-Por qué lo estamos siguiendo – preguntó Jacob, Alice observaba atentamente la pequeña casa.
-Por qué no confío en él – habían seguido al nuevo chico que habían conocido, Diego, Alice sentía que el chico estaba ocultando algo, Jacob había venido tras ella después que ella lo había obligado prácticamente, al parecer Alice era la clase de chica que no le gustaba que le dijeran que no, y también al parecer era bastante testaruda, aun así, eso a Jacob parecía no incomodarlo.
Jacob miró de reojo a Alice quién se veía pensativa, era bastante linda, aunque algo regañona, pero le parecía bastante genial, le agradaba la chica, y había venido con ella por que él tampoco confiaba en Diego. Y más ahora que actuaba extraño, lo estaban viendo dirigirse hacia una pequeña casa, el lugar estaba prohibido para los estudiantes, y era bastante extraño el que se dirigiese a aquel lugar, la casa se encontraba bastante apartada del instituto, para Jacob el lugar parecía siempre estar a oscuras bajo la sombra de los árboles que lo mantenían levemente oculto, la casa se veía bien dentro de lo que cabía, pero aun tenía una pequeña inquietud sobre ella. Vieron a Diego entrar por la puerta trasera, rápidamente corrieron hacia el lugar, quedando detrás de un árbol lo suficientemente grande para ocultarlos, observaron la puerta semi abierta por donde había entrado el chico.
-¿Qué crees que este ocultando? – preguntó Jacob.
-No lo sé, pero hay que averiguarlo – se acercaron a la puerta, observaron dentro por la pequeña abertura, estaba a oscuras, sigilosamente ingresaron a hurtadillas, no veian a Diego por ningún lado, la casa se veía pequeña por fuera, pero ahora al estar dentro notaron lo espacioso que era, tenía todo lo necesario, cocina, sala y unas escaleras que llevaban hasta el otro piso, lo cual extrañó a los dos, se habían sorprendido por lo espacioso que era, pero no se imaginaban que tendría un segundo piso, definitivamente está casa ahora se veía increíble, tras pasar por la pequeña cocina, llegaron a las escaleras, aun no veian a Diego por ningún lado, Alice observo la sala, había algunas estanterías repletas de libros, un pequeño sillón y una mesa de centro de madera, la casa se veía bastante acogedora.
-Crees que deberíamos subir – miro a la chica, Alice asintió con la cabeza. El chico se quedó por un momento observando las escaleras sin moverse,
-Miedoso – Jacob volteo a mirar a Alice quien sonreía burlonamente, el chico sólo puso los ojos en blanco, luego empezó a subir, Alice lo siguió. Al llegar empezaron a escuchar voces que provenían de una de las dos habitaciones que habían, se acercaron más hasta reconocer la voz de Diego, quien parecía estar discutiendo con alguien, se pegaron a la puerta para poder escuchar mejor, los dos reconocieron rápidamente la otra voz, era del profesor Horace, se miraron confusos, nuevamente se pegaron a la puerta.
-No puede ser, no puede estar muerto – la voz del profesor se escuchaba quebrada – está ocurriendo de nuevo – ahora los dos estaban más confundidos, de que estaban hablando.
-Esto será un caos si continúa, hay que hacer algo profesor, y hay que hacerlo pronto – podían escuchar cada palabra que decían.
-Si, lo sé, es por eso que hay que evitar que los estudiantes se enteren de esto, o entrarán en pánico, y el instituto será un caos de terror – Alice empezaba a comprender a lo sé refería, ahora el profesor Horace sabía sobre la muerte de Jonathan, Diego era un traidor, pero por que le estaba contando todo al profesor, aun no comprendía realmente que estaba pasando, miró a Jacob quien parecía estar en las mismas – confiaré en qué no le hayas contado aún a nadie lo que has visto.
-Quédese tranquilo profesor, no le he dicho a nadie – mintió, había ocultado el hecho de que ellos y los demás ya lo sabían, Jacob se dio cuenta que Diego realmente podría estar tramando algo.
-Bien, supongo que ahora tendré que hablar con los demás maestros – el profesor se dispuso a salir por la puerta.
-Y algo más profesor, antes de que se vaya – al escuchar eso, rápidamente los chicos entraron en la otra habitación que estaba en frente, cerrando levemente la puerta, y observaron desde allí la puerta de la otra habitación, el cual de pronto se abrió, y el profesor apareció, luego dio media vuelta hacia la habitación nuevamente, se escucho la voz de Diego – cree que él director… – se pauso.
–No lo sé Diego, esperemos que no sea así, por lo pronto sigue con lo tuyo.
–Está bien profesor, avíseme si necesita algo.
-Claro, ahora ve y descansa un poco, creo que lo que viste allá, debió ser duro.
-Así es – el profesor salió de la habitación y caminó hacia las escaleras, los pasos se escuchaban cuando bajaba por las escaleras, se había ido, pero Diego aún seguía dentro, seguieron observando la puerta, de pronto apareció saliendo de la habitación, empezó a caminar hacia las escaleras pero luego se detuvo y se quedó parado en silencio.
–Deberían ser más cautelosos cuando siguen a alguien – dijo Diego, quien volteo a mirar hacia la puerta de la otra habitación, Jacob y Alice estaban sorprendidos, los había descubierto – por favor salgan – los chicos abrieron la puerta y salieron, los dos miraban inquisitivamente al chico – ahí están – Alice noto el cambio en el rostro de Diego, ahora se veía más relajado, lo escudriñaron cautelosamente, el chico les sonrió – supongo que lo escucharon todo – dijo, Alice y Jacob mantenían su distancia – vengan les mostraré algo.
-¿Por qué le contaste todo al prefesor?, ¿qué es lo que pretendes Diego? – preguntó Alice, Diego mantuvo la mirada en Alice, luego pasó a Jacob quien lo miraba seriamente – ¿qué es lo que estás escondiendo?.
-Muchas preguntas, y tendrán sus respuestas – volteo y les hizo una seña para que lo siguieran – les mostraré algo.
-¿Estas segura? – habló Jacob, quién miró a Alice, la chica parecía estar pensándolo, luego asintió. Fueron tras Diego quien iban bajando por la escalera.
-Me imagine que pasaría esto – habló Diego miestras bajaba hasta la sala, miró sobre su hombre hacia ellos – aunque no pensé que fueran ustedes los que desconfiaran de mi.
-Ah si, y ¿eso te molesta? – preguntó inquisitivamente Alice.
-No, para nada – el chico se veía bastante tranquilo – además creo que es bueno que me hayan seguido, necesito que sepan que estoy de su lado.
-Pero acabas de decirle todo al profesor – dijo Jacob quién se puso frente a Alice – eso como nos ayuda a saber que estas de nuestro lado.
-Eso era necesario, ya que ahora el profesor Horace esta prácticamente a cargo del instituto ahora que no está el director Olsen – Alice y Jacob se miraron – oigan, necesitamos que el profesor lo sepa, de ese modo si alguien se entera de que ustedes lo sabían todo, lo que le paso a Jonathan, habrá una forma de defenderlos si los quieren acusar, diremos que escucharon todo de los profesores, y eso evitará por lo menos a que no duden de nosotros.
-Supongo, aunque sólo servirá un rato – dijo Jacob, el chico volteo a mirar a Alice – que crees.
-Tiene sentido, por lo menos eso – Alice se acercó a Diego – y que es lo que querías mostrarnos.
-Bien, siganme – Diego camino acercandose a uno de las estanterías, metió una mano debajo de la segunda hilera, de pronto se escucho el sonido de un cerrojo, Diego empujó la estanteria, el cual dio paso a un pequeño pasadizo, Alice quedó sorprendida al ver el pasadizo.
-Vaya, eso no me lo esperaba – dijo Jacob quién habló antes que ella – y eso a dónde conduce.
-Siganme y verán – Diego entró, por un momento Alice dudo seguir.
-Miedosa – dijo Jacob pasando junto a ella hacia el pasadizo, el chico volteo a mirarla – vamos – le extendió la mano.
Caminaron por el pasadizo hasta llegar a una pequeña habitación.
-Odio decirlo pero esta casa es increíble – dijo Jacob.
-Si, es impresionante – la habitación estaba un poco sucia, pero aun seguía siendo increíble, Diego se acercó a un pequeño armario, abrió uno de los cajones sacando dos carpetas, Alice miró de reojo a Jacob.
-¿Qué es eso? — preguntó Jacob, Diego se acercó a ellos.
-Esto es lo que ustedes han estado buscando – Alice observo la carpetas en las manos de Diego, eran los documentos que habían buscado, por los que habían ido los chicos al sótano, como es que el lo tenía.
-¿Como los obtuviste? – preguntó Alice.
-Digamos que un buen amigo me los encargo – Alice notó un pequeño rastro de tristeza en su rostro que rápidamente desapareció.
-¿Que son exactamente? – preguntó Jacob, Diego les pasó una de las carpetas.
-Velo por ti mismo – abrió la carpeta, habian varios documentos, los miro cada uno, Alice tomó un sobre el cual abrió, al ver lo que contenían, las fotografías, el terror se agolpo en ella, las arcadas arremetieron, tiro las fotografías al suelo, y camino hasta la esquina de la habitación y sin poder contenerlo más empezó a vómitar, Jacob se quedó perplejo, luego tomó las fotografías y lo vio, las imágenes de los cuerpos desmembrados, los ojos se le abrieron completamente, sucumbiendo ante el terror.
-Si, esa fue la misma reacción que tuve la primera vez que las vi – dijo Diego quien observaba a Alice – aúnque en mi caso no había comido nada, y supongo que por eso no expulse nada.
-Esos son… – Alice intentaba hablar, pero la imagen lo había visto.
-Así es – la voz de Diego ahora se escuchaba sería – son todos los estudiantes que murieron en esa masacre.