Iwaoi & Sakuatsu stories

Door MYG_mood

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Historias cortas sobre los ships Iwaoi & Sakuatsu ❗Hay bastante ANGST sorry :/❗ ¡Los personajes no me pertene... Meer

Horas extra
Cómplices
Paris
Untamed
Burden
Forever
Roommates I
Roommates II
You
Soulmates
Body
True self
Sweet dreams
Location bus
A life
Wrong
Me
Not me
PDA

Love again?

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Door MYG_mood

Después de cortar con Sakusa no tuve muchas relaciones duraderas, empezaban bien, pero acababan estrepitosamente por culpa de mi personalidad. Era una persona que no tenía miedo de decir lo que pensaba, pero todos siempre prefieren esconderse tras las mentiras. Algunas veces me preguntaba como hacía Sakusa para aguantarme.

Saqué mi móvil del bolsillo y busqué el contacto de mi mejor amigo. Oikawa era a quien siempre acudía después de una ruptura porque siempre sabía cómo animarme.

- No me digas nada, te han vuelto a dejar - tan directo como siempre - ven a mi casa que Hajime no está y podemos ver algo.

Nos pasamos la tarde viendo películas de terror malas, comiendo porquerías y cotilleando sobre nuestro círculo de amigos; hasta que me llegó la llamada que tanto tiempo llevaba esperando. Después de atender la llamada me lancé a los brazos de Oikawa mientras le gritaba que había sido elegido para la alineación de MSBY. Ambos empezamos a lloriquear mientras que seguíamos abrazados para cuando llegó Hajime a casa.




Llegué al aeropuerto de Tokio antes de lo planeado, pero decidí dirigirme a las instalaciones donde empezaría mi nueva etapa como jugador profesional de voleibol. Entré en el gimnasio donde pensé que podrían estar esperando, pero solo me encontré a mi nuevo entrenador. Intercambiamos unas palabras de cortesía y me indicó que dejara mi equipaje a un lado mientras esperábamos a por el resto de jugadores. Entraron más personas que no conocía, pero uno a uno se fue presentando, por lo menos parecían majos.

Mis ojos se iluminaron cuando vi a Bokuto entrar, por fin una cara conocida. Al verme entre la multitud gritó mi nombre mientras balanceaba su brazo de un lado al otro a modo de saludo. Nos pusimos a charlar hasta que entró Hinata y tanto Bokuto como yo corrimos en su dirección para saludarlo. Pensábamos que no vendría nadie más pero el entrenador nos dijo que aún faltaba una persona más por llegar.

Pasaron alrededor de unos diez minutos cundo entró por la puerta. Ahí estaba, la persona que había intentado olvidar durante todo este tiempo se encontraba a unos metros de mí. Tenía una expresión sombría pero cuando me divisó sus ojos se abrieron por el asombro y sonrió por debajo de la mascarilla que llevaba. Sin dudarlo se acercó a saludar al entrenador y ofreciéndonos una disculpa por llegar tarde, se acercó a mi para saludarme.

- Cuanto tiempo, Atsumu - intentó acercarse para darme un abrazo, pero me alejé un poco de él. Sus penetrantes ojos negros me miraron confundido antes de alejarse para escanearme de arriba a abajo - sigues tan guapo como siempre.

Respondí con un frío "gracias" antes de seguir conversando con Bokuto. La verdad era que no me apetecía mucho porque lo único que salía de su boca era Akaashi, pero era mejor que nada en ese momento.

El entrenador nos indicó que nos acercáramos para poder escucharle. Pude notar como Sakusa se puso detrás de mí y puso una de sus manos alrededor de mi cintura antes de susurrarme al oído.

- "Cuando acabes de desempacar iré a verte para hablar".

- "No gracias, no tengo nada que decirte."

- "No te lo estoy pidiendo, te lo estoy ordenando".

El entrenador nos indicó cueles serían nuestras habitaciones, ya que nos hospedaríamos en dormitorios, y nos proporcionó los horarios de los entrenamientos e información sobre los próximos partidos que disputaríamos. Por coincidencias de la vida, mi habitación y la de Sakusa eran las únicas del tercer piso.

Salí del ascensor antes que él para poder encerrarme en mi habitación, al llegar lo primero que hice fue llamar a Oikawa para contarle todo. Después de relatarle mi desafortunado encuentro con Sakusa, se empezó a reír y, en el fondo, también se podía escuchar la risa de Iwaizumi.

- Mira que tienes mala suerte - dijo mientras intentaba a duras penas aguantarse la risa - pero bueno, si el destino quiere que os volváis a juntar yo, por lo menos, no me opongo - pude escuchar el "yo tampoco" de Hajime.

Viendo que no me servía de consuelo, corté la llamada y me puse a desempacar y a organizar todo lo que traía en las maletas. Una vez hecho me tomé una ducha y me puse una mascarilla facial mientras miraba que había en la tele. Al ver que no había nada, saqué mi portátil y empecé a buscar algo en Netflix. Pasado un rato pude oír como alguien llamaba a la puerta.

- Quién es?

- Soy yo, Omi.

- Vete, no quiero hablar contigo - intenté ignorar sus llamadas, pero al ver que pasados unos minutos no se rendía, decidí abrir la puerta.

De mala gana me quité la mascarilla facial que llevaba puesta y abrí la puerta solo para encontrarme con un Sakusa apoyado en el marco de la puerta con una sonrisa burlona. Antes de que pudiera decirle nada me sorteó, entró a mi habitación y empezó a mirar a su alrededor.

- Veo que te siguen gustando los doritos - dijo en un tono melancólico - y yo?

- Y tú qué?

- Te sigo gustando?

Por un instante vacilé rememorando todos los momentos felices que habíamos tenido, pero yo ya había tomado una decisión y no había vuelta atrás. Al ver que no le respondía, Sakusa se acercó a mi mientras yo retrocedía hasta que mi espalda se encontró con una pared, pero eso no lo detuvo y siguió acercándose más a mí. "Que escena más cliché".

- Ahora eres mudo o tomo ese silencio como un sí? - Kiyoomi se había sacado la mascarilla al entrar por lo que pude ver aquella sonrisa socarrona que tanto detestaba, se estaba burlando.

- No - empujé a Sakusa para intentar irme, pero volvió a su posición y esta vez poniendo sus dos brazos a los lados de mi cabeza. Estábamos aún más cerca y antes de que pudiera decir nada, juntó sus labios con los míos. Intenté zafarme de su agarre, pero sujetó mis muñecas contra la pared y me mordió el labio, y en el instante en el que abrí la boca por el repentino mordisco, metió su lengua en mi boca.

El beso duró unos cuantos segundos, me alejé para poder coger aire, pero Sakusa volvió a unir nuestras bocas con aún más deseo que antes. Solo pude reaccionar cuando sentí como su mano se deslizó por mi espalda hasta que llegó a mi parte baja, agarrándola con fuerza. Le empujé con toda la fuerza que tenía y le di una bofetada. Kiyoomi fue incapaz de esconder su sorpresa y al ver el silencio que reinó en la estancia, dio media vuelta y salió de mi habitación. No iba a perdonarle tan fácilmente.




















Aquel día estaba muy emocionado. Era mi primer día de Halloween siendo mayor de edad así que decidí salir de fiesta con unos amigos. Me había dicho con antelación que no iba a poder ir porque tenía un asunto familiar, pero me había prometido que me lo compensaría más adelante.

Como en el grupo casi todos éramos mayores de edad, decidimos pasar aquel día de Halloween en Tokio. Estaba algo nervioso porque no le había dicho nada a Omi y si me viera seguramente se acabaría enfadando, pero decidí olvidarme de todo y centrarme en pasar un buen rato. Eran aproximadamente la una de la mañana y Shibuya estaba a rebosar de toda clase de gente. Íbamos pasando por una de sus calles en dirección a una discoteca famosa por sus especiales de Halloween y sus concursos de disfraces.

Al haber tanta gente decidimos ir por los costados de la calle para no encontrarnos con la corriente de personas. Pasábamos muy cerca de las terrazas de los locales por lo que no me fue difícil encontrar el característico pelo de mi novio que tanto me gustaba. Le avisé a Oikawa y decidí acercarme para cerciorarme de que era él, pero llegué justo en el momento en el que Sakusa pronunciaba las palabras que acabarían destrozándome.

- Os presento a mi novia.

Sakusa estaba sentado junto a una chica y enfrente estaban los padres de este que ya conocía por las veces en las que me quedaba a dormir en su casa. Antes de que dijera algo más, salí corriendo. Intenté con todas mis fuerzas parar mis lágrimas antes de volver a reunirme con el grupo. Ya con la cara totalmente seca y actitud decidida me excusé con el grupo siguiendo nuestro trayecto inicial, saqué el móvil y bloqueé a Sakusa, decidido a disfrutar de aquella noche.

Poco después, Kawa me ofreció acompañarle a Argentina, donde me entrenaría para conseguir mi puesto como jugador profesional.

Decidí no contarle ni a mi hermano ni a mis amigos la verdadera razón por la que me iba porque no quería que hubiera peleas dentro del grupo. La verdad era que me lo veía venir, la sociedad en Japón aún es muy conservadora. Lo que no me esperaba era que Sakusa intentara volver a acercarse a mí, definitivamente había algo raro en todo esto. Después de la escena algo acalorada en mi habitación decidí comer algo e irme a dormir temprano, al día siguiente íbamos a empezar con los entrenamientos y necesitaba toda la energía que pudiera tener.






Fui el primero en llegar al gimnasio, incluso antes que nuestro entrenador, así que cogí un balón y me puse a practicar unos saques. Pasaron unos minutos hasta que pude sentir una presencia que me observaba.

- No eras tú el que siempre llegaba tarde a las prácticas y a los partidos cuando estábamos en el instituto? - me paré en seco después de escuchar aquella voz, me giré para ver a Sakusa apoyado en el marco de la entrada. Le di la espalda para coger otro balón y seguí practicando.

Después de hacer un par de saques más pude sentir las manos de Sakusa en mi cintura, se había quitado la mascarilla así que también podía sentir su respiración en mi cuello. Por alguna razón me quedé quieto y cerré los ojos, disfrutando de su tacto. Al ver que no me movía, Kiyoomi empezó a dejar un rastro de besos por mi cuello, después empezó a besar con más fuerza en un lugar en específico, haciendo que soltara un gemido. Sus manos empezaron a recorrer mi torso hasta llegar a mis pezones, con los que empezó a jugar suavemente. Empezamos a escuchar pasos así que rápidamente nos alejamos uno del otro.

- Hey Hey Hey - Bokuto entró corriendo y se abalanzó sobre mi siendo seguido por Shoyo y por nuestro capitán, Shugo.

Esperamos un rato más a que viniera el resto para poder empezar el entrenamiento, en todo momento podía sentir la mirada de Sakusa clavada en mí.

- Bueno, eso es todo por hoy. No os olvidéis de cenar y de ir a dormiros temprano. Mañana tendremos un partido de práctica para ver como os conjuntáis como equipo.

Después de saludar a nuestro entrenador nos fuimos al comedor a cenar. Antes de que pudiera ni siquiera reaccionar, Sakusa ya estaba sentado a mi lado mientras Shoyo y Bokuto nos miraban algo confundidos. Al ver que había un silencio incómodo entre nosotros, Sho decidió empezar a hablar.

- Bueno, Atsumu-san. Veo que has mejorado tu saque. ¿Qué te parece el nuevo equipo?

- Aunque solo sea el primer día se puede notar el potencial de todos los jugadores a nivel nacional. Aun así, voy a necesitar un poco más de tiempo para habituarme al juego del resto. Tengo que admitir que Tobio-kun se adapta más fácilmente.

Al escuchar el nombre de su marido, Shoyo sonrió y con aire triunfante empezó a alardear sobre sus técnicas como colocador, siendo interrumpido de vez en cuando por Bokuto alegando que "su Keiji" era un mejor colocador. Acabamos de cenar y nos dirigimos a nuestros respectivos cuartos para ducharnos y dormir. Cuando ya estaba por acostarme, mi móvil sonó indicándome que tenía una notificación. Era de Sakusa.

- Deberíamos hablar. Aún no me has contado por qué te fuiste.

- No creo que sea necesario, no quiero tenerte cerca.

- No seas así, sea lo que sea lo que haya hecho te lo compensaré. Si no me dices que fue lo que hice no podremos resolver esto.

- Esta bien ven en media hora a mi cuarto y hablemos.

Estaba nervioso, al momento de haberle enviado aquel último mensaje me arrepentí, pero desgraciadamente Sakusa lo vio antes de que pudiera eliminarlo. Ahora solo me quedaba organizar un poco mi cuarto hasta que fuera la hora. Me sobresalté al escuchar los golpes en la puerta. Intenté tranquilizarme mientras me acercaba a la puerta. Para mi sorpresa, Sakusa llevaba en una de sus manos un ramo de rosas mientras que con la otra se apoyaba en el marco de la puerta; tan pronto como hube abierto la puerta me las ofreció.

- Gracias, por favor pasa.

Como la otra vez, Sakusa empezó a mirar a su alrededor analizando mi cuarto. Sus ojos recayeron en mi habitación y, ya que la puerta estaba abierta, su mirada se postró en un par de calzoncillos que estaban encima de mi cama. Al ver que sonreía fui hasta donde se encontraba para saber qué era lo que estaba mirando, al instante mi cara se puso roja y cerré la puerta lo más rápido que pude mientras escuchaba como Sakusa se reía.

- Ejem, puedes sentarte en el sofá mientras yo pongo las rosas en agua. ¿Te apetece comer o beber algo?

- Si tienes cerveza, sin alcohol si puede ser.

Asentí ligeramente, dejé las rosas, cogí las cervezas y me senté a su lado en el sofá. Al momento, Sakusa apoyó uno de sus brazos en el respaldo. Durante un rato estuvimos en silencio disfrutando de la cerveza mientras yo le miraba de vez en cuando, en cambio Sakusa no desprendía su mirada de mí.

- Bueno, me gustaría que me explicaras la razón por la que te fuiste.

- A mí también me gustaría saber por qué les presentaste a tus padres una chica como tu novia cuando estábamos saliendo.

La expresión de Sakusa cambió de un momento a otro. Después de unos segundos, se movió para dejar su cerveza en la mesita de café que teníamos enfrente y volvió a su posición inicial. Se quedó mirando durante un momento al techo antes de que responderme.

Sakusa dejó salir un suspiro de alivio y volvió a mirarme.

- Por qué no me lo dijiste? Que estabas allí. Podría habértelo explicado todo y acabar con este malentendido.

Volvió a posicionar su cabeza mirando hacia el techo y cerró los ojos. Yo me había quedado petrificado ante su respuesta. ¿Malentendido? Pasaron unos momentos hasta que empezó a hablar.

- Fui totalmente consciente de mi sexualidad a los once años, después de darme cuenta de que no sentía nada al estar con una chica. Pensé en decírselo a mis padres en ese momento, pero el miedo al rechazo era demasiado grande así que me acobardé y viví una doble vida a espaldas de mis padres, hasta que te conocí. Tú me diste fuerzas y ganas de contarle a mis padres sobre mí, pero seguía sintiendo pavor por la respuesta de mis padres. Cada vez se hacía más difícil esconder mi amor por ti así que le pedí a una amiga mía, a la que le gustan las mujeres, que se hiciera pasar por mi novia. Al final, todo fue en vano porque tú desapareciste de mi vida y mis padres siempre supieron sobre mi sexualidad.

No podía soportarlo más, las lágrimas caían imparables de mis mejillas, me sentía un estúpido. Sakusa, al escullar mi llanto, se alarmó y rápidamente me atrapó en un abrazo.

- Lo siento, debería haberte escuchado. Sufrí mucho al intentar olvidarte.

Aquella noche la pasamos juntos, acurrucados el uno junto a el otro.  




*

Bueno, como verán al final lo puse como un oneshot porque me estaba quedando sin inspiración 😔

Lo siento si esperaban una historia larga pero es que realmente no sabía como continuar la historia y tengo poco tiempo por que en dos semanas acabo mi primer año en la universidad y ya tengo que recuperar dos materias 😭😭

Espero que les haya gustado 💜

Bye ╰(*°▽°*)╯

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