Lo intenté // Sanwoo

By AtinyMiaw

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Hizo de todo para intentar mejorar, pues sólo quería que él se sintiera feliz. Wooyoung, un joven que se enam... More

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Lo Intenté

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By AtinyMiaw

Una sonrisa se hizo presente en sus labios mientras una enorme sensación de echarse a correr como niño pequeño para admirar el hermoso paisaje que tenía frente a él.

Luego de llegar a su destino Park tuvo la idea de visitar el famoso big beng, aquel lugar era su lugar favorito pues era el reloj mas grande que conocía. Aunque el pelinegro se negó a perder el tiempo en una cosa tan insignificante como esa, terminó por aceptar debido a que necesitaba distraerse con algo por un momento.

—Parece un niño —. Comentó el más alto sin despegar la mirada del menor.

Choi lo miró sin expresión alguna en el rostro y luego volvió la vista a su celular.

—Ya esta bastante crecido para eso —. Contestó el pelinegro con un tono de voz duro.

—Wooyoung es joven...

—No me interesa —. Recalcó con mirada seria —. La junta será hasta Lunes, el señor Lee quiere que mañana asistamos a su "pequeña" fiesta —. Dijo cambiando el tema.

Park soltó un suspiro y asintió con lentitud no muy convencido de aquello.

—¡Wooyoung! —. Gritó el pelinegro con fuerza, llegando a asustar a Park y al mencionado.

Seonghwa lo miró con los ojos abiertos y una cara confusa, por lo visto a su amigo le importaba poco el que las personas que pasaban por el lugar se le quedaran viendo con semblantes de susto o de miedo, incluso unos lo observaban con cara de "esta loco".

—¿Por qué gritas así? —. Preguntó Park con curiosidad.

El contrario frunció el ceño ante eso.

—Porque me dio la gana —. Contestó.

El menor se acercó a ellos con una sonrisa aún presente en sus labios pero con el temor invadiendo su interior, esa era la primera vez que su jefe le gritaba de esa manera, una que de inmediato le hizo sentir vulnerable y con un poco de temor.

—¿Necesita algo jefe Choi? —. Dijo una vez que estaba al lado de su mayor, el cual tenía un semblante nada agradable.

—Nada. Nos hospedaremos en un hotel, así que vamos —.  Aclaró a la vez que tomaba su maleta y comenzaba a caminar junto con el más alto.

El joven, sin decir nada, empezó a seguirlos sin mencionar ni una sola palabra. En sus pensamientos solamente podía pasearse lo que su madre le había dicho días atrás pero seguía dudando con respecto a eso puesto que ahora estaba en otro lugar y tal vez el mayor se la pasaría todos los días ocupado y no tendría tiempo para siquiera descansar un rato. A pesar de ello, Wooyoung estaba seguro de que haría lo posible para que su jefe no se estresara por tanto trabajo.

El camino al hotel no había sido tan largo debido a que una persona que trabajaba con el señor los había ido a recoger para llevarlos al lugar en el cual se quedarían en esas semanas. El viaje era silencioso y solamente podía escucharse con claridad el motor de la camioneta blanca en la que iban.

El menor se sentía ahogado por alguna extraña razón. Al fijar su vista en la ventanilla pudo divisar un edificio grande de un color plateado con ventanas brillantes, tal vez se veían de esa manera porque estaban muy bien limpiadas.

—Hemos llegado —. Mencionó el hombre el conducía el vehículo a la vez que se adentraba a un estacionamiento subterráneo para luego aparcarlo en un lugar vacío.

—Gracias —. Agradeció Park una vez que estaba fuera de la camioneta y ayudaba al menor a bajar su maleta.

—No es nada. El señor Lee también me pidió que les entregara esto —. Dijo mientras buscaba algo en la guantera del vehículo. —Son las llaves de sus habitaciones

—Gracias, de nuevo —. Mencionó Park para después comenzar a seguir al pelinegro y al menor rumbo a un elevador.

—Yo pude haberlo hecho solo —. Se quejó Choi con un semblante molesto.

—Sabes como es el señor Lee, no creo que lo haya hecho con malas intenciones —. Aseguró Seonghwa presionando el botón que tenía el número del piso al que se dirigían.

—Si, claro —. Contestó el pelinegro con tono irónico en su voz y una sonrisa que mas bien parecía una mueca.

Aquel hombre podía parecer una persona que no rompía ni un simple plato pero no era así. Su amable apariencia era sólo un disfraz que utilizaba para caerle bien a todos y luego darles la espalda sin importar qué.

A pesar de eso, el señor Lee nunca había causado daño o algo parecido a la familia de Choi y mucho a su empresa debido a que él y el padre de San eran amigos desde la infancia. Algo repugnante ya que eran tal para cual.

—Jefe Choi —. Habló el menor a la vez que miraba al mencionado.

—¿Qué quieres? —. Preguntó con mala gana.

—Yo... Tengo... Tengo hambre —. Confesó con la vergüenza inundando su ser mientras jugaba con sus dedos torpemente.

Park no pudo evitar soltar una carcajada y ganarse una mirada fulminante por parte del pelinegro.

—¿Qué es lo gracioso? —. El ceño de Choi se había fruncido.

—Tu asistente es demasiado lindo —. Aseguró Park mirando al joven que lo observaba con sorpresa y con sus mejillas levemente teñidas de color carmesí.

—Idiota —. Musitó el pelinegro rodando los ojos.

La entrada del elevador se abrió y los tres salieron del mismo.

Choi se detuvo en seco al sentir una mirada en su espalda, soltó aire con fuerza de sus fosas nasales antes de girarse y encontrarse con un hombre alto de cabello y ojos color negro profundo, vestía un traje oscuro al igual que sus zapatos, una sonrisa burlona decorando su rostro y un porte elegante que le daba una pinta de ser todo un caballero.

Wooyoung observó al hombre y al chico que le acompañaba para luego volver la vista a su jefe. Choi tenía un semblante serio, una mirada sin expresión y unos labios fruncidos.

—Cuanto tiempo, Choi —. Habló el hombre con una sonrisa ladina. —¿Qué tal tu viaje? —. Preguntó con una curiosidad falsa.

Choi sabía que al contrario no le importaba ni un poco el como haya sido su viaje, a él no le interesaba nada de eso.

—Creo que la respuesta usted ya la sabe —. Contestó el pelinegro de una manera seca y tajante, algo que hizo que el mayor frunciera el ceño con molestia.

—¿Quién es él? No lo había visto antes —. Dijo cambiando el tema de un segundo a otro al notar la presencia del chico de cabello rubio.

—Él es el asistente del jefe Choi, se llama Jung Wooyoung —. Contestó Park ya que el pelinegro no había dicho nada.

—Es un placer, yo soy Lee Juyeon y él es mi operario Woo Sunghyun —. Dijo el mayor mirando al menor.

—Ehh... El placer es mío, señor Lee —. Pronunció el joven con voz temblorosa.

Wooyoung ya quería irse de ahí ya que el ambiente se estaba tornando pesado y la tensión estaba aumentando con el pasar de los minutos.

—Basta de charla —. La voz de Choi y su semblante solo daba a entender lo enojado que estaba.

No era su culpa. Choi se molestaba bastante rápido cada que veía la cara del señor Lee y no podía hacer nada con respecto a eso pues no deseaba rebajarse al nivel tan desagradable que el hombre tenía. Existían veces en que el mayor le sacaba de quicio pero debía calmarse para no tener problemas con él y su padre, ambos eran un total desperfecto.

—No se te olvide la fiesta de mañana, Choi —. Aclaró el señor Lee para luego girar sobre sus talones para irse junto con su acompañante.

—Tiene buen porte —. Confesó el menor volviendo a tomar su maleta.

Un bufido inconsciente se escapó de la boca del pelinegro causando que el joven se preocupara.

—¿Acaso no te fijaste también en la marca de su ropa? —. Cuestionó San con dureza a la vez que le entregaba una llave para que pudiese ir a su habitación.

El menor lo miró desaparecer tras una de las puerta para luego cerrar la misma. Wooyoung no entendió si aquello que su jefe había dicho fue con ironía o con sarcasmo, le era confuso.

—No le hagas caso, seguro se enojó porque vio al señor Lee —. Aseguró Park con una sonrisa. —Mejor entra a tu habitación y descansa un poco, yo mandaré a pedir la comida, ¿de acuerdo? —. Propuso.

El contrario asintió y entró a la habitación que tenía el mismo número que su llave.

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—Envíale un mensaje al señor Choi, dile que están aquí —. Mencionó mientras su mirada se posaba sobre unos documentos que estaban sobre una mesa.

—Si señor Lee —. Dijo el contrario para luego hacer lo que su mayor le había ordenado.

—El chico es lindo, ¿Cierto? —. Preguntó recordando el rostro del menor.

El pelicafé asintió para luego decir un simple "si".

—Temía que dijeras eso, no quiero que Choi intenté una locura que ponga en riesgo mi reputación, no de nuevo —. Confesó perdiéndose en sus pensamientos.

El contrario lo observó y esbozó una sonrisa.

—Intentaré que no ocurra algo así otra vez. El señor Choi estará vigilado por mi y por Byoung Gon, así que no se preocupe —. Aseguró el pelicafé muy seguro de sus palabras.

El mayor lo miró con atención sin decir nada. Ambos podían ser como gotas de agua con respecto a su personalidad pero algo en lo que eran diferentes era en sus gustos por los chicos.

—Eso espero. Dile a Seojeong que revise la lista de lo que falta para mañana —. Mencionó dejando caer todo su peso en el respaldo de la silla en la que estaba.

Sunghyun asintió y salió del lugar ya sin decir nada.

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—El lugar es hermoso y la habitación en la que estoy no se queda atrás —. Sinceró con una sonrisa mientras colocaba su celular a su lado con el altavoz activado.

Me alegra escuchar eso. Se nota que estas contento con ese viaje —. Dijo el contrario al otro lado de la linea telefónica.

—La verdad si. Pero ya quiero regresar y... Bueno, no importa, ¿Cómo esta mi madre? —. Preguntó cambiando el tema.

El menor no quería decir que lo extrañaba y quería abrazarlo pues eso sonaría un tanto raro a pesar de que eran amigos.

Ella está bien, no te preocupes —. Aseguró con tranquilidad. —¿Y como vas con tu jefe? ¿No te regañó? —. Soltó de un momento a otro.

—Bien, creo. Hasta el momento no me ha regañado y eso es bu...

El joven iba a seguir diciendo pero unos pequeños golpes en la puerta de su habitación se hicieron presente seguida de una voz.

—Wooyoung, el señor Choi quiere verte —. La voz serena del presidente Park llegó a sus oídos.

—Ya voy —. Contestó con un tono de voz un poco fuerte para que el contrario lo escuchara. —Johnny, tengo que irme, luego hablamos —. Dijo tomando su celular.

Esta bien. Te quiero, no lo olvides —. Respondió su amigo para luego colgar la llamada así sin más.

Wooyoung se quedó unos segundos mirando la pantalla de su celular aún sin comprender nada. Era raro que Johnny le dijera cosas como esa pues solamente había llegado a decirle que lo extrañaba, sólo eso.

No sabía que pensar con respecto a las palabras que habían salido de la boca de su amigo pero no iba a ponerse a pensar en ello justo en ese momento ya que su jefe le regañaría por tardarse tanto si sus habitaciones estaban a pocos pasos de distancia. Dejó su móvil sobre el buró que estaba a un lado de su cama para después tomar su llave y salir.

—Mañana temprano irás a ayudar a Sunghyun con algunas cosas. Te quiero aquí a las cuatro, ¿entendido? —. Ordenó el pelinegro una vez que el menor estaba dentro de la habitación.

—Si señor, ¿Algo más?

—Sí. Quiero que dejes de jugar con tus dedos cuando te hablo, detesto eso —. Se quejó Choi con fastidio.

—Yo... Lo siento —. Contestó el menor con una sonrisa nerviosa y una mirada tranquila.

Sus miradas habían vuelto a chocar, pero esta vez causando que el menor se pusiera aún más nervioso y un rubor apareciera de la nada en sus mejillas. Choi, por otro lado, creyó que aquella actitud del contrario era linda; estaba seguro que algo estaba mal con su mente.

—Park tiene razón —. Aseguró el pelinegro sin expresión alguna. El joven lo observó con confusión. —Eres lindo —. Aclaró.

Ese fue el instante en que un vuelco enorme se hizo presente en el estómago del menor al igual que una corriente eléctrica recorría su cuerpo entero.

—Puedes irte —. Soltó San sin más levantándose de la cama para dirigirse al baño y cerrar la puerta tras él.

La mente del menor se quedó en blanco y las palabras no salían de su boca por lo que salió de ahí aún con nervios.

No debía preocuparse por algo como eso pues de todos modos su jefe, tal vez, lo había dicho para darle la razón a su amigo Park pero seguía siendo confuso.

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