Mι Amoroso Aᥣfᥲ ⇢ ᴶᶤᶰᵀᵃᵉ

By JinTae92

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Después de todo, nadie dijo que en el amor y la guerra no se hacían prisioneros °. . • ⭐ ° * . ° . • . * ⭐. °... More

Prólogo
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 4
capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Epílogo

Capítulo 3

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By JinTae92

¿𝘌𝘯 𝘲𝘶é 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘰 𝘮𝘶𝘯𝘥𝘰 𝘩𝘢𝘣í𝘢 𝘪𝘥𝘰 𝘢 𝘱𝘢𝘳𝘢𝘳?

Se preguntó mientras luchaba por soltarse.Ese hombre no solo había irrumpido a través de la ventana del dormitorio, no sehabía conformado con tirarlo, una vez más al suelo, ahora también lo retenía bocaabajo sobre la cama con ese maldito cuerpo suyo sobre sus caderas y una de sus
manos sujetándole los brazos a la espalda.

—¡Suéltame ahora mismo, bastardo!

Lo oyó chasquear.

—Mi madre siempre insistió en que fui concebido dentro del matrimonio y debe
ser verdad, porque soy el vivo retrato de mi padre.

Taehyung chilló y se debatió una vez más.

—¡Llamaré a la policía!

Seokjin se rio.

—¿Quieres mi número de placa?

Se retorció sin conseguir nada.

—¡Me estás aplastando! ¡Pesas una jodida tonelada!

Taehyung lo sintió moverse sobre él liberando un poco su peso pero sin permitirle todavía la maniobrabilidad que lo dejaría libre.

—Tú me has pegado un rodillazo, así que estamos en paz —rezongó seokjin

Y porsegunda vez, taehyung tuvo plena consciencia de ese enorme y fuerte cuerpo cubriendo el suyo

—. ¿Qué me dices? ¿Te comportas como todo un caballerito, para que pueda soltarte y hablemos o sigo aplastándote un ratito más?
Empiezo a cansarme de jugar.

Taehyung bufó.

—¿Quién está jugando? —preguntó.

Seokjin soltó un bajo gruñido.

—Tú conmigo —declaró con pasión—. Y empieza a ser realmente desesperante.
No tenía la menor idea de que esto sería así, ¿tienes idea de la jodida semana que
llevo? ¿Por qué eres tan difícil?Soy consciente de que me extralimité, metí la pata, sí, pero he intentado
disculparme por todos los medios posibles y tú no me dejas. No quieres ni
escucharme.

—Estás borracho —taehyung le acusó al percibir en su aliento el olor a cerveza.

Si bien suvoz sonaba del todo clara, su actitud prometía un punto de embriaguez.Seokjin chasqueó la lengua.

—No tanto como para no saber lo que hago —replicó lleno de razón—. Demonios, taetae, actúas como si fuese el enemigo.

Taehyung jadeó.

—¡Me tiraste al suelo! ¡Dos veces! —chilló intentando soltarse de nuevo—. ¡Eso
no lo hace un amigo!

Seokjin soltó un largo resoplido y se inclinó una vez más sobre taehyung.

—Lo sieeeeeento —alargó la “e” al tiempo que sumergía el rostro contra sucuello, le acariciaba la oreja con la nariz y le besaba ese punto—. Dios, hueles tanbien, tan malditamente bien que me dan ganas de devorarte entero.

La inesperada y sincera afirmación  dejó a taehyung tembloroso y más caliente que unhornillo.

¿𝘘𝘶é 𝘥𝘦𝘮𝘰𝘯𝘪𝘰𝘴 𝘱𝘢𝘴𝘢𝘣𝘢 𝘤𝘰𝘯 é𝘭?

—¿Puedes concederme cinco minutos de tu valioso tiempo y escucharme almenos? —insistió seokjin, alzándose ahora para poder mirarlo a los ojos.

Surrealista, todo aquello no dejaba de ser completamente surrealista. Se había
colado en su habitación, lo había inmovilizado sobre la cama y ahora...

¿A𝘩𝘰𝘳𝘢 𝘭𝘦 𝘱𝘦𝘥í𝘢 𝘤𝘪𝘯𝘤𝘰 𝘮𝘪𝘯𝘶𝘵𝘰𝘴 𝘱𝘢𝘳𝘢 𝘩𝘢𝘣𝘭𝘢𝘳?

A estas alturas ya resollaba, tenía el rostro rojo por el esfuerzo, cansado de gritar y
agitarse mientras seokjin se limitaba a permanecer cómodamente instalado sobre él.Había llegado incluso a pedirle que se calmase, ¡a él!

No podía estar sucediendo. Sencillamente no podía.

¿𝘊ó𝘮𝘰 𝘱𝘰𝘥í𝘢 𝘩𝘢𝘣𝘦𝘳𝘭𝘦 𝘱𝘢𝘳𝘦𝘤𝘪𝘥𝘰 𝘦𝘯 𝘢𝘭𝘨ú𝘯 𝘮𝘰𝘮𝘦𝘯𝘵𝘰 𝘢𝘵𝘳𝘢𝘤𝘵𝘪𝘷𝘰?

¿𝘊ó𝘮𝘰 𝘱𝘶𝘥𝘰 𝘱𝘦𝘯𝘴𝘢𝘳𝘵𝘢𝘯 𝘴𝘪𝘲𝘶𝘪𝘦𝘳𝘢 𝘱𝘰𝘳 𝘶𝘯 𝘣𝘳𝘦𝘷𝘦 𝘪𝘯𝘴𝘵𝘢𝘯𝘵𝘦 𝘲𝘶𝘦 𝘦𝘴e 𝘤𝘢𝘳𝘷𝘦𝘳𝘯í𝘤𝘰𝘭𝘢 𝘦𝘳𝘢 𝘴𝘦𝘹𝘺?

Ok, sí, físicamente lo era y su cuerpo estaba más que contento de sentir todo ese peso sobre el propio. Sentía como el corazón le latía desesperado, y lo más desconcertante de todo, la excitación de su cuerpo. Estaba cachondo, ese maldito policía lo encendía con tan solo supresencia, ni siquiera se había puesto tan caliente con su ex.

Lo sintió moverse una vez más sobre él, afirmando su posición y manteniéndole
las piernas sujetas por su peso. Al menos ahora llevaba un pantalón  y no estaba en calzoncillos, pero no sabía que era peor, el saberlo o notar la dura erecciónque se presionaba contra su abdomen.

¡𝘊é𝘯𝘵𝘳𝘢𝘵𝘦! ¡𝘛𝘦 𝘩𝘢 𝘢𝘴𝘢𝘭𝘵𝘢𝘥𝘰!

¿𝘗𝘰𝘭𝘪𝘤í𝘢?

¡𝘕𝘰 𝘦𝘴 𝘮á𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘶𝘯 𝘥𝘦𝘭𝘪𝘯𝘤𝘶𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘮á𝘴!

Mantuvo su irritación y luchó por respirar a través de la creciente excitación que
amenazaba con hacer desaparecer su rabia y cada una de sus bien planteadas reservas.

—Taehyung, sigo esperando una respuesta.

Apretó los labios como si de esa manera pudiese evitar soltar un montón de
insultos que hasta el momento no le habían servido de nada.

—Vamos, no seas rencoroso —Seokjin lo meció—. Me lo debes —insistió—, especialmente después del caluroso recibimiento que tuve.

—¡Me estabas espiando! ¡Me viste el culo!

—Sí. No lo voy a negar —aseguró seokjin. Y taehyung sintió cómo se inclinaba una vez más y leapartaba el pelo de la frente con la mano libre—, pero me encantó lo que vi.

Taehyung cerró los ojos y se obligó a respirar profundamente, a calmarse y buscar así una salida razonable para lo que estaba pasando, pero los dedos sobre su rostro lo distraían.

Su contacto era extraño, ajeno y al mismo tiempo deseado. Había algo en
ese completo extraño que lo encendía, que lo enloquecía y amenazaba con romper
con todas sus barreras y desvanecer su cordura.
Jamás había tenido una reacción como aquella con nadie, si quiera con Bogum.

Su ex. Pensar ahora en él fue la gota que colmó el vaso. Quería reírse, rodar por el
suelo ante la absurdez de lo que le estaba ocurriendo.

𝘚𝘦 𝘷𝘢 𝘢 𝘤𝘢𝘴𝘢𝘳.

El muy cabrón se casaba y le había enviado una jodida invitación. La risa surgió
antes de que pudiese retenerla, traspasó sus labios y lo hizo temblar.

—¿Taetae?

Las lágrimas acompañaron entonces sus carcajadas y se encontró en medio de un
debacle de risa y llanto que hizo que su carcelero lo soltase de inmediato y se hiciese a un lado.

Taehyung se giró sobre la cama, quedando boca arriba, se rodeó el estómago con los brazos y siguió riendo hasta que ya no pudo diferenciar la risa de las lágrimas.

—Este es el día más extraño de toda mi vida —hipó mirando al techo—. Es una
jodida pesadilla.

Bajó la mirada y se lo encontró a los pies de la cama, sentado sobre las rodillas y
mirándolo como si hubiese perdido el juicio.

—¿Qué clase de policía inmoviliza a un chico porque este no le dice lo que
quiere oír? —le soltó—. ¡Estás loco de remate! —Lo ojos de seokjin siguieron los suyos cuando se incorporó, quedando también sentado
sobre su propia cama.
—Me tomaste por un ladrón —lo apuntó con el dedo—. Ni siquiera preguntaste. Sencillamente me lanzaste al suelo y me trataste como a un delincuente delante de todo el jodido edificio.

Ahora fue seokjin  quien frunció el ceño con aire contrariado.

—Y llevo toda una jodida semana disculpándome por ello.

—¿Y no podías dejarlo simplemente ahí? —resopló—. ¿Qué puede importarte
que acepte o no tus disculpas? ¿Qué te perdone o no? Debería quedarte la conciencia tranquila sabiendo que has hecho tu buena obra del día.

—Escucha, Taeh…

—No, escúchame tú a mí —sentenció taehyung, dejando las lágrimas a un lado y abrazando la fortaleza que lo caracterizaba—. No quiero saber nada de ti. No quiero que me persigas, ni que me asedies, no quiero tenerte cerca…

Seokjin  chasqueó la lengua y se arrastró sobre el colchón hacia él, en la soledad e
intimidad de su dormitorio, su presencia sobre la cama era más de lo que podía
soportar.

—No se te ocurra dar un paso más.

Pero seokjin hizo oídos sordos a su petición y lo enjauló, obligándolo a tumbarse de
nuevo para alejarse de él.

—No estás siendo justo —aseguró con el mismo tono de fastidio que un niño pequeño—. Empezamos con mal pie.

Taehyung entrecerró los ojos y señaló lo obvio.

—Me lanzaste al suelo como si fueses un jodido jugador de rugby, me sujetaste los brazos a la espalda —escupió—. ¡Y lo hiciste dos jodidas veces!

Taehyung lo vio arrugar la nariz y hacer una mueca.

—Deformación profesional, bebé, soy policía.

—Y yo inteligente, más que tú, según parece —le soltó taehyung en tono irritado—. Mira, si la única manera en la que terminemos con este acoso por tu parte es…

—No te estoy acosando.

¿𝘗𝘰𝘥í𝘢 𝘳𝘦í𝘳𝘴𝘦 𝘺𝘢?

Pensó taehyung con profunda ironía.

—Me envías flores, cestas de frutas, tarjetas y como eso no funciona, intentas
echar la pared de mi sala abajo —enumeró—. Has roto una pieza de coleccionista.

—Te la repondré.

Taehyung puso los ojos en blanco.

—Me conformaré con que zanjes tu acoso ahora mismo y puedes empezar a
hacerlo quitándote de encima —taehyung intentó empujarlo sin éxito, ese hombre era como una montaña—. Y ni se te ocurra volver a tirarme al suelo o juro por dios que me
tendrás a primera hora en la estación denunciando a un jodido policía por acoso
sexual.

—¿Te parezco un acosador sexual?

Taehyung lo miró a los ojos.

—Me clavaste la polla en el culo la primera vez.

Seokjin sonrió de medio lado.

—Er… eso fue un accidente… inesperado incluso para mí.

Taehyung se lamió los labios y bajó el tono de voz.

—Y lo estás haciendo ahora mismo —masculló.

No había forma de que pensase que esa dureza que se apretaba ahora contra su vientre no fuese su erecto sexo. Seokjin sonrió de medio lado y ese gesto le otorgó una expresión pícara.

—Culpable —aceptó y se retiró un poco, lo justo para no rozarse contra taehyung—.Mis disculpas, pero yo no tengo la culpa de que mi cuerpo responda por sí solo ante algo que le gusta.

Y aquello fundió sus neuronas por completo.

¿𝘌𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢 𝘪𝘯𝘴𝘪𝘯𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘭𝘦 𝘨𝘶𝘴𝘵𝘢𝘣𝘢?

¿É𝘭?

Taehyung sacudió la cabeza y decidió achacar su respuesta a la obvia borrachera que
llevaba encima. En ese estado, se pondría cachondo hasta con una puerta.

—Quítate de encima de una jodida vez, Kim.

Seokjin ladeó la cabeza y la miró con esos inquisitivos ojos marrones.

—Solo si tú me prometes no dar coces como un…

No se lo pensó, taehyung levantó la mano y le cogió la oreja, retorciéndose la con fuerza.

—Como se te ocurra llamarme lo mismo que tu amigo, te dejo sin oreja —siseó,
dándole una pequeña muestra de lo que le esperaba—. No tolero insultos de ninguna clase.

Seokjin se revolvió sobre él, obligándolo a soltarle cuando su dura polla se restregó
contra su entrepierna que también empezaba a despertar en un movimiento involuntario.

—¡Deja de restregarte contra mí, idiota!

—¡Eres un demonio! —replicó seokjin  al mismo tiempo que se tocaba la oreja—. Eso duele.

—Así te lo pensarás dos veces antes de abrir de nuevo la boca. —Resopló.

—Eres demasiado rencoroso, taetae —aseguró frotándose el apéndice lastimado.

—Será porque me dan motivos para serlo.

—Y cínico —añadió seokjin—. ¿Por qué? No das esa imagen cuando se te conoce.

Taehyung enarcó una ceja.

—¿Y tú crees conocerme tan bien porque me has tirado al suelo dos veces? —soltó con profunda ironía.

La respuesta de seokjin fue recorrerlo con la mirada, haciendo que sintiese de nuevo ese cosquilleo interno. No se cortaba ni un poco, su forma de observarlo era abiertamente sexual y
maldito fuera, eso lo molestaba a la par que lo excitaba.

—¿Volverás a agredirme si digo abiertamente lo que pienso? —preguntó seokjin.

Taehyung puso los ojos en blanco y se decidió a poner punto y final a aquella estupidez de una vez y por todas.

—Mira, ¿quieres que acepte tus disculpas? Bien, disculpas aceptadas —le dijo y
señaló la ventana—. Ya estamos en paz. Puedes marcharte por dónde has venido y te agradecería que no volvieses a entrar por ahí.

La respuesta del hombre fue un gruñido. Había escuchado suficientes a lo largo
de su carrera como para reconocer uno cuando lo escuchaba.

—¿Me has gruñido?

Seokjin se limitó a chasquear la lengua, se lamió los labios y procedió a aclararse la
garganta.

—Eres un jugador muy duro —declaró en tono fervoroso—. Te empeñas en mantenerme alejado y eso… es irritante.

Taehyung enarcó una ceja ante tan apreciación.

—¿Perdona?

Los largos dedos lo sorprendieron al deslizarse sin permiso por su mejilla, quiso girar la cara, alejarse de seokjin pero por algún motivo hizo completamente lo contrario.

—Tienes una piel muy suave —murmuró seokjin con voz ronca, profunda. Esos
inquisitivos ojos color miel se clavaron en él Inmovilizándolo con tan solo una mirada—, ¿a qué sabes, taetae?

¿𝘈 𝘲𝘶é 𝘴𝘢𝘣í𝘢?

𝘜𝘯𝘢 𝘱𝘳𝘦𝘨𝘶𝘯𝘵𝘢 𝘦𝘹𝘵𝘳𝘢ñ𝘢.

Pero más extraño aún era que se lo estuviese
planteando él mismo.

—Tienes una mirada transparente —declaró seokjin entonces y le quitó las gafas antes de que pudiera impedírselo—, unos ojos cálidos y limpios.

Y a través de los que no veía nada sin el objeto que acaba de arrebatarle.

—Devuélveme eso…

—No las necesitas…

¡𝘠 𝘶𝘯𝘢 𝘮𝘪𝘦𝘳𝘥𝘢 𝘲𝘶𝘦 𝘯𝘰!

Era incapaz de ver un burro a cuatro pasos sin ella, era
miope olímpico.

—Eso lo decidiré yo.—dijo. taehyung

Lo oyó chasquear de nuevo la lengua y vio cómo esos cercanos labios se curvaban en una perezosa sonrisa.

—¿No ves sin ellas?

𝘕𝘪 𝘮𝘢𝘥𝘳𝘦𝘴,

pero no era algo que pensaba compartir con seokjin.

—O me las devuelves ahora mismo o te juro que tus joyas de la corona no verán
otro amanecer —siseó taehyung.

Una estruendosa carcajada reverberó en la habitación, el sonido lo estremeció
desde la punta del pelo a los dedos de los pies y el nerviosismo que ya mantenía su cuerpo en vilo, tomó el control.

—Eres una combinación peligrosa, lobito —aseguró seokjin al tiempo que su cuerpo se presionaba de nuevo contra el suyo—, pero uno del que estoy seguro
disfrutaré inmensamente.

—Eso será si te dejo —siseó taehyung.

De nuevo esa risita, pero ahora el peso desapareció y se encontró enjaulado entre
sus brazos, con seokjin todavía encima.

—¿Podemos enterrar el hacha de guerra? —preguntó seokjin divertido—. No merece la
pena hacer prisioneros.

Taehyung entrecerró los ojos intentando captar mejor su expresión, pero le costaba enfocar.

—Solo si me prometes que no vas a volver a placarme o ponerme unas esposas —
rezongó.

—Nunca he intentado ponerte unas esposas.

—Por si pudiese ocurrírsete tal brillante idea, poli.

Seokjin sonrió de medio lado y de nuevo taehyung se quedó sorprendido por esa capacidad camaleónica suya.

—Prometo no volver a placarte o ponerte unas esposas…

Taehyung asintió satisfecho.

—Perfecto, ahora sácate de…

Seokjin no solo no se movió ni un solo milímetro, sino que volvió a descender sobre él.

—¿Taetae?

Taehyung entrecerró los ojos y lo miró.

—¿Qué?

—¿Ya somos amigos?

Taehyung abrió la boca y volvió a cerrarla al mismo tiempo. Insultarle no era la mejor manera de librarse de él.

—¿Si te digo que sí me dejarás ir por fin?

Lo oyó gruñir de nuevo y se estremeció.

—No quiero que te vayas.—dijo seokjin

Taehyung bufó.

—Y no me iré, serás tú el que se largue por dónde ha entrado —le aseguró con un
mohín—. Y ya estás tardando en hacerlo.

Sintió su aliento acariciándole el cuello un segundo antes de notar…

¿𝘴𝘶 𝘭𝘦𝘯𝘨𝘶𝘢?

—No, lobito, todavía es demasiado temprano para emprender la huida.

Antes de que taehyung pudiese decir algo al respecto, sintió sus labios sobre los de él, su lengua abriéndose paso en su boca un segundo antes de que le reclamase un tórrido y húmedo beso.

La desgraciada lo pidió la desgraciada lo tiene TaeJinnieKim92

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