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By HarryGxrl

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Isabella está dispuesta a despedirse del amor que siente por su mejor amigo, todo sea por la felicidad de él;... More

S I N O P S I S
P E R S O N A J E S
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C A P I T U L O 37

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By HarryGxrl

C a p i t u l o 37 "Alguien más" 

Trato de calmar mi respiración cuando siento que ésta no da para más y que mis piernas en cualquier momento se pueden doblar debido al esfuerzo de la gran caminata que he hecho.

Llevaba tres semanas corriendo por las mañanas y debía admitir que llevar esta rutina estaba sacando lo mejor de mí.

La terapeuta me había recomendado hacer actividades en las que pudiera canalizar mis emociones y correr había sido lo más indicado; cada mañana me tomaba el tiempo para ponerle orden a mis pensamientos y así mismo, conseguía sacar con grandes niveles de energía toda la frustración que a veces llevaba arrastrando.

Me tomo unos momentos para beber agua y mientras lo hago, recuerdo la mañana pasada en la que Harry me había acompañado a correr; había sido una buena hora y el primer momento a solas desde su regreso de Italia y aunque en un inicio lo había notado serio, pude ver que con el transcurso de los minutos se fue relajando; se había dedicado a contar sus típicos chistes de toc toc y con él trajo uno nuevo acerca de una vaca.

No tenía idea del porqué su actitud inicial.

La mañana es tranquila y a pesar de ser jueves, no son muchos los carros que andan por las calles de Londres, lo cual me facilita mi andar de regreso al departamento. Aún tenía que bañarme y alistarme para el trabajo.

El silencio invade las calles y aprovecho la paz para pensar en mi última sesión con la psicóloga.

Sé que me había prometido no volver a llorar a pesar de que durante el último año fue lo que más hice y recordaba perfectamente las palabras de mi terapeuta explicándome que no hacía ningún mal desahogar mi llanto.

Pero aún había algo en mi pecho que me impedía seguir tranquila a pesar de que poco a poco estaba intentando hacer cambios en mí vida.

Y la respuesta estaba justo frente a mí.

Se trataba del hermoso chico al que le rompí el corazón hace unos meses.

Sam estaba a pocos metros de distancia riendo al lado de una hermosa pelirroja que no dejaba de batir sus pestañas frente a él.

Detengo mi paso de manera brusca y logro mantener el equilibrio que estoy a punto de perder.

Parece que ambos están manteniendo una cómoda charla y aunque en un inicio estoy confundida, a mi mente llega el recuerdo de que Sam suele correr todas las mañanas antes de partir hacia la oficina.

Todo este tiempo me había negado a saber algo de él, incluso cuando desee mencionar su nombre frente a Niall y Harry solo para que me dijeran cómo se encontraba aquel que había sido mi novio y hasta la fecha era su compañero de trabajo.

Innumerables veces había tenido la tentación de ir corriendo hasta la empresa donde trabajan los tres hombres, solo para verlo y pedirle perdón por el daño que le había causado.

Pero nunca pude.

Y por un momento, considero que esta podría ser mi oportunidad; pero no, porque cuando la hermosa chica a su lado posa sus labios sobre los suyos por cinco segundos, mi plan de posarme frente a él, se ve saboteado.

Intento mover mis piernas para continuar con mi trayecto, el reloj avanzaba y yo tenía que apresurarme si quería llegar a buen tiempo al trabajo, pero mi cuerpo no reacciona y siento como mi manos se cierran en un puño y encajo mis uñas en las palmas de mis manos.

Observo como Sam se separa de sus labios con una pequeña sonrisa y baja la vista por unos segundos, hasta que la alza y curiosamente, sus ojos se posan en mí.

Sus labios se abren, parece que tiene la intención de decir algo pero después, gira su cabeza para ver a la pelirroja y luego regresar a mí.

Sabía que era demasiado egoísta el mostrarme así; sentirme completamente celosa e incluso furiosa con él y con aquella desconocida. Yo había sido la causante de separarnos, incluso, dentro de la relación lo había engañado con mi mejor amigo.

¿Cómo podía, siquiera, sentirme indignada?

Trago duro teniendo la intención de dejar ir el enorme nudo que hay en mi garganta y cómo puedo, me las arreglo para pasar de largo con la mirada fija en el suelo.

***

Llevaba aproximadamente quince minutos fuera del gran edificio debatiendo entre el entrar o correr de vuelta a mi edificio.

"Primero tienes que aceptar tu duelo y vivirlo sin ningún temor, es tu proceso y tú decides cuando termina. Una vez que estés lista, puedes detenerte a pensar qué es lo que te está ocasionando ese daño y trabajar en ello, incluso afrontarlo cara a cara, sin embargo, es importante que escojas el momento correcto para hacerlo"

Recuerdo las palabras de mi psicóloga y vuelvo a repasarlas por tercera vez.

¿Había vivido mi duelo? No del todo.

¿Era el momento correcto para enfrentar lo que hay detrás de esas puertas? Definitivamente no.

Y con un suspiro resignado, me mentalizo a aceptar el regaño de mi psicóloga cuando le comente la locura que estoy a punto de hacer.

Saludo al portero del edificio, quien parece sorprendido con mi presencia y no tarda en saludarme de manera agradable. Subo al elevador y presiono el número cinco.

Pareciera que todas mis acciones son inconscientes pues cuando menos me doy cuenta, estoy frente a la puerta que es mi destino. Mis manos están sudando, mi corazón palpita con desesperación y tengo la garganta seca, incluso, mis ojos pican debido al llanto que estoy reteniendo.

Tenía que hacerlo y aceptar mi error, ser sincera con él y conmigo.

Toco la puerta en tres ocasiones y escucho los ladridos de Harrison.

Después de unos minutos, la puerta se abre y Sam aparece nuevamente ante mis ojos, solo que más cerca que la mañana de aquel jueves.

— Te habías tardado en venir — son las primeras palabras que salen de sus labios, los cuales, después forman una sonrisa triste

— ¿Tan predecible soy? — pregunto en un susurro

— Más de lo que crees, Isabella — dicho esto, se hace a un lado, dejando un espacio libre para que pueda adentrarme a su departamento

Una vez que cierra la puerta detrás de él, Harrison viene corriendo a mí con extrema alegría y en menos de lo que espero, me encuentro hincada frente a él envolviéndolo en un gran abrazo. El perro pasa su lengua por todo mi rostro y mueve la cola de un lado a otro.

— Yo también te extrañé, amigo — le murmuro con la voz rota

— ¿Te apetece un vaso con agua? — pregunta Sam desde su lugar

— Te lo agradecería — digo sin poder levantar la vista

Cuando me encuentro sola, continúo por unos segundos dándole cariño a Harrison. Es cuando escucho las pisadas de Sam, que me pongo de pie y aclaro mi garganta.

— Gracias — digo cuando me ofrece el vaso

Ambos nos quedamos en silencio, él juguetea con sus pies y yo me remuevo incómoda en mí lugar. Sé que fui yo quien lo buscó, sé que soy yo la que debe comenzar esta charla, pero no sé exactamente qué decir.

— Gracias por aceptarme — comienzo a decir

— No es nada — se encoge de hombros — Supongo que de alguna manera, este sigue siendo tu lugar — señala su departamento y yo solo quiero echarme a llorar en sus pies

Me permito analizar el rostro de Sam y por un momento me pregunto si realmente él ha sufrido con mi ausencia, pues a pesar de los meses y todo lo ocurrido, luce demasiado guapo, demasiado formal, demasiado él. Sí, el hombre ha dejado crecer su barba más de lo normal, sin embargo, no percibo ojeras o algo que me demuestre que se encuentra demacrado al igual que yo.

— Sam, yo venía...

— Te sienta muy bien este corte...

Ambos hablamos al mismo tiempo y nos quedamos callados al notar eso.

— Gracias, Sam — respondo a sus palabras, sintiendo como mi corazón se encoge con su halago — Tú te ves muy bien — murmuro — La barba te da un toque especial — asiento repetidas veces mientras mis ojos se comienzan a llenar de lágrimas

La psicóloga tenía razón, debía a travesar primero ciertas cosas antes de precipitarme a venir aquí.

— Yo... — tartamudeo constantemente y en segundos, me convierto en un mar de lágrimas — Sam, lo siento tanto — mis voz se vuelve un poco ronca y trato de controlar mi respiración

— Isabella...

— Sé que no tengo ningún derecho al venir a tu departamento, pero necesitaba pedirte perdón por todo, por lo de aquel día, por no haber dado lo mejor durante nuestra relación, por... — lo interrumpo y tomo aire debido a que estoy hablando deprisa — Tú mereces algo mejor, tú mereces estar con alguien que te ofrezca todo aquello que no pude darte. Te juro que lo intenté con toda mi alma, pero jamás pude devolverte todo lo que me diste

— Isabella, tranquila — dice paciente, y lentamente, se acerca a mí para sujetar mis manos — Respira y vamos a tomar asiento

Con pasos suaves, nos dirige hasta su sofá y nos sienta en el más largo, Harrison no tarda en posicionarse a mi lado.

— Debí decirte cómo me sentía — vuelvo a hablar — Debí mencionarte como me estaba sintiendo en la relación, debí ser menos cobarde — alzo la vista para encontrarme con sus ojos — Nunca quise hacerte daño, sin embargo, lo hice de la peor manera...

— Isabella ¿cuándo dejaras de culparte por todo? — ahora es él quien me interrumpe — ¿Recuerdas aquel momento en el que te dije que necesitabas aceptar que no todo lo malo que ocurre en este mundo es por tu culpa?

Sus palabras me llevan a aquella noche en que, después de hacer el amor, tuvimos nuestra primera charla profunda donde ambos confesamos nuestras inseguridades, nuestros miedos, nuestros sueños, nuestros logros.

¿Cómo podría olvidarlo?

Fue al día siguiente cuando me dijo por primera vez que me amaba.

— Pues necesito que entiendas, que no todo fue tu culpa — continua y su mirada muestra comprensión — Yo no debí apresurarme, me tomé la libertad de escoger por los dos sin siquiera preguntar por tus sentimientos...

— Sam, no digas eso. No puedes simplemente pretender que en parte es tu culpa

— Es que lo es, Isa — me responde y escuchar por primera vez que me llama así y no por mi nombre completo, lo hace un poco extraño — ¿Entiendes que ambos tuvimos parte de responsabilidad? Tal vez tu no fuiste sincera con tus sentimientos, pero yo me adelante y me dejé guiar por los comentarios constantes — hace una pausa — Puede que los dos nos presionamos inconscientemente hasta que pasó lo que tuvo que pasar

¿Por qué este hombre es tan bueno?

— Lo he pensado mucho — sonríe levemente — Creo que fue todo el tema de la boda de Harry lo que me llevó a querer pedirte matrimonio y realmente, en su momento nunca me detuve a analizar todo aquello que me indicaba que tú no te sentías preparada para algo tan grande, y siendo sincero, al día de hoy puedo confesarte que ni siquiera yo estaba listo

Sus palabras me impresionan y me quedo callada esperando a que continúe.

— Nunca había amado a alguien de esa manera, Isabella — se queda callado un instante, pero después, su mano se posa en mi mejilla y mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas

— Sam...

— Pero no por eso quiero que te sientas forzada a amarme, porque sé perfectamente que no es así y duele como el infierno porque ahora mismo, te tengo frente a mí, más hermosa que nunca y no puedo besarte

— Lo intente — le aseguro — Pero...

— No necesitas darme explicaciones

— Tengo que hacerlo, tú más que nadie merece eso

— Isabella, no lo necesito — sonríe — Tenerte aquí y saber que lamentas lo ocurrido, es lo único que requería, es lo que necesitaba para dejarte ir — despacio, se acerca a mí y deja un beso en mi frente — Que estés aquí, me demuestra el por qué me enamoré de ti — hace una pausa — Tu valentía es lo mejor que conozco de ti

— Sam, yo no soy valiente, yo...

— Tienes que dejar de restarle importancia a las grandes acciones que haces, Isabella — me interrumpe — Permítete darte el crédito de tus propios logros, de todo aquello que haces

Por un momento, el silencio vuelve a nosotros y lo único que hacemos, es vernos fijamente el uno al otro.

— Gracias, Sam — susurro

— Gracias a ti — me responde de la misma manera

Titubeando un poco, me acerco y él me permite acurrucarme entre sus brazos. Sam me presiona un poco más para crear un mayor acercamiento.

— Te mereces a la mejor mujer del mundo, Sam y sé que pronto la encontrarás

Y comprendí lo ilógica que puede ser la vida en ocasiones.

Yo me encontraba perdidamente enamorada de alguien que no me podía corresponder, de un hombre que probablemente no merecía por completo mis sentimientos y que aun así, significaba la vida para mí por la historia creada a su lado; y después estaba Sam, enamorado de alguien que no lo podía corresponder, que de ninguna manera merecía sus sentimientos.

Esa noche, pensé en Sam al ver la lluvia caer por mi ventana. Probablemente porque cada gota me trajo un recuerdo suyo o porque quizá él me estaba extrañando esta noche fría. No sé, pero estaba segura de que hoy, más que nunca, pensé en él. Y al beber la taza de café caliente que tenía entre mis manos, recordé cuando me abrigaba con sus brazos y decía que yo era su lugar favorito; y al marcharme de su departamento, tuve la necesidad de sentir por última vez aquel tan tenue y prolongado abrazo que solía darle antes de despedirnos cada noche. A pesar de aquel nostálgico "adiós", agradecí a la lluvia por permitirme ver su rostro una vez más en cada gota y recordar sus ojos mientras bebía otro sorbo de café con sabor a "te extraño"...

.....

Una actualización más porque hasta el lunes podré volver a hacerlo; espero que les guste y tengan un fin de semana increíble.

Y me parece que nos estamos acercando al trayecto final de la novela, mis amores. Aun quedan unos cuantos capítulos más, tranquilas, pero ya pasamos la mitad de la fic, así que espero los siguientes capítulos vayan a ser de su agrado ❤️

Te agradecería si me ayudas con tu voto y tu comentario
TPWK

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