Seduciendo a tus demonios © [...

By MarDMMD

3.5M 238K 91.8K

[Destructiva Obsesión #1] No es necesario leer Elaine para entender SATD. [COMPLETA]✔ PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO... More

Booktrailer y advertencias.
IMPORTANTE.
Prólogo.
Capítulo 01.
Capítulo 02.
Capítulo 03.
Capítulo 04.
Capítulo 05.
Capítulo 06.
Capítulo 07.
Capítulo 08.
Capítulo 09.
Capítulo 10.
Capítulo 11.
Capítulo 12.
Capítulo 13.
Capítulo 14.
Capítulo 15.
Capítulo 16.
Capítulo 17.
Capítulo 18.
Capítulo 19.- Parte I.
Capítulo 19.- Parte II.
Capítulo 21.- Parte I.
Capítulo 21.- Parte II.
Capítulo 22.
Importante.
Capítulo 23.- Parte I.
Capítulo 23.- Parte II.
Capítulo 24.
Capítulo 25.- Parte I.
Capítulo 25.- Parte II.
Capítulo 26.
Capítulo 27.
Capítulo 28.
Capítulo 29.
Capítulo 30.
Capítulo 31.
Capítulo 32.
Capítulo 33.
Capítulo 34.
Capítulo 35.
Capítulo 36.
Capítulo 37.
¡Lara y Neal! + Curiosidades.
Capítulo 38.
Capítulo 39.
Capítulo 40.
Capítulo 41.
Capítulo 42.
Capítulo 43.
Capítulo 44.
Capítulo 45.
Capítulo 46.
Capítulo 47.
Capítulo 48.
Capítulo 49.
Capítulo 50.
Capítulo 51.
Capítulo especial: San Valentín 2022.
Capítulo 52.
Capítulo 53.
Capítulo 54.
Epílogo.
CATD. (Importante)
¡CATD DISPONIBLE!

Capítulo 20.

58.1K 3.9K 1.6K
By MarDMMD

10 de Diciembre, 2019.



Me acomodé en mi cama y saqué mi celular, lista para escribir.

Yo, 11:03 pm: ¿Fuente de inspiración? ¿Enserio?

Me mordí el labio, debatiéndome unos segundos en si debería enviarlo o no. Finalmente, me armé de valor y presioné el dichoso "enviar".

Dejé mi celular de lado antes de que el nerviosismo me comiera viva. Me levanté y caminé a mi armario para sacar un pantalón cómodo junto con una blusa para dormir.

Encontré unos y procedí a bajar mis jeans por mis piernas. Eso hasta que mi celular sonó, avisando que un mensaje nuevo había llegado.

Aún sin quitarme los pantalones, me acerqué rápidamente a mi mesita de noche, ocasionando que tropezara y cayera antes de conseguir tomar mi celular.

Estúpidos jeans de mierda.

―Mierda, Lara. Parece que tienes dieciséis años y que esta es la primera vez que hablas con un chico ―Me reprendí. Me giré para mirar el techo y empujar los pantalones hasta que liberaran mis piernas por completo.

Listo, ahora sí.

Me levanté y me lancé a mi cama una vez más. Tomé mi teléfono y lo desbloqueé.

Oh, por Dios.

¡Sí es él!

Sacudí la cabeza y esperé durante algunos minutos para no responder tan rápido y que piense que estaba ansiosa por hablar con él.

Ciertamente...lo estoy.

Solo un poco.

Cuando supe que había pasado el tiempo suficiente, me metí a su conversación y empecé a leer.

Fuente de inspiración, 11:06 pm: Es que el "me he tocado pensando en ti", sonaba muy mal. ¿No lo crees, hechicera?

Cabrón.

Me mordí el labio, ocultando una sonrisa. No le voy a dar el gusto de que vea que no me molestó en lo absoluto. Para ser sincera, me gustó.

Aunque...eh, técnicamente no me está viendo.

Tecleé rápidamente.

Yo, 11:10 pm: Hubiera preferido que lo guardaras solo con tu nombre. Ahora tendré que esperar el día en el que tú te pongas ebrio y pueda regresarte esto.

Envié y mientras esperaba a que él respondiera, me terminé de vestir puesto que solo llevaba ropa interior.

Finalmente respondió.

Fuente de inspiración, 11:12 pm: Mmm, te cansarás de esperar. Tengo mucha tolerancia al alcohol.

¿De verdad?

Yo, 11:13 pm: Y te toca presumir los dones que la vida te dio.

Me levanté de nuevo, sosteniendo el celular. Caminé hacia el apagador de la luz, lo bajé y mi habitación quedó a oscuras, la pantalla de mi celular se encendió, avisando que un mensaje nuevo había llegado.

Me quedé de pie, leyendo su respuesta.

Fuente de inspiración, 11:14 pm: Al mundo, algunos de ellos. Pero por ser tú, los demás te los puedo mostrar en privado.

Mis ojos se abrieron exageradamente, tuve que releer el mensaje varias veces, asegurándome de que no había entendido mal.

¿Eso era una insinuación?

Aunque...no sé qué me sorprende, él puede ser mucho más directo. En el lenguaje Neal, lo que escribió es muy inocente.

Escribí mi respuesta y se la envié.

Yo, 11:16 pm: ¿Acaso ya pasamos a esto de las conversaciones calientes y con doble sentido?

De nuevo caminé a mi cama, me acosté y me cubrí con las sábanas.

Otro mensaje.

Fuente de inspiración, 11:18 pm: Cruzamos esa línea hace bastante. Lo sabes, cajón que no cierra.

Sonreí antes de morderme el labio inferior.

Yo, 11:19 pm: Creo que tienes razón, sexy y follable Neal Hardy.

Y enviar.

Durante unas horas más estuvimos hablando de muchas cosas, de nuestras vidas, cosas absurdas y cosas muy interesantes que creo que me sirven para conocerlo mejor.

Por ejemplo, ahora sé que cuando era pequeño, su hermana mayor lo obligó a tomar clases de danza.

Después las abandonó porque antes no le gustaba estar rodeado de tanta gente en un solo espacio. Pero que igual le gusta bailar.

Y yo puedo admitir que lo hace bien, es muy buen bailarín.

Solo tomó clases unos meses cuando tenía como diez años, pero yo creo que es un bailarín nato. No se queda como una estatua en medio de pista, tal vez si yo bailara con él de nuevo, no le sería difícil seguirme el ritmo.

No lo sé, tal vez algún día lo intente.

Y durante todo el día siguiente intenté enfocarme en otras cosas que no fuera el paquete que recibí ayer, incluso lo llevé al basurero. No quería esa cosa en mi casa ni cerca de nosotros.

Solo me hace sentir más ansiosa de lo ya estaba, porque aunque quiera ignorarlo, si fue Bruno el que envió ese antifaz a mi dirección, significa que de nuevo sabe donde vivo.

Y significa que no tardará en tocar mi puerta, intentando hablar conmigo.

Tal vez... mi hermano y yo debemos mudarnos de edificio una vez más.

Tendré que huir como la cobarde que soy.

En lugar de enfrentarlo.


******

16 de Diciembre, 2019.



Me terminé de colocar los botines y me incorporé para mirarme en el espejo. Me acomodé la chaqueta negra, antes de frotarme un poco las manos. Hace demasiado frío debido a la fecha en la que estamos.

Falta poco para Navidad.

Pero hoy no estaremos celebrando eso, sino el cumpleaños de Sandy.

Que es por lo que estoy arreglándome.

Me miré en el espejo una última vez. Mi cabello estaba completamente lacio, llevo una blusa roja de cuello alto, pantalones negros y chaqueta y botines del mismo color que el pantalón. Me gusta como se ve, aparte es abrigado. Llevo un poco de maquillaje, resaltando mis ojos más que cualquier otra cosa.

―Lara, ¿ya estás lista? ―Preguntó mi hermano del otro lado―. Se nos hace tarde.

―Un minuto ―Contesté, tomando mi perfume y rociándome un poco. Después fui al baño y me cepillé los dientes.

Una vez que terminé, tomé mi bolso y abrí la puerta, encontrándome con Thomas.

―Tortuga ―Soltó, sacando la lengua en mi dirección.

―Infantil.

Se encogió de hombros.

―No me importa ―De nuevo sacó la lengua. Rodé los ojos, empujándolo para que se moviera de la puerta.

―Como sea ―Resoplé―. ¿Llevas el regalo de Sandy?

Él asintió.

―Ya lo dejé en el auto, no te preocupes por eso, hermanita ―Me guiñó el ojo―. ¿Sabes? Se siente genial que me inviten a fiestas de adultos, me hace sentir mayor.

Solté una risa baja.

―Es solo porque le agradas a Sandy, de lo contrario seguro no te hubiera invitado ―Lo molesté.

Entornó los ojos.

―La tengo loca.

―Loca ―Repetí con burla―. Pobre niño.

Él resopló con indignación y abrió la puerta para que salieramos del apartamento, le di las llaves de mi auto para que él manejara a la casa de campo en la que se celebraría la fiesta. Seguro ya todos están allá y nosotros somos los únicos impuntuales que no han llegado.

Subimos al auto una vez que bajamos al estacionamiento y nos pusimos en marcha, yo le daba las indicaciones a Thomas mientras él estaba enfocado en la carretera. Era un trayecto de aproximadamente treinta minutos y es un lugar al que nunca hemos ido, por lo que se nos complicó un poco más el llegar. Finalmente conseguimos dar con el lugar y buscamos estacionamiento entre todos los autos que ya estaban aquí.

Es un lugar grande y la fachada es hermosa. Entregamos nuestra invitación en la entrada, por lo que pronto estuvimos atravesando un pasillo para salir al jardín, por suerte el día de hoy el clima no era malo, a diferencia de otros días, no está lloviendo.

Ya había varias personas, algunos de pie hablando, otros en las mesas y unos cuantos bailando en la pista. Es un lugar enorme y las decoraciones son preciosas, ya está un poco oscuro, por lo que hay pequeñas luces rodeando todo el jardín. También hay una mesa especial para los regalos y otra llena de postres.

Es una fiesta hermosa.

Llegué hasta la cumpleañera y la abracé por detrás, tomándola por sorpresa.

―Feliz cumpleaños a la enfermera más guapa de todas ―Felicité, antes de besar su mejilla sonoramente.

Sandy rió y se giró para verme. Le tendí su regalo, dándole mi mejor y más sincera sonrisa.

―¡Pero que linda! ―Exclamó, tomando el regalo―. Muchas gracias, Larita.

Hice un gesto desinteresado con la mano.

―Espero que te guste.

―Yo sé que sí ―Curvó los labios hacia arriba y después miró a mi hermano―. ¿Y qué? ¿Tú no me vas a saludar?

Thomas bufó con diversión. Se acercó a mi amiga y la rodeó con sus brazos.

―Feliz cumpleaños, novia mía ―Saludó con coquetería―. Ahora sí puedes decirme sugar baby.

―Indirectamente, ¿acabas de llamarme anciana, Thomas Spencer? ―Inquirió con indignación―. Me harás llorar en mi cumpleaños.

―Prefiero perderme este drama e ir a saludar a los demás, así que me marcho ―Canturré, alejándome rápidamente al lugar en el que logré vislumbrar a Elaine.

Está muy tranquila comiendo lo que parece ser un cupcake, eso mientras ríe de algo que dice su ahora esposo.

Llegué a donde ambos estaban y tomé los hombros de Ellie, haciendo que se sobresaltara.

―Tu cupcake se mira muy apetecible ―Hablé―. ¿Por qué no me invitas un poco?

Ella arrugó ligeramente la nariz.

―Es mío.

―Egoísta ―Me incliné para besar su mejilla. Elaine rió levemente―. Igual no quería tus babas.

―Ahora te lo comes ―Me extendió el cupcake―. Todo.

Alcé las cejas y miré a Mason.

―Tu esposa me está haciendo insinuaciones, si caigo en ellas, no la demandes por adulterio ―Le dije, el hombre sonrió y negó.

―Calma, sé lo persuasiva que puede ser y lo fácil que es caer por ella ―Le restó importancia.

―Aparte, él no es celoso ―Siguió Ellie.

―¿No? ―Inquirió Mason, con una ceja enarcada.

―Me tienes a tus pies, no necesito a nadie más ―Lo miró con amor.

Estuve tentada a soltar un "awww".

Aquí nadie quiere saber lo mágico y especial que puede ser el pene de Mason, gracias ―La voz de Derek interrumpió la tierna conversación que apenas comenzaba.

Mason Vaughn se llevó los dedos a la sien para masajearla, algo harto.

―Aquí vienen estos dos otra vez... ―Masculló.

―Pero que hermoso recibimiento ―Expresó Hardy, irónicamente―. Más como este, por favor.

―Se le nota lo mucho que nos ama ―Siguió Castle.

―Sin nosotros no vive ―Secundó el pelinegro.

―Las semanas que estuve lejos de ustedes, fui muy feliz.

Elaine abrió la boca, lista para protestar.

―Creí que estabas feliz porque era nuestra luna de miel ―Se quejó.

Mason miró rápidamente a su esposa.

―Por supuesto que eso fue lo que me hizo feliz, mi amor ―Se apresuró a decir―. Solo quería molestarlos.

Señaló a sus amigos con la cabeza.

―Lo sé, yo le doy color a tu vida ―Y Elaine egocéntrica se unió a la conversación.

Mason rodó los ojos, había una expresión de diversión en su rostro.

―Ya te estabas tardando.

Mientras ellos seguían con su charla, yo me acerqué a los otros dos hombres para saludarlos, puesto que en todo este rato no lo había hecho.

―Arquitecto Castle, ¿cuánto tiempo? ―Saludé, besando su mejilla.

―Larita preciosa, se ha sentido como una eternidad ―Regresó con el mismo tono―. ¿Cómo has estado?

Me alejé y me encogí de hombros.

―Muy bien, ya sabes, sobreviviendo ―Contesté―. ¿Y tú?

―Muy bien, ya sabes, aguantando a Neal y a Mason.

―Como que el malnacido y tú andan muy amables hoy, ¿no lo crees? ―Inquirió Hardy―. ¿Se pusieron de acuerdo o qué?

Derek sonrió de lado.

―Tenemos una conexión especial, por eso soy el favorito.

―Conexión. Favorito ―Chasqueó con la lengua―. Claro.

Reí un poco y pasé al lado de Derek, lista para saludar a Neal.

―Hardy.

―Hechicera ―Contestó. Se acercó y colocó su mano en la parte baja de mi espalda, después se inclinó y besó la comisura de mi labio sin prisa.

Cerré los ojos, aguantando un suspiro.

Unos segundos después, se separó, por lo que tuve que observarlo de nuevo. Sus ojos se enfocaron en los míos. Y al igual que todas las veces que hace eso, todo a mi alrededor se sintió lejano.

Su mirada provoca efectos en mí que no puedo explicar.

Parpadeé, enfocándome.

―¡Hola! ―El grito de mi hermano me hizo saltar en mi lugar.

―¡Thomas!

―Ay, perdón. Olvidaba lo fácil que te asustas ―Enseñó los dientes con inocencia―. Hola a todos, ¿por qué no se han sentado?

―Somos raros ―Le respondió Neal.

Tommy entornó los ojos en su dirección.

―Tú eres el roba espacio personal de hermanas ―Lo acusó.

El susodicho ladeó la cabeza, me miró brevemente antes de regresar su vista a mi hermano.

―Puedes decirme Neal, es un nombre menos complicado.

―Neal ―Repitió con aire pensativo, después asintió lentamente―. Bien.

―Bien.

Me senté en silencio una vez que todos empezaron a hacerlo, quedé entre mi hermano y entre Neal, este último estaba a un lado de Derek, seguido de Mason, quien a su derecha tenía a Elaine.

Sandy por su parte, estaba de un lado a otro, recibiendo la atención que merece, después de todo es su día. De vez en cuando viene, cuando logra escaparse de las manos de sus familiares y sus otros amigos.

El padre y la abuela de Elaine, junto con la novia del señor Morgan, también se nos unieron después de un rato. Cuando llegamos, ellos estaban platicando con más personas.

El señor Morgan y Sandy se llevan muy bien, después de todo es su enfermera y le tiene mucho aprecio.

―Para aclarar, sí le agradas a Thomas ―Susurré inclinándome hacia Neal.

Él hizo lo mismo y se giró en mi dirección, por lo que ahora nuestras narices casi se tocaban.

―Parece que me odia ―Señaló―. Y mucho. ¿Estás segura de que le agrado?

Reí bajo.

―Él mismo me lo confirmó. Y decirte esto, me convierte en la hermana soplona.

Neal sonrió.

―Él no sabrá que me confesaste su secreto, así que tranquila.

―Eso espero, Hardy.

Durante las siguientes tres horas, comimos, bebimos un poco y platicamos entre todos. Realmente estamos disfrutando de la velada, es tranquila y transcurre con naturalidad. Muchas personas empezaron a bailar después de la cena, incluido mi hermano que coqueteó con una prima de Sandy y después la sacó a bailar.

Él no tiene remedio.

Entré al baño y me miré al espejo, me retoqué el labial y me lavé las manos. Una vez que terminé, salí del lugar para dirigirme de nuevo al jardín. Tenía que cruzar el interior de la casa de campo, que por cierto también es muy bonita por dentro, hay muebles de roble y todo combina perfectamente.

Me detuve en el pasillo al vislumbrar dos sombras muy conocidas en medio de la sala. Derek sostenía su celular, extendiéndolo en la dirección de Neal.

―Julissa y Mikhail quieren hablar contigo ―Informó el castaño, haciendo una mueca.

Neal alzó su mano y la movió a un lado de su cuello, negó con la cabeza, haciéndole saber que no quería.

―En este momento no... ―Habló Derek al teléfono, pero al parecer se vio interrumpido.

Alejó su celular un poco, para que quien sea que estuviera del otro lado de la línea, no escuchara.

―Insisten en que respondas.

―Diles que morí y que mi funeral fue hace dos días, con eso dejarán de joderme la existencia ―El tono de Neal fue...frío.

Derek lo miró mal.

―Neal...

―No voy a responderles, diles lo que quieras, si quieres diles la verdad, que no me interesa hablar con ellos y que dejen de llamarlos a ti o a Mason, esperando mágicamente que eso me haga cambiar de opinión. No me importa lo que sea que quieran ―Lo cortó, antes de alejarse y salir de la casa, dirigiéndose a la fiesta.

Derek suspiró con pesadez y de nuevo se llevó el celular a la oreja.

―Neal no puede responder en este momento ―Dijo―. Y si ya sabe que su respuesta es la misma de siempre, por favor no vuelva a llamarme. No puedo hacer nada para ayudarlos y la verdad, es que tampoco quiero. Buen día.

Colgó y se quedó de pie en medio del lugar, mirando unos segundos la pantalla de su teléfono. Después sacudió la cabeza y fue por la misma dirección en la que Neal había ido.

Carraspeé, terminando de cruzar el pasillo en lugar de permanecer más tiempo aquí.

De verdad que no quería escuchar su conversación, pero tenía que pasar frente a ellos para salir y tampoco quería interrumpir.

Pero, mierda.

Jamás había escuchado a Neal hablar de esa manera.

Sí, he escuchado su tono serio, harto o ligeramente apagado.

Pero jamás uno tan frío o cruel. Como si tuviera odio y rabia contenida.

¿Quiénes eran las personas que querían hablar con él?

No, no.

La verdadera pregunta es...¿por qué no tomó el teléfono?

Salí al jardín y miré a todas las personas, parece que ahora se unieron más a la pista. Me alejé de la entrada y caminé a la barra en donde estaban sirviendo las bebidas.

―Una piña colada sin alcohol, por favor ―Pedí.

―Te estás tomando muy enserio esto de no beber alcohol cuando estemos en un mismo espacio ―Una voz masculina detrás de mí, me hizo sobresaltarme.

Me giré para mirar a Neal.

―No quiero que la próxima vez que me ponga ebria delante de ti, termine diciendo cosas peores.

Me regaló una sonrisa ladeada.

―No voy a juzgarte si pasa, lo prometo.

―Pero burlarte sí, lo sabes ―Lo acusé, tomando la bebida que me daban―. Muchas gracias.

De nuevo miré a Neal y suspiré.

Él ladeó la cabeza y señaló la parte vacía de la casa.

―¿Quieres dar un paseo?

Asentí como respuesta, por lo que empezamos a caminar, alejándonos de la gente. La dirección a la que íbamos estaba alejada de la fiesta, había más árboles y plantas de este lado, junto con un estanque enorme.

―Creí que no vendrías hoy ―Hablé.

Sentí su mirada.

―¿Por qué creíste eso?

Me encogí de hombros.

―Creí que estarías ocupado por tu trabajo o algo así.

Nos detuvimos frente al estanque, coloqué mi bebida en la barandilla de madera que servía como protección para no caer.

―Por suerte estoy desocupado, a menos que surja algo que haga que me vaya ―Respondió.

―Debe ser cansado ―Hice una mueca.

Me miró.

―Con el tiempo te acostumbras, aparte, me gusta mantenerme ocupado ―Mencionó, recargando sus antebrazos en la barandilla―. Y me gusta mi trabajo, es una buena combinación.

―¿Incluso si te hace mantenerte lejos de casa o viajar mucho? ¿No extrañas Chicago cada que te vas?

Neal arrugó ligeramente la nariz.

―No me gusta pasar tanto tiempo en un solo lugar, mucho menos en Chicago. Pasaré un año aquí porque fue lo que se me asignó ―Frunció los labios un poco después de terminar de hablar―. Pero muchas veces extraño Londres, es de los pocos lugares en los que sí me gusta pasar tiempo.

―Ahí naciste, ¿no?

Negó.

―Nací en Mánchester, pero mi hermano mayor vive en Londres, por eso me gusta ir.

―Oh, entonces eso significa que te llevas muy bien con él, creo.

Sus labios se estiraron en una pequeña sonrisa.

―Sí, nos llevamos muy bien. Normalmente paso las fechas navideñas con él y la familia de su novio, bueno, su ahora esposo.

Asentí, entendiendo.

―¿Y no pasas Navidad con tus padres y tus otros hermanos? ―Cuestioné.

―No ―Formuló―. ¿Qué hay de ti? ¿Solo celebras estas fechas con Thomas?

Ladeé la cabeza, antes de tomar un trago a mi piña colada y volver a dejar el vaso en su lugar.

―Los últimos tres años con Elaine y su familia. Ahora que se casó, Mason se sumará a la pequeña celebración en casa del señor Morgan ―Expliqué. Recargué mi cadera contra la estructura de madera―. Aunque supe que año nuevo será entre todos nosotros, ¿asistirás o viajarás a Londres?

―Año nuevo lo pasaré aquí, así que sí asistiré.

Pasé mi índice por la boca de mi vaso.

―Eso está muy bien ―Carraspeé―. Ahora, cuéntame más sobre ti. ¿No te da miedo tu trabajo? ¿Que alguien te dispare o algo así? No sé como lo disfrutas sabiendo lo peligroso que puede ser.

Me miró y soltó una risa suave y baja mientras negaba.

―No me da miedo. No lo sé, creo que he pasado por tantas situaciones peligrosas que dejé de temerle a la muerte. Aparte, te enseñan que el miedo no te ayudará de nada y que solo es una soga al cuello.

Hice una mueca.

―¿De verdad no le tienes miedo? ―Cuestioné, a lo que volvió a negar―. Entonces, si no le tienes miedo a la muerte, ¿cuáles son tus mayores miedos? Con completa sinceridad.

―¿Con completa sinceridad? ―Repitió.

―Sí, sé honesto.

Miró el estanque con aire pensativo, como si estuviera pensando en lo que diría. Finalmente frunció los labios un poco y posó sus ojos en mí de nuevo.

―Bien. Es fácil, solo dos cosas: Perder a las pocas personas a las que quiero y dormir.

Contraje el rostro.

―¿Dormir? ―Repetí, incrédula―. ¿Por qué le temes a dormir?

Se encogió de hombros.

―Nunca sé cuál es la noche en la que alguna pesadilla me despertará ―Soltó―. ¿Y los tuyos? ¿Cuáles son tus mayores miedos?

―Tengo muchos, soy muy miedosa ―Enseñé los dientes con inocencia―. Pero el mayor de todos, es perder a Tommy. Él es lo que me mantiene con vida y durante tanto tiempo, hemos estado él y yo solos, sé que perderlo acabaría completamente conmigo.

No mentía al decir eso.

Realmente Thomas es lo único que me mantiene de pie.

―¿Alguna vez has sentido eso? ¿Qué solo una cosa o una persona te mantiene cuerda? ―Pregunté.

Abrió la boca un par de veces, buscando las palabras. Después de unos segundos, por fin consiguió decir algo.

―Sí, Nathan es lo que me mantuvo con vida ―Se sinceró―. Y al igual que tu hermano y tú, durante tantos años, Nate y yo hemos estado solos, teniéndonos entre nosotros.

Hundí las cejas.

―¿Y tus padres y tus otros hermanos? ¿Qué hay de ellos?

―Larga historia.

―¿Larga historia?

Neal se rascó la barbilla un poco, se llevó su botella de cerveza a los labios y tomó un trago antes de hablar.

―En resumen, no he visto a Samuel desde hace unos ocho años, ya que él vive con sus padres. Es una versión adolescente de esas personas, desde ahí todo está mal ―Desvió la mirada, enfocándola en el estanque―. Y Sav...ella murió.

Mierda.

―Oh...yo, lo lamento. No debí preguntarlo ―Me disculpé apresuradamente.

―No te disculpes, nos estamos conociendo. Aparte, su muerte no es un secreto ―Me sonrió tranquilizadoramente―. No está mal preguntar.

―¿Seguro?

Asintió.

―Seguro, no pasa nada.

Solté el aire contenido.

―Lo lamento. Tal vez si te has dado cuenta, siempre hago esto de hablar de más, siempre estoy preguntando cosas y realmente espero que mi pregunta no te haya hecho sentir incómodo ―Hice una mueca, fijándome en como él alternaba su vista de mí, a la barandilla en la que estoy recargada―. Sé lo difícil que es hablar sobre las personas a las que quisiste y que ya no están.

―No me incómoda, de verdad que no pasa nada.

¿Por qué su mirada es cautelosa?

―Bien, muy bien ―Susurré―. Eso me hace sentir más tranquila.

―Hechicera ―Me llamó.

―¿Sí?

―No quiero interrumpirte ni alarmarte, pero... ―Empezó y señaló con su cabeza a mi lado―. Deberías moverte un poco, con cuidado.

Fruncí al ceño.

―¿Mo...moverme? ―Repetí, girándome hacia donde él señalaba. Mis ojos se abrieron exageradamente, antes de que soltara un grito que seguro se escuchó hasta China―. ¡Una rana!

Salté de mi lugar, yendo directo a Neal y trepando por todo su cuerpo, intentando encontrar protección en él. En el transcurso, gritaba que sentía que estaba en mi cabeza.

Me aferré al cabello de Neal, moviéndome como un gusano y mientras él intentaba mantenernos de pie debido a mis movimientos bruscos.

―¡Me picó! ―Lloriqueé.

―Calma, las ranas no pican ―Mencionó, rodeando mi espalda con sus brazos para que no cayera

―¡Entonces me mordió!

―Tampoco muer...

―¡Se movió! ―Chillé cuando no la vi en el mismo lugar en donde se quedó, que era en la barandilla. Me aferré más a Neal y me sacudí rápidamente por si la tenía encima para que se cayera.

De un momento a otro cuando menos lo esperé, ambos caímos al pasto, quedé a horcajadas del hombre, aplastándolo con mi peso.

Después de unos segundos, su preciosa risa empezó a resonar en el lugar en el que estábamos. Lo miré al rostro, sus ojos estaban cerrados y su expresión era una de diversión genuina.

Dejó caer sus brazos a lados de su cabeza y sin poder evitarlo, yo puse mis palmas en su pecho, sintiéndolo vibrar debido a su risa.

―¡Dios...! ―Formuló, en medio de su risa. Abrió los ojos, enfocando su entorno. Parpadeé, dejando de verlo fijamente como una idiota hipnotizada―. Lo siento...lo lamento. Hace bastante que no me reía tanto.

―Te estás burlando de mí ―Me quejé.

Negó rápidamente.

―No, es solo que tu hermano no mentía cuando dijo que te asustas con facilidad. ¿Cómo es que una ranita puede asustarte tanto?

Bufé y pretendí levantarme. Él detuvo mi acción al rodear mis muñecas con sus manos, manteniéndome en mi lugar.

―No. Quédate.

Ladeé la cabeza.

―¿Eh...?

Antes de que pudiera reaccionar, me jaló hacia su cuerpo y alzó la cabeza un poco, juntando nuestros labios en un inesperado beso.

Cerré los ojos ante el contacto, disfrutando lo excitante que resulta que me bese.

Sus labios suaves me atacaron con seguridad, sus movimientos eran reclamantes y ansiosos, como si fuera una droga que se moría por probar. Como si fuera adicto a esto.

Pasó la punta de su lengua por mi labio inferior, suspiré sobre su boca ante ese gesto. Nos hizo rodar sobre el césped, por lo que ahora él estaba encima de mí.

Lo bueno que es de noche y que este lugar está muy alejado de la fiesta, nadie puede mirar nuestro espectáculo a menos que vengan directo para acá.

Intenté acomodarse bajo su cuerpo, lo cual ocasionó que mi rodilla se rozara contra su entrepierna y que un gruñido bajo escapara de él.

Su lengua se encontró con la mía, lo que comenzó con movimientos lentos, poco a poco se transformó en movimientos desesperados por parte de ambos.

Me removí debajo de su cuerpo, sintiendo como la blusa me molestaba y me cortaba la respiración.

Pero tampoco voy a desnudarme aquí.

―Neal... ―Jadeé, intentando alejarme un poco.

―Lara... ―Susurró, soltando una de mis manos para tener la suya libre y así poder acariciar mi cintura. Poco a poco empezó a colarla debajo de la blusa, acariciando mi piel.

Me relamí los labios cuando subió más, atrapando uno de mis pechos con facilidad ya que ni siquiera estoy usando sostén. Acarició mi pezón fruncido con delicadeza, mandando un escalofrío por todo mi cuerpo.

Se separó un poco, descendiendo por mi cuello con sus besos. Mi respiración estaba acelerada, completamente alterada.

Solo quiero más.

Su mano bajó hasta la culturilla de mi pantalón, jugó con el botón, antes de levantar la cabeza y mirarme a los ojos. Tragué saliva, entendiendo su insinuación.

―¿Quieres que lo haga, Lara? ¿Lo quieres?

Tomé una respiración profunda.

―Lo deseo ―Mí voz salió débil―. Por favor, Neal.

Sus labios se estiraron en una sonrisa traviesa.

Desabotonó el pantalón y bajó el cierre. Me hizo flexionar las piernas a sus costados para darle más acceso.

De nuevo subió a mis labios, manteniéndome cubierta debajo de su cuerpo mientras sus dedos se colaban debajo del pantalón y me acariciaban por encima de la delgada tela de la ropa interior. Trazó movimientos circulares, lentos y seguros, esperando a que me adaptara a sentirlo de una manera más íntima.

―Por favor...más.

Sonrió sobre mi boca, complacido.

Esta vez hizo a un lado cualquier barrera y me acarició piel con piel. Siguió trazando movimientos circulares en mi clítoris, de nuevo más gemidos empezaron a escapar de mí.

―Agregaré la forma en la que te mojas para mí, a la lista de las cosas que me vuelven loco de ti.

Eché la cabeza hacia atrás cuando introdujo uno de sus dedos en mí. Solté un jadeo y arqueé la espalda.

―¿Y cuáles...son las demás? ―Alcancé a formular.

Otro dedo.

Mierda.

Empezó a moverlos lentamente, con su otra mano le daba atención a mis pechos.

―Tu mirada, tus besos, tus gemidos y el fuego que te envuelve y que te esmeras en ocultar ―Besó mis labios con lentitud, antes de separarse un poco―. Logras que me sienta drogado a tu alrededor.

Gemí alto cuando sus movimientos aumentaron. Busqué su boca para acallar mis sonidos.

Soy muy ruidosa y no quiero que nadie me escuche.

Mientras dos de sus dedos se movían dentro de mí, su pulgar acariciaba con delicadeza mi clítoris. La presión es demasiado placentera, me nubla todos los sentidos.

Ni siquiera cuando yo lo hago, se siente así de bien.

Neal tiene unos dedos benditos.

―Neal... ―Gemí su nombre. Me arqueé un poco más y cerré los ojos, disfrutando por completo sus caricias.

El estar expuesta, el estar en un lugar en el que cualquiera podría encontrarnos, no baja mi libido, no me hace querer parar. No quiero que pare. Solo deseo que me lleve hasta el final.

Intenté bajar mi mano para tocarlo de la misma manera, pero él me detuvo y negó con la cabeza.

―No, no ―Su delicioso aliento chocó contra el mío―. Hoy solo importas tú, hechicera.

Seguía deslizando sus dedos en mi interior, y su pulgar aún frotaba y estimulaba mi clítoris. El ritmo suave del principio poco a poco aumentaba a uno más intenso. Frotó lentamente, por lo que me mordí el labio con fuerza para no hacer tanto ruido. La presión en mi vientre empezaba a formarse, esperando para ser liberada.

Neal se separó de mi boca, trazando un camino de besos hacia mi cuello, cuando estuvo así, empezó a besar de manera suave, a lamer y a mordisquear. Los dedos que mantenía debajo de mí blusa, apretaron con delicadeza mi pezón derecho, después comenzó a moverlos por toda la areola, frotando y estimulando, sin perder el ritmo de la mano que mantenía debajo de mis bragas.

Unos cuantos minutos más bastaron para que la presión en mi vientre se hiciera más dolorosa. Llevé mis manos al cabello de Neal y lo atraje a mis labios, acallé mis sonidos cuando un orgasmo intenso me alcanzó, de esos que hace bastante no tenía.

Mordí su labio inferior con fuerza, él gimió sobre mi boca, disfrutando el dolor que yo le proporcionaba en lugar de molestarse o alejarme.

Sus dedos se seguían moviendo, alargando mi orgasmo y haciéndolo más fuerte.

Me aferré a él, apretando su cabello entre mis manos. Mis gemidos se perdían en su boca, de lo contrario tal vez hubiera gritado.

Respiré con dificultad, intentando controlarme y perdiendo toda la fuerza de mi cuerpo. Cerré los ojos y dejé de morder a Neal antes de sacarle sangre del labio.

Me dejé caer sobre el pasto. El que Neal sacara sus dedos lentamente, me provocó un estremecimiento que no alcancé a controlar.

Alucinante.

¿Realmente yo acabo de ser masturbada por Neal en un espacio abierto? ¿Yo? ¿La que no soporta que la toquen?

Tal vez Neal de alguna forma es la excepción.

Lo sentí subir el cierre de mi pantalón y después abotonarlo. Abrí los ojos cuando me pasó un mechón de cabello detrás de la oreja.

Sus ojos se enfocaron en los míos.

―¿Todo bien? ―Cuestionó.

Sonreí, entrecerrando los ojos como si estuviera pasada de copas. Es mi sonrisa de recién dedeada.

―Todo excelente ―Contesté en medio de un suspiro.

Y sí que lo estaba.

*
*
*
*
*
*
*

N/A.

Holaaa.😏

Lardy nos salió exhibicionista. Son unos sucios pervertidos.

Pero los amo.

#Lardy fue el que más votos tuvo, así que ahora así se llamará este ship. Espero que les guste.♡
A mí me encanta.😍

Y bueno, ya conocemos un poco sobre Neal y su familia.
Ya sabemos un poco sobre Sav, pero aún nos falta mucha historia. Demasiada.

Y también, Lara y Neal van progresando con esto de intimar, me gusta que no lo fuerzan, simplemente sucede en el lugar menos esperado.

Como una fiesta llena de invitados jaja.

En fin, espero que les haya gustado.♡
Muchas gracias por leer.💖

Besooos.💋

Pd. Me da tristeza que el mayor miedo de Neal sea algo tan natural como dormir, me pone triste que le de más miedo dormir que morir. ¿Se imaginan lo traumática que debió ser su vida como para que ese miedo sea mucho más grande que morir?

Y pd 2. Por si acaso, Neal sí se lavó las manos antes de tocar a Lara jajaja.

Continue Reading

You'll Also Like

929 127 16
Saga Solitarios. Libro[1]> Daisy Murphy. Día y noche sus únicos pensamientos era investigar sobre él. Pero.., ¿Eso es lo qu...
312K 20.2K 35
[SEGUNDO LIBRO] Segundo libro de la Duología [Dominantes] Damon. Él hombre que era frío y calculador. Ese hombre, desapareció. O al menos lo hace cu...
392K 17.6K 48
Las mentiras son peligrosas, nosotros no escuchamos las advertencias y terminamos cayendo....... En el abismo de nuestras mentiras. Libro 1 {Duología...