El lobo feroz《KookV》

By HappyVildeMoa

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En el pequeño pueblo situado en algún lugar escondido de Corea, acecha una presencia que eriza los vellos de... More

Prólogo
¡Hey!
◇01◇
◇02◇
◇03◇
◇04◇
◇05◇
◇06◇
◇07◇
◇08◇
◇09◇
◇10◇
?
Tampoco es un capítulo
◇Spoiler cap 11◇
◇11◇
Yoooo...
◇12◇
No cap
◇12◇

◇ 13 ◇

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By HappyVildeMoa

¿Hola?

¿Qué diablos?, pensó para sus adentros

Tae se sentía demasiado confundido. Lo último que recordaba era haber estado en la sala de su casa con Jeon.

No sabía cómo había terminado en ese lugar oscuro y tenebroso. Era como una cueva sin salida demasiado larga, en la que al fondo de ella podía verse una tenue y pequeña luz roja. No parecía un sueño en absoluto, era demasiado real.

El chico arrugó su nariz. Olía a una mezcla de encerrado y tierra húmeda.

Observó un poco más antes de adentrarse y caminar hacia esa atractiva luz, esperando obtener algunas respuestas al porqué de estar ahí.

Sus pasos retumbaban debido al ambiente en completo silencio, lo cual le daba un toque bastante tétrico, y mientras más se acercaba a la luz roja, más calor sentía y el olor penetraba su nariz con mayor fuerza.

Siguió caminando, y a unos metros de su objetivo, pudo observar que se trataba de un pequeño foco encima de una puerta negra. Arrugó su entrecejo y le invadió una terrible curiosidad, así que aceleró su paso y comenzó a escuchar lo que parecía ser música siendo ahogada por la puerta. Tae afinó su oído, al parecer era algo como Dark Electro.

Frente a la puerta miró por un par de segundos la luz roja y enseguida la cerradura. Tenía forma de víbora enrollada y el bombín era demasiado parecido al que Kook tenía en la habitación donde habían realizado aquel ritual.

Una puerta peculiar para un lugar peculiar, pensó.

Estiró su mano esperando que estuviera abierta, y al hacer contacto con la pieza, un escalofrío recorrió su cuerpo. Pero no cualquier escalofrío, no. Era casi como si su cuerpo le pidiera entrar ahí y le excitara pasar del otro lado del lugar... ¿de qué se trataba?

La respiración de TaeHyung se aceleró y lamió sus labios. Giró la perilla, y para su sorpresa, fue abierta antes de que él pudiera empujarla, dejando su mano en el aire.

Inmediatamente sus oídos fueron inundados por la música que había escuchado anteriormente, ahora en un volumen alto.

—Te estábamos esperando.— la voz del chico que había abierto la puerta por él se alzó entre la música y le sonrió. Se trataba de un rostro fino, con facciones marcadas y unos labios bastante gruesos y rojizos... era muy lindo y parecía tener un aura pura. —Mi nombre es SeokJin, soy de seguridad.— se presentó.

Detrás del chico podían verse personas bailando y bebiendo, entre otras cosas. El ambiente no era para nada tranquilo, había luces rojas, moradas y rosas parpadeando y las personas bailaban bastante pegadas, como si no conocieran el termino "espacio personal". Solo había visto esto en las películas, jamás pensó que estaría en algún lugar así por el tipo de lugar en el que vivía.

Tae no dijo nada y la figura lo jaló consigo. Se dejó guiar sintiéndose bastante atareado e impresionado por tantas cosas que pasaban a su al rededor al mismo tiempo. Los cuerpos chocaban contra él al pasar y podía sentir el calor emanar de ellos.

Cada roce con cada persona le hacia recorrer una extraña ola de familiaridad. Era como si los conociese de hace tiempo y su alma los recordara.

Mientras más se adentraba, algunas personas le sonreían dándole la bienvenida. Todos parecían ser bastante amigables y atractivos.

Algunas chicas lo miraban sensualmente, anhelando algún tipo de atención. Tae era bastante guapo y con un porte maduro y sensual, por supuesto que las chicas no podían dejar de verlo como un trozo de carne y un candidato a novio.

Llegaron a lo que parecía una zona más VIP y lo primero que el castaño pudo observar era a una figura que sobresalía vestida con un traje rojo que se encontraba en medio de un sillón de medio círculo. Chicas y chicos bastante atractivos y con poca ropa estaban a su al rededor, mientras lo alimentaban, masajeaban o le pasaban lo que parecía ser un porro.

Tae no le veía bien la cara por la cantidad de humo y falta de luz blanca en el lugar, pero parecía tratarse de un rostro bastante lindo.

—Mi señor, aquí está el chico.— habló la voz alegre de la persona que lo trajo hasta acá.

Las personas lo dejaron inmediatamente y la figura se inclinó hacia delante. Tomó el porro y le dio una calada bastante profunda, después tomó de su bebida y le dio un trago para después dejar salir el humo.

Hizo contacto con Tae e inmediatamente el ojialmendra se congeló. Se trataba de un chico de facciones detalladas y una cara alargada, su nariz y sus ojos rojos pasión fueron lo que más llamó su atención. Era muy guapo y su sonrisa era como un sol, pero eso no le quitaba el aura oscura que lo rodeaba. Un mechón de su cabello pelirrojo caía sensualmente en su frente, lucía alborotado y despeinado.

—Acércate chico.— dijo casi en un tono dominante.

Tae se acercó un poco torpe y cuando lo tuvo a unos centímetros tragó. Era guapo; guapo y con una nariz de envidia. Su camisa blanca desabotonada en los primeros tres orificios dejaban a la vista un pecho reluciente y un pecho marcado que robaba la atención del chico.

—Me presento, soy el Señor Oscuro— sonrió, atrayendo por completo la mirada de Tae. —aunque también puedes llamarme por mi nombre terrenal, Jung Hoseok, si te incomoda. — le guiñó un ojo. No parecía en absoluto una persona mala, sino todo lo contrario. —Aunque preferiría que me llames con respeto— sonrió débilmente y levantó una de sus cejas.

El ojialmendra no sabía qué responder a eso... solo quería saber porqué se encontraba en ese lugar sin Jungkook.

—Tae. Kim TaeHyung.— se inclinó con respeto.

—Te conozco, Kim. Eres la nueva mascotita de Kook, ¿No es así?— sonrojó al contrario. —Ansiaba conocerte en persona. Ahora veo porque lo volviste loco. — se relamió los labios.

Las personas que lo acompañaban en el sillón soltaron una risilla.

—¿No lo crees, Bethany?— le preguntó a una de las chicas a su lado.

—Es cierto. Es muy guapo y tiene una mirada tan inocente que me da escalofríos.— la chica en vestido rojo escotado expresó en un tono sensual, casi en un gemido.

—Ya la oíste, Tae. Haces que moje sus bragas.

La chica sonrió de lado y recorrió su labio superior carmín con su lengua, haciendo a Tae tragar. Era bastante guapa.

—¿Por qué no le invitas un trago, muñeca?

—Claro, Señor.

La chica se levantó del sillón, y al caminar, contoneó sus caderas, haciendo que el vestido que previamente se había acomodado al levantarse se volviera a subir un poco. El señor oscuro... ¿o debería de decir Jung Hoseok? volvió a lo suyo. Lucía bastante tranquilo, pero en realidad estaba al pendiente de cada acción de todos en el lugar y él mismo había arrastrado a Tae hasta aquí, con toda la intención de no traer con él a Kook. Quería conocerlo, jamás había sentido una vibra tan interesante antes.

Bethany tomó del hombro al chico, agarrándolo desprevenido. Lo llevó a la barra de la misma zona VIP, mientras le explicaba algunas cosas sobre el lugar; Tae solo asentía para dejarle claro que había escuchado cuando en realidad no estaba prestándole ni la mínima atención. Comenzaba a sentir calor... ¿por qué todos eran tan guapos?

—Entonces tienes 21, ¿cierto?— eso llamó por completo la atención del chico.

Tae la miró por unos segundos y negó lentamente, temiendo a... ¿a qué?, ¿a que lo corrieran del lugar? Al menos así podría regresar a casa.

—Estoy a punto de cumplir dieciocho. — Confesó, esperando la peor reacción.

Ella abrió los ojos sorprendida.

—¿De verdad? luces más...— le dio un recorrido con la mirada, incomodando levemente al castaño. —... maduro.— rió juguetona —Supongo que otras de tus "cualidades" también han de lucir más grandes de lo esperado— hizo al chico reír nervioso. —¿sabes?— agregó despreocupada para después guiñarle un ojo. —Te pediré una bebida especial.— se acercó sin más a la barra, dejando a un Tae desconcertado... no sabía si sentirse halagado o acosado.

—Hola, Jake— sonrió traviesa y se inclinó sobre la barra. El chico del otro lado se acercó a ella y le regresó la misma mirada comprometedora.

—¿Cómo has estado?— le preguntó ya de frente el chico, ignorando por completo la presencia del castaño, quien se encontraba unos pasos detrás.

—Lo mismo de siempre. Haciendo travesuras y haciéndole la vida imposible a unos cuantos malcriados.— le guiñó un ojo. —¿y tú?

Tae arqueó una de sus cejas. Le había parecido extraña la forma de expresarse de la chica; hacía lucir tierna la manera en la que se aprovechaba de otros.

—Deseándote. — se inclinó a la chica, a la vez que sus ojos se hicieron completamente verdes. Tae se sorprendió. Solo había tenido la oportunidad de ver los ojos de Kook cambiar tan drásticamente...y ahora que lo pensaba, ni siquiera había tenido la oportunidad de preguntar si todos aquí eran primos del infierno, pero a juzgar por lo que acababa de ver, todo indicaba que sí.

La chica se acercó aún más al que se encontraba del otro lado de la barra. Sacó sensualmente su lengua rosada y lamió los labios del chico de abajo hacia arriba.

Tae se sintió un poco incómodo observando la escena, casi como si estuviera invadiendo una privacidad inexistente, pero parecía no importarles.

El chico, quién estaba lleno de tatuajes, hizo un movimiento en señal de que quería un beso, pero la chica se alejó.

—Te presento a Tae.— lo señaló con la cabeza. —Es el nuevo novio de Jeon.

El chico recuperó su compostura y le dio un recorrido con una mirada bastante enérgica, provocando que Tae se sintiera desnudo ante sus ojos.

—¿Jeon?, ¿Jeon Jungkook?— levantó una ceja y le dio una mirada rápida a la chica, quien le confirmó. —Siempre ha tenido buenos gustos— le guiñó un ojo y le sonrió travieso. —Ahora sabemos porqué ya no ha venido por aquí a jugar con nosotros.— se rió burlonamente.

Tae tragó... ¿qué significaba eso?

—No ha... ¿venido?— preguntó mirando fijamente a Jake.

El chico tatuado levanto una ceja.

—Sí, emm, ya sabes. Solía venir por aquí a divertirse un poco.— le guiñó un ojo despreocupado, pero no calmó para nada a Tae.

El castaño mordió su labio y fue cuando la chica decidió intervenir.

—Jake, dame dos copas de ese trago que es del color de mi vestido... ¿cómo se llama? ... little...

—The Little Death— sonrió de lado —Buena elección.— se dio la vuelta y comenzó a preparar la bebida.

La chica de vestido rojo atraía la mirada de ambos sexos, sin embargo ella se limitaba a ver a Tae, estudiándolo detenidamente.

—Eres muy guapo, cariño.

El castaño se sonrojó. Él pensaba lo mismo de la chica, era algo completamente diferente a sus compañeras de salón. Si no estuviera en... ¿una relación?... con Kook, definitivamente se dispondría a seguirle el rollo y con suerte, conseguir algo de ello.

El menor río y le agradeció rápidamente antes de que el tal Jake pusiera dos copas rojas burbujeantes y humeantes sobre la barra.

Tae abrió sus ojos, ¿qué diablos es eso?

—Toma, chico— le acercó la bebida, empujando con su mano sobre la misma barra.

El ojialmendra dio apenas unos pasos, quedando justo frente a la barra.

—Te recomiendo que la tomes antes de que las burbujas y el humo desaparezcan. Así sabe mejor.— Bethany le guiñó un ojo antes de empinarse el trago completo para animar al castaño.

Bajó la mirada a la bebida y se detuvo a pensar un momento mientras la sostenía con una de sus manos. ¿Qué diablos estaba pasando? Ni siquiera se atrevía a preguntar cómo llegó ahí. Tenía miedo de no tener a Kook, pero se sentía un poco culpable en parte porque, si realmente quisiera, ya hubiera preguntado por él. Quería descubrirlo por él mismo y saber cómo y porqué había llegado a ese lugar rodeado de personas desconocidas y relacionadas al pelinegro.

La bebida seguía burbujeando, esperando a ser ingerida por el chico. Tae suspiró y le dio una mirada rápida a la chica antes de empinarse el trago.

Lo primero que Tae sintió fue una sensación refrescante pero con un toque ligero a dulce. Las burbujas le acariciaron la lengua, no en un plan de cosquilleo, sino en un plan casi sexual, bastante íntimo; y cuando el líquido fluyó por su garganta y llegó a su sistema digestivo fue una explosión de vibraciones y colores. Por unos segundos la música techno fue ahogada, como si se hubiera sumergido en el agua. Sus ojos vieron todo en cámara lenta por unos segundos y en seguida la música volvió a invadir sus oídos, haciéndole erizar los vellos al sentir cada nota en diferentes partes de su cuerpo en vibraciones, mientras que las luces las podía apreciar más coloridas y brillantes. Jamás había visto los colores tan hermosos.

—¿Qué es esto?— preguntó extasiado con la sensación.

—Te dije que era un trago especial— la chica rió y el chico guapo al otro lado de la barra le dio una mirada de arriba a abajo al menor, divertido.

—¡Esto se siente genial!— rió alegremente y miró al que se encontraba detrás de la barra. —Dame otro— su mirada se alegró como niño en navidad, jamás había probado algo terrenal igual. Esto era definitivamente mejor que el alcohol.

—Hey, pero ten cuidado chico. Después de unos cuantos tragos te hace sentir como si hubieras tomado alcohol y algún tipo de alucinógeno genial.— le advirtió Jake.

—Yo no le veo nada malo a eso, ¡Diablos!, esto es genial.— respondió bastante animado.

—Tendremos mucha diversión ésta noche al parecer. — la chica rió y pidió otro trago más.

.
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Tae no sabía en qué tiempo-espacio se encontraba, pero ya se había acoplado al calor que emanaban los cuerpos a su alrededor. Jamás había visto tantas cosas turbias en una sola noche.

Le había tocado ver unas formas bastantes alocadas en las que la gente se tomaba sus tragos y le había quedado muy claro que el pudor es algo que no conocían. Era genial pero un ambiente bastante fuerte si no estabas acostumbrado. Las personas no se avergonzaban de nada y se metían sustancias, polvos y pastillas ilícitas de todo tipo. Nadie te juzgaba y pasarla bien era todo lo que importaba.

Se alejó un poco de las personas, necesitaba un respiro. Había estado bailando y haciendo amigos y cada vez se sorprendía más de lo calientes que eran todos aquí.

—Así que todos llevan vidas completamente "normales" allá afuera, ¿eh?— preguntó cuando se encontraba frente a la barra, donde se encontraba el chico tatuado.

—Así es... ¿recuerdas la expresión de Bethany hace un rato? lo de "haciendo travesuras y haciéndole la vida imposible a unos cuantos malcriados"— Tae asintió. —pues se refería a su trabajo. Es maestra de primaria en algún lugar de Manhattan.— Jake sonrió. —Una de las mejores sin duda.— sus ojos se iluminaron.

En ese momento Tae se dio cuenta de que ese chico sentía algo más que deseo por Bethany, y se avergonzó de haberle quitado tiempo con ella.

—Eso es genial.— fue todo lo que se limito a decir.

Un chico pasó por su lado y lo empujó sin querer, haciendo que se cuerpo se pegara al de otra persona que no había visto a su lado. Un aroma embriagante lo envolvió, era como si acabara de oler al mismísimo deseo. Giró su rostro y se encontró con los ojos rojos de hace un rato.

—¿Cómo te la estás pasando?— preguntó el señor oscuro.

Tae tragó. Diablos, no sabía si era la bebida que había estado tomando, pero podía sentir su cuerpo y corazón vibrar en sintonía con el contrario.

No se alejó. Se quedó ahí junto a él, observándolo. Era bastante guapo y sensual. Su cuerpo le gritaba "domíname", pero simplemente se limitó a responder: "genial".

El Señor Oscuro sonrió de lado, no pasaba desapercibido para él la admiración en los ojos de Tae.

—No pensaba que fueras tan guapo.— Tae rió por lo que se le acababa de escapar de sus labios en voz alta. Definitivamente la bebida le había afectado. Las ganas de bailar al ritmo de la música no se le quitaban con nada y sentía que la lujuria desbordaba de su cuerpo. Envidiaba a las personas que se estaban besando y tocando sin pena en el lugar.

No obtuvo reacción del contrario, solo una mirada penetrante que sin duda hizo sentir a Tae tembloroso. Mierda, le había dicho al maldito diablo que era guapo. Estúpida bebida, no debió de haber pedido una tras otra, de seguro se había molestado con él, quizá le faltó el respeto.

—¿Por qué no me acompañas a un lugar más tranquilo, kim?— lo miró por unos segundos y en seguida le dio una mirada amenazante a Jake, quién había estado escuchando la conversación, haciendo que simplemente se alejara de ambos sin decir una palabra.

Tae tragó. No sabía descifrarlo... ¿Estaba molesto?

El ojirojo le ofreció una sonrisa completamente maliciosa de lado.

—Sígueme.— ordenó con dos de sus dedos y se dio la media vuelta.

Antes de alejarse, el castaño volteó hacia Jake, pero éste estaba al otro lado de la barra atendiendo a unas personas, así que solo lo siguió entorpecido. Le encantaba la forma en lo que lo hacían sentir las luces bajo el efecto de la bebida y sin duda la elección de la música era la mejor combinación. Ojalá pudiera traer a su mejor amigo aquí.

No lo llevó muy lejos, apenas a unos pocos metros detrás de donde lo había visto sentado cuando llegó. Había unas cortinas blancas que se recorrían para encerrarte en un espacio "privado". Cuando Tae entró pudo observar un pequeño escenario circular con un tubo en medio, unos sillones y una mesa.

El Señor Oscuro se sentó en uno de los sillones, indicándole a Tae con señales que tomara asiento en el sillón rojo a su lado y el chico obedeció.

—Disculpe si lo ofendí.— dijo en tono serio y con cara de preocupación en cuanto se acomodó. Quién sabe para qué lo había traído aquí, quizá lo asesinaría o le lanzaría algún tipo de maldición o algunas de las cosas que se supone que hace Lucifer... ¿por qué diablos tiene tantos nombres? Se mordió la lengua para no preguntarlo en éste momento.

Le ofreció una sonrisa débil el contrario.

—Creo que yo te debo una disculpa a ti.— Tae ladeó un poco su cabeza y su expresión cambió a una de sorpresa. —Cuando Jeon solicitó permiso para crear un lazo especial contigo le puse una condición... — estudió el rostro del menor para después echarse para atrás, subir uno de sus brazos al respaldo y doblar una de sus piernas sobre su rodilla.

Que porte, pensó Tae.

—¿Condición?— preguntó incapaz de ocultar su sorpresa y curiosidad.

—La condición fue algo con lo que pensé que me divertiría, pero creo que tengo un mejor plan para ti.— le sonrió sin separar sus labios en cuanto las luces en todo el lugar cambiaron a rojo, dándole un aspecto aterrador. —Jeon es compartido conmigo.— le guiñó un ojo.

El Señor Oscuro extendió uno de sus brazos hacia el chico, haciéndolo jadear. ¿Se suponía que así debían de verse sus manos? se había pasado una vida entera imaginando que eran terroríficas, asquerosas y horribles, pero joder, éstas manos no se parecían nada a lo que había estado imaginando por tanto tiempo. Las manos del Señor Oscuro eran largas, delgadas y con venas marcadas, haciéndolas ver aún mejor con esos anillos gruesos y grandes. Y diablos, ese reloj Rolex plateado lleno de diamantes hacían divagar a Tae con esas manos rodeando su cuello.

—¿Puedo?— preguntó sin esperar el consentimiento del contrario para comenzar a acariciar su rostro, inclinándose hacia él y cambiando la posición en la que se encontraba, bajando su pierna.

En cuanto Tae sintió el contacto del pelirrojo lo recorrió una ola de energía. Su corazón comenzó a latir completamente alocado y su respiración se hizo jadeante, casi como si se hubiera metido algún tipo de éxtasis. Primero tocó su ceja derecha con su pulgar y fue bajando lentamente por su mejilla, haciendo a Tae respirar por la boca. Podía sentir su tacto caliente, dejando un hilo cálido. Finalmente llegó a sus labios y en ese momento el castaño no hizo mas que mirarlo a los ojos, esperando su siguiente movimiento. Ni siquiera había notado que Lucifer estaba susurrando algunas cosas en.. ¿latin? ¡qué diablos! sonaba genial... sonaba muy caliente. Así que Tae lo hizo sin pensar: sacó la punta de su lengua y lamió el pulgar del Señor Oscuro.

El ojirojo siguió susurrando en latín, pero se tomó el tiempo de complacerlo con una mirada casi tan llena de lujuria como el menor y presionó más fuerte contra los labios de Tae. Eso el chico lo tomó como un semáforo verde y giró un poco su rostro para meter el pulgar del contrario en su boca. Para su sorpresa, sabía a cereza con un toque salado. Tae comenzaba a ponerse caliente y a lamer con devoción cuando los susurros del contrario cesaron y retiró el dedo de la boca del chico.

En cuanto perdió el contacto del contrario sintió que le arrebataron su energía por completo. Le había gustado sentir aquel éxtasis y ahora se sentía desorientado, se esfumó de la nada aquella sensación. Y en ese momento no se imaginaba cuánto querría volver a sentirlo después.

Los cachetes de Tae se colorearon... ¿lo había interpretado mal?

—Listo. He retirado esa condición que ya no me interesa en lo absoluto.— declaró firme el Señor Oscuro. —Veo que no eres tan inocente como pareces, Kim.— sonrió de lado. —Eres un chico travieso.— fue lo último que dijo antes de levantarse y salir de aquel lugar, dejándolo solo.

.

.

.

Había pasado un rato desde que estuvo a solas con el mal. Después de que se fue se quedó ahí desconcertado por un rato, asimilando las cosas que habían sucedido. No podía creer que un ser con maldad fuera tan malditamente atractivo. Era como ponerle la manzana enfrente, no podía resistirse.

—¿Y tú?, ¿cuántas veces te has masturbado imaginando que Lucifer te folla?

—¿Qué?— Tae arrugó su frente hacia la voz masculina.

Era un chico alto y delgado, cabello negro. Bastante normal a decir verdad.

—Soy Tyler. Mucho gusto.— le sonrió.

Se encontraban sentados frente a la barra. Tae había tomado otros cuatro tragos desde lo de hace rato. Estaba comenzando a aburrirse, sentía que a lo que sea que lo habían traído a ese lugar ya había sucedido y era hora de regresar a casa.

Tae apenas abrió su boca para presentarse cuando llegó el chico que lo había recibido.

—No hables con él. Es un olvidado por su pareja y ahora solo intenta mezclarse con nosotros— Jin le lanzó una mirada de asco al chico delgado.

—Basta, siempre hago de éste lugar divertido. Sin mí no tendrías con qué entretenerte— le guiñó un ojo al mayor de los tres.

Jin rió. —Es mejor que te lleve a casa.— se dirigió a Tae. —Nunca sabemos cómo vuelve a regresar aquí a pesar de que bloqueamos todos los portales para él.

El chico de cabello negro sonrió despectivo e inmediatamente el mayor le señaló con la cabeza a Tae que se levantara de su asiento, y así lo hizo. Ya quería regresar a casa.

—¡Espera! No me has dicho tu nombre.— tomó a Tae del brazo.

—Soy Taehyung— dijo en cuanto Jin lo jalo del otro brazo y lo llevó consigo apresurado.

Al alejarse, el castaño pudo ver como el chico delgado le asentía con la cabeza y gritaba apenas un poco más alto que la música un "Espero verte más seguido".

Atravesaron el lugar y llegaron a la puerta

—Es hora de llevarte a tu hogar. Supongo que te esperan en casa.— comentó haciendo referencia a Jungkook.

El mayor abrió la puerta y Tae se sorprendió al ver que la salida no era a ese tunel del que había llegado, la puerta salía directamente a la calle de su casa.

Miró sorprendido a Jin y éste le guiñó un ojo.

—Algo de magia. Llega bien.— se despidió en cuanto Tae cruzó la puerta y quedó del otro lado. —Oh, y toma— le extendió unos panes en una bolsa de celofán transparente. —Son los favoritos de Jeon y no creo que te convenga llegar con las manos vacías.

Se sorprendió. Desconocía ese dato por completo. Tal vez se habían apresurado un poco, pero qué importa, había mucho tiempo para conocerse.

—Gracias.— dijo mientras miraba los panes en la bolsa. Al no obtener respuesta levantó la mirada, pero Jin y la puerta habían desaparecido.

Tae se quedó un momento asimilando lo que había sucedido y fue entonces cuando notó que ya se veía un poco claro el cielo... tal vez eran las cinco o seis de la mañana.

Agarró firmemente la bolsa con su mano y caminó a su casa. Sus pasos apenas y se escuchaban, no hacía nada de ruido.

Llegó a la entrada y se detuvo un momento antes de sacar la llave del escondite secreto junto a su puerta. Inhalo y exhaló. No había hecho nada malo. Lo del Señor Oscuro había sido el momento y por la bebida, todo estaba bien.

Puso la mano en la perilla y la giró lentamente para evitar hacer ruido. La empujó también con cuidado y en cuanto la abrió se encontró con la cara de un Jungkook preocupado, que inmediatamente se transformó en un entrecejo fruncido al observar el aspecto del ojialmendra.

—¿Dónde estabas?— soltó en un tono para nada amable.

—Yo...— Tae no sabía qué decir... ¿En una cueva?, ¿En un antro de primos del infierno?, ¿Pasando el rato con Lucifer?, ¿O mirando chicas y chicos guapos?

El contrario se acercó al chico y el castaño cerró la puerta tras si.

Jungkook en cuanto quedó a unos pasos del contrario paró en seco y enseguida hizo cara de desprecio y arrugó su nariz.

—Hueles a pandemónium.— escupió enojado.

Ahh, con que ese era el nombre del lugar, pensó Tae.

Jungkook mejor que nadie sabía lo que pasaba en ese lugar, y debido a eso razones le sobraban para estar enojado. Nadie salía inocente de aquel lugar. Era la cueva del diablo, a fin de cuentas.

Tae tragó nervioso, aún se sentía un poco afectado por esa bebida y su vista seguía un poco nublada.

El pelinegro terminó de acercarse al pequeño y lo tomó de la mandíbula. Tae pudo sentir el toque ardiente del chico y ver como los ojos de Jungkook se hacían completamente oscuros.

—No hice nada.— sonrió de lado. —pero me enteré de tu reputación.— se safó del agarre y dio un paso atrás.

Kook flaqueó un poco, descuidado su expresión enojada y dejando entrever rápidamente algo de sorpresa. Sabía que Tae algún día se enteraría de que no por nada era un primo del infierno, pero le sorprendió que fuera tan rápidamente.

—Eres un maldito pervertido, Jeon.— se rió en un tono indescriptible. El contrario lamió sus labios y Tae pudo sentirlo en los suyos, haciéndolo jadear.

—¿Y tú?, ¿No fuiste a hacer lo mismo?— preguntó en un tono molesto. 

Tae bufó.

—Solo fui a beber con una tal Bethany y Jake, quienes al parecer te conocen mejor que yo.

Jungkook levantó una de sus cejas.

—Pues bien, me descubriste. Sí soy un maldito pervertido.

Hubo un momento de silencio y después ambos hablaron al mismo tiempo

—¿Cómo llegaste ahí?

—El Señor Oscuro me quitó algo sobre una condición

—¿Qué?— preguntó Kook. —¿Estuviste con el maldito Lucifer en humano?— preguntó de nuevo en un tono molesto. El pelinegro sabía que era guapo y su efecto era más potente en personas que no era primos del infierno, eso significaba que Tae se había sentido inevitablemente atraído por él.

Tae desvió su mirada y sus mejillas se colorearon un poco, y eso le confirmo a Kook lo que supuso.

El mayor suspiró.

—¿Sabes qué? Olvídalo. Él quería conocerte, de seguro él fue quién te arrastró a ese lugar.— Se acercó más calmado a Tae y lo abrazó. —Me preocupaste, idiota.— le susurró mientras el ojialmendra le regresaba el abrazo.

—Lo siento, yo solo desperté en aquel lugar.— su voz se ahogó en el cuello de kook. —Te extrañé, Kook.— dijo sinceramente. Si el hubiera estado ahí todo habría sido más divertido.

El estómago del pequeño hizo un ruido, indicando que se moría de hambre y fue cuando recordó que traía aquellos panes.

—Oh, ten.— se separó del chico y le extendió la bolsa de celofán. —Al parecer son tus favoritos.

Kook le sonrió.

—Lo son, pequeño.— tomó la bolsa y la abrió, dejándose embriagar por el aroma. —Toma uno, te van a gustar.

—Gracias, en realidad me muero de hambre.

—Vamos a la cocina. Te preparé un té para que te hidrates un poco y evites en lo posible esa resaca... ¿qué bebiste?

—Ammm...— Tae intentó recordar. —Era un trago rojo... algo de... death, me parece

The Litlle Death— sonrió de lado. —Un clásico.

—Jamás había probado nada igual, Kook.

—Así es. Nada de éste mundo, ¿eh?

Hizo reír al chico.

—Vamos.— el pelinregro lo tomó de la mano y lo jaló consigo a la cocina. —Cuéntame todo lo que hiciste.

Tae le sonrió y se dispuso a contarle todo, obviando su pequeño desliz con el Señor Oscuro.





*******************************************


Holiiiss! He leído algunos de sus comentarios donde no están de acuerdo con que haya muchas cosas calenturientas y menos amor, pero solo como un pequeño recordatorio: ésta no es una historia de amor, es una historia del depredador cazando a su presa. 😝

Wooows, hasta yo mismo me sorprendo de lo que va pasando jaja. A veces no sé ni qué rumbo tomará la historia hasta que me dispongo a escribir.

Y lo seee, tardé mucho tiempo, pero ahora me doy cuenta de que escribir me ayuda con todo el estrés y a veces me concentró tanto en mis estudios y vida personal que dejo de lado mi pasión :( No debería ser así. Espero ser más responsable con ustedes y darme más tiempo para lo que me gusta. Y estoy bien, gracias a tod@s l@s que se preocuparon ❤️

¿Qué estudian? 💕 yo estoy cursando quinto semestre de la carrera de diseño de producto.

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