YO NUNCA |BL|

By CazKorlov

23.2K 2.4K 6.7K

Un chico que ve espíritus y un fantasma malhumorado deberán trabajar juntos para descubrir al asesino que les... More

|Reparto|
|Nota de autora|
|Epígrafe|
0| Besé al hermano de mí ex
1| Encontré un cadáver en el baño
2| Gusté de los gemelos Florencio
3| Fumé en el colegio
4| Me cagué a trompadas con alguien
6| Me desmayé por ver sangre
7| Quemé la comida por un mensaje
8| Volví con mi ex
9| Discutí con un fantasma
10| Lamenté su muerte
11| Allané propiedad privada
12| Creí en los monstruos
13| Besé a un chico en un antro
14| Provoqué a un criminal
15| Rompí una promesa
16| Infringí la ley
17| Resistí la tentación
18| Fui el reemplazo de alguien más
19| Disfruté el carnaval
20| Tuve respeto por los muertos
21| Sentí celos cuando no éramos nada
22| Fui suficiente para vos
23| Acepté la ayuda de un fantasma
24| Gasté mis ahorros en caramelos
25| Mentí por una causa honesta
26| Lo volvería a intentar
27| Creí en los cuentos de mamá
28| Me metí a un frigorífico
29| Le tuve miedo a los fantasmas
30| Salí del clóset de cristal
31| Salvé a un amigo
32| Quise saber la verdad
33| Observé la oscuridad
[Especial] Festejé año nuevo
34| Visité el limbo

5| Malviajé con Enzo Florencio

494 60 188
By CazKorlov


Enzo intentó liberar los brazos aprisionados por las manos de su hermano, y la única escapatoria que parecía haber encontrado era la muerte, porque acababa de escupirle a esa masa de músculos directo entre los ojos. La sangre le llenó el rostro pecoso de manchas rojas, mientras la gruesa gota de fluidos se deslizaba entre su nariz perfilada y su mejilla, pero para mí ese rostro hacía tiempo había dejado de pertenecer a ese cuerpo.

La realidad se desdobló como un papel arrugado entre mis manos temblorosas.

Se extendieron las brasas ardientes de una imagen que me había obligado a olvidar. La voz de mi madre, vuelta el bramido de un animal herido me había despertado del sueño, los susurros furiosos de mi padre terminaron de traerme a la realidad, yo encarnaba la imagen de un pendejo somnoliento que va a esconderse bajo la cama como un cobarde, porque cree que alguien desconocido entró a esparcir su violencia, a destruirlo todo al levantarle la mano a ella.

Sin saber que el único desconocido vivió con nosotros todo ese tiempo.

—Papá te trajo para que aprendas a comportarte, no para que hagas el ridículo ¡Entendelo de una vez! —La voz furiosa de Ezequiel me arrancó del recuerdo, mi pie se arrastró por el pasto apenas un centímetro, todo mi cuerpo había comenzado a temblar.

Dolía, no podía respirar con propiedad.

—Te molesta que yo haga sin miedo todo lo que vos no te animas a imaginar, Kiki.

—¡Dios, Dani! ¿Te vas a quedar ahí mirando? —La voz exaltada de Alanis se proyectó a mis espaldas como un baldazo de agua fría directo a mis extremidades.

—Vos tampoco estás haciendo nada, Ali —comentó Miranda.

Retrocedí como un intruso al que la policía le alumbra con una linterna, y clavé la vista en mis manos, las líneas enrojecidas se volvían borrosas, junto al latido de mi corazón desdibujado entre el peso de mi respiración errática. Evité las caras que de seguro nos pusieron los entrenadores que se aproximaron a separarlos.

Alanis hizo una mueca.

—¿Vos viste lo mismo que yo? Necesito conservar mi cara intacta para armar el currículum, muchas gracias.

En medio de mi retroceso me choqué con Miranda, que analizaba la escena con una sonrisa divertida entre el cabello despeinado de su coleta. Cielo apareció a su lado, colocó las manos en sus rodillas, agitada por la corrida y no pudo evitar a la rubia confianzuda cuando la usó para apoyarse cruzada de brazos, como si fuera una columna.

—No pensé que se llevaran tan mal... —murmuró.

—Hay que llamar a control animal —rio Miranda, e infló un globo de chicle entre sus labios, para reventarlo en el acto—. ¿Bruno grabaste eso? Hay que subirlo a YouTube.

Ezequiel había arrojado a su hermano al suelo, y los brazos de la entrenadora se interpusieron para hacerle una llave que inmovilizó sus extremidades. Como una criatura a la que le cuesta coordinar movimientos, Enzo se arrodilló para enseñarle el dedo medio, y luego tuvo el reflejo fugaz de pasarse el pulgar por debajo del labio inferior para limpiarse la sangre, lo lamió antes de que Catriel lo ayudara a levantarse.

En mi intento de escape frustrado casi me golpeo la frente con el hijo del diablo que apuntaba la cámara de su celular directo a la escena, Julián movía las cejas de forma sugerente, mientras su amigo captaba todo como si fuera un camarógrafo profesional.

—¿Qué pasó?

—Pelea de putas —respondió Milagros, tecleaba en su celular—. Ya lo compartí en el instagram de la promo, una encuesta "¿Quién va a ganar?".

—Ezequiel tiene más posibilidades, está re trabado—comentó Alanis, Miranda le silbó.

—Lo fichaste, asquerosa.

La chica de pelo corto puso los ojos en blanco.

—Revisá tus prioridades, Milagros se lo comió ayer y no le dijiste nada —contraatacó, le señaló a la rubia que debía guardar el celular porque se acercaban los profesores, y en su fastidio se colocó lejos de Miranda, que alzó una ceja.

—Pensé que mi prioridad había quedado clara con el anterior comentario.

—Yo también voto por Ezequiel, pero no sé, no creo que Enzo vaya a dejarlo tranquilo después de esto. —Milagros intentaba despegar la mirada hambrienta de los gemelos, y era apenas consciente de que el tema de la conversación se había desviado para causar el sonrojo de su amiga.

—¡Éxito! Después subimos el video —informó Bruno, codeó a Julián una vez que guardó las pruebas de lo que había hecho—. Ponele música vos después.

—Al toque, mi rey.

El gremlin rubio nos sonrió a todos, estiró su chicle y lo arrojó al suelo.

—Adoro el trabajo en equipo.

|✝|✝|✝|

Los profesores hicieron lo posible por continuar con la clase con toda la naturalidad que esos dos se habían robado en su pelea. Difícilmente nos dejaron descansar entre ejercicios, como forma de castigo solo nos permitieron parar para que pudiéramos estirar los músculos, momento que aproveché para acercarme a Cielo en busca de conversación, necesitaba dejar de pensar seriamente.

—¿No te parece raro ver dos pares de gemelos en la misma escuela?

Mi pregunta desentonaba con el ambiente tenso que nos obligaba a todos a tener conversaciones superficiales, pero a mi forma de ver, no lo hacía, todo tendía a relacionarse entre sí, más si los Florencio estaban involucrados. Al escucharme ella se enderezó y usó mi hombro de apoyabrazos para mantener el equilibrio.

—¿Raro? ¿En qué sentido?

—En el sentido "clones malvados" de la palabra, ya sabés, como pasó con los hermanos de Miranda, Naín y Ne...—empecé, y habría terminado de desenvolver mi teoría de no ser por la mano de Cielo estampada contra mi cara. Me alejé por el dolor—. ¿Qué te pasa, boluda? Te estaba diciendo que...

Ella me chistó por segunda vez y se acercó para hacerme entender en qué clase de mierda me estaba metiendo al mencionarlos. Aunque yo lo sabía muy bien, no iba a aceptarlo.

—No lo digas con ella cerca, tarado. —Me retó, fuimos llamados por Catriel para formar una ronda, pero ninguno se movió—. Todavía le cuesta superar el trauma.

Voltee para ver a la rubia en cuestión rebotar la pelota de vóley "accidentalmente" en la cara de Julián.

—Pero si está rompiendo las bolas como siempre.

Cielo negó con una mueca.

—Nunca es tan fácil. —El tono serio de su voz me hizo acordar a la psicóloga a la que ella asistía todas las semanas—. Ir a ver a tu hermano a la cárcel y vivir con la persona que lo arrestó, que encima tiene su misma cara no puede serlo, dios... encima los medios siempre se lo recuerdan, se la pasan diciendo que tendría que haberlo matado.

—Pero eso era obvio, Naín tendría que haberlo pensado un poco antes de hacerse policía. —Recibí un golpe en la cabeza por mi comentario—. ¡Pero si es la verdad!

—Dani...

—¿Por qué tardan tanto, señoritas? —La voz de Adriena a través de megáfono me aturdió, la mirada desaprobatoria de Cielo fue suficiente para terminar nuestra conversación.

Al acercarnos a la ronda solo Ezequiel se paraba al lado de los entrenadores, luego de ir a lavarse la cara había continuado como nuevo, las únicas muestras de la pelea eran las manchas de sangre que tenía en la remera, porque incluso se había cambiado los pantalones, Bruno había demostrado su compañerismo al prestarle unos pantalones cortos, que le iban un poco más ajustados de lo usual.

Mi vista se desvió del par de muchachos, que ahora compartían el mismo aire como si todo el bullying del pasado no fuera nada, en busca del otro clon maligno. Lo habían acompañado al baño a limpiarse, el entrenador se había incorporado a la clase, pero él todavía no.

—¿Está bien? —Cielo verbalizó la pregunta que nadie hacía, los entrenadores se esforzaban por negar su existencia, era irritante.

Un silencio incómodo se extendió para todos y cometí el error de hacer contacto visual con Adriena, fue evidente su falencia, solo se preocupaban por los alumnos que les convenían a ambos, los que podían rendirle en un partido, nada demasiado débil era detectado por su radar insensible, pero para mí mala suerte fue como si me hubiera colocado una diana en el cuello, delaté con mi gesto desdeñoso la realidad, y me señaló irritada con la cabeza, después a los vestuarios.

—Rodríguez, andá a fijarte si Florencio necesita algo y llevale el botiquín, no quiero a princesas heridas en mi campo. —«Bueno, tampoco para tanto», pensé. No era como si se lo fuera a tragar el inodoro—. ¡Ahora!

|✝|✝|✝|

Al entrar en la envejecida construcción de los vestuarios escuché el eco del agua correr y me tensé al pensar que Enzo había elegido ducharse, pero no, eran las canillas abiertas de todos los lavabos los que hacían ese ruido. Encontré al tipo desnudo de la cintura para arriba, con la cara entera metida debajo del agua, mientras se refregaba con violencia y ahogaba una cantidad ridícula de insultos dirigidos a su hermano.

—Eh...

Intenté mantener la distancia, aunque no pude dejar de observar los huesos pronunciados de su columna, resaltaban de forma dolorosa bajo la piel pálida de su espalda. Me sentí expuesto, él no era consciente de mi presencia y yo me había puesto a contar sus costillas llenas de tatuajes no tan nuevos como el de su cara. Intentaba buscar el final de la boa de tinta alrededor de sus caderas cuando su voz me alertó.

—¿Te vas a quedar ahí como un poste o me vas a dar eso? —No estaba de humor, era obvio, me resultó curioso encontrarme con que ni siquiera así lograba provocar el temor que me provocaba su hermano.

Las canillas automáticas se cerraron de golpe, Enzo asomaba los ojos verdes por encima del hombro como un extraño reptil, y no podía despegarme del aura roja en su mejilla, cuando se volteó por completo hacia mí, descubrí que tenía el mismo color en los labios. Diosanto.

«Pajero de mierda. ¿Por qué le estás mirando la jeta?»

Necesitaba pensar algo coherente.

—Parecías muy ocupado y no quise interrumpir.

—Ajá. —Me quitó el botiquín de las manos de manera poco delicada—. Y vos estabas muy ocupado también, decime, Dani ¿Te gustan los tatuajes?

Lo abrió en lo que pensaba qué usar primero. Para mi desgracia su jeta estaba llena de metal, no podía ser más llamativa que un cartel de neón con el texto "apretá acá". Tenía el labio inferior partido, una raspadura en la mandíbula, y el pómulo hinchado.

«Roto y todo se ve más que decente el imbécil».

—Sí y no —sopesé—. Prefiero las perforaciones, esas no duran para siempre.

—Tengo demasiadas, me aburrí de ellas —soltó Enzo, tomó una gasa y la puso contra su mejilla—. La vida es demasiado corta como para quedarse con las ganas de probar cosas nuevas.

—Ya veo, por eso te tatuaste la cara a los dieciséis, qué sincero. —Señalé un paquete de algodón cerrado, sin sentirme culpable por no detener mi lengua, me servía de distracción—. Vas a tener que usar eso, el agua para el sangrado un poco, pero si no levantas la cabeza va a volver a sangrar.

Sonrió ante mi ocurrencia, e ignoró por completo el resto de lo que decía.

—Si supieras chamuyar con las mismas ganas con las que hacés esos comentarios de mierda, hace tiempo habríamos...

Un hilo grueso de carmín bajó de su fosa nasal y se metió en su boca antes de que terminara de hablar, el piercing plateado que tenía en el costado del labio inferior se tiñó de rojo. Desvié la mirada, mientras rogaba a todos los dioses que no se me notara lo mal que me ponía ver u oler sangre.

«Mierda».

—Puta madre —gruñó, se volteó de golpe hacia el espejo, pero se tambaleó inestable, y aferró el borde de la mesa hasta que los huesos de sus manos resaltaron blancos—. Dios, odio esto.

Con esos mareos su anemia era demasiado evidente. Me sentía mal por él por alguna razón ajena a mi entendimiento, y no tenía idea de lo que hacía, pero en un punto dejé de respirar.

—¿Puedo? —Me acerqué sin verlo de forma directa, rogando no desmayarme, le quité la gasa y la puse contra su nariz, le empujé la cara hacia atrás con poca delicadeza consiguiendo que alzara una ceja en mi dirección, a la vez que lo dejaba aferrarse a mi hombro.

Su mano estaba helada, pero hice lo posible por no resultar tan brusco, mientras le trataba el resto de las heridas la incomodidad no tardó en esfumarse tal y como había sucedido antes, una nube de tranquilidad excesiva me envolvió, al punto de resultar relajante. La cercanía de su perfume era una mezcla de flores silvestres y ligero aroma a frambuesas, era casi adictivo.

Enzo cerraba los ojos, lo cual agradecí porque en el instante en que los abrió, sus pestañas coloradas alrededor del verde pálido de sus pupilas me dejaron en blanco. No pude calcular cuando tiempo me quedé mirándolo con cara de idiota, pero cuando reaccioné y me alejé, una pequeña sonrisa tiraba de sus labios, estos habían recuperado algo de color.

—Uh, li-listo.

«¿Qué mierda tenía en la cabeza?»

Sin emitir palabra evitó el espejo y se colocó la camiseta oscura, de forma casi milagrosa no estaba tan manchada como pensaba. El estampado de irregulares líneas blancas colocadas en paralelo mostraba un extraño mensaje que invitaba a cualquiera a drogarse con cocaína.

«Poético el pendejo».

—Parece que tenés experiencia con heridas de este estilo. —Enzo cerró el botiquín con renovada energía y me lo tendió con una media sonrisa más grande que la anterior.

Fruncí el ceño.

—¿Te estabas haciendo el boludo para que yo lo hiciera?

Su sonrisa se ensanchó.

—Un mago jamás debe revelar sus trucos, además no parecías tan incómodo —resaltó, observé con fastidio el suelo, contenía pequeñas gotas de sangre.

—No va a ser tu hermano el que te cague a trompadas la próxima vez si no te callás un poco, Enzo.

Tomó mi amenaza como un mero divertimento, y a mí como un payaso más en su circo de mierda, fingió pensarlo un instante sin prestar atención al corte que abría su labio. Luego se me acercó hasta cubrir con su sombra la mía, los mechones de su cabello decolorado se proyectaron sobre mi cara. Iba a debatir lo que fuera a decir para mandarlo al carajo con todas las letras, pero su cuerpo, su voz, su presencia entera lo consumió todo.

La contracción de sus pupilas, junto a las palabras que salieron de su boca me dejaron en corto.

—¿Entonces si estás dispuesto a callarme como se debe, Dani?

La muerte y la sangre parecían pequeñeces a su lado, mi existencia se reducía a la par que su silueta se extendía para ocupar el resto del espacio que quedaba en mi cerebro. Así había sido ese día, y siempre desde que había entrado a mi vida. Sin embargo, en ese momento la realidad se deformó bajo mis pies como las llamas de una hoguera, el rojo tiñó mi visión, y las paredes se movieron a la par de mis pensamientos revueltos. Su voz era una con el susurro de mi respiración agitada, una advertencia implícita que jamás había tenido la oportunidad de mencionar en mis sueños.

Me encontré de vuelta en el baño del colegio. Veía mi propia cara reflejada a centímetros del charco de sangre, mi sistema colapsado se burlaba de mí, estaba seguro, porque eso no podía ser real.

—Che, que mal viaje.

Los ojos vacíos del cadáver de Ezequiel seguían juzgándome en silencio.

|✝|✝|✝|

Chamuyo, viene del verbo chamuyar: significa hablarle lindo a una persona para ligar con ella, casi siempre con mentiras.

Fichaste, viene del verbo fichar: lo usamos cuando decimos que miramos algo con mucha atención, de forma muy exagerada.

Trabado: es un adjetivo que usamos cuando decimos que alguien está lleno de músculos, y se notan mucho.

Al toque, mi rey: una forma de decir que vas a hacer algo que te ordenaron de manera inmediata.

|✝|✝|✝|

Me reporto el día de hoy, y volvemos del viajesote de Dani. ¿Qué les pareció?

Capítulo dedicado a Camila Cuervo porque sus comentarios me hicieron reír mucho, hola reina, gracias por tanto.

Procedo con las preguntas:

¿Opiniones sobre Miranda? ¿La shippean a alguien?

¿Le tienen miedo a la sangre?

¿Les cae bien Dani? ¿Qué opinan de él?

¿Caerían ente los chamuyos místicos de Enzo?

¿Qué le responderían a la pregunta final que le hizo Enzo a Dani?

¿Les gustaría ser amigx de alguien de esta historia? ¿Quién y por qué?

Edit de nuestra iguana:

Edit de wattflix que hizo la maravillosa OmiBiIre, y amé con todo mi corazón. GRACIAS.

Informo que ya contamos con playlist de la historia, disponible en spotify (la dejo en este comentario uwu) 

Muchas gracias por leer, recordá que si te gustó podés recomendar la historia a tus amiguis 

Continue Reading

You'll Also Like

146K 21.9K 65
De todas las novelas que leí, ¿por qué tenía que ser en una de zombies?! ¿Qué hice para merecer esto? ¿Habré destruido un universo en algunas de mis...
109K 22K 51
(LGBT+) Un chico que ve fantasmas se une a un seductor tarotista para resolver un misterio paranormal que los pondrá en peligro. ¿Será el amor un obs...
325K 19.6K 57
𝐁𝐫𝐨𝐨𝐤𝐥𝐲𝐧 𝐒𝐰𝐚𝐧 𝐦𝐞𝐣𝐨𝐫 𝐜𝐨𝐧𝐨𝐜𝐢𝐝𝐚 𝐜𝐨𝐦𝐨 𝐁𝐫𝐨𝐨𝐤 𝐒𝐰𝐚𝐧 𝐞𝐬 𝐥𝐚 𝐡𝐞𝐫𝐦𝐚𝐧𝐚 𝐦𝐞𝐧𝐨𝐫 𝐝𝐞 𝐈𝐬𝐚𝐛𝐞𝐥𝐥𝐚 𝐒𝐰𝐚𝐧...
15.2M 1.3M 37
TRILOGÍA DEMON #1 ¡A LA VENTA EN LIBRERÍAS! "El infierno está vacío. Todos los demonios están aquí." -William Shakespeare.