Mi Vecino

KidaDEirhin tarafından

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Trafalgar D Water Law es un joven que decide empezar su vida desde cero en un nueva ciudad, sin embargo los p... Daha Fazla

Mi Vecino
Noche de Reencuentros y Bienvenidas
Molesta Confusión
Te Confieso que me gustas
Feliz acontecimiento:
Exámenes, Fiebre y Boletos
Redadas
La Ciudadela De Dragon
Despedida silenciosa...
Agridulce Navidad
Noche de Lujuria
El Inicio de Un final
¡Eres Tú!
La Respuesta
Lo Tengo Todo
Epílogo

Un mal Día

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KidaDEirhin tarafından

-Maldición como es que olvide desactivar la maldita alarma!-

Seis de la mañana y yo ya sin poder volver a dormir. Era algo difícil en la actual situación, me había decidido a olvidar y sacar completamente de mi vida a Kidd, pero estaba cortándome demasiado. Ya me había acostumbrado a que él estuviese a mi lado cada noche cuando regresaba de la universidad. Estaba ahí, preguntándome que tal había sido mi día, tanto con los estudios como en el trabajo que tenia. Pero ahora, solo era yo, en mi cama, solo. Si Kidd no me hubiera hecho sentir como una basura...

Pero desde que empezaron, los celos y desconfianza todo cambio. Hasta hubo un instante en el que intento levantarme la mano, eso no se lo perdonare jamas, por mucho que lo ame... amarlo? No, eso ya no es lo que siento por el... no, definitivamente, ya no lo amo, y tras verlo con uno de sus amigos en la misma cama que habíamos compartido un sin fin de veces... sacudí mi cabeza, apartando esos pensamientos tan dolorosos...y lo peor es que se atrevió a negar lo innegable...

No había nada que más que hacer. Aunque me tomara todo el tiempo del mundo, olvidare a Eustass Kidd.

Me levante, ya no podía dormir más, y ,lo peor es que era sábado, y me dolía la cabeza...maldición...

Un momento, porque ese mocoso idiota se me aparece por la mente? Tocar su torso... no, no, no! Solo lo examine, por sus heridas...Es una molestia, igual que su hermano!

Empece a ordenar las cajas que quedaban, y me dedique a ordenar especialmente, uno de los cuartos, no me vendría mal tener una pequeña consulta, en casa. Algo de dinero extra estaría muy bien...

Así, la mañana empezaba a avanzar, y ni cuenta me di cuando ya era medio día. Lo supe solo porque no paraban de tocar a mi puerta, pensé que si no abría, dejarían de insistir, pero no, cuando vi de quien se trataba, supuse que seria difícil tener una vida tranquila.

Era mi vecino. Mi vecino que traía un bento y tocaba sin parar a mi puerta. No me quedo más que abrir. Solo llevaba unos bóxer, así que me puse la bata.

-Buenos días Torao!- allí estaba ese idiota con una sonrisa a pesar de mi cara de enfado.

-Que quieres?!- le pregunte, con molestia, en serio estaba empezando a fastidiarme.

-Solo... te traía algo de comer...- su tono de voz disminuyo, pero su vista seguía fija en mi.

-No lo quiero, no molestes- dije llevando una de mis manos hasta mi cabello, y apartándolo de mis ojos.

De pronto note, que señalaba algo, y acercaba una de sus manos a mi cuerpo. La maldita bata se había abierto, y ahora, su mano tocaba mi torso. Sentí que la cara me ardía. Su toque se sentía suave al tacto, no lo niego, se sentía bien, y lo peor era, que me gustaba como se sentía, mientras delineaba, mis tatuajes con su dedo. Antes de que pudiese pasar algo más, detuve su recorrido.

-Si no necesitas nada por favor vete. Estoy muy ocupado...- si, esa era la mejor excusa para que me dejara en paz.

-Lo...lo siento, yo solo...- prácticamente, dejo el bento en mis manos a la fuerza, y con su cara completamente roja, se echo a correr hasta su apartamento. Mi cara de idiota, hubiera sido más que suficiente para que Sachi o Penguin iniciaran un plan para fastidiarme. El rostro aun me ardía, pensé que era por el mal estar que sentía desde temprano. Cerré la puerta, y tome mi temperatura, pero nada, estaba normal. Me preocupo un poco el echo de que ese contacto me hubiese puesto así.

Ni siquiera Kidd, había logrado ponerme en una situación semejante. Fui hasta la sala, allí me senté en el sofá, y deje el bento en la cocina junto al otro. Lleve mi mano hasta mi torso, haciendo el mismo recorrido, que ese tonto había echo... pero pronto lleve mi mano hasta mi rostro, cubriéndolo.

Que diablos me estaba pasando? Porque con Kidd jamas me sentí así? Si, seguramente es solo el echo de que extraño las caricias de Kidd, esa es la razón de mi extraña reacción ante el toque de ese idiota.

Demonios esto esta muy mal... el ardor de mi cara no se iba, así que decidí meterme a la ducha, y mientras el agua recorría mi cuerpo, no podía quitarme de la cabeza a ese estúpido niño...

Salí cuando oí el teléfono. Y si ese día y había empezado mal, quien llamaba a mi teléfono no mejoraría las cosas.

-Que tal estas Law?- definitivamente, este día seria una tortura.

-Kidd...que quieres?- dije.

-Acaso esta mal que te llame y quier saber de ti?- me dijo, pude notar un dejo de tristeza en su voz, pero no me convenció.

-Creo que fui claro cuando termine mi relación contigo o no? Me fui de casa porque ya no quiero que seas parte de mi vida....por favor superalo y déjame en paz!-

-Law... -

-Que tengas un lindo día Kidd...adiós- colgué algo molesto, ese mocoso, con solo tocarme un poco estaba poniendo mi mundo de cabeza, y Kidd, seguía confundiéndome. Definitivamente lo mejor que podía hacer era salir a tomar algo de aire.

Olvide que estaba lloviendo como si del fin del mundo se tratara, y deje mi paraguas en casa, esta vez, sin duda, pillaría un resfriado.

Me encontré con Sachi y Penguin, en un café, que había en la ciudad.

-Que te paso Law?- dijo Sachi, mientras me pedía un café.

-Nada en especial, solo que este ha sido un día de esos que odio...- me senté, mientras sacudía mi cabello, y estornudaba sin parar.

-Valla parece que nuestro medico ha pillado un resfriado...- empezó a reírse de mi, el muy estúpido.

-No molestes...- le dirigí una mirada asesina.

-Ya cálmate, en verdad estas algo tenso. Parece que la mudanza te volvió malhumorado...-decía Penguin, sin para de reír.

-Lo que pasa es que ya no tiene a Kidd para que le cuide cada vez que se enferma- esta vez el idiota de Sachi se retorcía de la risa.

-Lo que Kidd haga o deje de hacer me tiene sin cuidado... no molestes- una chica morena, y de hermosos ojos azules se acercaba a nuestra mesa.

-Aqui esta su orden...tres café negro, por favor disfrutenlo- sonrió.

-Gracias- fue todo lo que pude decir, porque justo en ese momento entraba mi molesto vecino, no niego que llamo mi atención el echo de verlo entrar solo. Me quede observándolo. Ocultándome un poco con mi gorra.

-Que no es ese tu vecino Law?- que mala suerte, Sachi y Penguin, también lo habían visto.

-Roooobiiiin!!- lo oímos gritar, mientras corría hasta la mesera que nos había traído el café, y la abrazaba.

-Robin...puedo hablar contigo?- le preguntaba, parecía preocupado por algo, seguí mirando.

-Que ocurre Luffy, que te tiene tan preocupado?- los vimos que iban hasta una de las mesas que estaban delante de nosotros, y cerca de la entrada del local.

-Eh? Luffy, que haces aquí? No deberías estar trabajando?- una mujer pelinaranja, salia de detrás del mostrador.

-Nami...- dijo, esta vez lo mire disimuladamente, para que no notara mi presencia – te molesta si hablo un minuto con Robin? Es que en verdad es importante...-

-Que te paso? Que tienes?- la chica también se les unió a la mesa, mientras se volvía a mirar hacia atrás, y daba indicaciones a alguien.

-Franky, puedes encargarte de la caja registradora?- dijo mientras se sentaba.

-No hay problema déjamelo a mi, yo me encargo- oímos que decía alguien, desde alguna parte.

Volví a poner atención a la conversación que había delante de nosotros.

-Que ocurre Law?- Sachi miraba extrañado mi actitud.

-Guarda silencio un momento por favor...- le pedí. Se volvió a Penguin, se miraron un momento y se encogieron de hombros, sin embargo empezaron a hablar entre ellos.

-Que ocurre Luffy, que puede ser tan grave como para que llegues tarde al trabajo- no podía verlos ahora, o de lo contrario ese mocoso, se daría cuenta que estaba espiando su charla.

-Creo que estoy enamorándome de alguien- soltó. No se porque me dio curiosidad lo que decía.

-Enamorándote de alguien? Y quien te tiene así?- si, me dije para mi mismo, quien te tiene tan alterado?

-Eso es lo peor...es alguien a quien conozco en la universidad y ahora ese chico es...- estaba deseando poder alzar un poco la mirada, y ver su cara en ese momento pero no podía hacer eso. Así que me conforme con ocultar mi rostro.

-En la universidad? Dinos...quien es?- por alguna razón estaba ansioso por oír la respuesta de ese tonto, al mismo tiempo que se me venia otra vez, a la mente, aquel recuerdo, cuando fue a dejarme el bento.

-Es mi vecino!- grito.

Escupí mi café, al oír aquello. Sachi y Penguin, me daban golpecitos en la espalda. Como habían estado hablando entre ellos, no entendían porque me había ahogado, mientras que yo no paraba de toser.

Estaba seguro de que ahora los ojos de esos tres estaban fijos en mi.

-Se encuentra bien joven?- oí que la mesera se nos acercaba, por su tono de voz, parecía preocupada.

Me levante tan deprisa que tire la taza, y se me enredaban los pies con la silla. Lo peor de todo, es que estaban sentados en la mesa que estaba cerca de la salida. Lo que significaba que tenia que pasar frente a ellos para abandonar el local. No había otra manera, así que, pase frente a ellos rápidamente, esperando que no me reconociera. Sin embargo, cuando salia, pude oír que decía:

-Maldición...me escucho...-

Para rematar, mi mala suerte, estos idiotas, me llamaron por mi nombre.

-Oye Law!-

Me detuve. Era mi fin. No solo había oído decir a mi vecino que estaba enamorado de mi, si no que Sachi y Penguin, acababan de ponerme en evidencia.

-Que ocurre Law? Porque te levantaste de esa manera?-

-No me siento bien es todo- dije.

-Torao...- su cara de sufrimiento, y de querer echarse a llorar me tomo por sorpresa. Evite por un momento su mirada.

Maldición, esto no esta pasándome. Me volví para mirarlo, y mi cara enrojeció hasta el punto en que parecía que iba a estallar.

-Es usted el vecino de Luffy?- la mesera, me miraba algo perpleja, como si quisiera entender algo.

-Que tal Luffy!- Penguin no podía ser mas inoportuno. -que tal esta tu hermano?-

El mocoso no le respondió, él y yo, no nos quitábamos la vista de encima. Y yo seguía sin poder parar de toser.

-Oye Law, porque no te sientas un momento? Podrías traerle un poco de agua a mi amigo?- Sachi se dirigía a la mesera.

-Por supuesto...- dijo el mientras la veíamos levantase y perderse tras el mesón.

-Oh...Ace había mencionado algo sobre un nuevo inquilino, pero no creí que lo conocería tan pronto...-

Ni el mocoso ni yo decíamos palabra alguna. Yo en lo personal, no tenia ganas de decir nada, y no veía como escapar a aquella situación. Y una vez que la muchacha hubo regresado con el agua que Sachi le había pedido, me la bebí de un sorbo y abandone el local.

Afuera, seguía lloviendo a mares, y un estúpido conductor termino por mojarme por completo, al pasar junto a mi.

Prácticamente corrí hasta el apartamento, donde le puse el seguro a la puerta, y me deje caer hasta el suelo, sujetando con mis manos mi cabeza. Como era posible que en cosa de horas un mocoso, pudiera ponerme tan inestable.

Para colmo, Kidd, también me confundía. No negare, que el chico es lindo, pero, se supone que aún quiero a Kidd, pero si analizo claramente la situación, hacia mucho tiempo que Kidd y yo, no teníamos nada. Había conocido otros chicos, pero, este mocoso, estaba logrando poner en una completa locura todos mis pensamientos. Quise engañarme diciéndome que tal vez, Kidd y yo pudimos volver a nuestra vida de amantes, pero ahora, el suave toque de ese tonto en mi pecho... y el echo de decir que le gusto... era demasiado. Mi mente no daba a basto con tantos pensamientos y emociones.

Por segunda vez, en menos de dos horas, estaba una vez mas en la ducha, el agua caliente, aligeraba la tensión de cada musculo de mi cuerpo, y no tuve noción de cuanto tiempo había pasado en ese baño.

Una vez más alguien llamaba a mi puerta. Esta vez ni siquiera me tome la molestia de preguntar quien era, pero cuando oí que la abrían, supuse que eran Sachi y Penguin los que llegaban.

-Ya salgo..estoy en la ducha!- les di entender. Ellos tenían una copia de la llave desde el momento en que mi arrendatario me entrego las originales, así que, podían entrar a casa cuando quisieran. Pero luego recordé que, le había puesto el seguro en la puerta. Rápidamente me colgué la toalla a la cintura, y salí.

Esperaba ver a mis amigos en la sala, pero en lugar de ellos, era otra persona la que estaba en la sala.

-Cuanto tiempo sin vernos Law- Kidd, estaba allí, sentado al sofá, y me miraba de pies a cabeza, y ni siquiera se había tomado el tiempo de cerrar la puerta, así que cruce el living a grandes zancadas, pero Kidd, me detuvo, tomándome por la muñeca, y jalandome hasta el sofa.

-Pero que diab...- sentí sus labios en los míos, y por un momento quise dejarme llevar, pero una vez más mis pensamientos me traicionaban, enviándome a ese chico.

-Porque no empezamos de nuevo Law?- me decía mientras recorría mi cuerpo y besaba cada parte de mi.

-No Kidd...como es que diste con esta dirección?- me costaba, pero estaba poniendo resistencia a sus caricias y besos.

-Eso no importa...- me decía.

-Bast...basta, ya déjame en paz...- sentí que su mano, bajaba por mi cadera, y se colaba por debajo de la toalla. No lo niego me estremecí.

-En serio quieres que me detenga? Pues tu cuerpo y esta parte de ti...- maldición su mano...- dice todo lo contrario-

-Suéltame...alguien se acerca...- oía que subían por las escaleras, y estaba rogando que no fuera ese idiota. Pero en realidad, lo ocurrido hacia un tiempo, volvía mi mente.

-Que importa...que hay de malo con que los demás te oigan gemir mientras te hago mio...-

-Ya basta déjame en paz...es suficiente!- lo empuje con fuerza, sin éxito.

Esto iba de mal en peor. Ese niñato, estaba parado en el umbral de la puerta, y nos miraba sorprendido. Kidd sobre mi, y besándome sin parar, yo, solo con una toalla...era el peor escenario en que me había visto.

-Si no te importa... vendré más tarde...quisiera explicarte lo que ocurrió en el café hace un momento...- admito que esta vez, si sentí lastima por él. Parecía que quería llorar. Pude ver que se apresuraba a abrir la puerta de su apartamento. Y sin tener muy claro el porque, en ese momento, empuje a Eustass lejos de mi por segunda vez. Quise detener a ese chico y darle una explicación por lo que acababa de ver, pero él ya había entrado.

Definitivamente habían pasado tantas cosas en un solo día que parecía mentira. Sujetando la toalla desde un extremo, me pare junto a mi puerta, y le ordene a Kidd que se marchara.

-Por favor vete Eustass...vete y no vuelvas por aquí, no eres bienvenido, lárgate- mi respiración se había agitado en todo ese ajetreo, y me costaba un poco respirar. Me sentía mareado.

-Porque? Si estábamos divirtiéndonos...-

-LÁRGATE!!-

Por fin se iba, ya era suficiente. Portgas, subía ahora por las escaleras, y se cruzo con Kidd.

-Buenas tardes Trafalgar- me saludo, solo le devolví el saludo con un gesto de cabeza, y cerré rápidamente la puerta.

Aún estaban aquellos bentos en la mesa de la cocina. Lo abrí. En el interior, había un almuerzo, en que con algunos trocitos de zanahorias, decía “Bienvenido” me quede mirando aquel bento. Simplemente todo estaba saliendo mal. Por mas que quería un vida tranquila y sin problemas, precia que estos me seguían a donde sea que fuese.

-Que debería hacer Cora? Estoy seguro que tu si sabrías como salir de este problema....-

Aclarar mi mente es lo primero que debo hacer. Luego, dejar de engañarme con esa estúpida idea que sigo queriendo a Kidd. Por que eso y no era así. Pero en cuanto a este chico... hacia solo unas horas que lo conocía, y ya estaba causándome problemas.

Lo mejor que podía hacer en ese momento, era dormir un poco. Me sentía realmente cansado, y seguir pensando en todo el asunto, me cansaba aún más.

Me la pase todo el día encerrado en mi cuarto. No quería salir ni ver a nadie. Mi cabeza dolía a horrores, y lo que me más me tenia preocupado, era la cara de ese tonto al verme con Kidd.

Podía entender muy bien sus emociones, el ver a quien quiere en los brazos de otro... caray hasta me sentía culpable.

Una vez más, oí que llamaban a mi puerta. En serio no quería que nadie me molestara, pero como los vecinos eran insistentes a la hora de fastidiar, me levante para ver quien tocaba.

Aun seguía con la toalla en la cintura, y solo lo recordé una vez que abrí la puerta.

No era posible, esto no estaba pasando. Ese mocoso, estaba detrás de mi puerta, y parecía estar luchando contra algo en su mente.

-Que...- quise saber que hacia en mi puerta, pero me interrumpió.

-Solo...quería disculparme por lo que ocurrió hoy en el café... lamento todas las molestias que cause-

Me miro un momento antes de irse. Sin embargo, ese fatídico día aun no acababa.

Como si las cosas no pudieran pintar aun peor, Portgas D, había oído todo lo que ese enano me había dicho. Había estado detrás de su puerta espiando.

-Mi hermano esta causándote problemas Trafalgar?- me dijo.

-No...no solo estaba...- diablos que le digo? - No es nada, no te preocupes- dije -aaa por favor dile a tu hermano... que tengo que revisar su herida...-

-Claro, se lo diré- dijo y entro al apartamento.

Tras cerrar mi puerta, me pregunte porque le dije eso a su hermano. Si quería saber que tal se encontraban sus heridas, solo debí haberlo jalado de su brazo y obligarlo a entrar.

-Maldición...si tan solo Kidd no hubiese llegado...- espera un momento, que diablos esta pasando? Porque me afecta tanto el echo de que ese muchacho me encontrara con Kidd? Suspire para calmarme un poco. Todo estaba yendo de mal en peor, y se suponía que el echo de haberme mudado, era para mejorar mi calidad de vida, pero esto estaba volviéndose insoportable. Ahora, tenia que averiguar como Kidd había dado conmigo, se suponía que nadie más que Sachi y Penguin lo sabían.

No tenia caso seguir en casa, y una vez más salí de casa, y mis pies me llevaron hasta el mismo café de hacia unas horas atrás.

Me quede pensando en lo que había dicho ese mocoso.

-Eso es lo peor...es alguien a quien conozco en la universidad y ahora ese chico es...mi vecino-

Según él, me conoce de la universidad, pero yo no recuerdo haberlo visto antes. No estudiaba medicina al menos, porque tampoco lo vi en las otras facultades.

Esta vez, me atendió otra chica, de cabello largo y calipso, al igual que sus ojos.

-Law?-

Me sorprendí bastante. Esa chica conocía mi nombre.

-Disculpa?- le respondí obviamente perplejo.

-Law eres tu? Soy Vivi, era tu vecina y era tu mejor amiga cuando era niña, no lo recuerdas?-

De pronto lo recordé. Esa chica, y yo solíamos jugar junto a los demás niños de nuestra calle. Y es cierto, esa chica era una gran amiga mía.

-Vivi? Cuanto tiempo, no te reconocí...- le decía en parte la verdad, no me acordaba de ella.

-Que estas haciendo aquí?- me dijo mientras se sentaba conmigo.

-Bueno....pues me mude, desde ayer que vivo en esta ciudad- dije.

-Aún tienes esa idea de estudiar medicina? Que hay de Cora-san como esta?- me dijo.

-Pues si, de echo esa es una de las razones por la cual me mude, solo me quedan un par semestres para terminar la carrera de medicina. Tal y como Cora quería...sin embargo, hace unos años que Cora murió...-

-No...no lo sabia...como lo siento...no era mi intención...- dijo intentando disculparse.

-No hay problema no te preocupes- le devolví una sonrisa para tranquilizarla.

-Como ha pasado el tiempo, mírate... estas mas apuesto...y estas por terminar con una carrera que siempre te gusto...te invito un café y unos pastelillos que dices?- me dijo emocionada.

-No me vendría mal...he tenido un día horrendo y quiero olvidarle- le respondí.

-No me tardo- dijo y se fue detrás del mesón.

Me quede pensando un momento, en ese niñato. Hacia unas horas en ese mismo café, le había contado a la mesera que estaba enamorado de su vecino, es decir estaba enamorado de mi... por más que trataba de recordar si lo había visto en alguna ocasión, no lograba recordar donde.

Era desesperante el no poder recordarlo. Seguramente si pudiera saber donde pude haberlo visto, no me encontraría ahora tratando de recordar...

-Aquí..- Vivi, había regresado- que sucede Law? No eres una persona que piense demasiado.-

-Digamos que han pasado cosas, que me están preocupando...-

-Valla...parece que no eres el único con preocupaciones. Aquí también los chicos están preocupados por Luffy-san. Por lo que Nami-san la cajera me contaba, su amigo, les había echo a ella y a Robin-san una confesión...creo que les había dicho que estaba enamorado de su vecino...- lo dijo pensativa.

Era obvio que no tenia idea de nada de lo que pasaba, porque cuando repitió los sucesos de esa tarde, una vez más escupí mi café.

-Law...que te ocurre...- me pregunto levantándose y acercándose mi.

-Solo...solo bebí demasiado rápido mi café es todo...- dije mientras tosía hacia el lado opuesto al de ella.

Ahora todo el café sabia que le gusto a ese idiota.

-Robin-san!- puede traerme un vaso con agua por favor?-

Al instante la mesera apareció con un vaso con agua en su mano.

-Oh valla- sonrió- pero si es el chico de esta tarde...el vecino del que Luffy nos hablo.-

-Luffy-san se refería a ti?- Vivi se había sonrojado de la vergüenza, y ocultaba su rostro detrás de la bandeja que llevaba en las manos.

-Que interesante- dijo la mujer, sentándose también a la mesa.

-Luffy-san...Luffy-san...- murmuraba Vivi sin quitarme la vista de encima.

-Luffy estaba preocupado por sentirse así cuando te tenia cerca...como te llamas?- me pregunto.

Era una mujer con la que tendría que tener mucho cuidado.

-Law...Trafalgar Law- ya había dejado de toser, pero me dolía el pecho, de tanto haber tosido.

-Luffy también nos contó que curaste sus heridas ayer, cuando lo asaltaron... y que Ace no sabe de ese incidente...-

-Supuse que no le había contado nada, porque disimulo muy bien su mal estar en frente de el.-

-Solo voy a decirte una cosa. No permitas que se ilusione contigo...ya antes sufrió mucho por otro sujeto y yo en lo personal no quiero verlo sufrir otra vez.-

-Tiene gracia que me lo digas... yo también tengo mis propios problemas, no tengo tiempo para los berrinches de un niño.-

-Como me entere que tienes en mente hacerle algo a mi amigo, te las veras con ella- me volví rápidamente, y un joven peliverde, que llevaba tres pendientes en su oreja derecha, había aparecido desde detrás de mi, y no note el momento en que una Katana, se posaba sobre mi cuello. Era obvio que “ella” se refería a la Katana.

-Zoro!- la voz de otro chico, lo obligo a soltarme. - Creo que todos cuidamos de Luffy, a nuestro modo, pero de quien se enamore es su problema, no podemos interferir en eso no creen?-

Esta vez, era un joven rubio, con ceja risada, y que el cabello le cubría uno de sus ojos. El sujeto que lucia un elegante traje negro, les hablaba mientras dejaba una charola con una taza de humeante café y unas galletas, frente a la mujer de ojos azules.

-Porque tanta conmoción, hace un momento que he llegado y nadie me ha atendido.- ya era suficiente, era lo ultimo que me faltaba.

-Que...- me quede helado, no era posible.

-Law...valla parece que el destino quiere reunirnos una vez mas- Kidd, había entrado al café.

-Que estas haciendo aquí?- seguía sin mirarlo, esta vez, mi voz sonó convincente y llena de odio.

-Solo caminaba por aquí y quise pasar a beber un café...-

Me levante, ya estaba harto de lo mal que iban las cosas. Me disponía a largarme, después de pagar, pero ese tipo... el hombre que había arruinado mi vida estaba allí, en frente de mi.

-Creo que hace un tiempo te dije que no molestaras a mi prometido verdad?- seguramente era algo psicológico, pero el oír su voz, estremeció mi cuerpo al punto de que empezaba a dolerme.

-Que estas haciendo aquí?- el tipo de cabello verde, ya tenia puesta una de sus Katanas en la garganta del rubio – no eres bienvenido aquí, mas te vale que te largues! No quiero que Luffy te encuentre aquí cuando termine su jornada de trabajo!-

-Que?- ese comentario por parte del peliverde llamo por completo mi atención. De que hablaba?.

-No te basto con hacerle la vida un infierno que ademas, tienes el descaro de aparecerte por aquí?- esta vez era la chica morena la que hablaba.

Ese hombre se acerco amenazadoramente a la mujer. Pero me puse en frente de ella. Ese tipo era un sujeto peligroso.

-Ponle un dedo encima a cualquier de ellos y juro que te arrepentirás!- todos se quedaron mirándome, fui consciente de eso.

El chirriar de la puerta del café abriéndose, nos hizo mirar hacia allí. El idiota al que todos llamaban Luffy, acababa de entrar.

-Mingo- de esas expresiones alegres que solía llevar el muchacho en su rostro, ahora no había rastro alguno de ello.

-Que estas haciendo aquí?- era la primera vez desde que lo conocía que veía esa expresión en su cara, pasó ante Doflamingo, y se quedo de pie a mi lado.

-Miren quien esta aquí...- de pronto su cuerpo empezó a despedir vapor y su piel se había tornado un poco rosada y algo brillante.

-No te atrevas ponerle un dedo encima!- dije cuando quiso tocar el rostro del muchacho.

Sin embargo el mocoso se había puesto en posición de combate. Ni siquiera me di cuenta cuando Doflamingo salia despedido hacia atrás.

Me quede mirándolo sorprendido. No sabia que había mas gente con fuerza o habilidad sobrenatural.

Okumaya devam et

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