Harry
Cansado de todos los programas, miré nuevamente la hora: ya son pasadas las tres de la mañana y no tengo ni un mensaje suyo que indique su regreso. ¿La estarían pasando bien? Mel se veía muy emocionada de ir, y sus padres me contaron lo mucho que ella disfrutaba de este tipo de eventos. Ella lucía hermosa (más de lo usual) con ese lindo vestido, y ambos prometimos que apenas saliéramos de esta situación tendríamos una cita en un fino restaurante que nos permitiera recrear la experiencia de un baile solo para nosotros. La verdad nunca me consideré fanática de esa clase de eventos, y en cambio ahora me muero de ganas por acompañarla a uno.
—Las vueltas de la vida.
Y vaya que 360 grados no alcanzan para medir el abrupto e intimidante cambio. He perdido casi toda mi cordura y la poca que se mantiene sigue en su lugar por el consuelo de que ella está presente a cada paso confiándome su mundo entero sin dudar por nuestro amor. No hay retorno a estas alturas, mas ahora que aceptó la carga de entrenar a ese simpático omega junto con otras tareas que según me explicaron, incluso si ya no tomará el puesto como beta, debe cumplir como hija del actual. Me enorgullece la decisión con la que avanza y enfrenta aquel pasado que tanto intentó enterrar y que en parte sé que sigue escondiendo, y si nos tomamos muchas horas en las cuales la he invadido de preguntas tanto serias como ridículas. La amo, y noto esas sonrisas falsas que ocultan tanto el dolor físico como emocional que carga. Por ello no la fuerzo. Busco darle su espacio y cuando esté lista le daré todo mi apoyo. Pero aún con todas las locuras, el ataque y lo paranormal, me siento feliz. Mi magnifica novia siendo su mejor versión me inspira. Esa es la esencia que me enamoró. Casi me mata del susto, lo admito, sin embargo desde entonces las cosas no son "taaaan" malas. Incluso sin tocarnos por el vínculo disfrutamos de la compañía del otro y de sus padres, que ya me aceptan casi al cien por ciento como pareja de su hija tras una gran cantidad de pruebas e interrogatorios de los cuales la pelinegra no tiene que enterarse. Su padre me intimidaba ya como suegro, ni hablar ahora que descubrí su peligrosa naturaleza. Lo más loco es que igualmente deseo permanecer aquí. Incluso sabiendo que ella no planea convertirme y que eventualmente envejeceré y moriré dejándola sola. Y eso me duele.
Ya me explicó el motivo y personalmente creo que es ridículo su miedo a que encuentre a mi mate y la deje. A ver: Matt y Mel se rechazaron, yo también en dicho caso apostaría todo con total de seguir a su lado. Me da igual las advertencias del pelinegro o las creencias que comparten, yo soy un humano. Creo y soy fiel a que el amor a primera vista no existe, y que este nace gracias a la dedicación y el esfuerzo de ambas partes. Y descartando ese argumento, el otro igualmente me resulta absurdo: "deberás abandonar el mundo humano para siempre". ¿Castigo o premio? Es la menor de mis preocupaciones esa; de todas formas en él me encuentro solo. Soy hijo único de un matrimonio completamente contrario al de mis suegros; en otras palabras, hijo de un hogar extremadamente disfuncional y, para colmo, ellos mismos fueron quienes me expulsaron de sus vidas y cortaron todo contacto cuando preferí ser un guardabosque en lugar de estudiar un "verdadero oficio".
No es muy difícil poner ambas vidas en una balanza y ver que con lo poco que aprendí en mi estadía que la gente aquí es superior en todo sentido a las civilizaciones humanas. En la manada todos se ayudan, están conectados y son leales entre sí. Son una manada cuya fortaleza se basa en la unión, y que en cuanto mi reclusión finalice pienso recorrer de arriba abajo. Sobre todo aquel puesto de helados que Braham dice es el favorito de su cachorra.
—¿Cachorra?
Me reí, ya me acostumbré a esa clase de términos tan tiernos. Todo gracias al anteriormente mencionado que lo repite a cada rato. ¿Será que no recuerda el nombre de su hija? Negando con la cabeza y ya cortando un poco con esta manía de sobrepensar todo, acomodé la sala y miré nuevamente el pequeño paquete en mis manos. Planeaba esperarar y sorprenderla, hablar un rato e irnos a dormir.
—Está bien, debo ser positivo.
Fui a mi recamara, guardé el obsequio en la mesita de luz y me dispuse a dormir. Lástima que mi mente seguía dando más y más vueltas, esta vez ideando un plan perfecto para entregarle el presente e imaginando su reacción. Así el tiempo trascurrió hasta que el sonido en la planta baja se hizo presente, junto con unos suaves pasos que se acercaron y con cuidado abrieron la puerta. Me quedé quieto fingiendo estar dormido y con una risa Mel prendió la luz.
—Harry, soy un licántropo. Puedo escuchar el sonido de tu corazón y sé que no estás dormido. Aunque deberías.
A modo de rendición levanté ambos brazos y ella se acercó y se sentó en el borde de la cama.
—Me declaro culpable, su señoría, por querer esperar a que mi linda novia regrese.
Siguiendo el juego ella se cruzó de brazos y fingió seriedad.
—Por admitir su crimen lo condeno a ser el novio más dulce del planeta.
—Me haré cargo entonces —sonriendo acorté un poco nuestra lejanía—. Ya en serio, ¿cómo lo pasaste?
Un hermoso brillo se instaló en sus ojos mientras me contaba un sinfín de acontecimientos, aunque por lejos el de Aron siendo perseguido por un beta intentando coquetearle se llevaba la corona en cuanto a comedia.
—Bueno ya, es suficiente —dije cuando el sueño me comenzó a pesar.
—En realidad hay algo muy importante que pasó y que necesito que sepas.
¿Algo importante? ¡Oh, cierto!
—Shhh... —la callé—. Primero ten esto, estuve esperando como cuatro días para dártelo. Ya después me cuentas —de prisa abrí el cajón y saqué el paquete.
—¿Un regalo? —parecía una cachorra emocionada— Ay, amor, no era necesario.
—Ábrelo.
Impaciente como siempre, rompió el envoltorio y su reacción superó por lejos mis expectativas.
—¡Harry! Son hermosos —fascinada, se probó el par de guantes azules con bordados blancos— ¿Cómo...?
—Ya no soportaba ver tu dolor al tocarme, así que Helena me presentó a una modista de la manada —sonreí—. Le di los detalles para el diseño y usamos como molde unos viejos de cuando eras más pequeña y asistías a los bailes. Si necesitan algún ajuste los podemos cambiar y...
—Son perfectos, Harry, gracias —acarició mi rostro y me dejé acunar por completo con los ojos cerrados por su cálido tacto ignorando la fina y suave tela que actuaba como barrera de protección.
El alivio al ver que funcionaba fue inmenso.
—¿Crees que también puedan hacerme unos para los labios? No sabes cómo quiero besarte.
Sonrojado por su comentario me alejé y deposité un suave beso en sus nudillos.
—Pronto —enredé nuestros dedos—. Pero por ahora, ¿qué pasó en el baile?
Su cuerpo se tensó, entendí que el tema era serio, y un mal presentimiento se instaló en mi pecho.
—Sea lo que sea, puedes decirlo.
—Harry, te amo —Mel apretó mi agarre—. No quiero malentendidos entre nosotros. Pasó algo con el alfa Oldiver, nada malo en realidad, al contrario... —suspiró— Él me pidió algo.
—¿Algo?
Mantuve la calma como se supone para que hable con confianza.
—Elian quiere que yo esté al mando a su lado en un futuro. Quizás en cien o doscientos años...
Un escalofrío recorrió todo mi cuerpo y toda la paz se fue y fue reemplazada con un sinfín de escenarios horribles. Todos protagonizados por el alfa que últimamente se la pasaba al pendiente de mi novia y que ya ha despertado inseguridades que consideré absurdas y que ahora se manifestaban. Fruncí el ceño.
—¿Por qué?
Pregunté de la forma más absurda. Es evidente el motivo, "cien o doscientos años", claro que ya estaré más que muerto para ese entonces. Es como comprar vasos extra en caso de que los que tienes se rompan. Están acordando mi reemplazo. ¿Tan insignificante es mi existencia? Entiendo que no viviré tanto y que ella tiene todo el derecho de a futuro rehacer su vida y seguir adelante, ¡Pero ni me han enterrado aún! Un poco de respeto, un tiempo de luto es lo mínimo, creo yo. Quiero decir: si ella muriera, hoy no puedo ni siquiera imaginar en volver a ver a alguien más ya que es el amor de mi vida, y me enfurece ver que no es recíproco. No sé nada de su mundo, y si llegaron a este tipo de propuestas vaya a saber Dios todo que hicieron juntos previamente. Me niego a aceptar una infidelidad de su parte. Mi Mel no es así, ella jamás...
—Sé lo que estás pensando. Y la respuesta es no. Actualmente es no, y mientras sigamos juntos te puedo jurar que no voy a flaquear. Por ello te lo digo de frente, así como no puedo prometerte que haré el día de mañana. No tengo una respuesta para eso. El tiempo lo dirá y es cierto que ser la compañera de Elian representaría conseguir todo lo que siempre soñé, pero... —de golpe ella se puso de pie y volteó a la ventana— Debo irme, luego seguimos con esto.
Quiso irse y se lo impedí sujetando su brazo desde mi lugar.
— ¿Luego? ¿Cómo, que luego? Vienes, me dices esto, ¿y quieres que hablemos luego?
Sin importarme nada alcé la voz. Me siento tan aterrado viéndola desde abajo, tan intimidado por esos ojos que se tornaron en los de una cazadora despiadada que me advertía de no continuar y soltarla, y sin embargo el coraje atragantado en mi garganta no me permitió retroceder.
—Harry, necesito hacer algo importante ahora, te prometo que cuando vuelva...
—¿Y esto no es importarte? —ataqué— ¿Qué es más importante? ¿A dónde vas? ¿Siquiera vas a volver?
Mis ojos se llenaron de lágrimas y mi voz se quebró con cada palabra. Mis miedos por fin se liberaron y ella lo notó. Respiró hondo y acarició mi cabello con delicadeza. Mi orgullo decía que me corra, que dejase esa sumisión de lado, y mi corazón al contrario la acepta sin quejas, buscando más de ese consuelo. Solo quiero que me abrace, que me bese toda la noche y susurre dulces mentiras blancas en mis oídos prometiendo que se quedará para siempre y que nos iremos tan lejos que todo esto no será más que un recuerdo enterrado. Necesito despertar y ver que se trata de una pesadilla y que en realidad ella prepara el desayuno en la cocina de nuestro pequeño hogar mientras tararea dulces melodías.
—Lo siento Harry, pero no depende de mí.
Rápido o lento, no lo noté con claridad porque mi mente se congeló en el instante que se soltó y sin mirar atrás me abandonó en esa solitaria habitación para irse a quién sabe dónde en compañía de alguno de sus iguales. Y en ese instante de dolor donde quería llorar hasta caer rendido, un vistazo por la ventana me golpeó en el alma. Afuera en el patio Matt y ella se encontraron y juntos siguieron su camino. Estoy tan harto. Incluso si dice lo contrario Mel acaba de elegirlo a él. Quizás es momento de enfrentar la realidad, de entender que sin importar cuánto me esfuerce o qué tan bien todos me "acepten"... no cambiará el hecho de que no pertenezco aquí. Si de todas formas sucederá, por lo menos quiero verlo con mis propios ojos, cosa de que no quede duda alguna. Por ello limpié mis lágrimas, me puse las zapatillas sin atar y salí detrás de ellos sin siquiera agarrar un abrigo. El frío de la noche no se compara con el de mi alma.
[...]
Melany
El resto de la fiesta terminó de maravillas gracias a mi grupo de amigos. Personalmente decidí volverme antes, necesitaba ver a mi novio y hablar con él para que mi mente dejase de atormentarme. Y vaya que fue difícil verlo, me costó reunir el valor para sacar el tema a relucir. Pero cuando Harry me entregó ese enternecedor regalo comprendí que es él, y que si hay alguien en este mundo con quien puedo confiar para hablar de lo que sea sin miedo y con la seguridad de que la otra parte me aportará toda la empatía del mundo, sin duda es mi novio. Y por ello le fui sincera. Mi plan consistía en explicarle todo a detalle y apagar cada una de las inseguridades que su rostro presentaron. Según yo inicié bien hasta que la presencia de Matt interrumpió y me puso alerta.
—Mel, te necesito, logramos capturar a tus atacantes.
—Encárgate tú de ellos.
Intenté ignorarlo, anteponer mi relación y centrarme por completo en el rubio con pequeñas caricias.
—Si pudiera ya lo habría hecho. Ya los he visto, pero esto es más serio de lo que pensaba. Te necesito como beta, no es solo por nosotros, es la manada.
Mi deber, mi hogar. Una fibra sensible e imposible de evadir. Si es tan importante como para que Matt viniera e insistiera es mi responsabilidad averiguar lo sucedido. Así protegeré a los que amo y retomaré la charla con mi novio.
—Matthew, ordénamelo. Por favor, necesito que me lo ordenes o no podré cumplirlo.
Le pedí que me controle, que haga uso de la voz de alfa nuevamente. La odio, odio sentir mi cuerpo moverse en contra de mi voluntad que lucha por permanecer y acallar el llanto de mi ser amado. Y a la vez la agradezco por lo mismo.
Entonces llegué con el pelinegro. No emití palabra alguna, solo lo seguí hasta vislumbrar el calabozo.
—Lo siento —dijo en la entrada.
—Entonces terminemos pronto —cuanto antes se solucione, más rápido volveré con mi chico—. ¿Juntos?
—Por la manada.
Bajamos las escaleras y pasamos por el pasillo rodeado de celdas hasta el sector más profundo donde los guardias que custodiaban nos saludaron con una reverencia.
—Todo el mundo: afuera.
Matt dio la orden y el lugar se vació dejándonos solo a nosotros y a las dos personas capturadas.
¡Espera! ¿Dos...?
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Tal como dije, aquí les dejo el segundo capítulo de este maratón.
Este capítulo lindo va dedicado para chomy2 MonserratMiranda5 y daskhi por dejar lindos comentarios 🌹🖤
¿Qué piensan?
Espero que lo disfruten.
Att: raven moonlight 🌑