor, Harry — gruño y esto lo toma como una señal para meter una mano entre nuestros cuerpos y comenzar a acariciar mi sensible clítoris — ¡Mierda!
— Míranos, amor — susurra y me indica que gire hacia la derecha, donde hay un espejo y este nos permite ver la manera en que se ven nuestros cuerpos — ¿Te das cuenta de lo bien que encajamos?
— Se vería mejor si te movieras más deprisa — digo y doy una pequeña mordida en su barbilla, ocasionando que suelte una gran carcajada
El cabrón se estaba divirtiendo con esto.
— Eres un hijo de puta — suelto, sin embargo, tenía que admitir que me estaba encantando este juego
— Y tú eres un jodido ángel — gruñe sobre mis labios
— No lo creo — muerdo su labio inferior y con lentitud lo suelto — Mi madre estaría muy decepcionada si supiera que me estoy acostando con un casado
De la garganta de Harry brota una enorme y divertida carcajada y al ser tan contagiosa, no puedo evitar unirme a él.
— Bueno, si tu madre va a estar decepcionada, al menos hay que darle el mejor de los motivos
Y es con esto, con lo que Harry vuelve a aumentar sus movimientos tomándome por completa sorpresa y borrando de mis labios la sonrisa estúpida que estaba hace unos instantes, sin embargo, el estúpido de mi mejor amigo continúa con la suya.
Unas cuantas estocadas más y las venas en el cuello de Harry comienzan a notarse y unos segundos después, ambos nos venimos con sincronía.
Nuestras agitadas respiraciones se mesclan y nuestros ojos intentan no perder el contacto, sin embargo, el cansancio comienza a invadir mi cuerpo debido a la reciente actividad y las horas del vuelo, por lo tanto, pronto mis parpados comienzan a pesar.
— Vamos a dormir, amor — dice Harry
Se encarga de deshacerse de la ropa que estaba enredada en sus tobillos y así mismo, se quita los zapatos y calcetines. A continuación, se hinca y procede a deslizar mi falda y sacar de mis pies los tacones negros.
— Me encantaría dejarlos porque luces tremendamente sexy con ellos — susurra divertido
— Puede que luego me los ponga — murmuro con una sonrisa adormilada
Harry besa la planta de mis pies y vuelve a levantarse para ahora sostenerme entre sus brazos llevarme hasta mi habitación.
Se encarga de depositarme con suavidad en la cama y después se dirige al baño y regresa con una pequeña toalla húmeda y con esta se ocupa de limpiar la humedad entre mis piernas.
— Ya ven a acostarte — le pido y con una sonrisa, él obedece
El guapo hombre se recuesta a mi lado y pronto me acurruca en su pecho.
Mientras deja algunos besos en mi cabeza y acaricia suavemente la piel de mis brazos, yo me ocupo de pasar mis dedos por su pecho y poco a poco, consigo quedarme dormida.
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Otro capítulo intenso que fue creado gracias a todos los aprendizajes que me ha dejado Wattpad jajajaja
Aquí tienen el último maratón de Your Type a petición de las chicas de WhatsApp ❤️
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TPWK