En el domo, Nozomi y Sasuke, se preocuparon. La Uzumaki había terminado en el suelo debido al último ataque, y su compañero no estaba mucho mejor que ella.
-*Ese aullido fue de Akamaru. ¿Qué sucedió? ¿Qué rayos hace Kakashi?* -pensaba el azabache.
-Kiba -musitó la pelirroja con dificultad, llamando la atención del Uchiha.
-*Maldita sea, no puedo quedarme aquí* -se dijo.
-Debemos ayudarlo -se levantó un poco del suelo.
-*Nozomi* -Sasuke estaba atónito, pues la chica estaba en un estado deplorable, y aún podía moverse.
-Vamos -sonrió y tomó impulso para sostenerse completamente en sus dos piernas.
-Se resisten en vano -les dijo Haku.
Nozomi no hizo caso y formó el sello del tigre con sus manos, concentrando todo el chakra que le quedaba a su alrededor. Haría una pequeña imitación del jutsu de Kiba, poniendo chakra en sus extremidades para hacerse más rápida.
Corrió directamente hacia una de las tantas brechas en los espejos, pero el usuario de Hyōton apareció justo en uno de ellos. La pelirroja dio una voltereta hacia atrás con agilidad y corrió hacia el lado contrario, con el castaño siguiéndola de cerca.
-¡Detrás de ti Nozomi! -exclamó el pelinegro.
Justo a tiempo, pues, aunque con el ataque lanzado algunas senbon sí se clavaron en la Uzumaki y lograron hacerla caer, ninguna dio ni cerca de sus puntos críticos.
-¡Nozomi!
-Es imposible salir de aquí. -les volvió a advertir el castaño- Absolutamente imposible.
-¿Puedes levantarte? -preguntó Sasuke cuando llegó al lado de la ojiazul.
-Sí -dijo parándose con dificultad. Una aguja se había incrustado en su tobillo.
-No desperdicies más chakra. Es lo que quiere.
-Maldición. A este paso estaremos acabados -se dijo, pues su chakra estaba casi en ceros.
-Mis ojos empezaron a acostumbrarse -le informó a su compañera.- Le pondré fin al combate de una vez.
-Lo haremos juntos -dijo ella, formando una vez más el sello para concentrar chakra.
-No digas tonterías, tú necesitas recuperarte. -la contradijo el pelinegro.
-No voy a dejarte solo en esto Uchiha, y no harás que cambie de opinión.
Sasuke suspiró. Esa chica era terca como una mula, así que tardaría menos en resignarse que en convencerla de descansar.
En eso, Haku lanzó unas senbon hacia su posición. Ambos tomaron una aguja del suelo cada uno y empezaron a bloquearlas, dejando al ojicafé anonadado.
-*¿Qué? -pensaba- Ahora estoy apuntando a sus puntos vitales, pero rechazan todas mis agujas.*
Volvió a atacar, pero los Genin esquivaron las senbon y bloqueaban sin problemas las que no podían esquivar.
-*Es coincidencia. No, no lo es. -se corrigió- Y no solo eso. Están peleando mientras se protegen mutuamente.*
En un ataque que iba directo al pelinegro, Nozomi lo empujó bruscamente para quitarlo del camino y saltó antes de que la afectara a ella. Sin embargo, no logró salvarse de una única aguja enterrada profundamente en su cuello.
-*¿Pueden ver mis movimientos? -se preguntó el castaño.- No, es el chico el que puede ver algo. La chica no ve nada, pero igualmente puede esquivarme. ¿Cómo lo hace? ¿Qué es lo que detectan? Si ese es el caso...* -y con ese pensamiento, su imagen desapareció del espejo.
-¿Desapareció? -el chico miró alrededor.- ¿Dónde está? ¿A donde fue?
-Mantente alerta, no está muy lejos -advirtió la ojizafiro con debilidad, desmayándose segundos después. Sasuke la miró con inquietud.
-Parece que esa chica superó sus límites -habló Haku, provocando que el Uchiha, fúrico, lanzara una senbon en su dirección, con un efecto nulo- Espléndido. Sus movimientos son espléndidos. Ambos se mueven muy bien. Pero te detendré con el siguiente ataque. Tu movilidad, tus reflejos y tu capacidad de análisis. Llegaste al límite de todo. -se preparó para atacar.
-*Ya viene -pensó Sasuke.- Cálmate. Concéntrate. ¡Y obsérvalo!*
El ojiónix calculó el momento exacto del ataque enemigo con éxito. Tomó a su inconsciente compañera y saltó lejos impulsándose con chakra, sin dejar que las senbon los tocaran.
-*Me vio -pensó el ojicafé- No puede ser.*
Sasuke depositó con cuidado a la Uzumaki en el suelo, con la respiración agitada. Levantó la cabeza, mostrando un sharingan incompleto, con dos tomoes en un ojo y un tomoe en el otro.
-*Esos ojos -se asombró Haku- Es el Sharingan.* ¿Quién eres? -preguntó.
-*Aunque solo fue ligeramente, pude verlo.* -pensó el Uchiha.
-Ya veo. Tu también posees un Kekkei Genkai. -le dijo- *Es un chico impresionante. Aún no es perfecto, pero despertó su talento en plena batalla. Pero de ser así, la pelea no puede alargarse. Esta técnica requiere de mucho chakra. Mi velocidad también tiene un límite. Es posible que si se alarga el combate, pueda ver mis movimientos con mayor facilidad. Sus ojos ya me capturaron. Atacarlo directamente sería absurdo. En ese caso -pensó, mirando a Nozomi- Usaré a la chica como carnada.*
Salió con rapidez del espejo y se dirigió a la Uzumaki.
-*¿Qué? -Sasuke se confundió, pero bastó menos de un segundo para que comprendiera aquel movimiento- ¡Tengo que llegar a tiempo!* -pensó, impulsándose con una capa de chakra.
Unas gotas de sangre cayeron al suelo. Kakashi se había puesto delante de su alumno, protegiéndolo de Zabuza y ganando un corte en el pecho.
-Kakashi-sensei -Kiba apenas podía hablar de la impresión.
-Te protegiste demasiado tarde Kakashi -se burló el pelinegro- Querer ayudar a los mocosos te hizo perder la calma, lo cual llevó a tu sharingan a ver incluso más niebla de la que hay. Por muy bueno que sea tu ojo, decayó tu capacidad de prever los movimientos del enemigo. Entretenme un rato más, Kakashi. Quiero devolverte el favor divirtiéndome. No te preocupes, Haku debe estar a punto de matar a esos mocosos -dijo levantando su espada- Arrepiéntete de tu debilidad en el otro mundo y pídeles perdón ahí. -se rió, mientras desaparecía nuevamente entre la niebla.
El Hatake frunció el ceño, preocupado, mientras Kiba se ponía alerta a algún ataque del espadachín, sin descartar del todo las palabras anteriormente dichas por este.
-¿Matará a Nozomi-chan y a Sasuke? No, ambos son muy fuertes, no se dejarán vencer así. ¡No perderán tan fácilmente! -se convencía.
-Exacto -acotó Kakashi, sacando al Inuzuka de sus pensamientos- Confío en su fuerza. Nozomi es la kunoichi más impredecible e inteligente de todas. Y Sasuke es el mejor shinobi de su generación. Ambos pertenecen a los dos clanes más habilidosos de Konoha.
-¿No serán..? -se sorprendió Zabuza.
-Así es- confirmó el peliplata- Se llaman Uchiha Sasuke y U-zu-ma-ki Nozomi. -recalcó- Son unos genios ninja que poseen los Kekkei Genkai de sus clanes.
-¿Son sobrevivientes de los clanes masacrados?
Pensó en la gran habilidad de ambos chicos y recordó especialmente el momento en que la pelirroja sacó sus cadenas de chakra. Prácticamente le había gritado en la cara que era una Uzumaki y él no se había dado cuenta.
-Ahora entiendo por qué mejoran tan rápido. Pero Haku es igual. -dijo tomando su espada- Nadie ha escapado de la técnica secreta de Haku. Ni una sola persona. Ya va siendo hora de que termine con esto. -amenazó.
-Kiba, no te muevas de aquí.
-De acuerdo -asintió el castaño. No estaba muy conforme con la orden de su sensei, pues quería ir a socorrer a sus compañeros, pero también debía cumplir con la misión. Decidió que confiaría en la fuerza e inteligencia de ambos para salir de ahí.
El Hatake corrió, internándose en la niebla y dejando al constructor al cuidado de su alumno y los ninken.
-*¡Seré yo el que acabe contigo!* -pensaba
Nozomi recuperaba la consciencia poco a poco. Llevó una mano a su cuello y se quitó la senbon ella misma. Observó aún algo confusa lo que pasaba frente a ella.
Haku estaba tirado en el suelo y al parecer Sasuke era quien lo había vencido.
-Rayos, se supone que sabes cuidarte sola -habló su compañero con dificultad.
La chica lo observó bien, notando que tenía bastantes agujas enterradas en puntos vitales de su cuerpo y había un charco de sangre en el suelo. Sus ojos se abrieron con terror y su cuerpo empezó a temblar.
-Sasuke -murmuró. El pelinegro volteó a verla, dando una media sonrisa.
-Deberías ver tu cara -se burló con fragilidad- Eres toda una Dobe.
-¡¿Por qué...?! ¿Me cubriste? -preguntó, al principio en un grito y después en un susurro tembloroso y sorprendido.
-¿Qué se yo? -dijo, aunque recordó todos esos momentos que había pasado con aquella Uzumaki.
Flashback
-¡Mi sueño es convertirme en Hokage! Así protegeré a la aldea y tendrán que verme hacia arriba.
-P-Por fin... Dominé el jutsu
-No se qué le ven
-Recuerda lo que nos dijo ese día, Sasuke: "El que abandona a un compañero es peor que escoria" Cubriremos tu espalda siempre.
-¡Sasuke!
Fin del flashback
- ¡Sabes bien que mis cadenas me protegen, esté consciente o no! -exclamó al borde de la desesperación.- ¡¿Por qué lo hiciste?! ¿Por qué me cubriste? -tomó aire, reteniendo las lágrimas que querían salir- ¡¡Nadie te lo pidió!!
-No lo sé -respondió el pelinegro- Mi cuerpo se movió solo, tonta. -murmuró, e inmediatamente cayó de espaldas, sin poder aguantar su peso más tiempo. La Uzumaki corrió hacia él y amortiguó su caída lo mejor que pudo.
-¡Sasuke! -llamó consternada.
-Hasta matarlo... -murmuró- Hasta matar a mi hermano... No podía morir hasta entonces... -levantó la mano, tomando la ropa de la ojiazul- Tú no mueras...
Con esas últimas palabras, la mano del Uchiha cayó al suelo con debilidad, y el chico cerró sus ojos definitivamente. Por un momento, la pelirroja vio a Gaara en el lugar del ojiónix.
Las lágrimas cayeron del rostro de Nozomi. Un fino río que acababa en sus mejillas. Estaba en shock. Abrazó el cuerpo inerte de su compañero de equipo, que, con esa última acción, se había convertido en su mejor amigo.
-Ese chico -habló el castaño, que hasta ahora se había mantenido neutral- es capaz de lanzarse a una trampa conscientemente para salvar a los que le importan. Es un ninja digno de respeto ¿Es la primera vez que muere un compañero tuyo? -preguntó, colocándose delante de su espejo.- Este es el camino de los shinobi. -dijo, entrando en el hielo.
-Cállate -dijo Nozomi, con la mirada cubierta por su flequillo y todo su ser temblando.- Sasuke -le habló al Uchiha- nunca pude soportarte. Pero ahora...
Un círculo de humo se formó alrededor de Nozomi y Sasuke, ascendiendo como vapor caliente, en signo de que el hielo del piso se evaporaba. La Uzumaki habló hacia el enmascarado, con una voz de la más pura ira.
-No te perdonaré.
El humo se volvió un chakra de color rojo que ascendía en espirales por encima de la pelirroja, sorprendiendo a Haku. Hizo pequeños surcos en el suelo, haciendo volar algunas pequeñas piedras. Levantó la mirada y se colocó en cuatro patas, mostrando unos ojos, ya no más azul zafiro, sino rojo carmín con pupilas como rendijas y tres marcas en cada mejilla, simulando bigotes, con su cabello levantado en nueve puntas.
-¡Te mataré! -amenazó, con una voz que era más bien parecida a la del zorro que habitaba en su interior.
-*¿Qué es este chakra? -se preguntó el castaño, bastante asombrado. El chakra rojo formaba una cúpula de espiral rodeando a Nozomi, amenazando con destruir todo a su paso- Es imposible. Está materializando el chakra... Además, es realmente imponente.*
La cabeza de Kurāma se formó al final de la espiral. Las senbon que tenía la Uzumaki en el cuerpo, salieron disparadas y sus heridas se curaron inmediatamente, dejando salir un poco de vapor. Sus uñas se alargaron como garras, dispuestas a aniquilar a su enemigo.
-*Las heridas de sus manos se están regenerando -se sorprendió el ojicafé, viéndola levantarse- ¿Qué demonios es esta chica?*
La adolescente volteó su cabeza, mirando a Haku de una manera asesina, logrando asustarlo.
En el puente, Kakashi abrió los ojos con sorpresa al sentir el chakra tan intenso. Zabuza y Kiba miraron en esa dirección, igualmente asombrados.
-*¿Es Zabuza? -se preguntó el Hatake- No, este chakra tan siniestro es... -se tensó ante aquella posibilidad- ¡No puede ser!*
Por otro lado, el espadachín estaba pensando.
-*¿Qué es ese chakra? Es muy desagradable. ¿Es de Kakashi? -se dijo, para luego corregirse- No, es demasiado para ser de él. ¿De quién es?*
-*¿Nozomi? -se alarmó el peliplata, recordando aquella fatídica noche de hacía doce años, donde había sentido aquel mismo chakra.- Es terrible. ¿El sello se deshizo justo ahora? Debo apresurarme*
El chakra que rodeaba a Nozomi era tan intenso que podía verse desde afuera como llenaba todo el espacio marcado por el domo. Sin embargo, de un momento a otro, se desvaneció, volviendo a meterse a la chica, que intentaba calmar su respiración.
-*No puedo hacerlo -se decía- No puedo. Le hice una promesa a Kurāma-san. No voy a retroceder a mi palabra. No desobedeceré a mi nindō*
Con eso en mente, sus ojos volvieron a tornarse azules y las marcas semejantes a bigotes desaparecieron, pero no con ellas su furia. Sus cadenas surgieron de su espalda, esta vez con picos afilados en las puntas. Su propio chakra, aún más aterrador que el del zorro la cubrió totalmente, pues se había regenerado con la media transformación. Se colocó en cuatro patas y se preparó para abalanzarse sobre su enemigo. Esto puso en guardia al castaño, que, si bien se había asustado con el chakra anterior, este le daba verdadero pánico. La Uzumaki corrió cual zorro hacia Haku, dispuesta a vengar a su compañero.
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¡Lo logré! Aquí está un capítulo de 2240 palabras para la nueva actualización. ¡Voten, comenten y échenle un vistazo a mis otras historias!
Tsuki-sama ¡Se va!