Min separo los párpados con pesadez, dejando que sus pupilas escondidas se acostumbren a la luz. Suaves quejidos salieron de su boca al mover la mano derecha, ya que en esta tenía colocada una aguja con su extensa manguera que conducía a una goteante bolsa de suero.
Desvió la mirada a su costado, extrañado por estar en una cama, y más aún, que el patán musculoso no estuviera en ella.
Su debate mental fue respondido al divisarlo sentado en el suelo, con las rodillas abrazadas al pecho. Dormido.
Yoongi debía admitir que sacando su actitud, el ex oficial era un hombre atractivo, y además conservaba un rostro muy juvenil para sus treinta años. No hay que sorprenderse, el bajito tenía data de muchos oficiales, le gustaba tener todo fríamente calculado.
Jimin abrió los ojos también, buscando de inmediato los orbes gatunos del blanquecino.
―¿Como te sientes?
Consultó sin ánimos de ofensa.
―Del asco, pero menos que ayer.
Le contesto de la misma forma.
―Hoy todos los presos estarán recibiendo visitas, así que te llevaré con el enfermero Taehyung ―Río un poco metido en sus pensamientos. ―Espero que no te moleste pasar tiempo conmigo.
Se acercó hacia el, esperando una respuesta.
―Mientras no toques mi culo, todo bien.
Sonrió, y fue su primer sonrisa desde que había llegado. Mostrando los pequeños dientes mientras las encías asomaban de forma adorable.
Park no se contuvo de reír, por un momento ambos hicieron las pases.
―Tranquilo, Tae me matará si te molesto ahora, ¿Sabias que es un gran anestesista? No quiero morir tan joven.
Su comentario provocó otra risa en Min, cuyo carácter hoy era más amigable que ayer. Jimin pensó que tal vez su mal humor del día anterior era producto de su mala condición, y se sintió mal por prejuzgar sin saber.
―Hyung es buena persona, no creo que te mate.
Frenó su ataque de risa tras sentir una punzada en la costilla izquierda.
―¿Te duele mucho? ―volvió a inundarse de preocupación.
―Si, de todos modos no es nada que no haya sentido antes.
Murmuró entre respiraciones profundas, buscando la solución para que sus pulmones no pulsaran sobre las costillas fisuradas.
―Tranquilo, haz respiraciones suaves, y no te muevas mucho. Después del desayuno iremos al ala médica.
Yoongi asintió, obedeciendo. Pronto sintió un leve alivio.
―Tienes suerte, a diferencia de los demás puedes desayunar en la cama.
Jimin le sonrió compasivo, algo extraño para el de cabellos dorados, quien había conocido miradas lascivas, de asco y odio.
―¿Y tu porque estás pegado a mi?
Pregunto distrayendo los pensamientos de su cabeza.
―No es que quiera, me obligan a cuidarte. Un jefe de celda tiene responsabilidades. Si murieras aquí, eso me haría quedar mal.
Las risas decían presente otra vez, Yoongi notó que los ojos de su mayor desaparecían entre finas y adorables líneas, como sus ojos al reír tanto.
Min estiro la mano libre hacia Park, estirandose para golpearle el brazo. Una oleada de nuevos dolores hizo temblar cada parte de su cuerpo.
―Enserio no te muevas, se que duele mucho, haz el intento de quedarte quieto hasta que pase.
Murmuró, su menor apretó los ojos cerrados con fuerza, respirando por la nariz con la misma intensidad.
―Respira con calma, trata de distender tu cuerpo, así el cerebro entenderá más rápido. ¿Algo que te guste?
Min se desconcertó con la pregunta.
―La música.
Dicho eso Park comenzo a tararear una canción, era una que siempre recordaba cuando se sentía mal. Su voz suave y entonada relajó la mente del menor, sus músculos cedieron al placer auditivo, hasta que la melodía terminó.
―¿Qué te sucedió? eso no fue normal.
Comentó alarmado.
―Fibromialgia, una secuela de la infancia.
Aclaró su duda sin dar detalles, Jimin no entendía de términos médicos por lo que más tarde preguntaría a su soulmate.
―Te presentare a los muchachos en cuanto despierten...Consejo, tapate los oídos.
Miró en dirección a las rejas, en lo que Yoongi frunció el ceño, ¿Porqué tapar sus oídos? pronto el temblor de los barrotes le hizo comprender, un azabache con traje de oficial se paseaba de un lado al otro, sonriendo malicioso al tiempo que sus manos azotaban el garrote negro sobre las barras de metal.
―¡Park Jungkook! Pequeña rata de alcantarilla, ¿te diviertes cierto?
Bromeo Jimin, simulando molestia con su menor.
―Ya deberías saber que esta es mi parte favorita de trabajar aquí hermanito.
Levanto la cabeza, riendo a carcajadas como personaje animado.
―Espera a que salga de aquí, el suavizante morirá en extrañas circunstancias y mi comida estallará en tu microondas.
Jugó cumpliendo su cometido de irritar al oficial.
―Digamos que no escuche eso. ―Ignoró al mayor, dedicando su atención a un Min muy divertido con la discusión. ―Buenos días Yoon.
―Hola hyung, tu ganaste, llegue a la celda ―una risita nacida de sus labios le hizo ver tierno ante los mayores que lo rodeaban.
―Jaque mate, al menos admite que escogí la mejor subunidad.
El mayor de los tres escucho su alarde con atención.
―Ahora entiendo porque el mocoso esta aquí, pudiste ubicarlo en la celda de los bebes.
habló mirando a Park menor.
―¿Bromeas? es un jardín de infantes, moriría de aburrimiento.
Comento Jungkook entre risas, no mentía, ya que los menores eran un poco revoltosos.
Los tres bromearon y rieron por un buen momento, pero Jungkook debía continuar con lo suyo, y los demás iniciar el itinerario penitenciario. Nadie quería perder minutos, puesto que el día de las visitas era muy importante para gran parte del poblado carcelario.
Jimin se puso de pie, movilizando la celda, como era costumbre todos los días.
―Arriba, el desayuno no se hace solo, andando.
El espacio reducido se llenó de gruñidos, el líder arrojaba sabanas al piso, almohadas en los rostros de sus compañeros, golpes suaves y algún zape en la nuca. Yoongi observaba todo desde la cama, tapándose la boca para contener la risa.
―¿Y al nuevo que?
Un hombre de buen porte, facciones andróginas y ceja cortada lo miro intimidante.
―Taemin, el nuevo no esta bien de salud, se llama Yoongi, y Taehyung me pondrá anestesia hasta en el alma si lo molestamos.
Le explicó rápido y un poco tentado por la risa. Incluso Taemin y el resto de los reos estallaron en carcajadas por su forma de anunciar tales cosas. Nadie en su sano juicio querría ser enemigo de Kim Taehyung.
―Ya ya, olvidemos que soy niñero, los presentaré. ―Miro al frente, señalando uno por uno a los hombres. ―Taemin, Ravi, Timoteo y Kai pertenecen a Parca, una banda criminal muy temida.
Yoongi asintió, conocía perfectamente a muchos de sus competidores en el mercado negro.
―Sungwoon, este tipo es uno de los expertos en falsificación más buscados del país, aun es un misterio como lo atraparon.
―Lo sé, Choi Sung-Ho, alias VFly, está jugando sucio, delatando a talentos por ambición, quiere ser el único en el mercado de replicas.
No hubo nadie en ese sitió que mantuviera su mandíbula cerrada, Min era un sorpresa para todos, estando mas informado de lo que ellos alguna vez estuvieron.
―Vaya, estas bien informado, mejor olvida lo que sabes y desayuna ―Jimin le regaló una mirada calmada, entre tanto que los demás organizaban la comida, ―Hoy tendremos un día ocupado Yoon.
El nombrado asintió. No sin antes mirar por ultima vez a Jimin.
―Gracias por lo de ayer hyung...
murmuro por lo bajo, siendo solo escuchado por el mayor.
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Nuevo capítulo! Otra vez gracias por engancharse en la historia. Cada voto, comentario y vista es muy muy apreciado.
Conocemos un poco más de los integrantes de la celda 7, caras bastante conocidas ¿Cierto?
Yoongi sorprende, es un reo bastante astuto tal vez.
¿Que les pareció el capítulo?
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